Beato Santiago Alberione

Opera Omnia

Haga una búsqueda

BÚSQUEDA AVANZADA

INSTRUCCIÓN V
LOS INSTITUTOS SECULARES

«Después de esto, el Señor designó otros setenta y dos, y los envió delante de él, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde él pensaba ir. Y les dijo: La mies es mucha, pero los obreros son pocos. Rogad al dueño de la mies que envíe obreros a su mies. ¡Andad!, mirad que yo os envío como corderos en medio de lobos. No llevéis bolsa, ni alforja, ni sandalias; no saludéis a nadie por el camino. Cuando entréis en una casa, decid primero: Paz a esta casa. Si allí vive gente de paz, vuestra paz reposará sobre ellos; si no, volverá a vosotros. Quedaos en esa casa, comiendo y bebiendo lo que tengan, porque el obrero tiene derecho a su salario. No andéis de casa en casa» (Lc 10,1-7).

* * *

Art. 174. Recuerden los religiosos que todo bien debe comenzar y perfeccionarse en la caridad. La caridad es paciente, es benigna; no es envidiosa,
100
no es jactanciosa, no se hincha; no es descortés, no es interesada, no se irrita, no piensa mal; no se alegra de la injusticia, se complace en la verdad; todo lo excusa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo tolera.
Art. 175. Por estas razones háganse todas las cosas con caridad, guardando con solicitud su orden, como conviene a los santos.
Art. 176. Reciban con buen ánimo todas las mortificaciones que les exige la vida común; por la mañana levántense con prontitud y vigilen; absténganse de tomar alimento fuera de las recepciones, eviten todas las conversaciones inútiles; entréguense diariamente a sus obligaciones con diligencia, bajo la dirección de los Superiores, en espíritu de verdadera cooperación fraterna, con la cual se promueven tan eficazmente todas las obras.
Art. 177. En las mortificaciones ordinarias o penitencias corporales que han de hacer en privado, aténganse los religiosos al juicio de su director espiritual; mas si se trata de penitencias públicas, o de penitencias privadas que pueden influir en la observancia religiosa, en los ministerios que han de realizar o en la salud corporal, se necesita también el permiso del Superior, quien ha de vigilar para que las penitencias no dañen a la salud, no perturben la disciplina religiosa, o impidan las obras de apostolado.
Art. 178. Acuérdense también de los preceptos del Señor: Aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y Siéntate en el último lugar, de tal modo que los que presiden manifiesten solicitud paternal y los que obedecen, docilidad.
Art. 179. Sean imitadores de san Pablo en el amor
101
a las almas, como él fue imitador de Cristo, del mismo modo que el corazón del Apóstol se modeló sobre el Corazón de Cristo; y de tal modo ejerciten las obras de su apostolado que, siguiendo los pasos de Jesucristo, divino Maestro, sean para las almas camino, verdad y vida.

Estructura y fines generales

Los Institutos seculares son sociedades reconocidas por la Iglesia en las que se realiza de forma completa el estado jurídico de perfección y que ejercitan el apostolado en el mundo. Constituyen un estado completo de consagración al Señor. Sus miembros, desde el punto de vista teológico, son verdaderos religiosos.
Los documentos que tratan de ellos son la Provida Mater Ecclesia, de 1947; el motu proprio Primo feliciter, Cum sanctissimum y Sedes Sapientiae.
El fin principal es la gloria de Dios y la santificación de las almas mediante la observancia de los consejos evangélicos de obediencia, pobreza y castidad. El fin secundario, el compromiso de dedicar la propia vida a obras de apostolado.
¿Qué diferencia hay entre Institutos seculares e Institutos jurídicos de perfección? Los miembros de los Institutos religiosos viven separados del mundo, visten un hábito común y ejercitan una actividad en nombre de su religión. En cambio, los miembros de los Institutos seculares no visten de la misma manera, generalmente no viven en común, ejercitan un apostolado a título personal y viven con sus propios medios.
102
No obstante, algunos pueden vivir en común, según las exigencias, para su santificación y por el apostolado que ejercitan.
El Instituto debe tener casas propias para la dirección, para los Ejercicios espirituales y para el retiro en la ancianidad.
El número de estos Institutos ha aumentado mucho en los últimos tiempos.

Miembros

¿Cuáles son los límites de edad para ingresar? La edad de los laicos oscila entre 18 y 35 años; la de los sacerdotes puede ser mayor.
En cuanto a la vocación, debe haber una llamada divina o vocación. Precede a esta vocación una tendencia a la consagración a Dios, a la oración, a la reflexión y al consejo de personas sabias; luego, en concreto para la entrada, la aceptación del Instituto.
Circunstancias determinantes pueden ser las de personas que hubieran querido ingresar en una Orden o Congregación religiosa y tuvieron que posponer su deseo por algún motivo grave, como salud, dificultades de familia, carácter inadecuado para la vida común, etc. Hay otros que no quieren abrazar la vida común por considerar que es un impedimento para el apostolado al que se sienten llamados. Y hay finalmente quienes confían encontrar su ideal de vida santa y apostólica en los Institutos seculares.
Se requiere una posición económica sólida y garantías para los casos de enfermedad, invalidez, vejez, etc.
Se requiere asimismo una instrucción suficiente para el apostolado al que quieren dedicarse.
103
Deben gozar de salud suficiente y aportar los documentos habituales firmados por personas autorizadas o capaces.
Para la incorporación definitiva, se necesitan al menos seis meses de postulantado, dos años de noviciado, profesión anual, que se renueve durante ocho años, y finalmente los votos perpetuos.

Ventajas espirituales

Las principales son éstas:
1. Se posibilita el estado de perfección a muchísimas personas que tendrían cerradas las puertas aun siendo capaces de la mayor santidad y de un apostolado muy eficaz.
2. Se lleva al seno de las familias, de la sociedad y de todas las actividades humanas una vida de total consagración a Dios.
3. Se extiende e intensifica la actividad apostólica a muchos ambientes, profesiones y organizaciones generalmente cerradas a la acción del sacerdote.
4. Estas personas consagradas son una ayuda excelente para el clero y las familias religiosas y pueden convertirse (en caso de persecución) en levadura escondida y fecunda de la vida cristiana.
5. En cuanto a los sufragios, se exhorta a cada uno a proveer a su alma también por medio de las indulgencias. Tienen asegurados sufragios abundantes.
6. Quien entra en un Instituto secular, no abandona su campo de apostolado o su ministerio, y más bien puede convertirse en un colaborador eficaz y activo en el ministerio parroquial, pues puede impulsar en la parroquia una nueva actividad apostólica.
104
Gobierno y obligaciones

En cuanto al gobierno, el Superior general de la Pía Sociedad de San Pablo es también el Superior general de cada uno de nuestros Institutos seculares. El Superior provincial de la Pía Sociedad de San Pablo es también el Superior provincial de nuestros Institutos seculares. El Superior local de la Pía Sociedad de San Pablo es el Superior local de nuestros Institutos seculares.
Los deberes principales de los miembros de los Institutos seculares son tres: 1) prácticas de piedad conforme a la piedad paulina; 2) práctica de los consejos evangélicos, que abrazan con la profesión; 3) el apostolado conforme a la elección acordada con el respectivo Superior.
Este apostolado se ejercita en el mundo y con los medios del mundo, es decir, valiéndose de las profesiones, actividades y circunstancias que el ambiente ofrece y usando los medios técnicos modernos.
Nuestros tres Institutos participan de los fines de la Familia Paulina y desarrollan sus mismas actividades (aunque sólo sea una de ellas). La Familia Paulina se compone de cinco Congregaciones: Pía Sociedad de San Pablo, para el apostolado de la prensa, cine, radio y televisión; Hijas de San Pablo, para esos mismos apostolados; Pías Discípulas del Divino Maestro, para la adoración, la liturgia y el servicio sacerdotal; Hermanas Pastorcitas, para las obras parroquiales, e Instituto Regina Apostolorum, para las vocaciones.
En general, los miembros de los Institutos seculares cooperarán con la Iglesia para dar al mundo a Jesucristo
105
Maestro, camino, verdad y vida con la difusión de la doctrina católica, la moral cristiana y los medios de gracia y de elevación espiritual y material, y todo ello según el espíritu de la Pía Sociedad de San Pablo.
Especialmente, y por dar algún ejemplo:
a) los miembros pueden buscar vocaciones, y ayudarlas, para las cinco Congregaciones paulinas y para el clero diocesano;
b) colaborar en la redacción o difusión de los libros y periódicos de las Congregaciones paulinas: suscripciones, bibliotecas, centros de difusión, etc.;
c) abrir y dirigir salas cinematográficas adecuadas o colaborar de otras maneras en el apostolado del cine;
d) en las naciones donde sea posible, pueden preparar programas para la radio y la televisión o ayudar en las emisoras católicas;
e) organizar la adoración eucarística, atender a las personas de servicio de los sacerdotes, organizar talleres e iniciativas para la liturgia, extender la devoción a María Reina de los Apóstoles y a san Pablo apóstol;
f) participar y ayudar lo máximo posible en las obras parroquiales y diocesanas, especialmente en la Acción Católica;
g) orar por los religiosos y por el clero, etc.

Los tres Institutos seculares paulinos

1. Instituto Jesús Sacerdote

Es para el clero diocesano. Muchos sacerdotes sienten vivamente la necesidad de una espiritualidad más profunda, de una familia espiritual a la que pertenecer y de una vida más comprometida en la perfección mediante los consejos evangélicos. Y desean esto aun permaneciendo en el ejercicio
106
de su ministerio, tan necesario como sacrificado. A ellos se les ofrece el Instituto Jesús Sacerdote.
Nótese especialmente lo siguiente:
1. En cuanto a la obediencia, no se les obliga a obedecer a su obispo en virtud del voto (el voto se refiere estrictamente sólo a los Superiores del Instituto, a las actividades que no tienen que ver con la acción parroquial y diocesana, de las que cada uno puede disponer libremente sin depender de los Ordinarios). No obstante, cada vez que se obedece al propio obispo se adquiere también el mérito del voto, por lo que también la obediencia al obispo se valoriza y favorece muy considerablemente.
2. En cuanto a la pobreza, la información se refiere sólo a los gastos exclusivamente personales. Quedan excluidos los bienes de los que el sacerdote es un simple administrador.
3. En cuanto al apostolado, el primero y principal es el que les ha confiado el Ordinario diocesano. Los miembros del Instituto: a) lo aceptarán complacidos, en espíritu de obediencia; b) lo realizarán con entrega generosa, siguiendo la orientación y los deseos del obispo; c) lo dejarán, incluso con sacrificio, y aun teniendo que aceptar otro menos agradable, si el Ordinario lo considera conveniente.
Puede suceder que un determinado cargo absorba todas las energías y requiera la totalidad de su tiempo. En este caso, bastará que se cumpla y se le haga fructificar al máximo, usando para tal fin los medios e iniciativas que se sugieren hoy, y atendiendo a una sabia actualización.
En cambio, si sobran tiempo y energías, añádase algún apostolado propio según las aptitudes y las necesidades locales y generales.
107
2. Instituto San Gabriel Arcángel

En nuestros días el laicado católico tienen una vitalidad especial y se compromete en muchas actividades. Los mejores sienten la necesidad de contribuir a salvar a la humanidad del materialismo, del ateísmo y del anticlericalismo masónico. Hay también muchos jóvenes y hombres que quieren atender a su santificación con una vida estable, organizada jurídicamente y guiada por la obediencia, pero sin entrar en los Institutos tradicionales, es decir, sin abandonar su ambiente de vida y de apostolado. Es a ellos a quienes se ofrece el Instituto cuyo nombre es un homenaje al arcángel animador de la encarnación y de la salvación y bajo cuyo patrocinio puso Pío XII el cine, la radio y la televisión.

3. Instituto Anunciación de María Santísima

Las palabras del Papa

«Estos Institutos pueden conferir la vida de perfección y ayudar con facilidad a vivirla seriamente y en todas partes; a abrazarla en muchos casos en que la vida canónica religiosa no sería posible o conveniente; a una profunda renovación cristiana de las familias, de las profesiones y de la sociedad civil mediante un contacto íntimo y cotidiano y una vida perfecta y totalmente consagrada a la santificación; a ejercitar un apostolado multiforme y los ministerios en lugares, tiempos y circunstancias que estarían prohibidos o resultarían difíciles a los
108
sacerdotes y a los religiosos» (Pío XII, Provida Mater Ecclesia).
«Recomendamos con ánimo paterno la promoción generosa de santas vocaciones de estas características, el ofrecimiento de una mano amiga no sólo a las religiones y a las sociedades (religiosas), sino también a estos Institutos seculares verdaderamente providenciales» (Pío XII, Primo feliciter).
109