Beato Santiago Alberione

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INSTRUCCIÓN XII
LA FAMILIA PAULINA Y SU PARROQUIA

El ejemplar: Dios uno y trino

Hay una línea recta entre «in principio erat Verbum; et Verbum erat apud Deum»1 y la consumación de los tiempos y nuestra eternidad en Dios por Jesucristo. Esta línea (o camino) es Jesucristo camino-verdad-vida.
Dios es uno en naturaleza, trino en personas; se atribuye el poder al Padre, la sabiduría al Hijo y el amor al Espíritu Santo.
Las obras de Dios ad extra2 son de las tres personas. «Dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza» [Gén 1,26]. Pero cada una de las tres divinas personas ha comunicado algo de su propiedad. El plan se atribuye al Hijo: «Per [quem] omnia facta sunt».3 Así como Dios es uno, también el hombre es uno; pero hay en él tres facultades: la voluntad, reflejo de la omnipotencia del Padre; la inteligencia, reflejo de la sabiduría del Hijo; el sentimiento, reflejo del amor del Espíritu Santo.
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Dios elevó al hombre al orden sobrenatural, confiriéndole la gracia divina, don gratuito precisamente porque es gracia. Y ésta, reflejándose en la inteligencia produjo la fe, reflejándose en el sentimiento comunicó un amor sobrenatural, reflejándose en la voluntad comunicó una fuerza particular. Dios «erat simul condens naturam et fondens [infundens] gratiam».4
Adán pecó. Perdió la gracia que le hacía amigo de Dios, y quedó «in deterius commutatus»,5 también en lo tocante a la mente, el sentimiento y la voluntad. Necesitaba ser rehabilitado en su estado original mediante la gracia y los bienes anejos a ella. El Hijo de Dios vino a reparar el edificio antiguo, a restaurar al hombre y sus facultades.
Así fue como restauró la mente (él es verdad), la voluntad (él es camino), el sentimiento (él es vida).
Jesucristo vive en el cristiano, rehecho a imagen y semejanza de Dios uno y trino en Jesucristo glorioso, en ese Jesucristo cuyo miembro es; por Jesucristo se abismará en Dios uno y trino; cada una de las personas divinas concurre a la felicidad del hombre, de sus tres facultades. Para que la felicidad sea plena, cada facultad se verá satisfecha en todas sus aspiraciones. ¡Comienza la eternidad feliz! El camino ha sido Jesucristo, la recta llega a su término.
Todo el mundo es un completo ejemplar6 de Dios uno y trino.

* * *

Art. 73. El novicio, terminado su noviciado, emitirá en la misma casa del noviciado la profesión de los
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votos de obediencia, castidad, pobreza y fidelidad al romano Pontífice, valedera por un año, salvo lo prescrito en el artículo 68; terminado este año de votos, en la casa designada por los Superiores, renueve su profesión por el segundo y tercer años o por tiempo más largo, si no tuviere aún la edad requerida para la profesión perpetua.
Art. 74. El profeso destinado al sacerdocio o clérigo, acabado el trienio de votos temporales, puede ser admitido a la profesión perpetua, a no ser que por necesidad de una prueba más larga deba prorrogar el tiempo de la profesión temporal, pero nunca por más de otros tres años.
Art. 75. En cambio los discípulos, concluido el trienio de las profesiones anuales, según la norma del artículo 73, están obligados a emitir por un bienio una nueva profesión temporal. Este tiempo puede prorrogarse, renovada por el religioso la profesión temporal, pero no por más de otro año.
Art. 76. El Superior competente para la admisión a la profesión religiosa, si se trata de la primera profesión temporal, es el Superior general con el consentimiento de su Consejo, después de haber sido presentado el candidato por el Provincial con el consentimiento también de su Consejo; si se trata de la profesión perpetua, es el Superior general, oído su Consejo, tras presentación por parte del Provincial, oído también su Consejo; si se trata de prorrogar o renovar las otras profesiones temporales, es el Superior provincial, oído su Consejo y cerciorado
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el Superior general.
Art. 77. Para la validez de la profesión religiosa en la Sociedad se requiere que:
1. El candidato tenga la edad legítima, según la norma del artículo 79.
2. Le admita a la profesión el legítimo Superior, según la norma del artículo 76.
3. Preceda un noviciado válido.
4. La profesión se emita sin violencia, ni miedo grave o engaño.
5. La profesión sea expresa.
6. La profesión sea recibida por el Superior mayor o su legítimo delegado. Para la renovación de los votos está delegado por derecho el Superior local, quien puede también subdelegar.
Art. 78. Para la validez de la profesión perpetua se requiere, además, que preceda la profesión temporal durante tres años íntegros. El bienio decretado para los discípulos no se requiere para la validez, pero de él sólo puede dispensar parcial o totalmente la santa Sede.

La inmensa parroquia del mundo

El mundo entero («euntes in mundum universum»)7 puede compararse con una inmensa parroquia, la parroquia del Papa. Esa parroquia es vuestro campo, en el que los obreros evangélicos siguen sembrando buen trigo
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a la luz del día, pero el príncipe del error y del mal siembra de noche cizaña abundante. Así el buen trigo y la cizaña crecen juntos, hasta que en el dies Domini8 los ángeles separen el trigo de la cizaña, y la separación será eterna. En la Iglesia militante están mezclados buenos y malos; en la Iglesia triunfante sólo hay buenos.
La Familia Paulina, inserida en la Iglesia con su apostolado y su aprobación definitiva, tiene la misión de estar en ella y prestar un servicio humildísimo y devotísimo al Papa en su inmensa parroquia, uniéndose a los sembradores evangélicos con el uso de sus medios técnicos. Ocupa un sitio de gran responsabilidad al participar en la misión apostólica y cumplir un mandato divino: «docete omnes gentes».9
En esta instrucción quiero aclarar varios puntos: ¿Cuál es el cometido de la Familia Paulina? ¿Cómo se compone? ¿Qué medios usa? ¿A quién se dirige?
La misión paulina es universal en relación con los hombres: No es una misión para un grupo o sector de hombres, como sería las obras sociales, los emigrantes, la protección de la joven o la educación de la juventud, tareas a las que se dedican exclusivamente varios Institutos beneméritos; ni a obras caritativas, como huérfanos, ancianos, enfermos o minusválidos; ni a las misiones entre los infieles.
Nuestra misión se dirige, en alguna medida y usando los medios técnicos, a todos: a todas las clases, grupos y edades de toda condición, nación y continente, con atención especial a las masas,
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para llevar a todos el mensaje de la salvación contenido en la Biblia, en la Tradición y en la enseñanza de la Iglesia.
Es universal en cuanto a los medios técnicos. Recuérdese lo que dice el artículo dos de las Constituciones: «que cuanto por concesión de Dios viniese a descubrir el progreso en el campo de las ciencias... se use y efectivamente sirva para gloria de Dios y salvación de las almas, o lo que es lo mismo, para la propagación de la doctrina católica». Hoy, por ejemplo, se usan mucho las filminas, los discos, las grabadoras, etc., además de los cuatro medios más ampliamente utilizados: la prensa, el cine, la radio y la televisión.
Es universal en cuanto a los tiempos, pues las Constituciones dicen que se usen los medios que exigen las condiciones de los tiempos. No es para un siglo o para un período histórico, como en el caso de las Órdenes que nacieron para liberar a los cristianos esclavos de los turcos o de los traficantes con esclavos negros (mercedarios, trinitarios, etc.). Las Órdenes militares ya han terminado su trabajo, al igual que los Institutos creados para asistir a los apestados. No, en todo tiempo, mientras existan hombres, la Biblia comenzada por Moisés será reproducida, aunque con técnicas diferentes, hasta que el mundo se acabe.
Es universal en cuanto al objeto, pues se trata de cristianizarlo todo: filosofía y arte, literatura y música, sociología y moral, historia y derecho, gobiernos y leyes, escuela y trabajo, etc. San Pablo escribe: «Y la paz de Dios, que sobrepasa toda inteligencia, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús. Por lo demás, hermanos, considerad lo que hay de verdadero, de noble, de justo, de puro, de amable, de buena fama,
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de virtuoso, de laudable» (Flp 4,7-8).

La mano de Dios sobre mí

La mano de Dios sobre mí,10 desde el 1900 al 1960.11 La voluntad del Señor se ha cumplido, no obstante la miseria de quien debía ser el instrumento indigno e inepto [cf. Lc 17,10]. Del sagrario ha ido viniendo la luz, la gracia, los llamamientos, la fuerza, las vocaciones, tanto en el comienzo como en el trayecto. Hay algo en la expresión Me lanzo en persecución de lo que está delante,12 pero el papel reproduce lo que se escribe en él. Por lo demás, todo sacerdote ha de afrontar dos juicios: el de los hombres y el de Dios. Para este último, el único que verdaderamente cuenta, ruego a todos el obtenerme a tiempo la misericordia del Señor, a quien en el «nobis quoque peccatoribus» de la misa decimos «non aestimator meriti, sed veniae quaesumus, largitor admitte»13 en la asamblea de los santos.
«Siento, ante Dios y ante los hombres, el peso de la misión que me ha encomendado el Señor. El cual, de haber encontrado una persona más indigna e incapaz, la hubiera preferido. Pero esto es una garantía, para mí y para todos, de que el Señor lo ha querido y ha sido Él quien lo ha hecho realizar. Al modo como un artista toma un pincel cualquiera, de poco precio y ciego respecto a la obra que se va a realizar, tal vez un hermoso Jesucristo divino Maestro.
Estamos fundados sobre la Iglesia y sobre el vicario de Jesucristo, y tal convencimiento inspira seguridad, alegría, valor». En todo caso, el P. Alberione es el instrumento elegido por Dios para esta misión; así que ha obrado por Dios y según la inspiración y el querer de Dios; y también porque todo fue aprobado por la mayor autoridad existente
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en la tierra, y porque le han seguido hasta ahora muchas almas generosas. ¿Y para el futuro? Responde el P. Collin: «Cuando un Instituto con sus reglas ha sido aprobado, el Superior o fundador (fea expresión) ha de ser obedecido, y él debe exigirlo».
En cambio, el P. José Santiago, en cuanto individuo, se presentará al juicio de Dios con las enormes responsabilidades que haya tenido en la vida.
El Señor ha querido que yo me encontrara aún en condiciones de salud y de posibilidad para poder completar la Familia Paulina con los tres Institutos seculares comenzados después del Capítulo general de 1957, y que están caminando bien. Nuestra vida comenzó siempre en Jesucristo y, como en Jesucristo, partiendo del pesebre: «Gloria in excelsis Deo et in terra pax hominibus bonae voluntatis». Puedo aseguraros a todos que todo se ha hecho sólo y siempre con la luz del sagrario y en obediencia; además, las aprobaciones de la Iglesia nos garantizan que las instituciones son buenas, que pueden llevar a la santidad y que están de acuerdo con las necesidades de los tiempos.

Los Institutos de la Familia Paulina

1. La Pía Sociedad de San Pablo está compuesta de sacerdotes y discípulos, representa la dirección, párroco, coadjutores, hermanos discípulos; cada uno con su cometido, todos en colaboración íntima y ordenada. De ahí el espíritu que se difunde, la organización de las diversas actividades, la palabra divina que ilumina todos los campos. Ejerce una influencia general, conforta y sostiene, señala el camino de la salvación y de la santidad, coordina con exhortaciones la acción en todos los campos.
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El concepto es éste: dar con los medios técnicos lo que el párroco da de viva voz.
La Pía Sociedad de San Pablo y los otros grupos de la Familia Paulina tienen su propio gobierno y administración, pero la primera es NODRIZA14 en relación con las demás.
Antes de fundarla se publicó el libro Appunti di Teologia Pastorale,15 por lo que es pastoral.
El espíritu pastoral consiste en comunicar a las almas a Jesucristo, tal como se definió Él mismo: Yo soy el camino, la verdad y la vida. Por tanto, hay que elevar y santificar al hombre entero: mente, sentimiento y voluntad, con el dogma, la moral y el culto.
2. Las religiosas en general representan a la Mujer asociada al celo pastoral, libro publicado también antes de 1914,16 cuando se agruparon los primeros aspirantes y se abrió la primera y pequeña tipografía.
Las Hijas de San Pablo tienen un apostolado paralelo, usan los mismos medios técnicos, realizan la difusión y obran según su condición. Su apostolado está dirigido especialmente a las mujeres en las diferentes edades y circunstancias de vida.
El párroco tiene sus catequistas, que suelen hacer frecuentemente un apostolado indispensable en relación con los niños, muy aceptado y eficaz.
3. Las Pías Discípulas del Divino Maestro. Tienen tres funciones en la Iglesia y en la Familia Paulina, por lo que cabe esperar de la divina Providencia un buen número de vocaciones: la adoración eucarística, el servicio o asistencia sacerdotal y el apostolado litúrgico. Su Congregación
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en la Familia Paulina va a la raíz de la vid para conseguir la linfa que alimenta a la planta para que dé frutos de santidad y de apostolado. Todo esto no es sólo útil, sino que es necesario en lo que llamamos nuestra parroquia. Su presencia en nuestros vocacionarios y casas religiosas es de más ayuda por las adoraciones -dos horas al día- que por su apostolado doméstico.
4. Las Religiosas de Jesús Buen Pastor. Ejercitan un apostolado en contacto directo con las almas y las familias para llevarles lo que la Pía Sociedad de San Pablo quiere hacer que les llegue, y esto lo hacen sirviendo en las parroquias y realizando obras parroquiales según su condición. Se acercan a todos, del niño al moribundo, cual ángeles de luz y de paz. Sirven de puente o intermediación materna entre el pueblo y el párroco con la oración, las obras y su santa palabra.
Que la institución corresponda a una necesidad de los tiempos, lo demuestran multitud de peticiones de párrocos para tenerlas como ayuda. Hasta ahora han sido más de cien todos los años.
5. De todas partes me llegaban peticiones para que fundara Institutos para las misiones, los estudios, la vida contemplativa, las obras caritativas, etc. Eso sería repetirse, y quien tenga esas tendencias encontrará fácilmente instituciones para su caso.
Como llegaron también con insistencia peticiones de nuestras mayores autoridades y como con el P. Federico Muzzarelli había trabajado en la erección de la «Pontificia Obra de las Vocaciones Religiosas», se fundó el Instituto «Regina
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Apostolorum». Se trata de un Instituto apenas adolescente, con pocos efectivos todavía, pero van creciendo bien. Buen resultado ha tenido el «Curso de orientación en la vida» por correspondencia, así como la revista Si quieres, ven y sígueme. Oración, instrucción y actividad son sus medios.
6. Institutos seculares. Aquí tenemos el gran paso dado en los estados de perfección. Anteriormente, en la historia de la Iglesia, sólo se consideraban religiosos los que pertenecían a Órdenes de vida contemplativa. Luego, desde hace algunos siglos, muchos Institutos añadieron las actividades apostólicas, tanto para hombres como para mujeres, y así con León XIII se consideraron en estado de perfección. Ahora se consideran también en estado de perfección quienes, aunque no tengan hábito especial ni vivan la vida común material, están consagrados a Dios, viven bajo legítima autoridad, se dedican al apostolado en el mundo y se guían por una regla aprobada por la Iglesia. La constitución apostólica Provida Mater Ecclesia de Pío XII lo ha sancionado y luego lo ha regulado con una ley propia.
Actualmente son tres los Institutos seculares paulinos: Jesús Sacerdote para los sacerdotes diocesanos, San Gabriel Arcángel para hombres y Anunciación de María Santísima para mujeres.
El fin general es siempre la gloria de Dios y la santificación de los miembros mediante la observancia de los tres votos de obediencia, castidad y pobreza y con el ordenamiento de la vida según un estatuto propio. En él se exige la imitación de nuestra vida religiosa.
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El fin especial es el apostolado paralelo a las tres instituciones paulinas, como se desprende de los artículos 3-4 del Estatuto:

Art. 3. El fin especial consiste en ejercitar en el mundo el apostolado, cooperando en las actividades particulares de la Familia Paulina. Por eso los miembros, además de la oración y el buen ejemplo:
1. Colaborarán en la redacción y en la difusión de la prensa católica, especialmente de libros y periódicos de las Congregaciones paulinas; favorecerán las suscripciones; promoverán bibliotecas parroquiales, familiares, empresariales, escolares; constituirán centros de difusión de la buena prensa; organizarán o ayudarán a preparar jornadas o semanas del Evangelio y de la Biblia, muestras de la buena prensa, jornadas catequísticas, litúrgicas, etc.
2. Podrán favorecer la divulgación de películas cinematográficas buenas, dar a conocer y defender las calificaciones cinematográficas del CCC; abrir, dirigir o ayudar a incrementar salas cinematográficas católicas, etc.
3. En las naciones donde sea posible, podrán preparar programas para radio o televisión y ayudar a las emisoras católicas; podrán apoyar en todas partes los esfuerzos que se hacen para conseguir que estos poderosos medios sean también instrumentos de educación humana y cristiana.
4. Será compromiso de todos los miembros hacer actos de reparación por los pecados que se cometen abusando de los modernos medios técnicos de comunicación del pensamiento humano: radio, cine, televisión, prensa y espectáculos.
5. Podrán organizar la adoración eucarística, atender
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al servicio de los sacerdotes y de las cosas sagradas y favorecer iniciativas en favor de la sagrada liturgia.
6. Potenciarán las obras parroquiales y diocesanas, ayudando en ellas, especialmente si son de carácter internacional.
7. Orarán por el clero y los religiosos, podrán buscar vocaciones para la Familia Paulina y para el clero diocesano y ayudarlas; promoverán y favorecerán jornadas y muestras vocacionales y toda iniciativa apta para incrementar y sostener las vocaciones.
Art. 4. Los miembros del ramo clerical «Jesús Sacerdote», especialmente y según el propio estado, considerarán primer y principal deber apostólico suyo el que les asigne el Ordinario del lugar. Con este fin:
1. lo aceptarán complacidos y con espíritu de obediencia;
2. lo cumplirán con entrega generosa, siguiendo la dirección y los deseos del Ordinario;
3. lo dejarán, aunque sea con sacrificio y aceptando otro menos grato, si el Ordinario lo considera conveniente.
Puede suceder que ese deber absorba todas las energías y exija todo el tiempo. En este caso bastará que se cumpla con él y se le haga fructificar al máximo. Si quedan tiempo y energías, podrán añadir un apostolado propio, según las actitudes y las necesidades locales y generales. Entre estas obras se incluyen en primer lugar el apostolado de la prensa, del cine, de la radio y de la televisión.

No obstante, pueden también hacer libremente apostolados
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propios, como obras sociales, catequísticas, benéficas, etc. La Iglesia reconoce sus votos, que tienen aprobación definitiva con Decreto del 8 de abril de 1960, y son miembros externos de la Pía Sociedad de San Pablo.
7. Y, finalmente, la Unión de los Cooperadores Paulinos. La forman cristianos normales que quieren vivir un poco mejor que la mayor parte de los demas. Son una especie de Tercera Orden, aunque no se les puede llamar así porque no son una Orden (como la de los benedictinos), sino una sociedad religiosa. Deben venir dispuestos a practicar en su vida cristiana las virtudes (no los votos) de la pobreza, la castidad y la obediencia según su estado. De este modo se conformarán a la vida paulina apostólica mediante oraciones, ofertas y acción con espíritu paulino.

Diversidad y unidad

Estas instituciones vienen a ser la parte directiva al igual que en una gran parroquia, donde tenemos al párroco, los coadjutores, la Acción Católica, el grupo de catequesis, de cine, de prensa; los encargados de las actividades en favor de los jóvenes, de los hombres, de los artistas; en favor de los enfermos, las vocaciones, el canto sagrado, la acción política y social, la beneficencia, la conversión de los hermanos separados, de los ateos, de los paganos, etc.
Estos Institutos están unidos por:
1. el común origen;
2. el fin general;
3. el mismo espíritu paulino, aun en medio de la diversidad de obras;
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4. la actividad convergente, cooperadora y dinámica, alimentada por una misma linfa.
¿Quiénes son los parroquianos?
Toda la plebs Christi; et «aliae oves quae non sunt ex ovili et illas oportet ad Christum adducere, et fiet unum ovile et unus Pastor»:17 parroquia única en torno a un solo púlpito, el del Papa; a una sola mesa, la Eucaristía; a un solo régimen. Todos «conformes imagini Filii Dei; haeredes Dei, cohaeredes Christi».18
Tres principios prácticos:
1. Las varias instituciones de la Familia Paulina tendrán alimento y vitalidad de la Pía Sociedad de San Pablo. Las otras partes serán fervorosas en la medida que lo sea la primera.
2. Hoy es importante, más que en tiempos pasados, la organización, especialmente internacional, en todos los sectores, de manera especial en el apostolado. Debemos ser más católicos, como hijos predilectos de la Iglesia católica. Debemos unirnos para los apostolados.
3. Debemos comprendernos y amarnos: «Congregavit nos amor Christi unus»;19 debemos ayudarnos mutuamente con oraciones y colaboración. Los egoísmos personales destruyen la vida en comunidad; los egoísmos sociales, políticos o familiares destruyen incluso a los Institutos, o por lo menos los condenan a la esterilidad.
Dirijamos siempre a Jesús Maestro la oración «Ut unum sint»,20 no para aplicarla a un solo Instituto, sino para vivirla en la inmensidad de la parroquia católica, que tiene como límites los confines del mundo y como rebaño tanto a quienes están en el redil como a quien se quiere llevar al redil.

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El ejército de los religiosos

«La santa Sede dispone para sus obras de interés general del ejército de los religiosos. Se impone aquí un gran pensamiento: un ejército cada vez más numeroso, más espiritual y científicamente preparado, más unido alrededor del Vicario de Cristo, más dispuesto a cualquier indicación, más tenaz en las obras que se le confían, en los fines particulares de todos los Institutos. Se emplea bien la vida cuando se sirve así a la Iglesia, al Papa, a Jesucristo autor, consuelo, modelo y premio de los religiosos; cuando se la dedica a demostrar todo nuestro afecto, sumisión y entrega al Papa, pues somos del Papa para ser de Jesucristo, de Dios».
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1 «En el principio existía aquel que es la Palabra, y aquel que es la Palabra estaba con Dios y era Dios» (Jn 1,1).

2 «Obras externas» (a la misma vida intratrinitaria).

3 «Todo fue hecho por él».

4 «Estaba, a la vez, creando la naturaleza e infundiendo la gracia».

5 «Cambiado a peor».

6 Ejemplar. Cf. E. DUBOIS, De exemplarismo divino seu de trino ordine exemplari et de trino rerum omnium exemplato, Typis Societatis sancti Joannis Evangelistæ, Desclée, Lefebvre et Soc. Pont. Edit. 1897; E. DUBOIS, De exemplarismo divino seu doctrina de trino ordine exemplari et de trino rerum omnium ordine exemplato, in quo fundatur speculativa et practica Encyclopædia Scientiarum, Artium et Virtutum, Cuggiani, Romæ, t. I, 1899; t. II, 1899; t. III, 1900; t. IV, 1900. En un «Esquema de estudio sobre Jesús Maestro», publicado en el San Paolo de agosto-septiembre 1959 (CISP 1230-1237), el P. Alberione se inspiraba ya en esta doctrina del ejemplarismo trinitario de Dubois. En esa misma visión se inspira un proyecto de enciclopedia (cf. T. DRAGONE, Maestro Via Verità e Vita, 3 volúmenes, Edizioni Paoline, Ostia Lido [Roma], 1961-1964). En UPS cf. II, 150ss.

7 «Id por todo el mundo» (cf. Mc 16,15).

8 «Día del Señor» (día del juicio).

9 «Enseñad a todas las gentes» (Mt 28,19).

10 Expresión de una asistencia especial de Dios que aparece con frecuencia en los profetas y en los salmos (muy frecuente en Ezequiel, a partir de 1,3). En el P. Alberione indica el convencimiento de su vocación carismática.

11 Para la historia personal del P. Alberione, al menos hasta los años 50, se puede ver también SAC. SANTIAGO ALBERIONE, Abundantes divitiae gratiae suae. Storia carismatica della Famiglia Paolina. Edición y notas del P. José Barbero SSP [Roma] Edizioni Paoline, 1971, 164 p., 19,5 cm (ed. encuadernada). Corresponde al volumen Io sono con voi. De los apuntes originales nos han llegado dos redacciones posteriores: una manuscrita y otra mecanografiada. El volumen Io sono con voi reproduce la segunda, pero se trata de una edición «apresurada y muy defectuosa», afirma el P. Barbero (Presentazione, p. 7). El título, clave de lectura del volumen, es una expresión de san Pablo (Ef 2,7). - De Abundantes divitiae se publicó una edición crítica y ampliada preparada por E. Pasotti y L. Giovannini, E.P. 1985, 272 p., y está preparándose otra edición (1998).

12 Para esta expresión paulina, cf. Flp 3,13-16, y para el libro, AA.VV., Mi protendo in avanti, Edizioni Paoline 1954; 571 p. + tab., 24 cm. El libro se publicó para conmemorar los 40 años de la fundación de la Pía Sociedad de San Pablo y los 70 del Fundador. [Los textos inéditos -a excepción de los tres primeros- se encuentran en el artículo del P. Federico Muzzarelli, «Ad pedes Petri», pp. 493-566]. - En la p. 106, en un escrito al obispo de Alba, el P. Alberione resume las etapas de su fundación (23.11.1921); - en la p. 121, relación a la S. Sede de los primeros votos y sobre la constitución de la Pía Sociedad de San Pablo (23.11.1921) (cf. G. Rocca, La formazione della Pia Società San Paolo, doc. n. 31, p. 568ss); - pp. 138s: carta programática enviada a los primeros misioneros paulinos, los padres Saverio Boano y Benedetto Trosso, que habían ido a América del Sur (Alba, 4.8.1931); - pp. 408-410: la Primera Maestra (Tecla Merlo) (cf. Abundantes divitiae 1985, nn. 225-246); - pp. 504ss: carta al cardenal Laurenti sobre el fin de la PSSP (sin fecha, cf. Rocca, o.c., n. 42, pp. 591s); - pp. 506ss: carta, con hojas añadidas, enviada a la Congregación de Religiosos, sobre la naturaleza de la PSSP (14.1.1923); - p. 509: declaración sobre los bienes de la PSSP (26.1.1923); - p. 513: tres cartas al P. Timoteo Giaccardo, que seguía desde Roma las gestiones para la aprobación del Instituto (14, 18 y 26 de abril de 1926); - pp. 514ss: una súplica dirigida al S. Padre para obtener la aprobación del Instituto (10.5.1926); - p. 518: fórmula de profesión y acta de la erección de la PSSP (13 y 14.3.1927); - pp. 521ss: esbozo de reglamento de las Hijas [de San Pablo] (1916); - p. 522: relación a la S. Sede sobre el traslado a Susa de una parte de las Hijas [de San Pablo] (31.12.1921); - p. 533: carta a monseñor Ermenegildo Pasetto, nuevo secretario de la Congregación de Religiosos (29.12.1935); - p. 545: carta a monseñor Pasetto sobre las Pías Discípulas (27.8.1946); - p. 547: carta al S. Padre sobre las Pías Discípulas (22.2.1947); - p. 553s: carta al cardenal José Pizzardo para la aprobación de las Hermanas Pastorcitas (10.6.1953); - pp. 561ss: carta a la Congregación de Religiosos sobre la Unión Cooperadores (enero 1923); - p. 562: notifica al cardenal Vicario el traslado a Roma de la Unión Cooperadores (marzo 1937). En UPS, cf. II, 12.

13 «Y a nosotros, pecadores... Admítenos a gozar en la asamblea de los santos, no por nuestros méritos, sino conforme a tu bondad» (Missale Romanum, Ordo Missae: «Nobis quoque...»).

14 El término “nodriza” aplicado a la Pía Sociedad de San Pablo con referencia a la Familia Paulina aparece en 1953 por vez primera, en el boletín San Paolo, dentro de un artículo del P. Alberione, «Por una conciencia social», y por tanto en el contexto de un discurso sociológico, religioso y eclesiológico. Cf. San Paolo, noviembre 1953 (CISP 1096s); cf. también Abundantes divitiae, nn. 25. 33-35 (de 1953). La palabra italiana “altrice”, de origen latina, es un término desusado, poético (cf. S. BATTAGLIA, Grande dizionario della lingua italiana, Torino, UTET, 1961) como en español el adjetivo “almo”, por ej. “alma madre”, y significa criador, alimentador, vivificador, nodriza, engendradora, madre (en sentido traslaticio). Cf., al respecto, F. PIERINI, «Ruolo della Società San Paolo “altrice” della Famiglia Paolina secondo Don Alberione» en Il Ministero dell'unità nella Famiglia Paolina (V Encuentro de los Gobiernos generales, Ariccia, 12-20 de septiembre de 1987), Roma 1987, pp. 135-159, y el documento de conclusión («Concetto e funzione di “altrice” nella Famiglia Paolina oggi»), pp. 161-165.

15 ALBERIONE G., Appunti di teologia pastorale, Turín, Viretto 1912; XIV, 484 pp., 25 cm. - Primera edición mecanografiada con impresión fotostática. En la presentación (Una palabra al lector) el autor cuenta la génesis del libro: «En el año escolar 1911-12 se pensó dictar algunos consejos prácticos de teología pastoral a los MM. RR. Alumnos de segundo curso de las conferencias morales de nuestro seminario. Se quería que dispusieran de algunos apuntes prácticos para valerse de su piedad, ciencia y celo en beneficio de las almas. Ellos mismos lo habían solicitado. Sin embargo, como quien debía darlos carecía de la experiencia, que en las cosas que han de hacerse es el mejor maestro, pidió y consiguió sugerencias de dieciocho de los párrocos más ancianos y celosos de la diócesis. Echó mano también de varios tratados de teología pastoral, de opúsculos, revistas y artículos de periódicos sobre la materia y le ayudaron a agruparlos, seleccionarlos, ordenarlos y corregirlos otros sacerdotes... El núcleo de aquellos apuntes se publica ahora por tres razones: secundar el consejo y el deseo de varias personas buenas; dejar a los jóvenes sacerdotes que salen cada año del seminario un recuerdo de la instrucción sacerdotal recibida; conseguir de los sacerdotes experimentados que lean estas páginas correcciones, añadiduras y observaciones convenientes» (Alba, 1º agosto 1912). El contenido, rico y vasto, el estilo sencillo y claro, la unción que lo penetra, todo coopera para su elogio. Se divide en tres partes: Fundamentos del celo y Práctica del celo, Obras de celo. La primera parte comprende enseñanzas útiles sobre la piedad y la ciencia del sacerdote, seguida de un apéndice sobre el cuidado de los bienes temporales. La segunda parte trata de la acción pastoral de las diferentes personas: vicario foráneo, párroco, capellán y maestros. Son interesantes las normas que regulan las relaciones entre el párroco y las diversas personas: párrocos vecinos, coadjutor, capellanes, maestros, beneficiados, parientes, personas de servicio, sacristán, enfermos, familias en general, monjas, asilo, hospital, médico, autoridades municipales, enemigos. La tercera parte trata de las obras peculiares y propias del celo sacerdotal, y también aquí se abre un campo rico en sugerencias y agudas consideraciones. Muy útiles son las observaciones sobre las diversas predicaciones: instrucciones y meditaciones, Ejercicios espirituales, así como ciertos temas especiales como el baile, las diversiones, etc. Resulta original el modo de presentar el catecismo y la preparación de los catequistas, así como lo que tiene que ver con las principales devociones que deben promoverse. También la Acción Católica se trata de manera sucinta y clara, tanto en sus aspectos generales como en lo que se refiere a sus obras particulares, como la cuestión escolar, oratorios masculinos o femeninos, clases de religión, clases nocturnas e invernales, bibliotecas circulantes, círculos de cultura, ligas contra las malas conversaciones y la blasfemia, etc. Coronación de todo son tres originales capítulos sobre las vocaciones, la organización de las fiestas, la construcción de iglesias. El libro era un prontuario para el clero. Presenta especialmente el nunca suficientemente apreciado carácter de la practicidad.

16 ALBERIONE S., La donna associata allo zelo sacerdotale (Per il clero e per la donna), Alba, Scuola Tipografica “Piccolo Operaio”, 1915; 342 [1] pp., 18,5 cm., 2,50 liras. A p. [7] Dedicatoria: A María altísimo ideal de mujer ferviente y consejera del celo apostólico. En las pp. 9-11: Dos palabras de introducción: «Me produjeron una impresión especial estas palabras dirigidas por monseñor Mermillod a las mujeres y las jovencitas: - Vosotras tenéis una misión que cumplir en el mundo: una familia a la que dirigir, la sociedad a la que edificar, la Iglesia a la que servir y consolar. Vosotras tenéis que ser apóstoles. - Al meditarlas sentí profundamente su verdad y traté de infundir un poco mi persuasión en estas páginas para comunicarlas al sacerdote y a la mujer». (Alba, fiesta de María Inmaculada). En el librito Abundantes divitiae gratiae suae (n. 109), el P. Alberione afirma que ya en 1911 había comenzado la redacción del libro. El libro lleva al final el imprimatur. Sigue el visto del ab. Molino. Contenido: Parte I: La mujer puede y debe convertirse en cooperadora del celo sacerdotal. Parte II: En qué obras puede la mujer ayudar en nuestros días al celo sacerdotal. Parte III: La formación y dirección de la mujer en su misión. Sigue un «Consejo final» (dos puntos para un examen de conciencia). Se trata de uno de los libros más originales del P. Alberione. Fue traducido a otras lenguas. En Italia tuvo las siguientes ediciones: II: 1925; III y IV probablemente fueron reimpresiones; V: Alba 1928; VI: Alba 1932; VII: Alba 1937; VIII: Alba 1940; IX: Albano 1954. Hasta 1937 el texto permaneció invariable. En la octava edición, por obra de una o dos Hijas de San Pablo, encargadas para ello por el autor, se aportaron correcciones y variaciones. Además, al principio de cada uno de los 29 capítulos se puso un versículo de la Biblia y al final, bajo el título Al margen de la historia, un ejemplo biográfico. La preparación de la novena edición (1954) fue confiada por el P. Alberione a sor Cecilia Calabresi FSP. Esta edición se presenta notablemente cambiada por haberse introducido -por expresa decisión del P. Alberione- muchos pasos sobre la mujer sacados de los escritos o de los discursos de Pío XI y especialmente de Pío XII. Sobre la actualidad de esta obra, el propio P. Alberione reconocía humildemente en una hoja manuscrita (1-VIII-66) que se debe tener en cuenta los tiempos actuales y el Concilio Vaticano II: «Los principios son siempre de la sagrada Escritura y de la Tradición; en cambio, las aplicaciones a los tiempos actuales deben ser hechas teniendo inteligentemente en cuenta el tiempo, el lugar y las condiciones sociales» (cf. CISP 1284). Al estudio de esta obra y de sus implicaciones actuales dedicó un curso de profundización el Centro de Espiritualidad Paulina, en el que participaron cinco especialistas sobre el tema (Ariccia, Casa del Divino Maestro, 20-27 de septiembre de 1992). De ese curso se hizo un libro interesante: Donne e uomini oggi a servizio del Vangelo, Roma 1993, 259 pp. El Secretariado de Espiritualidad, Casa General FSP, publicó el opúsculo La donna nel pensiero di Giacomo Alberione e di Giovanni Paolo II, Roma 1990, 80 pp.

17 «El pueblo de Cristo» y «otras ovejas que no son de este redil; también a ellas hay que llevarlas a Cristo, y habrá un solo rebaño y un solo pastor» (cf. Jn 10,16).

18 «Conformes con la imagen del Hijo de Dios, herederos de Dios, coherederos de Cristo» (Rom 8,29; 8,17).

19 «Nos congregó el único amor de Cristo».

20 «Para que sean una sola cosa» (Jn 17,21).