«Según tu amor dame la vida,
y yo guardaré los decretos de tu boca»
(Sal 118/119,88)
(Sal 18/19).
(1Cor 1,17-31).
(Is 63,19-64,11).13
1 Iscariota, literalmente “hombre de Kerioth” (una aldea palestina). Thaddaios, palabra de origen incierto, podría significar, como el hebreo Lebbeo, “de gran corazón, valiente”. De una confrontación con el catálogo de los apóstoles en Lc 6,16, Mt 10,3 y He 1,13, parece que Judas, hijo de Santiago, y Tadeo son la misma persona, el probable autor de la carta de Judas.
2 A propósito de las publicaciones de carácter científico o divulgativo sobre la exégesis bíblica, véase PCB, La interpretación de la Biblia en la Iglesia, 1993, n. 36.
3 Ver las pp. 97ss e 191ss.
4 DANTE ALIGHIERI, Divina Comedia, Infierno, II, 72.
5 Se trata de una máxima neoplatónica, derivada de las obras de Plotino (filósofo que vivió del 203/5 al 270 d.C. aproximadamente) y que posteriormente entró, tal vez a través de un monje sirio del siglo V-VI, el Pseudo-Dionisio Areopagita (De cœlesti hierarchia 4), en las obras de Tomás de Aquino y de la escolástica. Importante para la metafísica de Plotino era el proceso de emanación de las cosas reales del Uno invisible. Plotino ofrecía metáforas de esta emanación, como la radiación del calor o del fuego, del frío o de la nieve, de la fragancia de una flor o de la luz del sol: el bien, concluía, se difunde espontáneamente por el hecho de ser bueno en sí mismo. Los entes que han alcanzado su perfección del ser, no la tienen por sí mismos, sino que la expresan generando de ese modo imágenes externas de actividades interiores. El mismo concepto se asume hoy como eslogan de la comunicación libre y espontánea en Internet.
6 Cf. 1Tes 2,19-20: «Vosotros sois nuestra corona y nuestro gozo».
7* «Leed pues la Sagrada Escritura, hermanos míos, leedla para no ser ciegos y guía de ciegos. Leed la Sagrada Escritura y veréis con claridad lo que se debe aceptar y lo que se debe evitar. Leedla, que es más dulce que la miel, más suave que el pan, más estimulante que el vino. Estudiadla y veréis que el Dios de los dioses es la anchura en su caridad, la longitud en su eternidad, la altura en su majestad y la profundidad y la inmensidad en su sabiduría». Autor no citado; probablemente se trata de san Agustín.
8 «Y se las has revelado a los sencillos».
9 Llevado del radicalismo juvenil, vendió los manuscritos griegos que poseía por una cantidad muy pequeña (demostrando así que renunciaba a todo lo que no era conocimiento de Dios) y adoptó una vida muy austera.
10 La Héxapla es una de las obras más importantes de Orígenes. Consiste en la edición del Antiguo Testamento (compilado alrededor del 240 d.C.), en la que figura en seis columnas el texto hebreo y las diversas traducciones griegas del mismo. Lamentablemente, de esta obra, en la que demuestra una gran inteligencia en la crítica textual, sólo quedan algunos fragmentos.
11 Con san Jerónimo, Orígenes es el mayor exegeta crítico y “literal” de la antigüedad. Sentía una curiosidad insaciable por las variaciones que encontraba en los manuscritos del Antiguo y del Nuevo Testamento, y lo registraba y explicaba todo. Para él, sin embargo, el texto griego prevalece sobre el hebreo, porque es el que los apóstoles dieron a la Iglesia. Explica con esmero el significado literal del texto con ayuda de la filología griega y de la historia de los usos y costumbres del pueblo hebreo, y por tanto con la ayuda de las interpretaciones hebreas, gracias a la relación que mantenía con algunos rabinos. El sentido “literal” para Orígenes es el sentido filológico y etimológico de la palabra o de la frase. En cambio, por significado literal nosotros entendemos el que el autor humano entendió y quiso expresar. Orígenes, con el sentido literal (sería mejor llamarlo literalista, de fidelidad a la letra) corre el riesgo de no percibir el lenguaje figurado, que también existe en el texto bíblico (por ejemplo, las parábolas y metáforas). Orígenes conoce, no obstante, el sentido “espiritual”, inspirado por el Espíritu Santo. Como Pablo, acepta que todo el Antiguo Testamento fue escrito “figuradamente” y “como aviso para nosotros” (cf. 1Cor 10,11), profecía o figura de Cristo. En cuanto a la exégesis del Nuevo Testamento, ésta debería aplicar a todo cristiano lo que se dice de Cristo. En una palabra, el método de Orígenes -que tanto influyó en la lectura de la Biblia en la Iglesia- prevé un triple significado de la Escritura en su conjunto (cf. De Principiis, IV, 2), que corresponde a su antropología en tres aspectos: un significado corporal (o literal), uno psíquico (o moral) y otro espiritual (o místico). H. de Lubac, Exégèse Médiévale I/1, 198-211, hace remontarse a la praxis exegética de Orígenes la doctrina del cuádruple significado que será enunciado por el monje Casiano (360-435): el significado literal; el significado alegórico, que consiste en la afirmación de Cristo como centro de la historia; el significado antropológico, que tiene que ver con el comportamiento del cristiano, y el significado anagógico. Que hace presentir y pregustar los bienes futuros, eternos (ver nota 7 de la p. 40).
12 En LS se alude a la traducción de la Biblia hecha por mons. Martini (p. 81, nota 8) y a la traducción de la Vulgata hecha por Jerónimo (pp. 245-248). Para el P. Alberione las traducciones tienen un valor pastoral y apostólico relevante. La Dei Verbum hace hincapié en la necesidad de traducciones apropiadas y correctas (n. 22).
13 LS, de acuerdo con la Vulgata, indica “Is. LXIV, 1-12”.