INTRODUCCIÓN
Ha pasado una generación desde cuando el P. Santiago Alberione dejó la tierra para entrar en la gloria. En este intervalo ha sido declarado venerable y luego beato, y como tal es considerado por su Familia de institutos, que le veneran, le invocan y piden su intercesión.
Con todo, el inventario de su herencia carismática y redaccional está lejos de agotarse; al contrario, no cesa de reservarnos sorpresas, sobre todo en una veta entre las más ricas de su producción, la que trata sobre la oración y de la oración; mejor, de las oraciones redactadas por él para la piedad de los suyos. Parte de estas oraciones han confluido en el manual Oraciones de la Familia Paulina, parte están diseminadas en libros y artículos varios, o en los boletines Unión de Cooperadores, San Paolo, etc.
En estos últimos años, para responder a las peticiones de las Comunidades y de los Cooperadores, se había proveído ya a reimprimir y actualizar el clásico manual. Pero se advertía cada vez más fuerte la exigencia de una reseña crítica, y en lo posible completa, de las oraciones contenidas en dicho librito, y de las otras no menos significativas y nunca adoptadas oficialmente.
Y he aquí la sorpresa: del archivo de las Hijas de San Pablo ha surgido una esquela autógrafa del P. Alberione, fechada con otra caligrafía el 10-6-51, donde se lee: «Mª Asunta, yo quisiera un libro-colección de las oraciones del Primer Maestro - ¿es posible? - P.M.».1
Así pues, el libro-colección estaba ya en el deseo del Fundador (comúnmente llamado Primer Maestro), y la buena de Hna. Assunta no había tardado en proveer, trámite
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