Beato Santiago Alberione

Opera Omnia

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CÓMO PASAR LA JORNADA1

Orientemos este mes de febrero a la gloria de Dios y a la paz de los hombres. En primer lugar nos referimos a la paz en nosotros mismos, es decir nuestra santificación; | [RSp p. 9] luego, la salvación de todas las almas.
Hemos considerado cómo comenzar y cómo terminar la jornada. (¡No deben olvidarse nunca las tres avemarías ni al principio ni al final de ella!). Ahora consideraremos cómo pasar toda la jornada.
Tenemos garantía de que la jornada sea santa si se hace bien la adoración al Smo. Sacramento. Los turnos de adoración son como una cadena de oraciones, de adoraciones, que será de gloria para Dios y de ventaja para nosotros.
Meditemos esto, hoy, primer viernes del mes. Está haciéndose un gran obsequio al Maestro divino con las fiestas del Evangelio, celebradas casi en todas partes por iniciativa de la Sociedad de San Pablo.2 Quien ama el Evangelio, quien lo lleva consigo y lo lee gustosamente, adquiere poco a poco el espíritu de Jesús. La meditación del Evangelio hace penetrar las verdades divinas en nuestro ánimo; no es una simple lectura, pues el agua que corre sólo por la superficie del terreno no es la que aprovecha a las raíces de la planta.
Quien hace la visita con verdadero espíritu, sentándose a los pies de Jesús, conversando con él, Camino y Verdad y Vida,
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adquiere una garantía de salvación. En el paraíso tendremos la contemplación, la posesión, el gozo de Dios; y bien, la visita es como un preludio de lo que haremos en el cielo. Y hay otras inmensas ventajas: de las adoraciones se consigue sabiduría y sensatez en el apostolado; Jesús Maestro nos da gracia para no considerarlo un mero trabajo, sino un auténtico apostolado.
En la primera parte de la adoración, se honra a Jesús Verdad. Para considerar y honrar a Jesús Verdad, tomamos el Evangelio en nuestra mano: ahí está todo. Al acercarnos al altar, figurémonos oír la invitación de Jesús: «Venite ad me omnes qui onerati et laborati estis et ego reficiam vos» (Mt 11,28).3
He aquí la hora más hermosa de la jornada. Quien hace bien | [RSp p. 10] la visita, hará bien la comunión, oirá bien la misa.
Hay que preferir para la lectura de la primera parte en la visita el Evangelio, la Escritura en general, las Cartas de san Pablo. Hacer la genuflexión no sólo con las rodillas, sino con la mente. Decir al Señor: «Creo en ti, tú solo tienes palabras de vida eterna» [cf. Jn 6,67].
En la segunda parte se honra a Jesús Camino: Jesús es el camino de la paz del mundo, es el camino esencial para ir al Padre; la gracia que nos constituye en la vida sobrenatural nos viene por Cristo. Así como para completar la primera parte se canta «In principio erat Verbum»,4 así a conclusión de la segunda parte conviene cantar las Bienaventuranzas, que están también figuradas en el pavimento de esta Cripta, y bien distribuidas según las necesidades de los distintos grupos.5
En la tercera parte se honra a Jesús Vida. Se hace la comunión espiritual y se piden las gracias, primero en general (primera parte del padrenuestro), luego nuestra santificación personal
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(segunda parte del padrenuestro). Puede rezarse la coronita «Virgen María, Madre de Jesús, haznos santos». Y pídanse gracias particulares: la pureza, la limpidez, la firmeza en mantener los propósitos; y luego ayuda para los estudios, la observancia religiosa y la correspondencia a la vocación.
Ahora hagamos un obsequio a Jesús Maestro cantando «O Vía, Vita, Véritas»,6 y formulemos también el propósito de hacer siempre bien la visita. De ello vendrán gracias para todas las Familias de San Pablo.
A quien preguntaba a Jesús: «Maestro, ¿dónde vives?», Jesús respondió: «Venid y lo veréis» (Jn 1,38-39).
Ellos fueron, y aquel mismo día se quedaron a vivir con él: se hicieron apóstoles.
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1 Meditación dictada el viernes 1° de febrero de 1952. - Anota el P. A. Speciale en el “Diario”: «[Después de la meditación en la Cripta], al ir a su despacho, [el Primer Maestro] me da enseguida a dactilografiar el siguiente Aviso: “JMJP. Todos los sacerdotes, inclusive quienes tienen que ir a las 6 a celebrar fuera de casa, estén a las 5,30 en la Cripta para rezar. Asegurarse la piedad anticipadamente para una jornada llena de méritos y de buen fruto para las almas”».

2 Cf. Vida Pastoral, noviembre de 1924: «Instituir la Fiesta del Evangelio»; - dic. 1924: «La Sociedad Bíblica para la difusión de los santos Evangelios»; - marzo 1925: «Es urgente la Fiesta del Evangelio»; - oct. 1925: «Para difundir el Evangelio: Fiesta del divino Maestro»... Hasta 1935 cada año, en los meses de febrero o agosto u octubre, en la revista aparece un artículo con programa de celebración para la Fiesta del Evangelio, o del divino Maestro, a menudo con el esquema tripartito, según el método camino-verdad-vida.

3 «Acercaos a mí todos los que estáis rendidos y abrumados, que yo os daré respiro».

4 Jn 1,1: «Al principio ya existía la Palabra»; del Prólogo del evangelio de Juan.

5 Las palabras de las bienaventuranzas, acompañadas de las figuras en mosaico de las principales virtudes, están grabadas en el mármol del deambulatorio que rodea el presbiterio. La alusión a los “varios grupos” se refiere a los formados por aspirantes, profesos, religiosas (FSP y PD) presentes en los cuatro brazos de la Cripta, estructurada en forma de cruz griega, con el altar al centro.

6 “Oh Camino, Vida, Verdad”.