«Si tu ley no hubiera hecho mis delicias,
yo hubiera perecido en la miseria»
(Sal 118/119,92)
(San Buenaventura).
(Hab 3,2-19).
(Mc 12,28-34).
(Esd 9,6-9).
1 Patriota y escritor italiano, Silvio Pellico (Saluzzo 1789 - Turín 1854) es conocido especialmente por la historia de su encarcelamiento político bajo el imperio austríaco, que él describe en su libro Le mie prigioni, considerado un noble testimonio de fe y perdón cristiano.
2 Se trata de Alonso (no Alfonso) Rodríguez, jesuita español, escritor de ascética (Valladolid 1538 - Sevilla 1616). Enseñó durante muchos años teología moral en el Colegio de Monterrey y seguidamente fue tres años maestro de novicios y rector en Montilla. La obra que le dio más fama es Ejercicio de perfección y virtudes cristianas, en tres volúmenes, publicados en Sevilla en 1609. Gozó de gran estima entre muchos fundadores de institutos religiosos, entre ellos el P. Alberione.
3 Diego Álvarez de Paz (Toledo 1560 - Potosí 1620) fue uno de los principales autores espirituales de la Compañía de Jesús. Misionero en Perú, profesor de Filosofía, Teología y Sagrada Escritura, debe su fama a tres volúmenes de Teología espiritual: De exterminatione mali et promotione boni (1613), De inquisitione pacis seu studio orationis (1617), De vita spirituali eiusque perfectione (1618).
4 Obra escrita por san Alfonso de Ligorio y publicada en 1768 «para utilización de las almas que desean asegurar la salvación eterna y caminar por las vías de la perfección», considerada por el santo «la más devota, la más útil de mis obras». Ha tenido no menos de 516 ediciones, cf. Bibliotheca Sanctorum I, p. 853.
5 De imitatione Christi, libro atribuido a Tomás de Kempis (cf. nota 5 de p. 226).
6 Cf. Diario spirituale. Scelta di detti e fatti di santi e di altre persone di singolare virtù, Pia Società San Paolo, Roma-Alba 1927 (reimpresión en Bari 1956-1957). El texto fue publicado como anónimo en Nápoles en 1775; dos siglos más tarde, el Dictionnaire de Spiritualité (voz Journal spirituel, París 1974), atribuye su paternidad al barnabita B. Canale, Milán 1749. La expresión del 1° de enero es de san Francisco de Sales: «Haced como si el pasado no existiera y decid con David: ahora comienzo a amar a Dios».
7 Teótimo o Tratado del amor de Dios, publicado en Lyón en 1616, puede considerarse la obra maestra de la espiritualidad de san Francisco de Sales. Sus fuentes principales son la Biblia, especialmente los Salmos, Job, Jeremías, el Cantar de los Cantares y las cartas de san Pablo; los santos Padres, especialmente san Agustín; santo Tomás de Aquino y los escritos ascéticos de Ángela de Foligno, Catalina de Siena, Catalina de Génova y Teresa de Ávila. Sobre su finalidad escribe en la introducción: «He pensado solamente en exponer con sencillez y naturalidad la historia del nacimiento, del progreso, del decaimiento, de las operaciones, de las propiedades, de las ventajas y de la excelencia del amor divino... La finalidad del tratado consiste en ayudar al alma devota a avanzar en su proyecto». El tratado fue escrito de manera especial para las hermanas de la Visitación y para las almas de vida contemplativa.
8* Pío VI escribía a monseñor Martini, célebre traductor de la Biblia: «Estás en lo cierto cuando consideras que es necesario que los cristianos se sientan muy atraídos por la lectura del santo Evangelio, pues son estas las abundantísimas fuentes a las que cada fiel debe tener abierto el camino para saciar en ellas su ansia de santidad de vida y de doctrina».
[Monseñor Antonio Martini (Prato 1720 - Florencia 1809), doctor en Letras por Pisa, fue arzobispo de Florencia. A invitación del cardenal Vittorio Amedeo delle Lanze se dedicó a la versión italiana y al comentario de la Vulgata, en conformidad con la norma del papa Benedicto XIV (breve del 13 de junio de 1757), según el cual la traducción de la Biblia en lengua moderna se permite con la condición de que esté provista de notas sacadas de los santos Padres y de los doctos autores católicos. La Biblia de monseñor Martini (Nápoles 1771-1781) fue aprobada con un breve pontificio de Pío VI del 17 de marzo de 1778].
9 Herejía que negaba la divinidad de Jesucristo en cuanto Hijo de Dios. Fue condenada por el Concilio de Nicea en el 325. Arrio, presbítero de Alejandría, murió en el 336, pero la controversia arriana ocupó gran parte del siglo IV y fue determinante para la explicitación y el desarrollo de la doctrina cristiana.