de los mártires de la sagrada Escritura alcanza varios centenares, hasta el punto de que la Iglesia, no pudiendo celebrar la fiesta particular de cada uno de ellos, estableció el 2 de enero como fiesta de todos los
Mártires de la sagrada Escritura.
En otra página de la historia de la Iglesia se cuenta que aquellos fervorosos cristianos escribían en tablillas los versículos de la sagrada Escritura que luego colocaban en las paredes de las iglesias y de las casas para tener siempre presentes las divinas palabras.
Así se explica la valentía y la heroicidad de los primeros cristianos, que preferían sufrir mil muertes antes que renegar de su fe. Y así se explica también su gran amor mutuo, hasta el punto de asombrar a los propios paganos, que al verles se decían: ¡Mirad cómo se aman!... ¡Parecen hermanos!
FLORECILLA. Como imitación de los primeros cristianos, escribiré en mis libros y cuadernos algún versículo de la sagrada Escritura.
CÁNTICO AL CREADOR [#]Escuchadme, hijos, y creced
como rosa plantada a la orilla del arroyo.
Derramad buen olor, como incienso.
Floreced como lirio,
exhalad suave olor y celebrad sus loores,
bendecid al Señor por todas sus obras.
Engrandeced su nombre,
publicad sus alabanzas con cantos y con cítaras;
así diréis al alabarle:
Qué hermosas son todas las obras del Señor;
todas sus órdenes se cumplen a su tiempo.
No hay lugar a decir: «¿Qué es esto?
¿Para qué es aquello?»,
porque todo ha sido creado con su fin.
A una palabra suya las aguas se congregaron
y se formaron los depósitos de las aguas.
Por orden suya se cumple en todo su voluntad,
y no hay quien impida su obra salvadora.
Las obras de todo viviente están en él,
y nada se puede ocultar a sus ojos.
Su mirada se extiende desde los orígenes
hasta el fin de los tiempos,
y nada hay extraordinario para él.
No vale decir: «¿Qué es esto? Aquello, ¿para qué?»,
pues todas las cosas fueron creadas para un fin.
Su bendición es como un río que se desborda,
como un diluvio que empapa la tierra.
Dejará sentir su ira sobre las naciones,
como cambió las aguas en salitre.
Sus caminos son rectos para los justos,
para los malvados son escabrosos.
(Sir 39,13-24).