Beato Santiago Alberione

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NORMAS PARA NUESTROS ESTUDIOS

Oración para pedir la Sabiduría

«Dios de los padres y Señor de las misericordias,
que con tu palabra hiciste todas las cosas
y con tu sabiduría formaste al hombre
para que dominase sobre las criaturas
salidas de tus manos,
gobernase al mundo con santidad y justicia
y rectamente administrase justicia,
dame la sabiduría, que se asienta junto a tu trono,
y no me excluyas del número de tus hijos.
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Pues si a duras penas conjeturamos
lo que ocurre en la tierra,
y con trabajo descubrimos
lo que tenemos entre las manos
¿quién rastreará lo que hay en los cielos?
¿Quién conoció tu designio,
si tú no le diste la sabiduría
y enviaste desde los cielos tu santo espíritu?».
(Sab 9,1-4.16-17).

Art. 135. Tengan en gran estima los miembros el voto de fidelidad y,
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ligados más estrechamente por este voto de sujeción y devoción hacia la Cátedra de Pedro, considérenle como medio poderoso para conservar con mayor solidez la unidad de acción en la Sociedad y sentir más profundamente acerca de la universalidad del Apostolado de las Ediciones.
Art. 136. Conscientes del voto de fidelidad al romano Pontífice, esfuércense los miembros con cuidado vigilante y escrupuloso para que en el ejercicio del Apostolado de las Ediciones se conformen cada día más con la Iglesia y con su cabeza el romano Pontífice; y cada uno según su condición, pero en especial los Superiores, procuren que en las ediciones de la Sociedad nunca se introduzca cosa alguna que no sea conforme con los documentos pontificios, la doctrina de la Iglesia y la Tradición.
Art. 137. Para que todas estas cosas se graben íntimamente en el espíritu de los miembros, cuiden los Superiores y maestros de que en todo el curso de la formación, en la instrucción religiosa, intelectual y apostólica se tenga en cuenta este vínculo que une con estrechos lazos a los miembros y a la misma Sociedad con el romano Pontífice y téngase esto como nota característica de la Sociedad.

Normas particulares

1. En la citada Ratio studiorum se dan también normas particulares sobre nuestros estudios.
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2. El estudio de la lengua nacional ocupará el primer lugar. Si los aspirantes llegan después del curso elemental, primeramente estudiarán la lengua de su país y luego el latín. Ejercítense desde los primeros años escolares, con recitaciones y lecturas, en una buena modulación de la voz. Del mismo modo, sigan el apostolado técnico según el fin del Instituto.
3. El «curriculum studiorum» comprende:
a) cuatro o cinco años de enseñanza media-clásica inferior;
b) dos años de enseñanza media-clásica superior;
c) el año de noviciado;
d) el bienio filosófico;
e) un año de experimentación práctica en las casas apostólicas;
f) cuatro años de estudio teológico;
g) un año de pastoral.
4. En el período de enseñanza media-clásica debe haber una preparación a la sagrada liturgia, a la patrología, a la traducción de textos de los santos Padres, a la historia y etnología (costumbres, comportamientos y leyes de los pueblos orientales y de las tierras de misión), a los problemas actuales (prensa, cine, televisión, cuestiones sociales), a la Iglesia (jerarquía, concilios, alocuciones y discursos del Papa) y a los primeros principios de filosofía.
5. Será conveniente, en favor del progreso constante en los estudios, contar con una programación bien definida:
a) el año escolar debe dividirse en dos semestres, a los que siguen seis semanas de vacaciones;
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b) el año debe comenzar y concluir con una solemnidad adecuada. La fiesta de Jesús Maestro debe celebrarse como fiesta de primera clase;
c) debe haber mucha aplicación en las clases y los estudios, siguiendo los horarios;
d) ténganse frecuentes reuniones de maestros;
e) expónganse las notas en cuadros que todos puedan ver, preferiblemente en lugar sagrado.
6. En los cursos inferiores debe haber no menos de cuatro horas de clase cada día y dos de estudio.

Medios útiles para la enseñanza

1. Para la enseñanza del catecismo ayudan pequeñas películas y cuadros murales.
2. Para la historia civil y eclesiástica, para la geografía y la etnografía, los atlas y los cuadros murales.
3. Para la física, la química y la mineralogía, dispóngase de gabinete físico, de historia natural, así como de películas científicas.
4. Para cada «currículum», la biblioteca, provista de libros bien elegidos y de revistas de interés especial.
5. Ayudan también algunas visitas a museos, pinacotecas y monumentos históricos.
6. Ayudan resúmenes y esquemas de los principales libros, así como que los alumnos conozcan los grandes movimientos actuales, intelectuales, políticos, sociales y
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religiosos, educándoles a elaborar un juicio recto en conformidad con los principios católicos.
7. Los alumnos deben usar mucho la pluma y tomar notas durante las explicaciones o el estudio.
8. En los años de filosofía y teología ayudan mucho los debates.
9. Ejercítese siempre a los alumnos con breves artículos y reseñas de libros correspondientes a las materias que se enseñan.

Orientación y materias escolares

1. Durante la enseñanza media-clásica se aconsejan mucho para las composiciones escolares diversos argumentos, religiosos, sociales, actuales y de vida cotidiana, así como resúmenes de libros y alguna vez crítica de ediciones (prensa, películas, radio, televisión).
La corrección de los ejercicios, en la medida de lo posible, hágase delante de los escolares. Cuando el alumno estudia temas de la antigüedad, deberá considerarlos en relación con nuestro apostolado, conforme a la frase «non scholae, sed vitae discitur».1
Téngase mucha estima a la lectura de los escritores eclesiásticos. En el estudio de la literatura, téngase gran aprecio a los escritores más ilustres y háganse breves alusiones de los menores. No obstante, a lo largo del estudio clásico literario, todo debe acordarse con la doctrina católica.
2. En el noviciado, las materias son éstas: religión, Constituciones, práctica y teoría del apostolado, canto gregoriano,
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ceremonias, historia de los estados de perfección, ascética y liturgia.
El año de prácticas comprende también la redacción. El alumno, bajo la guía del prefecto o maestro de espíritu de los estudiantes de teología, entregue el resumen de un libro o bien otro ejercicio de redacción al maestro.
Durante la enseñanza media-clásica superior es necesario conceder un tiempo suficiente al estudio de la lengua nacional, de la latina y la griega, así como a las lenguas orientales.
Durante el estudio de la teología debe darse un espacio conveniente a la casuística en relación con los problemas, las costumbres y las ideas de nuestro tiempo, especialmente en orden a la prensa, el cine, la radio y la televisión. Asimismo, favorézcase el estudio de la apología y la polémica, tanto especulativa como práctica, especialmente para los temas actualmente más discutidos.
Durante el estudio de la filosofía debe darse amplio espacio a la metafísica, la lógica, la psicología y la pedagogía.
Tanto durante los estudios de filosofía como de teología deben recordarse las ciencias naturales y considerarse según su origen y su relación con lo sobrenatural.
Todos los pueblos, especialmente los más antiguos, tienen su propio sistema religioso, moral y filosófico, que se ha transmitido de diversas maneras, y cada sistema debe ser presentado a los alumnos como procedencia, y también como corrupción, de la revelación primitiva. Al confrontarlo con la doctrina católica, ésta deberá aparecer con su eminencia y seguridad en orden a la vida
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eterna. Todo elemento sano que pueda encontrarse en los diversos sistemas debe ser aprovechado y todo elemento negativo debe ser eliminado. Así la fe católica resultará superior, «cum omnia in Christo Jesu ad Deum reduci debeat»:2 «para que, arraigados y fundamentados en el amor, podáis comprender con todos los creyentes cuál es la anchura, la longitud, la altura y la profundidad, y conocer el amor de Cristo, que sobrepasa todo conocimiento, a fin de que seáis llenos de toda plenitud de Dios» (Ef 3,18-19).

Pastoralidad

«Pastoralis curriculi programmatis haec sint capita praecipua:3

a) Quaestiones selectae ex theologia dogmatica, quarum cognitio sacerdoti, in adiunctis hodierni pastoralis ministerii versanti, maioris momenti practici esse solent (10 dies).
b) Theologiae moralis principia, normae, causae, quae maioris momenti sunt quaeque continuo vel frequentis occurrere solent in audiendis fidelium confessionibus. Item methodus aptior sequenda cum paenitentibus, pro varia personarum conditione; necnon cauthelae adhibendae ut quodcumque periculum aut spirituale damnum sive paenitentis sive Confessarii arceatur (25 dies).
c) Psychologiae pastoralis praecipua capita et paedagogiae normae potiores (dies 10).
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d) Problemata maiora hodiernae Sociologiae christianae (10 dies).
e) Actionis Catholicae necessitas, principia, modi, necnon methodus in Associationum fidelium, operarium assistentia, organizatione et apostolatus editionis diffusione (dies 10).
f) Sacra eloquentia et Catechesis (dies 5).
g) Modus et media ad cultum, doctrinam et amorem erga Jesum Christum Divinum Magistrum (dies 15).
h) Munus redactionis et eius conexio cum mediis diffusionis, propaganda et publicitate (dies 10).
i) Ars cinematographica, radiophonica et televisiva (dies 10)».

(Art. 104, Ratio studiorum)

Esta Ratio studiorum deben seguirla todos. La interpretación auténtica está reservada al Superior general. Si se necesitan cambios, hay que recurrir a la santa Sede.
Los Superiores recurrirán a la santa Sede para cambios sólo en algún caso raro y por razón grave, bien sobre las materias escolares o bien sobre la frecuencia de las clases y los exámenes.
Esta Ratio studiorum se ordena así para que no sólo se le instruya al alumno, sino para que reciba una educación intelectual al tiempo que pastoral, que exige un progreso armonioso de todas sus facultades, es decir, de la inteligencia, la fantasía, la memoria, juicios sobre el arte y recto método de trabajo científico y técnico.

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Prefecto y profesores

En todas las casas donde haya un estudiantado es necesario el cargo de prefecto de estudios, el cual ayuda, sustituye y representa al Superior en la ordenación de los estudios. Regula también la disciplina escolar y procura que toda la enseñanza se oriente conforme al espíritu de las Constituciones.
El prefecto de estudios prepara el calendario escolar bajo la dirección del Superior local. Además procura:
a) que el año escolar se inaugure y termine el día establecido;
b) que se publiquen las notas escolares;
c) que los exámenes procedan con orden, seriedad y justicia;
d) debe visitar las clases, preguntar a los alumnos y tratar de despertar un empeño serio en los profesores y maestros.
En cuanto a los profesores de las distintas disciplinas filosóficas y teológicas, recuérdese lo que es deseo de la santa Sede, es decir, que estén doctorados o licenciados en las facultades respectivas.
En las casas donde haya estudios deben ser elegidos consejeros que ayuden al Superior y al prefecto de estudios con el fin de promover la formación religiosa, intelectual y apostólica.
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Aquinate duce et magistro, theologia methodo positiva simul et scholastica tradatur, ita nempe ut, praelucente authentico Ecclesiae Magisterio, Divinae Revelationis fontes, accuratissime congruisque subsidiis adhibitis, perscrutentur indeque hausti veritatis thesauri clare exponantur et efficaciter vindicentur. Cum enim Revelationis depositum soli Ecclesiae Magisterio authentice interpretandum commissum sit, non ratione mere humana et privato iudicio, sed iuxta sensum et ad mentem ipsius Ecclesiae fidelissime explicandum est. Sciant igitur christianae theologiae magistri se non propio iure ac nomine, sed nonnisi supremi Magisterii nomine et auctoritate ac proinde sub eius vigilantia et moderatione, a quo canonicum veluti munus acceperunt, suo ministerio fungi. Probe meminisse debent sibi factam non esse potestatem docendi ut sua opinionum placita cum alumnis disciplinae suae communicent, sed ut iis doctrinas Ecclesiae probatissimas impertiant (Ratio studiorum, art. 97).4

Riqueza de gracias

Aprovechar todos los medios que la Providencia ha dispuesto para el progreso intelectual.
1. La oración: Dios es la verdad y la fuente de toda ciencia, «scientiarum Dominus», dador de la sabiduría.
La Escritura lo acredita de muchas maneras. De ello están llenos los libros que justamente se llaman «sapienciales»: Eclesiástico, Eclesiastés, Salmos, Proverbios, Sabiduría, Cantar de los Cantares. Por eso Salomón pedía frecuentemente
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la sabiduría. Y esta petición se repite muy a menudo en el Salterio.
Jesús, para iluminar a los apóstoles, envió al Espíritu Santo, del que había dicho: «Cuando venga a vosotros, os lo sugerirá todo y os hará entender cuanto os he dicho» [cf. Jn 14,25]. Y así sucedió. Quienes les oían se maravillaban de que, siendo gente en general tosca, hablaran de cosas altísimas con la mayor precisión y en muchas lenguas.
Todos los Padres y Doctores de la Iglesia, santo Tomás de Aquino especialmente, aprendieron más de las comunicaciones con Dios que del estudio. ¡Confiemos! El Señor dará las gracias necesarias a quien ora y se aplica de veras en el estudio, y entre esas gracias tiene mucha importancia la ciencia. Orar con mucha confianza en las luces de Dios, especialmente cuando se trata de la ciencia sagrada.
Antes del estudio, invoquemos siempre al divino Maestro, a la Reina de los Apóstoles y a san Pablo apóstol.
2. La experiencia: La historia es maestra de la vida. Podemos utilizar las experiencias de otros, pero nuestras experiencias nos aprovechan más.
Procuremos vivir con las personas más instruidas, utilicemos las conversaciones y la correspondencia, sepamos dejarnos aconsejar y dirigir.
El sabio prefiere las conversaciones, conferencias y libros mejores. Las mejores escuelas, los mejores maestros y los mejores centros de cultura.
Sabe discernir bien entre los diarios, las revistas, los periódicos y las proyecciones de las técnicas audiovisuales.
Todo lo que entra en la mente y en el espíritu contribuye decididamente a formar las personalidades.
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3. El Instituto es docente por sí mismo: La vida serena y recogida, la Ratio studiorum, la abundancia de sermones y conferencias; el apostolado, la redacción, la técnica y la difusión, que pone constantemente en las manos libros, periódicos y películas, hace que se viva generalmente entre personas con estudios, y esto ofrece muchas ocasiones para aprender cuanto hay de verdadero, bello, bueno y útil.
¡Correspondamos a tanta abundancia de gracias! Utilicémoslo para el espíritu y para el conocimiento.
¿Hasta cuándo? Hasta el final de nuestra existencia.
Disponer siempre de un libro al que recurrir en los breves momentos libres es una ayuda provechosa para estar actualizados y crecer en conocimientos útiles.
Hay naciones en que se ve atenta a la lectura a toda la gente que viaja en los trenes, los aviones, etc. En otros sitios ocurre al revés. Es una señal de mayor o menor altura intelectual.
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1 «No se aprende para la escuela, sino para la vida».

2 «Dado que todo, en Cristo Jesús, debe ser reconducido a Dios».

3 El autor repite substancialmente el contenido de estos «capítulos principales del programa del currículo pastoral» más adelante (cf. II, 232), aunque omite el número de días que debe dedicarse a cada disciplina:
«a) Revisar cuestiones particulares de la dogmática cuyo conocimiento es hoy especialmente necesario en el ministerio; b) estudiar psicología pastoral y normas de pedagogía, al menos lo considerado más útil; c) profundizar en los principios de la teología moral, en las normas, los casos y las dificultades que más frecuentemente se encuentran en el confesonario. Formarse métodos prácticos para tratar las diversas clases de penitentes, para conocer las cautelas que deben tenerse en cuenta en cada caso para evitar los peligros morales, tanto por parte del penitente como por parte del confesor; prepararse a una vida edificante para tratar con las diversas clases de personas, fieles o adversarios; d) estudiar los problemas actuales más graves de la sociología cristiana; e) instruirse sobre la necesidad y los principios que regulan la Acción Católica, las diversas asociaciones de los fieles, la asistencia a los obreros y la organización y difusión del apostolado de las ediciones; f) la elocuencia sagrada y la catequesis; g) el modo y los medios de conocer, amar y extender el culto a Jesús Maestro; h) además del oficio de la redacción, el estudio de los métodos de la difusión y de la publicidad; asimismo, el estudio y la práctica, en la medida de lo posible, del arte del cine, de la radio y la televisión».

4 Este artículo 97 de la Ratio Studiorum reproduce al pie de la letra un número (32) de la constitución apostólica Sedes Sapientiae publicada por Pío XII el 31 de mayo de 1956 (AAS 48, 1956, 354-365): «La teología debe ser enseñada a la par con el método positivo y con el llamado escolástico, tomando a santo Tomás de Aquino como guía y maestro, de modo que a la luz de una enseñanza auténtica, las fuentes de la revelación divina sean estudiadas en forma profunda con los medios adecuados, y que los tesoros de la verdad que de ella provienen sean sabiamente expuestos y eficazmente protegidos. Porque tan sólo al magisterio de la Iglesia se ha confiado el interpretar auténticamente el depósito de la revelación, debe ser explicado no según razonamientos puramente humanos y opiniones particulares, sino muy fielmente según el sentido y el espíritu de la Iglesia misma. Por lo tanto, que los profesores de filosofía cristiana y de teología sepan que ejercen su cargo no por propio derecho y en su nombre propio, sino en el nombre y bajo la autoridad del Magisterio supremo y, por consiguiente, bajo su vigilancia y su dirección, pues lo han recibido de él como una misión canónica; por ello, salvaguardando siempre la justa libertad de discusión, ellos deben recordar bien que el poder de enseñar no les ha sido dado para transmitir a sus alumnos sus propias opiniones, sino las doctrinas bien comprobadas de la Iglesia».