Beato Santiago Alberione

Opera Omnia

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DÍA VI
LA BIBLIA Y EL ESTADO ECLESIÁSTICO

LIBRO DE TOBÍAS

Es una joya de arte y delicadeza.
La tesis que contiene es que la divina Providencia, aunque prueba a los justos, no los abandona nunca y hace que sean felices ya en esta tierra.
Tras describir la desventura de Tobías (pobre y ciego) y Sara (insultada por la muerte de sus siete maridos, víctimas del demonio), presenta a la divina Providencia enviando al arcángel Rafael como guía de su hijo Tobías1 en el viaje a Media, donde debe recuperar diez talentos prestados a un hombre llamado Gabael. El arcángel libera al hijo de Tobías de un pez enorme y del demonio a Sara, que se convierte en esposa del joven. Más tarde, a la vuelta de Media, devuelve la vista a Tobías.
Muchos dicen que este libro fue escrito por el propio Tobías en el siglo VII antes de Cristo.
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REFLEXIÓN VI

La Biblia y el estado eclesiástico


«Yo te busco de todo corazón,
no dejes que me aparte de tus mandamientos»

(Sal 118/119,10)


Son muchos los que leen la Biblia, pero pocos los que saben leerla bien. Es necesario que todos, especialmente los llamados al sacerdocio, sepamos sacar y aprender de esa lectura la doctrina de las cinco teologías: dogmática, moral, pastoral, ascética y mística, porque cada una de ellas tiene su fundamento en el Libro divino.
El joven que lee la Biblia con esa intención verá que se abren ante él horizontes sin límites. Su mente comprenderá los motivos y la belleza divina de muchas verdades que más tarde tendrá que estudiar o le serán explicadas. Una luz misteriosa aclarará continuamente su inteligencia y le guiará por los caminos misteriosos de la ciencia divina.
Y su voluntad, animada con el ejemplo de los santos hombres de quienes habla la Biblia, adquirirá tenacidad y coraje en la práctica de la moral cristiana. Su corazón verá que se abren ante él caminos infinitos en los que podrá entregarse al amor a Dios y al prójimo.

* * *

Hemos considerado en los días precedentes la Biblia en relación con la teología dogmática
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y moral. Hoy meditaremos sobre la Biblia y la teología pastoral.
¿Qué es la teología pastoral?
San Gregorio Magno la define así: «Ars artium, regimen animarum»: el arte de salvar a las almas. Es el arte de apacentar a las almas y llevarlas al cielo.
Para entender bien esta definición deberíamos oír de labios del mismo Jesús esta frase divina: «Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas» (Jn 10,11).
Jesús es modelo y maestro en este arte. Debemos imitarle. Pero no podemos imitar los ejemplos de un maestro si no le conocemos. Es pues necesario que el pastor de almas y el llamado a este ministerio abran el santo Evangelio y lean.

* * *

Hoy2 la práctica de la vida pastoral ha alcanzado un gran nivel. Lo demuestran las numerosas traducciones del valioso libro de san Gregorio Magno Reglas pastorales,3 escrito por este Papa para la formación de un clero santo.
¡Qué progreso tan consolador ha experimentado hoy la obra de catequización e instrucción, especialmente de la juventud! Ahí están las obras de caridad, de beneficencia, de la buena prensa, de la pastoral, etc.
Como sabemos, el alma de todas estas obras, cuyo fin es la santificación de las almas, debe ser el sacerdote. Él ha sido constituido verdadero pastor.
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El sacerdote debe ser para las almas púlpito, altar y confesionario.
Debe ser púlpito, es decir, debe iluminar, instruir a sus ovejas con la palabra, y si es necesario con la pluma. Además, a ejemplo de Jesucristo, debe ser un púlpito viviente, o sea que con una vida santa predique continuamente, amoneste y estimule al bien a las almas que le siguen.
Debe ser confesionario: el sacerdote debe saber ir en busca de la oveja extraviada, liberarla de las espinas que pueden atraparla, y llevarla después a lugar seguro. Debe saber atraer a los pecadores, hacerse querer por los niños para poderles acoger con su inocencia y conservarles cándidos como lirios.
Es un arte del sacerdote saberse hacer niño con los niños y pobre con los pobres; es un arte tratar con los adultos, con los moribundos, con toda clase de pecadores. En una palabra, debe saber ser todo para todos, como Jesús Maestro, para salvarlos a todos.
Debe ser altar: el buen pastor de almas no solamente debe instruir e indicar a las almas la virtud; también debe comunicarles la gracia y la fuerza de practicar esa virtud. Y es justamente en el altar donde él se sitúa como canal misterioso entre Dios y las almas y donde les consigue todas las gracias y bendiciones celestiales.
Es verdad que el sacerdote parece estar solo en el altar, pero de hecho se encuentra allí en íntima comunicación con Dios, presentándole sus propias necesidades y las de las almas y ofreciendo por todos el sacrificio divino. En la santa Misa el sacerdote no inmola solamente la víctima divina, sino que juntamente con ésta se inmola
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también él mismo con sus comodidades, sus intereses, su yo.
Todo esto es el pastor de almas.
¿Y cómo sabemos que así debe ser la vida del sacerdote? ¿Cómo podemos decir que tal ha de ser la vida de un óptimo pastor de almas?
Lo sabemos por la Biblia.
La sagrada Escritura muestra ante nuestros ojos a lo largo de sus libros el ejemplo admirable de los primeros patriarcas, presentados como pastores y jefes del pueblo elegido.
En el Levítico se nos describe el importante oficio de la tribu de Leví, elegida entre las doce tribus de Israel para desempeñar el ministerio del culto divino, lo que quiere decir que una duodécima parte del pueblo hebreo estaba dedicada exclusivamente a esta importante misión. La Biblia narra también ejemplos de santos sacerdotes que son para todos los pastores de almas un estímulo en el cumplimiento de su ministerio.
Pero el sacerdote aprende el arte de las artes en el Nuevo Testamento. En estas santas páginas puede contemplar al modelo divino, Jesucristo, y verificar su amor y ternura con los niños. Y es también en el Evangelio donde admiramos el amor inmenso de Jesús a los pecadores.
Quien quiera escribir un tratado auténtico de teología pastoral, que tome el santo Evangelio y lo comente. Es lo que hizo san Gregorio Magno en sus «Reglas pastorales», una obra que consiste solo en un comentario o explicación de algunos capítulos del Nuevo Testamento.
Recientemente ha sido editado un libro4 en el que se demuestra que el Nuevo Testamento, especialmente los Hechos de los Apóstoles, es el mejor tratado de teología pastoral. Se dice en él
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que la vida de apostolado de san Pablo es el modelo más perfecto, después del de Jesús, para un pastor de almas.
Sacerdotes y clérigos, abrid ese santo libro y encontraréis en él vuestro código, vuestra norma de vida. En él aprenderéis el modo de salvar a las almas. El Evangelio es un magnífico compendio de teología pastoral.

EJEMPLO. San Gregorio Magno. Fue llamado el Grande por la multiplicidad y la importancia de sus obras. San Gregorio fue uno de los Papas más grandes que ha conocido la Iglesia.
Viendo que no podía servir totalmente a Dios si continuaba viviendo en el mundo, puso en práctica el consejo evangélico de vender sus bienes, dar lo obtenido a los pobres y retirarse a la vida monástica en el monasterio de San Andrés, fundado por él.
Sus ocupaciones se concentraron en la oración, en la penitencia y el estudio asiduo de la sagrada Escritura, donde se surtía para escribir sus obras admirables, una de cuyas pruebas son los «Moralia», comentario al libro de Job.5 Es el doctor de la teología pastoral.
Desde la cátedra de San Pedro, para la que unánimemente fue elegido, recomendaba a los superiores de los monasterios que promovieran de manera especial el estudio de los libros sagrados. Así escribía a un cortesano de Constantinopla, a quien había conocido cuando fue nuncio del emperador: «Tengo que reprenderte porque, tan ocupado como estás en numerosos asuntos, descuidas la lectura diaria de las palabras de quien ha redimido tu alma. ¿No es la sagrada Escritura una carta que Dios omnipotente ha escrito a su criatura? Seguro que si recibieras una carta de un emperador de la tierra, no encontrarías descanso ni dormirías sin leer su escrito. Pues bien, es el emperador del cielo, el Señor de los hombres y los ángeles, el que te envía sus cartas, en las que trata de tu vida, y tú te olvidas de leerlas. Cambia de conducta y no dejes a partir de ahora pasar un solo
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día sin leer y meditar las palabras de tu creador».
Consideremos como dirigidas a cada uno de nosotros las palabras de este santo y pongamos en práctica el consejo de la lectura cotidiana de la sagrada Escritura.

FLORECILLA. Recitaré tres padrenuestros, avemarías y glorias a Jesús Maestro para que los pastores de almas se formen con el estudio de la sagrada Escritura.

CÁNTICO DE LOS REDIMIDOS [#]

Aquel día dirás:
«Yo te doy gracias, Señor, porque estabas irritado contra mí,
pero tu cólera ha amainado y me has consolado.
Dios es mi salvador; confío en él, no temo,
porque mi fuerza y mi júbilo es el Señor;
él es mi salvación».
Sacaréis agua con alegría de la fuente de la salvación.
Y diréis aquel día:
«Dad gracias al Señor, invocad su nombre,
proclamad sus proezas entre las naciones,
repetid que su nombre es sublime.
Cantad al Señor, porque ha hecho maravillas;
toda la tierra lo conozca».
Exulta, grita de júbilo, habitante de Sión,
pues grande es en ti el Santo de Israel.

(Is 12,1-6).


LECTURA

Los cristianos deben obedecer a sus sacerdotes y orar por ellos

Obedeced a vuestros jefes y estadles sumisos, porque ellos cuidan de vuestras vidas, de las cuales deberán dar cuenta, para que lo hagan con alegría y no con lágrimas, lo que no os beneficiaría nada.
Rezad por nosotros. Sabemos que tenemos la conciencia tranquila, resueltos como estamos a portarnos bien en todo. Os ruego encarecidamente que lo hagáis, para que cuanto antes pueda estar con vosotros.
El Dios de la paz, que por la sangre de la alianza eterna resucitó de entre los muertos al gran Pastor de las ovejas, nuestro Señor Jesucristo, os haga aptos
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para cumplir su voluntad en toda clase de obras buenas, obrando en vosotros lo que le es agradable a sus ojos por Jesucristo, a quien sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.

(Heb 13,17-21).6


ORACIÓN DE SALOMÓN

Señor, Dios de Israel, no hay Dios semejante a ti ni en el cielo ni en la tierra. Tú guardas la alianza y la fidelidad con tus siervos que siguen tus caminos de todo corazón. Tú has cumplido la promesa que hiciste a tu siervo David, mi padre; tus manos han realizado lo que tus labios habían prometido. Ahora, Señor, Dios de Israel, cumple también lo que prometiste a tu siervo David, mi padre: No te faltará nunca en mi presencia un varón que se siente sobre el trono de Israel, con tal que tus hijos se porten bien y sigan tus caminos, como lo has hecho tú. Así pues, Dios de Israel, que se cumpla la promesa que hiciste a tu siervo David. Atiende, Señor, Dios mío, la oración y la súplica de tu siervo; escucha el grito y la súplica que tu siervo eleva hoy a ti.

(2Crón 6,14-17.19).7


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1 Tobías, hijo de Tobit, también recordado como Tobías.

2 Reléase en la p. 28 la invitación a considerar los libros que hoy se imprimen en el mundo (pp. 32, 45, 48, 53...). El hoy se refiere normalmente a la lectura de la sagrada Escritura. En la Nota pastoral de la CEI (1995) se lee: «Hoy es el tiempo de la “gran hambre” de la Palabra del Señor... Todavía hoy, mientras se nos invita a comprometernos intensamente en la “nueva evangelización”, es Dios mismo, por medio del libro sagrado, quien evangeliza a su pueblo y le habla al corazón como un padre a sus hijos» (n. 25). LS lamenta en la p. 78 que “los hombres de hoy” estimen más las ciencias naturales, útiles para la vida presente y no para el futuro.

3 El título es Regula pastoralis. En esta Regula, dividida en cuatro partes, Gregorio pone de relieve la altura de la dignidad episcopal, subraya las virtudes del pastor, enseña el modo de educar a las diversas categorías de los fieles y finalmente exhorta al obispo a la renovación personal continua, para hacer más incisiva y eficaz su palabra. La Regula pastoralis tuvo una gran difusión en el Medioevo y todavía hoy es provechosa para los pastores de almas, como lo es la Regula Benedicti para los monjes y los religiosos en general.

4 Es difícil establecer a qué libro se refiere el P. Alberione. Se podrían examinar las Letture Bibliche dirigidas por Ferruccio Valente y publicadas por la SEI en 1928; Il Divino Maestro, Testo concordato dei quattro Vangeli, con notas, Pia Società San Paolo, Alba 1929 (de 330 páginas). También se disponía, publicado por B.M. Maroni, de “Via, Veritas et Vita”, Manuale di Catechismo, Roma 1928.

5 La Expositio in Iob, que también se titula Moralia in Iob, fue comenzada en Constantinopla en forma de conversaciones dirigidas a los hermanos, y en parte continuada dictando. Más tarde Gregorio reelaboró toda la obra.

6 LS indica “Hebr. III, 17-21”, pero se trata del cap. 13.

7 En LS la cita es “III Re, III, 23 y sig.”, pero incluso refiriéndose a la Vulgata, parece errada.