«Tus decretos son la justicia eterna,
hazme inteligente y viviré»
(Sal 118/119,144)
(Dt 32,21-27).4
(Mt 18,15-20).
(Tob 3,11ss).5
1 Hasta ahora el P. Alberione se ha referido a una santificación individual y social (p. 14), ha hablado de apostolado y de necesidades sociales (p. 100), y de la familia como célula de la sociedad (p. 173).
2 En relación con esta importante afirmación del P. Alberione, léase una nota pastoral de la Conferencia Episcopal Italiana (CEI): «Hoy especialmente, mientras el Espíritu Santo nos estimula a una “nueva evangelización” en el contexto de la multiplicidad de las religiones y de las culturas, se nos invita a participar en el diálogo singular entre la revelación bíblica y las diversas señales que Dios ha dejado de sí. Esto forma parte del trabajo de inculturación de la Palabra de Dios, de la que la Biblia es simultáneamente testimonio principal, fuente de inspiración insustituible y garantía de fidelidad. - La atención a la historia de los efectos de la Escritura tanto en la Iglesia como en la sociedad, en el plano de las expresiones religiosas, espirituales, éticas y culturales es hoy una forma providencial para reconocer que “el Señor ha hecho por nosotros cosas grandes” (Sal 125/126,3). Obras grandes hizo y sigue haciendo en medio de su pueblo desde la creación hasta la realización definitiva de la salvación» (La Bibbia nella vita della Chiesa, n. 23).
3 Mt 28,19.
4 LS indica “Deut. XXXII, 21-29”, pero el texto latino reproducido se detiene en el versículo 27.
5 Este texto corresponde a la versión que el compilador tiene delante (Vulgata). Puede resultar difícil encontrar el mismo texto en otras traducciones. El texto griego de Tobías nos ha llegado en tres versiones diversas. Una es el códice Sinaítico, y a esta se acerca la Vetus Latina. La segunda -que es utilizada por la Iglesia griega y está en los códices Alejandrino y Vaticano- es más breve y al mismo tiempo más cuidada.