Beato Santiago Alberione

Opera Omnia

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17. HACER REINAR EL AMOR

Roma, Vocacionario paulino,
Grottaperfetta, 56. 7 de junio de 1947


Estamos en la octava del Corpus Domini1, en la octava de vuestra fiesta.
La Iglesia pasa a este día la celebración de la fiesta del amor, que se conmemora en el Jueves santo.
El día de Jueves santo se conmemora el los amó hasta el final2; y el estoy con vosotros todos los días3. Precisamente cuando los hombres querían quitar a Jesús de la tierra, encuentra él el medio para permanecer por siempre y para darse en alimento. La multitud ingrata grita: no queremos que éste reine sobre nosotros4. Existe todavía, existe siempre el contraste entre el amor de Jesús y el odio de los hombres. ¿Quién reinará? ¿El odio o el amor?
222
Vosotras, si sois buenas, numerosas y piadosas de verdad, podréis obtener que reine el amor; que el reino eucarístico se establezca sobre la tierra.
223
Demos importancia a esta verdad: Dios quiere establecer su reino entre los hombres, por medio de los hombres. Desde la salida del sol hasta el ocaso sea alabado el nombre del Señor5. Pero Dios para establecer su morada, para la difusión de la gloria de su nombre, quiere ser ayudado.
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Vosotras tenéis que obtener esto: que venza el amor de Jesús, que Jesús reine en todo lugar. Para obtenerlo, imitad a la Santísima Virgen. Ella era toda de Dios, era santísima. Obtuvo la venida de Jesús con su santidad, su oración, sus deseos y su consentimiento.
225
Primera condición: ser santos. Esto no quiere decir hacer extravagancias; imponerse penitencias extraordinarias. Quiere decir no ser del demonio, sino totalmente y sólo de Dios. No poseer una fibra que no pertenezca sólo a Dios. No un instante del día que no sea gastado únicamente por Dios, y purificarse continuamente.
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En el cielo no entran manchas6; hay que quitarlas en las llamas del Purgatorio. ¿Querríais introducir sombras en la luz del cielo? ¿Querríais entrar en medio de las vestiduras cándidas de los Angeles con el hábito sucio?
Ved, escrutad hasta el fondo del alma para descubrir si hay algo que desagrada a Jesús, que no es digno de Dios.
Tened como la Virgen deseos encendidos, purísimos, y no fantasías inútiles.
227
Rezad para que se establezca el amor de Jesús, y trabajad para este fin.
Satanás es audaz, obstinado, no renuncia tan fácilmente a su imperio sobre las almas y sobre el mundo. Él quiere ser adorado7, y desgraciadamente, hay muchos que doblan sus rodillas ante él.
Multiplicad las vocaciones, porque las fuerzas del mal son muchas y hay que oponerse a ellas con las fuerzas del bien.
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Vosotras tenéis el tesoro grande de las dos horas de Adoración. Consideraos indignas de esta gran predilección, y dad gracias al Señor, que se complace en acogernos, pobres pecadores como somos. A la humildad unid la confianza que tenían y vivían los Santos.
Estáis llamadas a hacer vivir el amor de Jesús en el mundo, Jesús vivo y verdadero en el sacramento de la Santísima Eucaristía.
Pero para hacer esto: ¿sois de veras de Jesús? Sedlo de veras. En todo, en todas las cosas.
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Dies natalis calicis era llamado el Jueves santo en la antigua Liturgia. En el Corpus Christi se celebra el mismo misterio. No se lleva en procesión una bella imagen, una preciosa escultura, sino al mismo Dios vivo y verdadero, que habita entre nosotros.
El día natalicio de los Santos marca su paso de la tierra al cielo; este día natalicio, en cambio, marca el día en que Jesús ha querido estar en la tierra con nosotros, hasta la consumación de los siglos.
Los himnos concluyen: Que has nacido de la Virgen...8 y en el Corpus Christi en su octava se repite el Prefacio de la Navidad: Quia per incarnati Verbi mysterium, nova mentis nostrae oculis lux tuae claritatis infulsit: ut dum visibiliter Deum cognoscimus, per hunc in invisibilium amorem rapiamur9 .
En la Navidad Jesús aparece visiblemente en Belén.
En la Eucaristía aparece bajo las especies del pan.
Allí se hizo carne; aquí se hizo pan. Et Verbum caro factum est...10 Et Verbum panis factum est.
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Decimos en el Ave María: Bendito el fruto de tu vientre, Jesús11. La presencia real de Jesús en el Sagrario es fruto de María Virgen.
Para llevar al mundo este fruto de vida tenemos que ser muy devotos de María y unidos con ella. La Reina de los Apóstoles nos presenta a Jesús, nos da a Jesús.
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También vosotras, en las diversas maneras que entran en vuestro apostolado, tenéis que presentar y dar a Jesús al mundo. Para obtenerlo, sed realmente devotas de María.
¿Os consideráis unidas a su misión: llevar a Jesús al mundo?
Sobre todo poseer las intenciones, los sentimientos, las aspiraciones, los deseos, tener los proyectos de María. Vivir de María, en una palabra.
Tú, ¿tienes los pensamientos, los sentimientos, las aspiraciones de la Santísima Virgen? ¿Obras realmente como obraría ella? ¿Te sientes unida a María? ¿Vives en María? Mira que en ti no haya sólo deseos más o menos vanos, que no haya sólo palabras; mira que no seas religiosa sólo por el hábito religioso que llevas, sino que tu corazón, tu alma, tu voluntad, todo tu ser sea de Jesús por medio de María.
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Pertenecer a María para ser de Jesús.
Sed diligentes en preparar el altar y no pongáis a servicio del Señor lo que no es digno de él. Pero sería todavía un insulto mucho peor meter a Jesús en un corazón manchado.
Cuando hay capricho, orgullo, cuando domina la curiosidad, el querer estar por encima de las demás, cuando penetra la tibieza, entonces se insulta a Jesús en la morada de nuestra alma.
Pedid la gracia de odiar el pecado como lo odia Dios, en cuanto es posible llegar hasta aquí. Uno es tanto más santo, cuanto más odia el pecado, porque se aleja del diablo y se une a Dios.
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Parte positiva: para acelerar la venida del reino de Jesús en el mundo, éste es el camino: amar de veras a Dios.
La señal, la medida del amor es ésta: cumplir la voluntad de Dios.
El Divino Maestro podía testimoniar de sí mismo: Yo hago siempre lo que le agrada al Padre12.
Ser indiferentes ante cualquier obediencia; dispuestas a cualquier cosa, de forma que el Señor pueda hacer verdaderamente de nosotros todo lo que quiere para su mayor gloria.
234
Examinaos ahora un poco para ver:
- si cada una de vosotras es otra María;
- si en el corazón no hay nada que desagrade a Jesús;
- si estáis abandonadas a la voluntad de Dios.
235
Así vuestras Adoraciones serán eficaces: cuando se obra sólo para Dios y se es de Dios enteramente. Cuando se es totalmente de Dios, Dios es todo nuestro, y hace la voluntad del alma. Dios hace la voluntad de los que le temen13. Entonces la oración se hace omnipotente: Cualquier cosa que pidáis, tened fe que la obtendréis14. No dudéis y os será concedida.
236
Que os bendiga el Señor.
No dejéis caer en tierra ninguna oración, por causa de un corazón no libre del todo.
Caminad serenas y desenvueltas. En la alegría es más fácil hacerse santos.
Que no se turbe nunca el corazón de quien busca a Dios y lo ama.
237

1 En 1947 la solemnidad del Corpus Christi coincidía con el día 5 de junio.

2 Cf Jn 13, 1.

3 Mt 28, 20.

4 Liber usualis Missae et Officii, in festo D.N. Jesu Christi Regis, Hymnus Te saeculorum Principem in II Vesperis.

5 Sal 112, 3.

6 Cf Ap 21, 27.

7 Cf Mt 4, 9.

8 Hymno Apostolorum contio, estrofa 6, Cf Las oraciones de la Familia Paulina.

9 Missale Romanum, Praefatio de Nativitate Domini.

10 Jn 1, 14.

11 Cf Lc 1, 42.

12 Jn 8, 29.

13 Sal 144, 19.

14 Cf Mc 11, 24.