Beato Santiago Alberione

Opera Omnia

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26. EL ROSARIO DEL ALMA EUCARISTICA

La Iglesia no puede no admitir el apostolado eucarístico, no puede negarlo sin negarse a sí misma, y no puede realizar su acción santificadora sin dedicarse al apostolado eucarístico. Vuestro apostolado está en el centro, en el corazón de la Iglesia, está en el fin de la Iglesia.
Por consiguiente, no hubo nunca ni podrá haber objeciones. Las objeciones y las dificultades las suscitamos nosotros, son causadas por nuestro modo imperfecto de ver y por nuestra incapacidad.
No hay religión sin Sacrificio, no puede haber Sacerdocio sin Sacrificio, no puede haber apostolado verdadero sin Sacrificio eucarístico. Todos los apostolados tienen el centro aquí, todos se iluminan de esta luz, se nutren con este alimento.
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Hacemos una consideración que repite lo que os dije quizás hace diecisiete años cuando se construía la iglesia en Alba1.
Vuestro Rosario tiene que tener un carácter especial. La Pía Discípula escoge en la meditación de los misterios el sujeto que más le conviene.
En el Rosario se mira a considerar una verdad, practicar una virtud, pedir una gracia. Así en cada misterio.
Sean los vuestros, rosarios que llevan la inteligencia a conocer, la voluntad a practicar, el corazón a amar y a unirse con Dios.
Cuando se reza el Rosario en público o con los niños, es cosa buena rezar el misterio entero, como está escrito en el libro de las oraciones de la Casa. En cambio, cuando se trata de personas adultas, de sólo religiosas, basta enunciar el misterio y dejar a cada una la libertad de detenerse en la consideración que prefiere.
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El Sacerdote considerará de buena gana a Jesús en el Rosario. Por ejemplo, en el primer misterio gozoso considerará a Jesús mesías; en el segundo a Jesús vida; en el tercero a Jesús camino; en el cuarto a Jesús sumo Sacerdote; y así siguiendo, siempre refiriéndose a los títulos relacionados con Jesús.
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Para un alma particularmente devota de la Virgen María, es cosa buena seguir a María en el Rosario: los privilegios de María, María Medianera de gracia, María Madre de Dios, Modelo de toda virtud, el Corazón de María, etc.
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Luego, está el fruto del Rosario. En el primer misterio gozoso: la humildad; en el segundo: la caridad hacia el prójimo; en el tercero: la pobreza; en el cuarto: la obediencia; en el quinto: el odio al pecado, etc.
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Están las intenciones: por los infieles; por las madres, por los niños; por los Sacerdotes; por los maestros.
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Están las palabras: Ave, gratia plena2. Beata quae credidisti3. Et in terra pax hominibus4. Ecce positus est hic...in signum cui contradicetur5. In his quae Patris mei sunt, oportet me esse6.
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El penúltimo tema de meditación es el que tenéis que tomar especialmente nosotras. El Rosario y la Eucaristía. He aquí el Rosario de la Discípula-Apóstol de la Eucaristía. Aprender a rezar el Rosario y a convertirse en apóstoles del Rosario. Meditar cada misterio en la luz del Sagrario.
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MISTERIOS GOZOSOS
1. Misterio: La Anunciación. la Eucaristía: Presencia real.
Jesús está realmente presente en la Hostia sagrada. El Verbo se hizo carne y se hizo alimento eucarístico. Yo soy el pan vivo bajado del cielo7.
Como la Virgen Santísima, como san José, como los pastores han adorado a Jesús en la paja, así nosotros lo adoramos bajo las especies del pan. Visus, tactus, gustus, in te fallitur, sed auditu solo tuto creditur8. Los sentidos se engañan, aparece sólo el velo, pero está Jesús vere, substantialiter, realiter9. Creer en el dogma de la presencia real; ir a la Eucaristía como los hombres iban a Jesús, cuando vivía entre nosotros y habitaba visiblemente en medio de nosotros. Ir a Jesús, como María al Pesebre10, como la Magdalena que pedía perdón11, como la Samaritana que pedía el agua viva12, como los ciegos que pedían la vista13, los pecadores que invocaban misericordia.
¿Qué deducís de la presencia real? ¡Está Jesús! ¿Lo creo? ¿Tengo celo por embellecer los Sagrarios, por multiplicar las moradas de Jesús? Para él la seda, el lino, el oro, el vino mejor para la Misa, elegida calidad de trigo para las formas.
Tenéis que llevar el hábito azul con el escapulario blanco, como la Virgen María, para uniros a su fe, a sus adoraciones.
Creer con la cabeza: creo lo que dijo el Hijo de Dios. Creer nosotros y rezar para que todos crean en la presencia real.
Decid desde la mañana: Señor, manda los Querubines, los Serafines, los Espíritus celestiales a poblar tus moradas. Señor, purifica mi alma y hazme digna de mi vocación.
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2. Misterio: La Visitación. Visita eucarística.
La Visita es señal de fervor. ¿Se comprende de veras este deber, se comprende la necesidad de ser fieles a él? Hacer bien la Visita no quiere decir solamente rezar oraciones durante el tiempo establecido. Hacer la Visita es un poco lo que se hace entre los hombres cuando hay intimidad entre ellos y se comunican los bienes de la amistad. Se hacen y se devuelven la visita, se intercambian dones, conversan. Así hizo María visitando a santa Isabel.
Ir a encontrar a Jesús, llevarle algo, conversar con él en intimidad. Preguntarle si está bien, si está contento, si tiene disgustos. ¿Estás herido, Jesús? ¿Tienes penas? ¿Estás contento de mí? Luego, le dais noticias vuestras: esta mañana hice una de las mías...; tú conoces aquellas dificultades; no consigo en aquel deber; necesito aquella gracia.
Exponed el fin de la Visita y pedid las gracias que necesitéis.
Los métodos principales de la Visita son los de los cuatro fines y el método Camino, Verdad y Vida.
¿Qué pide el alma apóstol de la Eucaristía? Que se multipliquen las Adoraciones, las Asociaciones eucarísticas; que con el desarrollo de las Pías Discípulas se comunique mucho bien al pueblo cristiano, se establezca una cadena de almas eucarísticas.
Yo hago alusión solamente a alguna cosa, pero cada una de vosotras puede ampliar y desarrollar como crea el objeto de la meditación.
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3. Misterio: El nacimiento de Jesús. Comunión.
Viva de Jesús nuestra alma y lo reciba dignamente cada día. La Comunión sea el alimento cotidiano de los cristianos y dé grandes frutos para las almas.
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4. Misterio: La purificación. Preparación para la Comunión.
Hacer bien la confesión para purificar nuestra alma y hacerla más digna de recibir a Jesús. No cometer nunca pecados, para preparar el sitio para Jesús en nuestro corazón. Prepararle una cuna de amor, toda hermosa y calurosa de afecto, de manera que Jesús more con gusto en ella.
El mundo tiene dos mil millones de personas. ¿Cuántas son las Comuniones cotidianas?
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5. Misterio: La pérdida de Jesús en el templo. Acción de gracias de la Comunión.
¿Por qué la comunión no produce siempre el mismo fruto? No porque el alimento no sea bueno, sino porque no se recibe bien. Sucede como para la semilla evangélica: una parte cae a lo largo del camino, una parte entre espinas, una parte en terreno pedregoso, una parte finalmente, en un buen terreno14.
Pensad en el fruto que dio la Comunión en ciertas santas: Santa Catalina de Siena15, Santa Gema16, la Beata Imelda17.
En el Oremus de la Misa de San Pascual Baylón18 pedimos al Señor que nos conceda también a nosotros poder sacar del banquete divino la abundancia de gracia que recibió el santo.
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MISTERIOS DOLOROSOS
1. Misterio: La agonía de Jesús en el huerto. Reparación.
Jesús ha pedido insistentemente la reparación a almas amantes, como Santa Margarita M. Alacoque19, Santa Gema y a todas las almas santas. Reparar los pecados de todo tipo, pero sobre todo reparar los pecados contra el sacramento del amor.
Se niega la Eucaristía, se hacen escuelas de odio contra el misterio del amor. Reparad, haced como la Verónica, y secad el rostro sangrante y sufriente de Jesús.
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2. Misterio: La flagelación. Sacrilegios.
El sacrilegio es profanar una cosa sagrada y la cosa más sagrada es la Eucaristía. ¡Oh, el horrible pecado que tiene tan dolorosas consecuencias! Que nunca se cometa por parte de Sacerdotes y de las almas consagradas al Señor.
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3. Misterio: La coronación de espinas. Los enemigos de la Eucaristía.
Son los negadores, los que alejan a las almas de la Eucaristía, los protestantes, los que destruyen iglesias, las profanan, los que cometen pecados en las iglesias. Vosotras reparad, sed las amigas del Santísimo Sacramento.
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4. Misterio: El camino al Calvario. El Divino Cireneo.
Es Jesús que lleva nuestros pecados. En el Sagrario los repara todos, no está sin hacer nada, sino que reza, repara, satisface por nosotros.
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5. Misterio: La crucifixión y muerte de Jesús. La Santa Misa.
Aquí hay un argumento de infinita meditación. Que la Santa Misa sea conocida; sean escritos, difundidos, leídos muchos artículos sobre el Santo Sacrificio; se cuide la obra de las Santas Misas20; que se multipliquen los Sacerdotes para que sean multiplicadas las Misas. Recordad: tenemos que obtener un millón seiscientos mil Sacerdotes todavía.
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MISTERIOS GLORIOSOS
1. Misterio: La Resurrección. La gloria del Santísimo Sacramento. Es toda una historia de amor, de gracia.
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2. Misterio: La Ascensión. Frecuencia a la Santa Comunión. Por nosotros, por todas las almas santas.
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3. Misterio: La venida del Espíritu Santo. La Eucaristía y la vida activa. La sagrada Hostia es alimento de toda actividad.
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4. Misterio: La Asunción de la Virgen María. La Eucaristía y la vida interior. Que los hombres abran su vida espiritual con la Comunión bien hecha y que la cierren con la Comunión bien hecha. El Sagrario sea el centro de toda vida, la fuerza de toda existencia.
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5. Misterio: La coronación de la Virgen Santísima en la gloria de los Angeles y de los Santos. La prenda de la gloria. En el cielo tendremos en Cristo nuestra gloria y sobre la tierra se nos da la prenda de la gloria futura21.
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Transformemos el Rosario en apostolado eucarístico; transformémonos a nosotros mismos en verdaderos apóstoles. ¡Actuar! La más grande actividad de la Iglesia, la más fructuosa es la actividad eucarística. El Señor os dará la gracia de comprender el inmenso tesoro que se os ha confiado.
Todas las oraciones pueden ser oraciones eucarísticas, así el Via Crucis y todas las demás.
Así como tenéis un hábito especial, conforme a vuestra vocación, tenéis también un espíritu especial; todo termine en el Sagrario y todo parta del Sagrario, para vuestra santificación, para las almas que tenéis que llevar a la Eucaristía.
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1 Las Pías Discípulas contribuyeron a la construcción del templo de san Pablo con la fabricación y cocción de los ladrillos; en el pensamiento del Primer Maestro esto era una anticipación del Apostolado Litúrgico.

2 Lc 1,28.

3 Lc 1, 45.

4 Lc 2, 14.

5 Lc 2, 34.

6 Lc 2, 49.

7 Jn 6, 51.

8 Himno eucarístico Adoro te devote, estrofa n. 2.

9 Cf Concilio de Trento, Sesión XIII, del 11.10.1551. Decreto sobre la SS. Eucaristía. DS nn. 1635-1661.

10 Cf Lc 2, 19.

11 Cf Lc 7, 36-50.

12 Cf Jn 4, 15.

13 Cf Mt 9, 27-30.

14 Cf Lc 8, 5-8.

15 S. CATALINA DE SIENA (1347-1380).

16 S. GEMA GALGANI (1878-1903).

17 BEATA IMELDA LAMBERTINI (1320-1333).

18 S. PASCUAL BAYLÓN (1540-1592).

19 S. MARGARITA M. ALACOQUE (1647-1690).

21 O sacrum convivium, ant. al Magnificat de las I y II Vísperas.