Beato Santiago Alberione

Opera Omnia

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CAPÍTULO VIII
OBRAS PARTICULARES DE ACCIÓN CATÓLICA

§ 1. - UNIÓN POPULAR1

Es la obra creada en Italia por Pío X a imitación de la que desde hace muchos años florece y da buenos frutos en Alemania. Tiene una función triple: instruir, estimular e instituir las obras sociales más convenientes, coordinar su acción para que todas actúen armoniosa y eficazmente lográndose así su fin, que es la defensa del orden social cristiano. Es fácil difundir esta obra porque no exige ninguna organización local, no crea oposición ni partidos y ofrece un medio facilísimo de orientar al pueblo en el campo de la acción católica con folletos mensuales. No podemos dudar de la voluntad del Papa sobre esta obra, pues desea y quiere que el clero la apoye y difunda del mejor modo posible.
Lo importante es que estos folletos sean leídos, y mejor aún que se les explique. La explicación puede hacerse en reuniones especiales cada mes o en conferencias que por otros motivos se dan a los hombres, a los jóvenes o a las mujeres. Algunos folletos, por ejemplo los que tratan de la blasfemia, del divorcio o del descanso festivo, pueden explicarse en la iglesia.
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Para cualquier aclaración, dirigirse a la Oficina Central (Padua), o al encargado diocesano. Se encuentra una buena explicación en diversos opúsculos, y recuerdo dos para la gente culta: TONIOLO, L'Unione Popolare,2 0,40 liras, y MARCHETTI, L'Unione Popolare e l'ora presente,3 0,50 liras. Solicitarlas a la Oficina Central.

§ 2. - LA CUESTIÓN ESCOLAR

Constituye actualmente uno de los mayores y más decisivos problemas de Italia. Desechadas de las universidades las cátedras de teología, eliminada de las escuelas la menor huella de religión, actualmente, con las leyes, los decretos, los reglamentos, las extrañas interpretaciones y las decisiones sectarias se la quiere hacer desaparecer totalmente de las escuelas primarias. Se trata de una verdadera persecución que se solapa con razones especiosas, pero absurdas; se trata de una guerra sistemática que nos declaran no las personas del gobierno especialmente, sino la masonería que lo guía o lo tiraniza. ¿Cuántos son los Estados civiles reducidos a una esclavitud como ésta? Pues bien, es necesario concentrar hoy en este campo los esfuerzos de los católicos italianos, a semejanza de los católicos de Bélgica, que tras cincuenta años de intensa lucha han vencido. Han surgido ya diversas iniciativas con ese fin, siendo la principal la Unión Popular, que ha constituido en su seno el Secretariado General Pro Schola.4 Éste debe crear en cada provincia una Comisión Provincial Pro Schola, que a su vez, por medio de encargados diocesanos, promueva en cada pueblo la constitución de ligas de padres con el fin de: a) promover el desarrollo local
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de la Unión Popular; b) ayudar al párroco en la instrucción y educación de los jóvenes; c) alejar los periódicos y libros malos e introducir los buenos; d) vigilar sobre la recta interpretación de las leyes acerca del catecismo por parte de la autoridad escolar denunciando sus arbitrariedades; e) promover legítimas acciones judiciales y recursos administrativos para tutelar los derechos de los padres y de los ciudadanos respecto a las escuelas públicas; f) adoptar iniciativas para conseguir una mayor libertad religiosa; g) promover todo lo que ayude al catecismo y a las clases de religión.
Con esta organización, la Unión Popular se propone conseguir: 1º. Que en todos los ayuntamientos puedan los padres hacer valer lo que queda del derecho sobre el catecismo en la escuela que todavía contemplan las leyes; 2º. Que mientras tanto se provea del mejor modo posible al catecismo en las escuelas parroquiales y los oratorios; 3º. Que se promueva una acción general para conseguir la escuela libre con facultades para instituir escuelas confesionales.
Un sacerdote con celo no puede dudar sobre si debe o no apoyar esta iniciativa, pues se impone a todo aquel que ame a la Iglesia, las almas y la juventud. (Para aclaraciones, dirigirse a la Oficina Central de la Unión Popular, Padua).
Libros que pueden consultarse:
REZZARA, La scuola nella legislazione italiana,5 2 vols.
PIOVANO, La libertà d'insegnamento in Italia nell'ora presente.6
(En dicha Oficina Central).
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LOS ORATORIOS MASCULINOS7

Ya hemos considerado la forma de fundarlos y dirigirlos. Ahora nos referimos brevemente al modo de convertir un oratorio en el medio más fácil para orientar a una parroquia a interesarse y trabajar en el campo social, moral y religioso y al modo como el párroco puede formar a los mejores cooperadores a su celo.
Para conseguirlo es conveniente insistir nuevamente en la necesidad o al menos en la conveniencia de disponer de un local adecuado, que puede ir formándose poco a poco, como ya vimos. Algunos dirán: Nosotros estamos en pueblos de agricultores, nuestros jóvenes apenas tienen tiempo de ir a misa y al catecismo y tienen que volver a casa para las mil tareas domésticas o para cuidar el ganado... ¿Para qué serviría un oratorio? En primer lugar para el catecismo, porque se podrán dar clases separadas con ventajas para los chicos, los catequistas y la instrucción. Además, ¿todos los chicos tienen que ir a cuidar el ganado? Y aunque así fuera, ¿todo el día? Y los que dejan de hacer este trabajo por ser ya mayorcitos, ¿cómo pasan el domingo? Y si han llegado ya a los quince años, o tal vez menos, si dejan de ir al catecismo, si prescinden del cura, si no van a misa ni al sermón, ¿qué frutos podremos recoger? El Congreso católico (1911)8 enseña a asegurar la perseverancia de los jóvenes en los buenos principios y a formar hombres que ayuden al sacerdote.
A todos los jóvenes del oratorio se les puede enseñar canto, de modo que no sean solamente algunos viejos quienes cantan en las funciones. Para los mayores se puede organizar una escuela de
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perfeccionamiento del canto, de modo que el párroco tenga una ayuda en el coro y las funciones principales sean más solemnes. También se puede organizar una pequeña banda en los centros mayores (pero con gran discreción, porque a menudo esta obra causa muchos problemas); también se puede crear un grupo teatral, o un Círculo que, donde convenga, puede tener dos secciones, una para los obreros y otra para los jóvenes, de modo que el párroco pueda crear una futura clase nocturna para los primeros y una clase de religión para los segundos.
Y como una cosa lleva a la otra, en algunas ciudades se podrán establecer secciones para la colocación de los aprendices en empresas de patronos honestos, capaces y cristianos, así como para asistirles en casos de conflicto. Casi en todas partes se podrá aconsejar a los jóvenes sobre las más elementales formas de previsión con la caja obrera, la caja depósito, la caja de ahorros, la cajita a domicilio...,9 o sugiriendo que se inscriban en las mejores instituciones de previsión y preferiblemente en la Caja Nacional de Previsión para la Invalidez y la Ancianidad de los Obreros.10
Y mientras los jóvenes se van haciendo hombres se puede comenzar a interesarles, con conferencias adecuadas, conversaciones y periódicos, en las cosas del Ayuntamiento, de la Provincia y del Estado, así como hablarles del deber de votar en las elecciones, para que, ya hombres, sean un grupo electoral bien formado, sin choques ni exigencias...
Será fácil crear en todas partes para los jóvenes una pequeña biblioteca o una compañía de San Luis,11 y en las ciudades y en muchos pueblos organizar el tiempo después de las clases.
Jóvenes así formados, ¿no serán una ayuda válida?, ¿no nos serán fieles? No todos, pero sí una parte. Para un
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trabajo así se necesitan brazos, y para ello quizá convenga crear un patronato catequístico entre los padres y las personas buenas, pedir la ayuda de una maestra, de un maestro, del alcalde en alguna ocasión. Todas estas personas pueden agruparse fácilmente, con el pretexto de ayudar a los jóvenes, de la música o del teatro. ¿Con qué resultado? Pues que un sacerdote, que domine a toda la parroquia gracias a los jóvenes, la tenga en sus manos y la gente se sienta a gusto porque ha sabido crear un vínculo fácil y agradable: el amor a la juventud. Tenemos aquí un modo muy conveniente de hacer el bien.

LOS ORATORIOS FEMENINOS

Se podría repetir aquí gran parte de lo que se dijo de los oratorios masculinos, por tanto solamente apuntaré algunas cosas propias de las jóvenes. Éstas se sienten más inclinadas a la lectura, por lo que puede constituirse enseguida una biblioteca para ellas. Entre las mayores se puede crear la compañía de las Hijas de María,12 dar alguna clase para buenas amas de casa con una cultura económica a cargo de las monjas o, mejor aún, de las maestras; crear una oficina de colocación o protección de las jóvenes trabajadoras, un taller donde se las puedan facilitar recursos para el trabajo. Todo esto se puede ir consiguiendo según las necesidades y las circunstancias. Y siempre se podrá inculcar la necesidad del ahorro, la conveniencia de inscribirse en la Caja Nacional de Previsión,13 así como instituir otras obras para ellas, especialmente cajas de dotes y cajas para las enfermas. De este modo se contará en el futuro con jóvenes piadosas y honradas y luego madres realmente capaces de dar una educación seria a sus hijos.
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CLASE DE RELIGIÓN

La desea el Papa, quien nos manifestó este deseo en la encíclica sobre el catecismo.14
Es necesaria para los estudiantes de las escuelas secundarias y de las Universidades como complemento de instrucción y como contraveneno a los errores que tanto se dejan sentir.
Es necesaria de alguna manera para los obreros, especialmente los de las grandes fábricas.
Es necesaria para las señoras y señoritas que a veces sólo practican una religión sentimental y subjetiva.
Las diversas clases de personas necesitan, sin embargo, formas diferentes para atraerlas e instruirlas. Los jóvenes quizá vengan si se insiste a los padres, quizá si se organizan diversiones y hay premios, quizá con la esperanza de que se les presten libros de la biblioteca aneja a la clase. Las señoritas y señoras pueden también venir por un principio religioso o con la esperanza de pasar por cultas e intelectuales, lo que dependerá en gran medida de la habilidad de quien enseña.
Una buena clase de religión tiene muchas dificultades, exige una dirección inteligente y activa y debe especialmente estar animada de espíritu de sacrificio.
Donde sea posible, hará bien conseguir que haya entre los alumnos de esas clases un Círculo para la moralidad, una pequeña sección que procure a los jóvenes lugares honestos para pensión, especialmente cuando deben ir de una ciudad a otra; una sección filodramática, o deportiva, una biblioteca, etc., según las necesidades.
Quien quiera disponer de un manual muy práctico para
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los oratorios y las clases de religión, puede adquirir Gli oratori festivi e le scuole di religione, Eco del V Congresso15 (Società Buona Stampa, corso Regina Margherita, 176, Turín).

CLASES NOCTURNAS Y CLASES INVERNALES

Pueden ser anejas a las de religión y a los oratorios por dos motivo: primeramente por el bien que con ellas se puede hacer, ya que con el pretexto de la aritmética o de la lengua se puede enseñar la moralidad y los principios de la religión, se pueden depositar las semillas de la acción electoral, se puede instruir sobre la emigración, sobre el alcoholismo y sobre una buena y razonable cultura del campo, y en segundo lugar porque tienen menos peligro de contradicciones y críticas. En todos los pueblos y ciudades se pueden instituir teniendo en cuenta las necesidades locales.
Se aconseja como libro de texto el Manuale del maestro per le scuole serali, del profesor Losio16 (Brescia, en el periódico Scuola Italiana Moderna).

BIBLIOTECA CIRCULANTE17

Los deseos de leer crecen de día en día y si no se ofrece una lectura sana, muchos recurrirán a la envenenada. Por otra parte, un buen libro es un amigo fiel, un predicador que se deja oír en los momentos más oportunos.
Es desaconsejable comenzar con grandes gastos, muchos libros, locales propios, etc. Conviene partir con poco, con algunos libros, con pocas personas, por ejemplo con los jóvenes, y gradualmente se conseguirá todo.
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Para este tema tan importante existe un manual práctico que es un verdadero tesoro: Guía del bibliotecario (Federazione Italiana delle Biblioteche Circolanti Cattoliche, via Speronari, 3, Milán).18
Quien lo lea se convencerá pronto de que una biblioteca puede costar poco y se puede actualizar fácilmente. Ofrece listas estupendas de libros convenientes para las diversas clases de personas. En el mismo lugar se publica un boletín mensual que ofrece un juicio correcto sobre los libros que aparecen de día en día. La Società Buona Stampa, Turín, corso Regina Margherita 176, publica también lecturas católicas y ameno-educativas muy convenientes en nuestros centros rurales.19
Nota. Las novelas, más que apagar la sed de lectura, la provocan, por lo que, donde exista ya la costumbre de leerlas, conviene oponer las buenas a las malas, y donde no se lean, lo mejor es que se haga el menor uso posible de ellas.

LA BUENA PROPAGANDA

Sembrar buenas ideas para que produzcan buenas obras es un trabajo muy importante. Ideas religiosas, ideas sociales, ideas de economía, ideas de virtud, ideas de higiene... según los lugares y las circunstancias, en público y en privado.

Propaganda pública. 1º. Con la pluma, escribiendo opúsculos, folletos y boletines, colaborando con periódicos según nuestras capacidades. Cuando se sabe que una idea puede hacer bien, que un hecho puede ser interesante en un periódico, será útil comunicarlos; es un talento que Dios nos da y debemos hacerle fructificar.
2º. Con la escuela, especialmente con la privada, la invernal, la festiva, la nocturna.
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3º. Con la palabra en las conferencias, los sermones, los discursos ocasionales.

Propaganda privada. Si la pública se dirige a un auditorio más numeroso, la privada tiene más eficacia porque se adapta mejor a las personas y a sus necesidades. En Alemania e Inglaterra los párrocos, y muchas veces quienes les sustituyen, visitan a domicilio a todas las familias de la parroquia varias veces a lo largo del año. ¡Cuántas buenas palabras pueden decir! ¡Cuántos buenos consejos pueden dar! ¡Cuántos males pueden alejar! ¡Cuántos consuelos pueden dar en esas visitas!
Habrá un periódico que sugerir, se podrá insistir para que los padres envíen a sus hijos al catecismo, sugerir que se apunten a alguna asociación; se podrá ofrecer un opúsculo, se podrá rogar al maestro o la maestra que se ocupen del catecismo. Las recomendaciones privadas valen más que las públicas y las generales. Alguna vez podemos saber que si nos acercamos con tacto a una persona influyente podemos disponerla para que nos ayude moralmente o materialmente. Otras veces nos enteramos de que hay en la parroquia una persona influyente que puede hacer el mal o el bien; que debamos impedir un baile; que el alcalde ayude a promover la enseñanza del catecismo en las escuelas. Pues bien, en todos estos casos se visita a esas personas y se les dedica un tiempo que puede ser largo pero sin duda positivo para una buena causa. Sería pues una actitud prudente cuando un sacerdote entra en una parroquia informarse sobre quiénes son las personas más influyentes para ganárselas en beneficio de un ministerio eficaz. Hecho esto, tratará de relacionarse con esas personas visitándolas, o por medio de tarjetas de visita si se ofrece la ocasión, quizá con pequeñas manifestaciones de estima,
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con invitaciones mutuas si se da el caso. Así puede saber que no encontrará en ellas oposición sino apoyo.
¡Cuánto tiempo dedicaba a estas cosas el venerable Trona de Mondovì! Con ellas hizo un bien inmenso, como podemos comprobar leyendo su vida.20
En una reunión que tuvo lugar en Turín entre personas que se ocupan de la acción católica se manifestaba este deseo: que un sacerdote no dudara dedicar algún tiempo a visitar a los superiores de los institutos de religiosos para poderles poco a poco persuadir de la importancia de la educación social. Puede parecer que se pierde mucho tiempo, se decía, pero si se convence a esas personas se las gana para la buena causa de muchas otras.
Otra aplicación muy importante de este principio se puede tener con el modo de instruir en los Círculos. Sin duda valen en ellos las conferencias, los discursos y las clases, pero no en todos los sitios y siempre son posibles estas cosas. En cambio, sí es posible una conversación familiar, en la que se puede enseñar sin dárselas de maestros. ¿Cómo hacerlo? Con un pretexto cualquiera se dejan caer unas palabras sobre un tema deseado, o se corrigen las tendencias erróneas y los principios falsos para sembrar otros nuevos, o se relatan casos reales o imaginarios que den lugar a oportunas aplicaciones. Por ejemplo, si se quiere instruir a los jóvenes sobre el deber y el modo de prepararse a las elecciones y de convertirse en electores responsables, se puede llevar a una reunión un periódico o un libro en los que se describan los errores de una administración socialista o donde se indiquen las iniciativas útiles de un ayuntamiento... Se le pone delante y quien lo lee dice su
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parecer y pide el de los demás... Es el momento de comentar por qué fueron elegidos tales consejeros o cómo se compraron los votos. Lo mismo se puede decir si se quiere crear una biblioteca circulante o se quiere instituir una clase nocturna o un hospital. Todo eso puede hacerse también invitando a comer o a conversar en la rectoría a aquellos que se espera pueden ser la base de nuestra obra futura.
¿Un secreto para tener éxito? Hagamos las cosas de modo que la gente sienta la necesidad de ciertas obras, manifestemos ese deseo, demostremos que es posible también en nuestro pueblo y que lo único que nosotros hacemos es secundar su voluntad y manifestar nuestra alegría por ello. El éxito está garantizado.

CÍRCULOS DE CULTURA

Los hay para los obreros, para los estudiantes, para los agricultores. Tienen la finalidad de facilitar a los jóvenes y a los adultos los conocimientos que sirven para hacerles más hábiles en su profesión. Una vez buscadas las materias más útiles, no será muy difícil impartirlas.
De todos modos, en estos Círculos es mejor una conversación familiar que una clase formal.

FORMACIÓN DE LOS COOPERADORES EN LA ACCIÓN CATÓLICA

Es una necesidad muy sentida, tanto porque el sacerdote no puede hacerlo todo por razones de ministerio y de prudencia, como porque la palabra de un laico muchas veces refleja mejor las necesidades del pueblo y se le acepta más.
Para ello convendrá observar bien a los hombres y
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a los jóvenes de la parroquia: quiénes son los más inteligentes, los más dóciles, los de mejor conducta. Luego, bien en la rectoría o bien teniéndoles en cuenta en la clase nocturna, se les imparte gradualmente la instrucción adecuada. Seguidamente, a la teoría se añade la práctica, por lo que se les confía alguna tarea, por ejemplo la revisión del balance del Círculo o de la Caja, se les lee alguna cosa con ocasión de alguna fiesta, o se les induce, si se considera oportuno, a pronunciar un pequeño discurso o a exponer algún trabajo ante el público. Estos pequeños propagandistas y cooperadores serán los más adictos a las obras.

OBRAS PARTICULARES DE ACCIÓN

Hasta ahora nos hemos ocupado de obras particulares, pero que tenían principalmente la finalidad de propagar las buenas ideas y sólo secundariamente se referían a la acción. Ahora pasamos a las que tienen principalmente un carácter activo y sólo secundariamente la propaganda.

ACCIÓN CATÓLICA RELIGIOSA

Se trata del campo más específico del sacerdote entre los muchos que pueden reclamar su actividad.
a) Emigración. Es una de las mayores plagas de nuestro país, una plaga por los daños materiales y aún más por los daños religiosos y morales. El sacerdote puede limitarlos en parte con su celo. Por sus útiles nociones, se puede consultar la Guía del emigrante italiano21 (Lecco, Tip. del Resegone, 0,25 liras), o La clave de la fortuna, o bien Manual práctico del emigrante italiano en
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América22 (Tip. Buona Stampa, corso Regina Margherita, 176, Turín - 0,70 liras).
b) Retiros obreros.23 Son ejercicios espirituales predicados sólo a obreros de las ciudades, que casi siempre duran tres días. Las pruebas que se han hecho han dado resultados muy prometedores, especialmente cuando se pueden dar en centros adecuados donde los obreros pueden comer y dormir.
Clarificaciones oportunas pueden encontrarse en el opúsculo Retiros para los obreros (Bérgamo, Tip. S. Alessandro, Casa del Popolo, 20 - 0,10 liras).
c) Para los llamados a filas. También con estos jóvenes, que muchas veces naufragan durante el servicio militar en su moralidad, puede el sacerdote desplegar su celo, por ejemplo induciéndoles a escuchar la santa misa el día del sorteo y del reconocimiento médico, invitándoles a recibir los santos sacramentos antes de ir a la mili y cuando vuelven, diciéndoles algunas palabras cálidas, llenas de afecto y condimentadas con consejos paternos. Y sería aún mejor mantenerse en contacto con ellos por medio de cartas durante el servicio militar. Hay párrocos que, tras conocer la ciudad de su destino, tratan de poner en contacto a los soldados parroquianos suyos con el Círculo militar, si existe, o con algún celoso sacerdote. En los lugares donde estos Círculos pudieran tener éxito, sería muy conveniente instituirles porque los frutos son consoladores.
d) Blasfemia y lenguaje indecente. Existen leyes contra estos dos vicios que van aumentando en nuestros pueblos en desdoro del hombre y del cristianismo.
Oportunamente puede implantarse una asociación en muchas parroquias con este fin. Pídase el estatuto a la oficina central de la Unión Popular y consúltese el libro La
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blasfemia en Italia, del profesor Franceschini24 (0,60 liras), que se vende en la citada oficina; este autor ha publicado también un folleto titulado ¿Pero dónde estamos?, y estampas y tarjetas con sentencias contra la blasfemia y el lenguaje indecente.
Tanto el folleto citado como las estampas cuestan poquísimo; el primero se puede distribuir en las casas, en el Círculo y a la puerta de las iglesias, y las estampas, que están engomadas, pueden pegarse en las cartas, en los paquetes y en las paredes de las casas.
e) Juego y alcoholismo. Motivos naturales y sobrenaturales llaman la atención de todos y especialmente del sacerdote para luchar contra estos dos desórdenes. En algunos países existen asociaciones contra ellos, constituidas según el modelo de las que existen contra el lenguaje indecente y la blasfemia, e incluso hay pueblos donde existe una asociación exclusivamente dedicada a la lucha contra estos cuatro vicios.
Un libro excelente sobre este tema es el del doctor Masi, ¿Hace bien el alcohol? Conferencias para todos25 (2,25 liras, Cav. Pietro Marietti, Turín).
f) Obra de la Propagación de la Fe y de la Santa Infancia. Quien lea el libro Operarii autem pauci (que se vende en Milán, Via Monterosa, 71, Istituto delle Missioni Estere, 1,50 liras), o alguna vez los libros de la Propagación de la Fe y de la Santa Infancia, no dejará de sentirse impresionado ante la miserable condición en que viven muchos infieles. El que posee las riquezas de la fe, ¿cómo no va a sentir la obligación de hacer partícipe de ella a quien no la tiene? Los medios son diversos:
1. Oración, hecha por el sacerdote solo y con los fieles.
2. Recoger y dar en lo posible limosnas con este fin.
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3. Por lo menos una vez al año, preferiblemente el día de la Epifanía, pronunciar un sermón sobre este tema, tanto por los fines citados como para favorecer las vocaciones misioneras masculinas y femeninas.
En Francia todos los seminarios destinan habitualmente un seminarista a la obra de las misiones todos los años.
g) Obra de los sellos usados. Tiene como fin rescatar a los esclavos, educar a los catequistas y los sacerdotes indígenas, fundar centros cristianos, etc. Dirigirse al director general de la obra en el Gran Seminario de Lieja (Bélgica), o al director del Colegio Belga de Via del Quirinale, Roma.

JUVENTUD CATÓLICA28

A) Hemos visto la importancia de la buena educación cristiana impartida a los niños y el modo de impartirla, y que cuando éstos crecen y dejan de ir al catecismo se pueden mantener honestos por medio de una asociación o algo parecido. Aquí añadimos que no basta una organización local y que es conveniente inscribirse en la organización nacional de la Juventud católica italiana, tanto para disponer de las orientaciones más seguras como para organizar toda la acción con un fin único. Para recibir información segura, para conocer los reglamentos y los estatutos, dirigirse a la Dirección general de la sociedad de la Juventud católica italiana, Roma.

CÍRCULO JUVENIL

B) La obra local más común es un Círculo que tiene como fin alejar a los jóvenes de todo peligro. Pero tampoco aquí hay que pretender lo óptimo ni en
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número ni en calidad ni en frecuencia. El sacerdote hace mucho cuando consigue impedir algún pecado. El Círculo puede constar de tres secciones, según los lugares y el personal:
a) Cultura.
b) Deporte.
c) Música y canto.
Si un joven consigue superar la edad crítica de la vida, que va de los quince a los veinticinco años, sin perder la fe y la honradez, se puede decir que ha asegurado su futuro en tema de religión y moral.

ASOCIACIÓN CATÓLICA INTERNACIONAL
DE LAS OBRAS DE PROTECCIÓN DE LA JOVEN
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Esta asociación promueve la fundación, une y dirige las obras que se refieren a la protección de las jovencitas. Y en su conjunto, estas obras son para: a) colocación en el trabajo, b) protección en los viajes; c) hospitalidad temporal; d) patronato durante el servicio; e) cursos prácticos de instrucción; f) mutualidad; g) lucha contra la trata de blancas; h) rehabilitación.
Cuenta actualmente con obras locales, regionales, nacionales e internacionales en todas las ciudades de alguna importancia.
Puede ser una buena ayuda para un sacerdote que quiera salvar a las jovencitas de su ruina moral y material cuando van lejos en busca de trabajo. Donde sea más necesaria esta ayuda convendría que el sacerdote rogara a alguna buena señora o a alguna religiosa contactar por carta con el Departamento general de la Asociación y comprometerse en favor de estas jóvenes, que corren tantos peligros.
Dirigirse
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para todo al Secretariado internacional de la asociación para la protección de las jóvenes (Rue Saint-Pierre, 22, Friburgo, Suiza), o al Comité nacional italiano de la protección de la joven (Via della Consolata, 1, Turín).

ACCIÓN ELECTORAL30

Habiéndose extendido también en Italia el derecho al voto, aumenta la necesidad de que nos ocupemos de esta tarea. No es suficiente que trabajemos en la iglesia, porque ¿y si mañana hombres sin fe llegan al poder y nos imponen la ley del divorcio, expulsan a las monjas, se incautan de los bienes eclesiásticos y suprimen el catecismo en las escuelas? En esta acción, tan erizada de dificultades, hay que ser muy prudentes.
1º. En relación con las elecciones políticas, ya sabemos qué establece el Non éxpedit, como también lo que Pío X estableció con su encíclica El firme propósito:31 que es posible una dispensa cuando en casos especiales se reconozca su absoluta necesidad por el bien de las almas y de los intereses supremos de la Iglesia, y que los obispos la pidan.
2º. Una cosa es prepararse a las elecciones y otra defender en la práctica una lista propia. Las disposiciones pontificias inculcan siempre dicha preparación, pero entrar en liza con lista y candidatos propios dependerá de las circunstancias. No obstante, puede decirse, como norma general, que no debe parecer nunca que se apoya un nombre o una lista por razones personales o de partido, o sólo por fines materiales, como la construcción de una carretera, de una plaza, etc. El sacerdote solamente debe apoyar una lista o un nombre por fines más elevados, o sea, cuando está en
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juego el bien de las almas; en otros casos es conveniente que vote, pero no que apoye a un determinado partido.
Teniendo en cuenta estas dos reglas de orden general, se invita a que cada parroquia cuente con un grupo de electores organizados y dispuestos a entrar en liza sólo cuando el bien sobrenatural lo exija. Pero tanto sobre la forma práctica de realizarlo como sobre los estatutos y las clarificaciones, deberán dirigirse a la oficina central de la Unión Popular (Padua).

MUJERES CATÓLICAS32

El Papa quiere también que se promuevan organizaciones de mujeres para que puedan encontrar en ellas ayuda para cumplir mejor su misión y para defenderse de las organizaciones neutras o sectarias.
Las mujeres forman una de las cinco grandes asociaciones nacionales, con tres fines que se desea conseguir mediante tres secciones:
Cultura religiosa.
Cultura social.
Acción.

En cada una de las parroquias puede haber un grupo, dividido o no en secciones, según el número de las inscritas y las necesidades locales.
Dirigirse a la oficina central de la Unión Popular para los estatutos y otras normas.

ACCIÓN ECONÓMICA33

Cuando la caridad lo exija, y conforme al modo como lo exija, el sacerdote, de acuerdo con las directrices pontificias, deberá ocuparse también de esta parte de la acción católica.
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Cuando se alimentan los cuerpos se ganan las almas.
Pero el sacerdote debe hacerlo teniendo en cuenta estas normas:
1º. Imponerse cierta moderación, pensando que no es este el campo propio de su ministerio, a no ser que lo exija el bien de las almas, y pensando que no debe llevar a otros a desilusiones o desastres financieros.
2º. Ha de darse una proporción entre los medios y el fin que se quiere conseguir, y por tanto no se deben improvisar obras no pedidas por verdadera necesidad o para las que no se cuente con un personal capaz de dirigirlas y administrarlas. Y esto con más razón desde cuando la Santa Sede ha prohibido a los sacerdotes apoyar en las obras económicas iniciativas que los distraen mucho del ministerio o comportan responsabilidades económicas.
Me referiré a continuación a diversas instituciones económicas, advirtiendo que hay muchas otras, tantas cuantas necesidades existen.
a) Cajas de préstamos basadas en el honor. Son préstamos hechos por una pequeña caja a personas muy necesitadas bajo forma de préstamos cambiarios, reembolsables a plazos.34
b) Cooperativas de consumo. Las hay para las diversas clases de mercancía.
c) Caja rural de depósitos y préstamos. Favorecen a los pequeños ahorradores e impiden que los pequeños propietarios caigan en manos de los usureros.
d) Cajas populares. Son muy adecuadas para promover el ahorro de los jóvenes agricultores y aún más de los obreros.
e) Tienda social.
f) Exportación de fruta.
g) Uniones profesionales, Uniones agrícolas, Secretariados del pueblo, etc.
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h) Sociedades de seguros; las hay de todo tipo:
contra los daños del granizo,
contra los incendios,
contra la mortandad del ganado,
de vida,
para la invalidez y la ancianidad.
Las de la mortandad del ganado y de los incendios pueden por utilidad ser locales.
Las demás deben generalmente ser más amplias, y entre otras están la Verona,35 la Reale36 y la Adriática.37 Dirigirse a la dirección de cada una si se desea una información precisa.
Para la invalidez y la ancianidad de los obreros existe la Cassa Nazionale di Previdenza,38 que además de ser una de las instituciones más seguras, es la más generosa. No cabe duda de que un sacerdote hará una buena obra si la difunde.

NOTAS

1º. Para todo lo expuesto en estas páginas será muy conveniente leer Cometidos del clero en la acción católica39 (Bérgamo, Stabilimento tip. S. Alessandro, 1 lira) y La Settimana Sociale40 (Padua, dos liras por suscripción anual).
2º. Para cualquier información en tema de acción social bastará con dirigirse a la dirección diocesana o a la oficina central de la Unión Popular.
3º. Para cualquier obra que se quiera instituir, además de leer lo escrito por personas sabias, siempre será conveniente visitar obras parecidas y afianzadas en otros sitios, informarse entre los fundadores y dirigentes
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de todo lo relacionado con una fundación, su funcionamiento y su utilidad. Los libros enseñan muchas cosas buenas, pero muchas otras sólo pueden enseñarlas quienes las han hecho.
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1 La Unión Popular Italiana, llamada más brevemente Unión Popular, fue instituida en 1906. Recogía las normas de la encíclica El firme propósito de Pío X del 11 de junio de 1906. La actividad de la Unión Popular comenzó con la constitución en Florencia de la Oficina Central, bajo la presidencia de Giuseppe Toniolo. Una iniciativa importante de la Unión Popular fue la de dar comienzo a las Semanas Sociales. Órgano de la Unión Popular era el semanario La Settimana Sociale, que incluía una vez al mes el folleto L'Allarme. Cf. S. TRAMONTIN, Unione Popolare, DSMCI, pp. 394-395.

2 G. TONIOLO, L'Unione popolare fra i cattolici d'Italia. Razones, fines, estímulos. Reunión de los delegados en Florencia el 24-2-1906. Tip. San Giuseppe, Florencia 1908.

3 S. MARCHETTI, L'ora presente e l'unione popolare fra i cattolici d'Italia, Marietti, Turín 1910.

4 La Unión Popular, mediante La Settimana Sociale, su órgano oficial, promovió campañas contra el divorcio y la blasfemia y en favor de la enseñanza religiosa y de la libertad de enseñanza. Sobre este último tema se celebró en 1908 en Génova un congreso y a continuación se instituyó un Secretariado pro schola. Cf. S. TRAMONTIN, Unione..., o.c., p. 394.

5 N. REZZARA, La scuola nella legislazione italiana, Tip. San Alessandro, Bérgamo 1910.

6 G. PIOVANO, La libertà d'insegnamento in Italia nell'ora volgente, Tip. Artigianelli, Monza 1909.

7 Cf. ATP, n. 302, nota 24.

8 Cf. ATP, n. 302, nota 25.

9 La primera Caja de Ahorros de Alba fue fundada en 1855 por monseñor Rinaldi C. S., vicario general capitular. El 24-6-1855, con una circular dirigida a los párrocos, el canónigo pedía que fueran explicados al pueblo con la lectura y el comentario del estatuto los beneficios de esta institución. «El nombre mismo de la institución que recomendamos indica que trata de conseguir este fin, proponiéndose animar al pueblo al ahorro con el desarrollo de un espíritu de orden, de economía, de previsión y, lo que más importa, de trabajo y la práctica de las virtudes que conducen al logro de estos bienes» (p. 10). Cf. C. S. RINALDI, Circolare al clero e al popolo, 24 de junio de 1855, en Archivo Histórico de la diócesis de Alba.

10 Las primeras normas legislativas para tutelar el trabajo se remontan a 1893 y se refieren al sector minero. Hasta 1898 no se promulgó la ley del 17 de marzo, n. 80, seguida del reglamento del 25 de septiembre, n. 411, sobre el seguro obligatorio de los obreros contra los accidentes laborales. Ese mismo año aparece, muy tímidamente, en la legislación italiana la Caja Nacional de Previsión para la Invalidez y la Ancianidad, instituida facultativamente pero subvencionada por el Estado (Ley 17 de julio, n. 350). En 1919 el seguro para la invalidez y la ancianidad fue obligatorio por decreto legislativo del 21 de abril, n. 603. Cf. L. LEVI SANDRI, Istituti di legislazione sociale, Ed. A. Giuffrè, Milán 1963, pp. 1-9.

11 Cf. ATP, n. 94, nota 3.

12 Cf. ATP, n. 94, nota 2.

13 Cf. ATP, n. 336, notas 9 y 10. Las nuevas concepciones socio-políticas inspiradas en el socialismo y todo el movimiento católico inspirado en los principios de la Rerum Novarum hacen que a comienzos del siglo XX la legislación sobre los problemas sociales se vaya perfeccionando poco a poco. Con la ley del 18 de junio de 1907, n. 242, integrada sucesivamente por la del 7 de julio de 1907, n. 818, se provee a la tutela del trabajo de la mujer y de los niños. A la elaboración legislativa, sin embargo, no correspondía la observancia y la actuación concreta de las instituciones de previsión. Hasta 1919 no se crea un cuerpo de inspectores de las industrias y del trabajo dependiente del Ministerio de Agricultura-Industria-Comercio (ley del 22 de diciembre, n. 1361). Cf. L. LEVI SANDRI, Istituti di legislazione..., o.c., pp. 1-9.

14 Cf. PÍO X, Acerbo nimis, o.c., pp. 264-273.

15 M. A. ANZINI, Gli oratori festivi..., o.c.

16 G. LOSIO, Manuale pel maestro delle scuole popolari, serali e festive, La Scuola, Brescia 1908.

17 Cf. ATP, n. 278, nota 62.

18 Cf. ATP, n. 278, nota 62.

19 Cf. ATP, n. 278, nota 61.

20 G. GIACCONE, Vita del Ven. Servo di Dio Giovanni Battista Trona, prete della Congregazione dell'Oratorio di Mondovì, Tip. Vescovile, Mondovì 1902.

21 La obra podría corresponder a Guida dell'emigrante italiano oltr'Alpe, Pongenti, Bolonia 1905, cuyo autor es desconocido.

22 El autor de la obra es probablemente G. CURTI, La chiave della fortuna, o sea manual práctico del emigrante y del emigrado italiano en América, Tip. Salesiana, Turín 1908.

23 La Opera dei Ritiri Operai apareció en Francia por iniciativa de los Padres Jesuitas y se propagó pronto por Bélgica y España. En Italia comenzó en 1907 con el curso de Ejercicios a los obreros en la Villa San Luigi de Chieri (Turín), del padre A. Stradella. La Obra fue acogida con agrado y simpatía por Pío X. Tras el éxito conseguido, en los años siguientes se difundió por toda Italia. Cf. A. GUIDETTI, Le missioni popolari. I grandi Gesuiti italiani, Rusconi, Milán 1988, pp. 319-323. Sobre la naturaleza y finalidad de la Obra, cf. Resoconto dei risultati delle riunioni sull'opera dei Ritiri Operai in Italia, Roma 16-17-18 de abril de 1912, A.M.D.G. (dir.), Tip. Artigianelli San Giuseppe, Roma 1912.

24 G. FRANCESCHINI, La bestemmia in Italia: pagine di psicopatologia sociale, Tip. Sorteni e Vidotti, Venecia 1909.

25 G. MASI, Fa bene l'alcool? Conferenze per tutti, Marietti, Turín 1913.

28 En 1867 el conde M. Fani y el conde G. Acquaderni promovían en Bolonia la fundación de la Sociedad de la Juventud Católica Italiana. Con la caída del poder temporal del Papa se sintió aún más la urgencia de incrementar el asociacionismo católico y la exigencia de darle una coordinación de carácter nacional. La Sociedad de la Juventud Católica Italiana se hizo de este modo promotora de un congreso de católicos italianos, que se celebró en Venecia en 1874 y se repitió al año siguiente en Florencia, donde tuvieron comienzo la Obra de los Congresos y la Obra de los Comités Católicos en Italia. Pero la especial situación creada por el Non éxpedit determinó la crisis definitiva de la asociación y su disolución por parte de la Santa Sede. Con la encíclica El firme propósito de 1905, Pío X dio indicaciones para una reorganización general del movimiento católico, que dio vida a cuatro grandes organizaciones, totalmente independientes entre sí: la Unión Popular, la Unión Económico-Social, la Unión Electoral y la Sociedad de la Juventud Católica Italiana. Cf. R. MORO, Azione Cattolica Italiana, DSMCI, pp. 180-182.

29 La Asociación Católica Internacional para la Protección de la Joven surgió en Friburgo en 1897. Representantes de las principales naciones europeas, incluida Italia, se habían reunido en un congreso para coordinar una liga de resistencia que combatiera especialmente la organización de la “trata de blancas”, tendiendo también a un programa más ambicioso de asistencia a la joven. En Italia la Asociación Católica Internacional para la Protección de la Joven tuvo su primera sección en Turín, donde se constituyó el 30-1-1902. La Asociación se difundió muy pronto en las ciudades italianas. Cf. R. LANZAVECCHIA, “L'opera per la protezione della giovane”, en Bollettino dell'Archivio per la storia del Movimento Cattolico in Italia, 20 (1985).

30 Fruto del Movimiento Católico, la Unión Electoral duró hasta la aparición del Partido Popular Italiano, fundado en enero de 1919 por don Luigi Sturzo. Algunos meses después, el 12-11-1919, poco antes de las elecciones, la Santa Sede declaraba oficialmente superado el Non éxpedit y dejaba así a los católicos abierto el campo de la actividad política. Cf. R. MORO, Azione Cattolica Italiana..., o.c., pp. 180-183.

31 Cf. PÍO X, El firme propósito, o.c., p. 13.

32 Entre 1900 y 1904 se establecieron las bases preparatorias de la organización femenina católica. En Milán había nacido una revista, Azione muliebre, que quería ser aquellos años un apoyo para las mujeres en el difícil descubrimiento de sí mismas. Junto a las estructuras sindicales femeninas y la confrontación de experiencias y sensibilidades sobre los problemas de la enseñanza religiosa y la educación en general, maduró una verdadera iniciativa feminista que tuvo sus momentos más significativos en el posicionamiento y en el compromiso sobre el voto de las mujeres en la reunión de 1907. En 1908, con el consentimiento de la Santa Sede, la organización femenina católica entró a formar parte del Movimiento Católico, constituyéndose así la V Organización independiente: l'Unione fra le donne cattoliche. Cf. P. GAIOTTI DE BIASE, Movimenti cattolici e questione femminile, DSMCI, pp. 102-105; cf. C. NOVELLI DAU, Società, Chiesa e associazionismo femminile, A.V.E., Roma 1988.

33 En la reorganización del asociacionismo católico, la Unión económico-social es una de las grandes “organizaciones independientes” de la Acción Católica Italiana: cf. ATP, n. 347, nota 28.

34 Cf. ATP, n. 329, nota 11 y n. 336, nota 9. Sobre la situación de los trabajadores del campo y sus necesidades en el territorio de Alba, cf. G. MAGGI, “Temi politici e sociali nell'azione dei cattolici albesi del primo novecento”, en Alba Pompeia, Nueva serie, año IV, 1 (1983), pp. 5-18. Para ulteriores noticias, cf. M. RISTORTO, “L'azione sociale dei cattolici cuneesi nell'ultimo trentennio del secolo XIX”, en Bolletino dell'Archivio per la storia del Movimento Sociale Cattolico in Italia, año VII, 2 (1972), pp. 147-159.

35 Cf. ATP, n. 75, nota 17.

36 La Reale Mutua Assicurazione fue fundada en Turín en 1828. Es la primera sociedad de seguros del Reino Sardo. Su primera finalidad consistía en asegurar contra los incendios. En Alba estaba presente ya en 1834.

37 La Assicurazione Adriatica o Riunione Adriatica di Sicurtà (RAS) fue fundada en Trieste en 1838 bajo el Imperio Austro-Húngaro. Su primera finalidad consistía en cubrir el sector de los transportes, especialmente el del tráfico marítimo.

38 Cf. ATP, n. 336, nota 10.

39 N. REZZARA, Compiti del Clero nell'Azione Cattolica, Tip. San Alessandro, Bérgamo 1907.

40 Cf. ATP, n. 332, nota 1.