Beato Santiago Alberione

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PRESENTACIÓN

1. Importancia de esta obra

La mujer asociada al celo sacerdotal (DA) es el segundo gran libro (tras Apuntes de teología pastoral) escrito por el joven sacerdote Santiago Alberione en los años 1912-1915, período en que surgió también la Familia Paulina. La primera edición de DA fue impresa el año 1915, en Alba, por la recién nacida Escuela tipográfica «Pequeño obrero». La última edición, vivo aún el P. Alberione, data de 1964, en inglés, habiendo sido traducida, adaptada y actualizada por sugerencia del mismo Fundador, por las Hijas de San Pablo de Boston.1
Aunque en DA no se mencionan ni la Sociedad de San Pablo, ni las Hijas de San Pablo, ni las Pías Discípulas, ni las Pastorcitas y tanto menos las Apostolinas, la impresión que le queda a la lectora y al lector paulino de estas páginas, es que contienen una cierta teoría o visión prospectiva como base del proyecto fundacional2 o de la familia a la que el P. Alberione no sólo pensaba sino que ya estaba de hecho realizando (1914-1915). En Ut perfectus sit homo Dei (I, 376), que puede considerarse el testamento espiritual del Fundador, en medio de una Instrucción de gran importancia para la Familia Paulina pone el comienzo de la rama masculina en referencia a los Apuntes de teología pastoral, y en cuanto a la rama femenina afirma: «Las Hermanas en general representan a la mujer asociada al celo sacerdotal,3 publicado también antes de 1914,4 cuando se acogió a los primeros aspirantes y se abrió la primera y pequeña tipografía».
La lectura de DA junto a Apuntes de teología pastoral podría contribuir pues al redescubrimiento de un carisma de Familia Paulina, o por lo menos de esa asociación o colaboración, considerada necesaria, de la mujer con el sacerdote, tal como el título mismo del libro sugiere. DA parece una obra fundacional y por tanto carismática. Seguramente es un texto de referencia, aunque desde hace muchos años ha desaparecido de la circulación, no obstante haya sido el único libro del P. Alberione -después de Las oraciones de la Familia Paulina y Maggiorino Vigolungo5- que tuvo por lo menos nueve ediciones.
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2. DA tiene una historia

El testimonio del P. Alberione diciendo que «ya desde 1911 había comenzado la redacción» de DA, se recoge en Abundantes divitiae gratiae suae.6
En una introducción inédita, preparada con vistas a la publicación de la nona edición, la Hna. Cecilia Calabresi de las Hijas de San Pablo recoge otras informaciones.7
En una hoja de calendario conservada en el Fondo San Paolo de la Casa General de la Sociedad de San Paolo, con fecha (de otra mano) R[oma] 1-VIII-1966, Alberione apuntaba:

«El pobre libro [DA] se escribió en 1912 y reflejaba su tiempo. Pero en el conjunto daba un poco de luz para el porvenir.
No he seguido las sucesivas ediciones; se han retocado algunas cosas; en parte útiles y en parte menos útiles.
Hay que tener en cuenta los tiempos actuales y el Concilio Vaticano II... SAC. G. A.».8

Estas indicaciones del Fundador orientan ya a una lectura historizada de su obra, que ha de ser colocada en su contexto y en la línea de la continua puesta al día, que el P. Alberione mismo tanto apreciaba.9
Pero al ser un libro ligado al pensamiento y a la obra de un Fundador, DA merece también una lectura y profundización técnica, especialmente por parte de la Familia Paulina.
Por supuesto, no hay que hacer una lectura literal, dictada quizás por una preocupación de mantenerse repetitivamente fieles -y en definitiva estancados- al carisma del Fundador. Ello no sería ni siquiera un acercamiento auténtico al libro.
En Italia, DA tuvo, como ya dijimos, nueve ediciones,10 pero hasta 1937 el texto quedó casi inmutado.
Para la octava edición en cambio -según el P. Damino- una o dos Hijas de San Pablo, encargadas por el P. Alberione, aportaron correcciones, añadidos y tachaduras; además, al principio de cada uno de los 29 capítulos se puso un versillo escriturístico y, en el cierre, la sección Al lado de la historia, con un ejemplo biográfico.
La preparación de la nona edición (de 1954) la encargó el P. Alberione a la Hna. Cecilia Calabresi.11 Resultó así la edición más reformada, habiéndose incorporado -a petición del mismo P. Alberione- muchos pasos sobre la mujer, tomados de escritos y discursos de Pío XI, y especialmente de Pío XII.
El Centro de Espiritualidad Paulina presenta de nuevo la primera edición, cuya autenticidad y prestigio no se discuten.
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3. La historia en DA

DA refleja «su tiempo» -como escribía el P. Alberione-, o sea el período alrededor de 1912-1915, que ambienta la obra, y necesariamente también la determina.
Alberione menciona, como «actual» en aquellos años, una actividad jacobina, revolucionaria, socialista [DA 36]; el socialismo como masonería popular [DA 33]; la masonería [cf. DA 31], etcétera.
Términos como colectivismo, positivismo, socialismo, feminismo, anticlericalismo, laicismo, superpoder de la prensa, voto para las mujeres, sindicato, círculos, asociación, crédito, emigración indican sólo algunos de los importantes fenómenos sociales de aquel tiempo, bien conocidos por el Autor, que además de registrarlos, muchos los combate.
Cuando el P. Alberione escribe DA no tiene aún 28 años. Quizás por esta razón, de juventud, concibe sus escritos como un arma blanca, aceptando el principio de la contraposición entre prensa buena y prensa mala.
Pronto sus ideas se volverán iniciativas, aunque el contexto en que él se mueve sigue siendo el de un desgarro real entre Iglesia y Estado. Naturalmente el P. Alberione está con la Iglesia y, por lo general, contra el Estado laicista.
Con todo, esta militancia religiosa que aparece en DA no lo aleja del compromiso personal en el campo social. Al contrario, lo abre al campo político.
Y así, por ejemplo, se enrolará a favor del asociacionismo católico en la línea de la suprimida Obra de los Congresos.
Un diálogo entre Iglesia y Estado, como entre progresistas y conservadores en el mundo católico, era escasamente practicado y el mismo P. Alberione se mostraba poco convencido de su necesidad o eficacia. Era el tiempo en que la lealtad al propio bando, o a la jerarquía, constituía la primera virtud.
Era el tiempo de la lucha antimodernista. En DA, empero, de modernismo o de modernistas no hay ni rastro. Ello puede parecer raro, considerando la notoriedad que el movimiento tenía inclusive entre el clero piamontés.
El P. Alberione trató sin duda de distanciarse, siguiendo un camino suyo, por ejemplo extrayendo del modernismo lo moderno o nuevo que siendo sano puede ser acogido por todos.

«Esto es lo nuevo: algunos medios modernos usados para la finalidad antigua de salvar las almas.
Los enemigos han recurrido a armas nuevas, y nosotros no podemos ni debemos combatir contra los cañones Krupp valiéndonos de los cañones ideados por Napoleón I» [DA 39].

El P. Alberione se declara explícitamente abierto a la renovación. En línea con el gran movimiento femenino, católico y masónico de aquellos años, especificará que precisamente la cooperación hombre-mujer es la mediación nueva, y a la vez natural, que el clero debe asumir para combatir el mal.
En vísperas de la gran guerra (1915-1918), en 1914, moría Pío X, cuyo pontificado había marcado, y no poco, al joven P. Alberione. A Pío X le había sucedido Benedicto XV (Giácomo Della Chiesa).
Ese mismo año 1914 el P. Alberione, con 30 años de edad, había dado comienzo a la Pía Sociedad de San Pablo. Un año después, coincidiendo con la publicación de la segunda edición de Apuntes de teología pastoral, había emprendido la fundación de la futura Pía Sociedad de las Hijas de San Pablo (15 de junio de 1915).
Italia había entrado en guerra cuando DA estaba ya en prensa, demasiado tarde para que los ecos del conflicto se dejaran oír en esta obra.
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4. Contenido del libro

Una rápida síntesis de los múltiples argumentos propuestos en DA nos lleva a resaltar al menos estas afirmaciones:
- la relación hombre-mujer no se realiza sólo en el matrimonio, pues cabe y debe actuarse también en una asociación apostólica entre mujeres y sacerdotes;
- la pastoral tiene que renovarse adoptando la colaboración de la mujer, como primer y más importante medio para llegar a la salvación del hombre;
- la cura de almas tiene que renovarse asumiendo la modernidad, entendida como el conjunto de los instrumentos nuevos y eficaces en la actividad pastoral -por ejemplo la prensa- para llegar a toda la sociedad de hoy, que cada vez más y de manera hostil va separándose de la Iglesia.
Pueden considerarse emblemáticas, en tal sentido, al menos algunas afirmaciones:

«Quien redujera su vida sacerdotal a la misa y al breviario; o bien quien escribiera en la propia bandera y tomara como lema sólo estas palabras: Yo-Dios, ese tal no sería un sacerdote: le iría mejor el claustro» [DA 16].
«Téngase pues como lema: Yo-Dios-Almas-Pueblo» [DA 17].
«El sacerdote sin la mujer perdería tres cuartas partes de su influjo en la sociedad; la mujer sin él lo perdería todo. Así como entre Dios y el hombre está el sacerdote, así entre el sacerdote y el hombre está la mujer, anillo de conjunción» [DA 66].
«Si hoy se dan nuevas formas de inmoralidad, es porque el espíritu del mal se vale de todos los aportes de la civilización, especialmente del actual espíritu de asociación, organizando el mal. Hay que ahorrar inútiles quejas, y darse cuenta en cambio de que debemos servirnos de todos los progresos modernos para el bien, particularmente de la asociación» [DA 171-172].
«Un párroco muy celante decía: Hay que ensanchar según las necesidades de hoy los fines de las asociaciones de antes. Y efectivamente, puesto que nadie dudará de esta verdad: hay que escoger los medios más convenientes al fin propuesto. Hoy sería ridículo obstinarse en usar los sistemas primitivos de navegación, de prensa, de táctica militar, etc. La religión, los dogmas, la moral cristiana son inmutables en su sustancia, pero progresa nuestro modo de conocerlos y de aplicarlos. La Iglesia católica es indefectible y de la palabra del Evangelio no caerá ni siquiera una tilde: pero la Iglesia y el Evangelio tienen también una admirable facilidad de adaptarse a los tiempos y a los hombres» [DA 318-319].

El P. Alberione pretende renovar medios y formas del ministerio pastoral para responder mejor a las necesidades de los tiempos. Él sabía bien que lo nuevo de ayer es lo viejo de hoy.
Renovarse ha sido su reto y sigue siéndolo para los herederos de este texto: captando lo que en él hay de perenne, es preciso encontrar medios y formas para traducirlo en hechos hoy. Vale aún la pena creer, como el P. Alberione, que toda iniciativa pastoral o apostólica pensada y realizada sólo en masculino, excluyendo a la mujer o compitiendo con ella (o sólo en femenino, compitiendo con el hombre) estaría destinada al fracaso.
En el trasfondo de DA vige una propuesta de sinodalidad o «cooperación», «asociación» o alianza por parte del Fundador para que su Familia llegue a ser sujeto unitario, tanto de la formación de los propios miembros, como de la misión paulina, la cual, centrada en la comunicación, ha de realizarse en una Iglesia y en un mundo llamados a transfigurarse juntos en una sola familia, de Dios.
Así las cosas, una obra como DA, aun siendo tan «vieja», cobraría realidad en su valor carismático más nuevo. Porque lo que dura, al menos cuanto el árbol, ¿no son sus raíces? Y tan actuales por lo menos cuanto la «casa», ¿no son quizás sus fundamentos?

Roma, 26 de noviembre de 2000.

ÁNGELO COLACRAI


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1 Esta versión tuvo el honor de breves recensiones en International Survey (1965), The Priest (agosto 1965), Ephemerides Theologicae Lovanienses, Social Justice y Today's Family, debidas al interés de la entonces Maestra provincial Concetta Belleggia.

2 Nótense al respecto los múltiples testimonios del propio P. Alberione. Todas las congregaciones femeninas conservan en su documentación explícitas referencias a nuestro texto, conectadas con su respectiva misión específica. A las Pías Discípulas: «Arranco de aquel 1908, año en que comencé a rezar y hacer rezar para que naciera una familia religiosa de vida retirada, dedicada a la Adoración y al apostolado sacerdotal y litúrgico. Escribí entonces el libro La mujer asociada al celo sacerdotal, en el que me expresé como en aquel tiempo era posible...»(cf. A las Pías Discípulas [APD] 1946-1947, n. 22). En un curso de Ejercicios predicado en junio de 1947, también a las Pías Discípulas, el P. Alberione dijo literalmente: «En 1911 comencé a escribir el libro La mujer asociada al celo sacerdotal y lo terminé en 1913 para preparar a la Pía Discípula luz sobre su vocación y sobre las vocaciones» (APD 1946-1947 n. 504). La Hna. Joseph Oberto, pd, ha extractado numerosos pasos, al menos seis, en que el P. Alberione habla explícitamente de DA como dirigido a las Pías Discípulas (cf. APD 1957 n. 105; APD 1958 n. 214; APD 1963 nn. 320, 443; APD 1964, nn. 22-28). Entre las varias referencias a las Pastorcitas, valga la siguiente: «Ateneos a las constituciones. Vuestra misión es como la misión de María, asociada a Jesús en la salvación de las almas. Para vosotras escribí el libro: La mujer asociada al celo sacerdotal»(Predicación a las Hermanas Pastorcitas 1950, vol. V, p. 88). Igualmente, hablando a las Apostolinas (7 de agosto 1961): «He aquí la misión: id, predicad, enseñad... Lo cual quiere decir: La mujer asociada al celo sacerdotal, libro de orientación para todas las religiosas de la Familia Paulina;, allí está el fundamento. Y se escribió justo aún antes de abrir la primera casa...».

3 Véase más adelante, nota 6.

4 Cuando el P. Alberione indica como fecha de composición de DA un año precedente a 1915 se refiere probablemente al trabajo de recogida del material y de preparación del volumen.

5 T. ALBERIONE, Maggiorino Vigolungo. Aspirante al Apostolado de la Buena Prensa. Alba, Escuela Tipográfica editora, 1919. El libro ha tenido varias ediciones o reimpresiones, por lo menos 11, y varias traducciones.

6 En el n. 109, hablando de los preparativos para la fundación de la Familia Paulina, afirma: «Respecto a las Hermanas, ya desde 1911 él había comenzado la redacción de un libro, La mujer asociada al celo sacerdotal».

7 El 5 de junio de 1961 el P. Alberione, hablando a las Hijas de San Pablo reunidas para Ejercicios espirituales en Ariccia, dijo: «Antes de instituir la Congregación, había preparado La mujer asociada al celo sacerdotal precisamente para vosotras» Y repitió el concepto (grabado, como el precedente, en cinta magnética) en una meditación dictada en Roma el 13 de febrero de 1964: "Antes de que nacierais -dijo- se escribió el libro La mujer asociada al celo sacerdotal". Otra vez manifestó haberlo pensado en 1909 y redactado luego en 1912.

8 Esta anotación figura también en Carissimi in San Paolo, p. 1284, con una explicación: «Los principios se han tomado siempre de la Escritura y de la Tradición; en cambio las aplicaciones a las circunstancias actuales, de tiempo, lugar y condiciones sociales tienen que hacerse con sensatez» (MM).

9 Como ratificación de esto, léase la Advertencia que el Autor puso al final del libro en la 2ª edición: «Este libro se ha escrito cuando la acción católica femenina no había hecho aún los admirables progresos por todos conocidos en Italia. No ha podido pues el autor tenerla en cuenta; se ruega a los lectores que se pongan en el ambiente italiano de 1914» - Se esperaba por tanto una integración, que se efectuó en 1928, con la 5ª edición, como resulta de esta otra nota, que precedía el Apéndice:
«A esta quinta edición, se cree útil añadir un apéndice: “Las organizaciones femeninas de la Acción Católica Italiana”.
Constatando el desarrollo consolador que van tomando estas organizaciones, por las sugerencias y las dulces pero fuertes insistencias del papa Pío XI, parece necesario aludir a ellas. En efecto, muchas lectoras pertenecen a la Acción Católica Femenina como dirigentes o agregadas.
El apéndice, por amable concesión del Autor, está tomado del libro: “Prontuario de la Acción Católica Italiana” del muy celante y tan competente P. Marotta O.D.I. A él la más sincera gratitud mía y de las lectoras.
Fiesta de la conversión de S. Pablo, 1928. El AUTOR» (MM).

10 Además de la 1ª edición de 1915: la 2ª en 1925; la 3ª y la 4ª son sólo reimpresiones; la 5ª en 1928; la 6ª en 1932; la 7ª en 1937; la 8ª, todavía en Alba, en 1940; la 9ª, en cambio, en Albano, en 1954. - La 5ª edición tiene idéntica portada que la 2ª, con el mismo cartón, anuncios, tipos y precio de 5 liras. Considerando que las reimpresiones no son ediciones, la 5ª edición pasaría por 3ª y no por 5ª. Por tanto DA habría tenido 7 ediciones y no 9. Dos reimpresiones (o incluso más) entre la 2ª y la 5ª edición. - De las investigaciones resulta además que en conjunto los ejemplares son de 25.000 a 30.000, incluida la primera tirada más alta (MM).

11 Escribe la Hna. Cecilia Calabresi: "Precisamente en 1953-1954, el P. Alberione me encargó la tarea de revisar el libro. El 10 de marzo de 1953 me escribía: “Revisa, quita, añade lo que creas: con tal que haga el máximo bien”. El sucesivo 17 de octubre insistía: “El Santo Padre Pío XII en sus últimos discursos tiende a valorar cada vez más la obra de la mujer en los varios campos. Es útil tenerlos presentes para otra edición del libro La mujer...”. El 15.4.54, recibido el libro revisado, el P. Alberione se apresuraba a dar las gracias, antes aún de haberlo examinado atentamente: “Muchas gracias por el trabajo del libro; ha sido un trabajo delicado y práctico”. Dos meses después, confirmaba: “Estoy muy agradecido por el buen trabajo... Óptima la revisión del libro” (7.6.54). Y después de un control más minucioso, realizado en el curso de un mes, escribía: “Estoy muy contento de la inteligente revisión. Deo gratias! Habría que añadir aquí y allá algunas pequeñas cosas (Pío XII) sobre el clero (en la primera o en la última parte) que podrás introducir. Aportadas estas adiciones, el libro lo imprimirán los novicios de Albano” (12.7.54). - Recibido el volumen y los añadidos, el P. Alberione lo pasó a la tipografía, que licenció el texto el 22.XI.1954, fiesta de santa Cecilia". [NdT: De esta edición se publicó en Madrid una traducción española en 1955/56 por iniciativa de la Sociedad de San Pablo: volumen de sencilla y limpia presentación, encuadernado en rústica, 18x12 cm., 294 páginas].