ANTONIO F. DA SILVA
1 G. D. P. H., Donec formetur Christus in vobis, Meditaciones del Primer Maestro, PSSP, Alba-Roma 1932. - En muchas obras de los primeros tiempos de la fundación, la sigla G. D. P. H. (que significa: Gloria Deo, Pax Hominibus) se utilizaba para sustituir el nombre del autor. Ver la portada (DFst 3) reproducida en la pág. 175 de esta edición.
2 S. ALBERIONE, Donec formetur Christus in vobis, edición crítica a cargo de A. Damino, EP 1985.
3 Parece conveniente introducir la costumbre de citar esta edición crítica con la sigla DFcr. Ofrecemos un cuadro de concordancia entre los números de páginas del DFcr, del DFms y del DFst en las páginas 281-284 de esta edición.
4 Las citas de pasos de esta Introducción tendrán la sigla “DFin” seguida del respectivo número marginal.
5 G. T. GIACCARDO, Diario, 1913-1925 1942-1946, páginas escogidas, CSP, Roma 1996, 19 noviembre 1917, p. 92.
6 Ibid., 3 enero 1919, p. 249.
7 De este documento se conservan dos versiones: el texto manuscrito (= ADms) y el texto mecanografiado (= ADds). La edición de 1985, preparada por E. Pasotti y L. Giovannini, hace una síntesis de las dos versiones. La edición de 1998, preparada por A. Colacrai y E. Sgarbossa, parte de la versión mecanografiada.
8 Se ha preferido citar directamente UCBS, aunque muchos textos se encuentren publicados en La primavera paolina (= PP), preparada por R. Espósito, Roma 1983. Los textos citados en esta Introducción pueden encontrarse en PP mediante el relativo índice analítico (pp. 1257ss) y el índice de los nombres.
Donec formetur impreso (1932) se cita con la sigla DFst seguida del número de página. Cf. DFin 5.
10 Cf. G. BARBERO, Il sacerdote Giacomo Alberione, un uomo - un']idea, Vida y obras del Fundador de la Familia Paulina (1884-1971), AHGFP, Roma 1991, pp. 73ss.
11 Sobre este período, afirma sor Mercedes Mastrostéfano, fsp: «Las tres eminencias de Cherasco eran el profesor Giovanni Ferrua, músico, padre de don Ernesto Ferrua, compañero de seminario de Santiago Alberione; el profesor Bartolomeo Rinaldi, poeta y matemático, y el profesor Giovan Battista Adriani, historiador. Los tres enseñaban en el Instituto y eran amigos de don Montersino, párroco de San Martín. El año en que Alberione estudió en el Instituto, sólo un año porque al siguiente ingresó en el seminario de Bra, no podía comer allí como en los cursos elementales, por lo que don Montersino le invitó a comer en la rectoría. Con el párroco estaba el coadjutor, don Giuseppe Colombara, su tía Ángela y su sobrina Vittoria. Don Montersino, muy frecuentemente, casi todos los días, invitaba a las tres eminencias a tomar café en la rectoría. Alberione contaba: “Nunca he olvidado a aquellas personas que imprimieron en mí el amor al libro. Su conversación me fascinaba: música, literatura, historia, filosofía... Creo que aprendí de ellos el valor y el gozo del libro y la lectura”. También la señora Bonfante [más tarde directora de enseñanza en Cherasco] me lo contó y escribió. Añadía que el pequeño Alberione era muy feliz, aunque también muy dependiente».
12 T. TORBIDONI, Un ritratto grafologico del giovane Giacomo Alberione come risulta dai manoscritti (1900-1907), en AA.VV., Conoscere Don Alberione (1884-1907), Strumenti per una biografia, CSP, Roma 1994, p. 315.
13 Las afirmaciones del padre Alberione encuentran confirmación en recientes estudios de sus escritos juveniles: «En análisis transaccional se afirma que al comienzo de la vida (guión existencial), la persona establece un plan de vida que puede definirse con una sola palabra; lo hace nuevamente al comienzo de la edad adulta, y cada vez que hay un cambio importante en ella vuelve a definir el plan, cambiándolo o confirmándolo, o confirmándolo sólo en parte (palimpsestos existenciales). El guión existencial de Santiago Alberione puede definirse con un DESPUÉS (la felicidad verdadera y el amor se encuentran sólo después de la muerte; ahora, en la poca vida que me espera, seré fuerte, amable y bueno para ser grande). También al final de la adolescencia la opción del guión puede ser resumida en un “después”, pero aquí se proyecta como premio a un duro y largo trabajo...» (M. T. ROMANINI, Lettura ermeneutica analitico-transazionale degli scritti giovanili di Don Alberione, en AA.VV., Conoscere Don Alberione (1884-1907), Strumenti per una biografia, CSP, Roma 1994, p. 246). También del estudio comparado de su caligrafía resulta que el joven Alberione «debe de haber desmenuzado sus sentimientos y su vocación; debe de haber desentrañado atentamente las consecuencias e implicaciones de las opciones hechas y que hará» (F. TORBIDONI, Un ritratto grafologico..., o.c., p. 315).
14 Cf. R.F. ESPOSITO, L']enciclica “Tametsi futura” e la notte eucaristica del secolo, SSP, Casa General, Roma 2000, pp. 320.
15 Cf. R. BALLERINI, Il cattolicismo cadente il secolo XIX, en La Civiltà Cattolica, serie XVII, vol. V, cuaderno 1166, 21 enero 1899, pp. 170-175.
16 Cf. G. BARBERO, Il sacerdote Giacomo Alberione..., o.c., pp. 114ss.
17 Cf. Manuscritos del padre Alberione, Quaderno 36, preparado y editado por el CSP en 1993. Ayudas útiles para el conocimiento de este Cuaderno: Guido GANDOLFO, Per un primo approccio alla lingua di Alberione nei manoscritti, en AA.VV., Conoscere Don Alberione (1884-1907), Strumenti per una biografia, CSP, Roma 1994, pp. 145ss.; Angelo COLACRAI, “Dio” e “Storia”. Un profilo dello studente Alberione (1901-1907), en Ibid., pp. 165ss.
18 S. ALBERIONE, Sono creato per amare Dio, preparado por G. Barbero, EP 1980.
19 S. ALBERIONE, Taccuini [Libretas de apuntes], n. 2.
20 Cf. G. BARBERO, Introduzione, en S. ALBERIONE, Mazzo di fiori a Maria Santissima, AHGFP, n. 4, Roma 1981. En el Mazzo di fiori a Maria Santissima el joven Alberione se limitó a copiar «el libro de la condesa Rosa di San Marco; quiso calcar su esquema, su pensamiento y hasta su expresión verbal, aunque concediéndose la libertad de abreviar y modificar conforme le sugería su sentimiento íntimo» (Ibid., p. 5). «La decisión debe de haber estado determinada por el propio título del libro, Un mazzo di fiori, que traía a la mente a la Madonna dei Fiori de Bra (Cúneo), muy venerada en el santuario local homónimo. [...] Su madre condujo a Santiaguín niño ante el altar de la Madonna dei Fiori y se lo consagró varias veces» (Ibid., p. 6).
21 S. ALBERIONE, La B. Vergine delle Grazie in Cherasco (La Madonnina). Memorie-Ossequi, Alba, Tip. Albese di N. Durando, 1912, 136 pp., 8 il., 15,5 cm.
22 Cf. Lavori vari, n. 4. Cuaderno inédito, restaurado y conservado en el CSP.
23 En 1933 el padre Alberione propone una lista de santos para imitar en la formación: «Fijémonos en sacerdotes santos: 1. San Gregorio Magno, pastoral; 2. San Bernardo, -; 3. San Francisco de Sales, ascética; 4. San Alfonso de Ligorio, moral; 5. San Buenaventura, mística; 6. Santo Tomás de Aquino, filosofía; 7. San Agustín, teología» (LV01, p. 163).
24 En la formación sacerdotal del joven Alberione influyó mucho el pontificado de Pío X y el programa que trazó en la encíclica E supremi apostolatus: «Del mismo modo, dado que plugo a la voluntad divina elevar nuestra ruindad a tanta sublimidad, nos animamos en Aquel que nos alienta, y decididos a obrar apoyados en el poder de Dios, proclamamos que no tenemos en el supremo Pontificado más programa que el de “restaurar todos las cosas en Cristo” (Ef 1,10) para que “Cristo sea todo y de todos” (Col 3,11). [...]
Los intereses de Cristo serán los nuestros, y por ellos estamos resueltos a entregar todas nuestras fuerzas y la vida misma. Por eso, si alguien nos pide una palabra de orden que sea expresión de nuestra voluntad, no daremos otra y será siempre la misma: “Restaurar todas las cosas en Cristo”. [...]
Sin embargo, venerables hermanos, este llamamiento a los hombres hacia la majestad y el dominio de Dios, por el que nos afanamos, sólo puede conseguirse por medio de Jesucristo. “Porque nadie puede poner otro fundamento, nos advierte el Apóstol, que el que está ya puesto, que es Jesucristo” (1Cor 3,11). Cristo es el único “que ha sido consagrado y enviado al mundo” (Jn 10,36), esplendor del Padre e impronta de su ser (Heb 1,3), Dios verdadero y hombre verdadero, sin el que nadie puede conocer a Dios, como conviene para la salvación, porque “nadie conoce perfectamente al Hijo sino el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera manifestar” (Mt 11,27). Por consiguiente, restaurar todas las cosas en Cristo y reconducir a los hombres a someterse a Dios es nuestro único fin. Se impone pues que dirijamos todo nuestro afán a reconducir el género humano al dominio de Cristo, pues sólo así lo habremos reconducido a Dios.
A vosotros, venerables hermanos, os corresponde secundar nuestros deseos con la santidad, con la ciencia, con vuestra experiencia y especialmente con el celo por la gloria divina, sin tener más punto de mira que Cristo se forme en cada uno.
Por lo demás, los medios que se deben usar para conseguir este gran fin, parece superfluo indicarlos, pues son obvios. Vuestras primeras premuras sean formar a Cristo en aquellos que, por deber de vocación, están destinados a formarlo en los demás. Nos referimos a los sacerdotes, venerables hermanos. Porque los que tienen el honor del sacerdocio deben saber que, en medio de los pueblos en los que viven, tienen la misma misión que Pablo aseguraba haber recibido con estas tiernas palabras: “Hijos míos, sufro por vosotros como si os estuviera de nuevo dando a luz hasta que Cristo sea formado en vosotros” (Gál 3,19). Pero ¿cómo podrán cumplir este deber si antes ellos mismos no se han revestido de Cristo? Y revestirse de tal modo que puedan decir con el Apóstol: “Ya no vivo yo, pues es Cristo el que vive en mí” (Gál 2,20), “Para mí vivir es Cristo” (Fil 1,21). Por eso, aunque la exhortación de caminar hacia el hombre perfecto se dirige a todos, a la medida de la edad de la plenitud de Cristo (Ef 4,13), con mayor razón se dirige a los que ejercitan el ministerio sacerdotal, quienes por ello son llamados otro Cristo, no sólo por la comunicación de la potestad, sino también por la imitación de las obras, y por eso deben llevar impresa en ellos la imagen de Cristo. [...]
Y no es verdad que los progresos de la ciencia apaguen la fe, sino más bien la ignorancia, porque donde más predomina la ignorancia mayores son los desastres de la incredulidad. Esta es la razón de que Jesucristo ordenara a los apóstoles: “Id y enseñad a todas las gentes” (Mt 28,19).
Pues bien, para que de este apostolado y celo por enseñar pueda recogerse el fruto esperado y Cristo se forme en todos, recordad, venerables hermanos, que nada es tan eficaz como la caridad. Al Señor no se le encuentra en el terremoto (1Re 19,11). En vano se puede esperar llevar las almas a Dios con un celo amargo, pues echar en cara duramente los errores y reprender con aspereza los vicios a menudo es más nocivo que útil. Es verdad que el Apóstol exhortaba a Timoteo: “Insiste a tiempo y a destiempo, reprende, corrige”; pero añadía: “exhorta con toda paciencia” (2Tim 4,2). Jesús nos dio ejemplo: “Venid a mí todos los que estáis cansados y oprimidos, y yo os aliviaré” (Mt 11,28)» (cf. La Civiltà Cattolica, serie XVIII, vol. XII, cuaderno 1280, 7 octubre 1903, pp. 129-149).
25 Carta del 26 de abril de 1906. Cf. G. BARBERO, Il sacerdote Giacomo Alberione..., o.c., pp. 135-136.
26 S. ALBERIONE, Istruzione I, en Ut perfectus sit homo Dei, Mes de Ejercicios espirituales, abril 1960, vol. IV, cuarta semana, EP, Ostia (Roma) 1962, p. 7. Cf. Ibid., en el volumen único: S. ALBERIONE, Ut perfectus sit homo Dei, Mes de Ejercicios espirituales, abril 1960, ESP 1998.
27 Es significativo que en el sermón pronunciado el día de su primera misa (30 de junio de 1907) en la iglesia parroquial de San Martín, en Cherasco, el joven sacerdote quisiera citar la invitación de Jesús “Venid todos a mí”, que le había marcado profundamente la noche del cambio de siglo: «Gracias espirituales: Jesús curó a muchos enfermos, consoló a muchos afligidos, iluminó a muchos dudosos, fortaleció a muchos débiles. Que corran hacia él las viudas, los huérfanos, los pobres, los ancianos, los jóvenes, los ricos y los pobres, que él tiene gracias para todos porque es infinito en su poder y en su misericordia; oíd sus palabras: Venite ad me omnes qui onerati et laborati estis et ego reficiam vos: venid a mí todos los que estáis afligidos por las culpas o los defectos, por la pérdida de personas queridas o por desgracias materiales; venid todos a mí y yo os aliviaré y os consolaré» (Q007).
28 Cf. S. ALBERIONE, Appunti di Teologia Pastorale (Pratica del Ministero Sacerdotale per il giovane Clero), Cav. Pietro Marietti Editore, Turín 1915
2 .
29 G. BARBERO, Il sacerdote Giacomo Alberione..., o.c., p. 154.
30 Cf. A. DAMINO, Quaderni autografi di Don Alberione (anteriori al 1914), en Conoscere Don Alberione nostro Primo Maestro, Informaciones del AHGFP, n. 3, noviembre 1981, pp. 9-18. Estas tres Libretas [Notes] se clasifican como Trabajos varios: 1) Esquemas de meditaciones, 1912-1954 (LV01); 2) Esquemas e índice de meditaciones, 1908-1912 (LV02); 3) Esquemas de ejercicios espirituales, 1909 [?]-1913 (LV03).
31 El padre Alberione preparó un Cuaderno de Índice de sus meditaciones, que a su vez ocupan algunas decenas de cuadernos manuscritos.
32 El padre Alberione añadía en los Cuadernos notas como la que se encuentra después del texto de la segunda meditación sobre «Yo creo»: «Lugar: Todo el seminario. Fecha: 29 de octubre de 1911. Tiempo: Bueno. Preparación: Escasa. Duración: 30 min. Expresión: Mediana. Efecto: Satisfactorio» (S. Alberione, Quaderno 50, p. 23). In Appunti di Teologia Pastorale, el padre Alberione escribe: «Al anotar estas cosas, el predicador mantendrá una norma cuando tenga que repetir esa meditación: corregirá los defectos, recordará lo que hubo de bueno» (o.c., p. 258).
33 Por ejemplo: «Ejercicios espirituales a los clérigos - Octubre 1911 - Predicador: P. Giusta S. J. - Poco práctico en las aplicaciones. - En general gustó poco. - Escaso fruto - No hizo que se reflexionara seriamente - No se entró en el verdadero espíritu de los ejercicios» (LV03, p 30); «Ejercicios espirituales a los clérigos. Junio 1912 - Predicadores: P. Latini y P. Mario (Misioneros). Muy prácticos en las aplicaciones - Agradaron mucho - Fruto abundante, pues hicieron reflexionar mucho» (Ibid., p. 30); «Ejercicios a los clérigos - Octubre 1913. Predicador: P. Cerutti: práctico e íntimo» (Ibid., p. 25b).
34 Cf. IRÉNÉE HAUSHERR, Direction spirituelle chez les spirituels orientaux, en AA.VV., Direction spirituelle, en Dictionnaire de spiritualité, fasc. XX-XXI, 1956, col. 1015.
35 «Sobre la meditación, 27 de octubre de 1908.
Necesidad:
a) para no dejar inerte la gracia de Dios (fe - esperanza - caridad);
b) para no dejar inertes los dones naturales (razón - voluntad - corazón);
c) para eliminar las máximas malas (ajustar el reloj);
d) para poder hacer después el bien a los demás».
36 «Modo de hacerla:
Advertencias:
1ª no querer juzgar el libro o al predicador;
2ª decid más bien si hay cosas útiles que meditar;
3ª haremos los ejercicios en grande: vía purgativa, odiar el pecado; vía iluminativa, virtudes de Jesucristo; vía unitiva, los premios» (LV02, p. 1). Los puntos «a» y «b» del esquema sobre la necesidad de la meditación corresponden respectivamente al «1°» y «2°» modo de hacerla, y los puntos «c» y «d» al «3°». Estos siete puntos se desarrollan ampliamente en DFst.
37 Al final de LV03, el padre Alberione compone un índice de 56 temas de meditación y discernimiento inspirados en el «espíritu de san Francisco de Sales».
38 P. CHAIGNON, Il prete santificato dalla pratica dell']orazione, o sea, Corso di meditazioni pei sacerdoti, vol. I-III, Venecia 1907
5 .
39 F. G. FABER, Progressi dell']anima nella vita spirituale, Cav. Pietro Marietti, Torino 1872.
40 Por ejemplo, la instrucción X, «Imitar a Jesucristo» (pp. 31a-31b), lleva este subtítulo: «Sancti estote, estote perfecti, pero con la santidad de Jesucristo», y termina así: «...copiarlo, tomando cada mañana algún ejemplo de Jesucristo, meditándolo y tratando de traducirlo a lo largo del día en nosotros como hace el pintor cuando copia un gran modelo. “Donec formetur Christus in vobis, exemplum dedi vobis... Vita Christi manifestetur in corporibus vestris” (san Pablo)» (DFst 44ss.).
41 Es posible que este curso no haya sido de sólo tres días, pues los apuntes, que se interrumpen en la p. 17b con la Instrucción III, parecen reanudarse en la p. 27 con la Instrucción VII. Los temas, efectivamente, se relacionan. Por ejemplo, el tema de la misericordia anunciado en el segundo punto de la Introducción se desarrolla en la Meditación VII, sobre la Bondad de Dios (p. 27). El padre Alberione hizo en esta casa también los ejercicios de julio de 1909 y 1910. Cf. G. BARBERO, Il sacerdote Giacomo Alberione..., o.c., n. 14, p. 175. De por sí, la Meditación VIII podría empalmar con los “Ejercicios espirituales a los sacerdotes 1912 - Seminario de Alba”. En cualquier caso, este esquema de meditación parece anterior a 1913.
42 Esta meditación presenta los temas tratados también en DF: «Nosce te ipsum, y mejorado con el noverim me, noverim te (cf. DFst 17). ...¿De dónde venimos?... [...] ¿Qué somos?... [...] ¿Para qué existimos? Para salvar a los demás y con ellos a nosotros».
43 «Jesucristo es:
Camino = porque por medio de su humanidad vamos a la divinidad -
por él fuimos redimidos - la humanidad nos hace conocer los atributos de la divinidad [)] -
nosotros debemos tener también devoción a su santísima humanidad.
Verdad = porque nos la comunicó.
Vida = quien vive con él puede decir: vivo ego iam non ego - vivit autem in me Christus».
44 Para la comprensión de Donec formetur parece importante reproducir el comienzo de la primera meditación del Quaderno 53, dictada el 31 de marzo de 1912, sobre el Espíritu Santo como autor de la Biblia: «“Creo en el Espíritu Santo”. La Biblia. 1. El Espíritu Santo es quien en el bautismo nos da la virtud de la fe, de la esperanza y de la caridad; de él provienen los dones de sabiduría y entendimiento, de consejo y fortaleza, de ciencia, de piedad y de temor. De él las ocho bienaventuranzas evangélicas proclamadas por el Señor en el sermón de la montaña; de él los doce frutos llamados del Espíritu Santo y descritos por san Pablo; de él las inspiraciones, de él toda la santificación del alma, por él la Iglesia es infalible e indefectible. Para hablaros menos inconvenientemente del Espíritu Santo, debería explicaros todas estas cosas, pero el tiempo no lo permite. De todos modos, no puedo dejar de dedicar una instrucción a una de las obras del Espíritu Santo. Es de una importancia extraordinaria y constituye hoy el objeto de los estudios más profundos y más diversos. Me refiero a la santa Biblia. Me sentiría feliz y muy agradecido al Espíritu Santo si pudiera despertar en uno solo de vosotros un poco el deseo de leerla, con ello sentiría recompensado el trabajo de esta plática. Os diré, pues: 1º qué es la Biblia, 2º algo de su belleza, 3º qué deberes tenemos con ella» (p. 3).
45 S. ALBERIONE, La mujer asociada al celo sacerdotal (para el clero y para la mujer), San Pablo 2001.
46 E. SWÓBODA, La cura d']anime nelle grandi città, Studio di Teologia Pastorale, versión italiana de B. Cattaneo sobre la segunda edición alemana, F. Pustet, Roma 1912, pp. 392.
47 C. KRIEG, Scienza Pastorale, Teologia Pastorale in quattro libri, versión autorizada sobre la primera edición alemana por el arcipreste Antonio Boni.
48 Santiago Alberione se refiere aquí especialmente al libro I del Krieg, Cura d']anime speciale, Cav. Pietro Marietti Editore, Turín 1913, 652 pp. Cf. A. F. DA SILVA, Cristo Via, Verità e Vita centro della vita, dell']opera e del pensiero di G. Alberione, en AA.VV., L']eredità cristocentrica di don Alberione, EP, Cinisello Balsamo (Milán) 1989, pp. 241ss.
49 C. KRIEG, Enciclopedia scientifica e metodologia de le scienze teologiche, Libreria eccl. Editrice Cav. Ernesto Coletti, Roma 1913, 392 pp.
50 «El deseo innato de saber ha dado lugar a dos formas de enciclopedia: la de compilaciones resumidas materialmente ordenadas y la formal o científica, expuesta de manera sistemática. Ambas tienen una larga historia, cuentan con un progreso bastante armonioso y responden a leyes psicológicas. La enciclopedia formal fue derivando poco a poco de la material por la suma creciente de conocimientos científicos, que es lo que ha llevado a un ordenamiento más exacto y a una organización sistemática de ellos. De manera especial a partir de la mitad del siglo XVIII, junto a “léxicos” materiales aparecen enciclopedias en número creciente, obras que no sólo incluyen casi todos los temas de las ciencias y de las artes, y en las que la tendencia a la claridad y a la sistematización se acentúa, sino que también se intenta en ellas reproducir la relación recíproca de las ciencias particulares, es decir, el organismo unificador de todo el conocimiento humano en una síntesis sistemática» (Ibid., p. 10).
51 «En la edad clásica, para ser considerado “culto”, el hombre griego debía poseer una cultura enciclopédica, es decir, una instrucción escolar convencional determinada. Quien había hecho el kuklos era considerado enkuklios, “culto”, paideutós, pero no especialista, sabio; y quien no lo había hecho era akuklios o apoideutós [apaideutos?], es decir, inculto, alguien que no poseía la paideia en kuklo. Con kuklos el griego expresaba tanto el círculo o movimiento circular como un campo del saber, ya que un saber ordenado según determinadas leyes forma un círculo en cuyo centro está la idea fundamental. Frente a la paideia eleuzera estaban, en un orden inferior, las téjnai (banausoi), las artes puramente mecánicas, que no servían para el perfeccionamiento del hombre libre tal como lo concebían los griegos, y en un orden superior las ciencias superiores. Sólo las primeras, según los helenos, constituían al docto, y por tanto al verdadero hombre. Por encima de ello estaba la cultura especial adquirida con la filosofía» (Ibid., p. 13.)
52 Como guía, a la enciclopedia «le corresponde una doble función: debe ser introductiva y directiva [...] Cada ciencia, como la teología o la jurisprudencia, forma un círculo cerrado del saber, es decir, de conocimientos, con una idea fecunda en el centro, y varias partes o miembros que cual ramas parten en forma de rayos de la idea fundamental (principium, arjé) y vuelven al centro. Las ramas forman juntas el todo (totum), o sea, la totalidad de una ciencia y, unidas íntimamente por un único principio (o idea), tienen en él su único centro. Así, para la teología la idea de Dios y para la jurisprudencia el concepto de derecho constituyen su concepto fundamental (la idea fundamental o general). Pues bien, la enciclopedia debe justamente poner de relieve la idea fundamental de una ciencia e indicar cómo se derivan cada una de sus partes desde ella, sin tener que desarrollar o tratar estas partes materiales» (Ibid., pp. 4-5). «Pero la enciclopedia tiene también una función práctica, dado que quiere dirigir y guiar en el modo de ser estudiada una determinada ciencia. [...] Corresponde pues a la enciclopedia otra función, la de ser metodología, es decir, indicar al estudioso el camino recto y el medio que mejor conduce al fin, el modo de penetrar en el espíritu de una ciencia para asimilar su contenido. Este es el lado práctico o didáctico-propedéutico de la enciclopedia. De modo que la enciclopedia no sólo quiere y debe teóricamente enseñar, sino que debe al mismo tiempo guiar y preparar de manera práctica al estudio, así como a la profesión y a la vida. La enciclopedia, haciéndonos conocer la naturaleza de la ciencia y su conexión con otras ramas, y mostrándonos en esta orientación de qué modo debemos asimilar el contenido espiritual de una ciencia y traducirlo un día en acto en la propia vida, se convierte en guiadora [odegética] y metódica. Como metodología, la enciclopedia debe indicar cómo se debe preparar, regular y proseguir el estudio de la ciencia, cómo puede el estudioso conseguir descubrimientos, pensamientos y observaciones originales, y además qué dotes de corazón y de voluntad debe tener para que su estudio sea fecundo» (Ibid., pp. 6-7).
53 «La teología moral debe realizar una triple tarea, cuya realización requiere un tratamiento especial de la ley moral. De acuerdo con esto, se han desarrollado históricamente tres métodos relativos a la concepción y exposición de la moral: el especulativo (escolástico), el místico y el práctico-casuístico. Estas tres formas de tratamiento de la moral corresponden a las tres vías abiertas para conseguir el fin del obrar moral. La ley del N. T. hace depender la vida eterna primeramente del conocimiento de la verdad (Jn 17,3) [en el texto se lee: “consecuencia” de la verdad, probablemente por error], luego del cumplimiento de los preceptos (Mt 19,17) y finalmente de la unión con Cristo (Jn 6,57). Según reciba de una u otra dirección, la exposición de la teoría moral revestirá un carácter diferente. El tratamiento científico debe pues tender a tener en cuenta las tres vías, sin profesar exclusivamente uno u otro método, pues de hecho los tres se conciertan, se integran y apoyan mutuamente. El campo moral requiere justamente una sabia y discreta confluencia de los tres métodos de investigación y exposición. Todo tratamiento unilateral conduce a una desviación, porque en el método exclusivamente especulativo la vida y la práctica no se consideran suficientemente y en el casuista las leyes fundamentales de la moralidad fácilmente se desvanecen y se debilitan u olvidan» (C. KRIEG, Enciclopedia scientifica e metodologia de le scienze teologiche, Libreria eccl. Editrice Cav. Ernesto Coletti, Roma 1913, pp. 310-311).
54 «El método místico considera los principios y los preceptos de la vida moral bajo el aspecto de su finalidad suprema, es decir, de la unión del alma con Dios por medio de un conocimiento impulsivo y muy elevado y un amor íntimo con Dios (unio mystica). Tomada bajo este punto de vista, la doctrina moral se muestra esencialmente como doctrina de las virtudes y, considerada prácticamente, como ascética, es decir, como ciencia de los medios para conseguir las virtudes, o de los ejercicios morales por medio de los cuales la vida íntima de la gracia es recibida, promocionada y llevada a su cumplimiento y perfección. Aquí la moral presenta principalmente la vida cristiana virtuosa en su perfección y en el cumplimiento de todos los preceptos morales como medios para conseguirla. Este tratamiento pone especialmente en evidencia los medios aptos para promover la vida interior del alma, es decir, la vida del hombre escondida en Dios (Col 3,3: Mortui enim estis et vita vestra est abscondita cum Christo in Deo). Es la que principalmente nos da la vida para ascender hacia los tres grados de la perfección cristiana: la vía purgativa (purificación con la obras de penitencia), la vía iluminativa (conocimiento superior espiritual-moral) y la vía unitiva (grado de unión con Dios por la contemplación y medios parecidos)» (C. KRIEG, Enciclopedia scientifica..., o.c., p. 311).
55 «La misión pastoral de Cristo y su división.
1. La teología pastoral es la ciencia de la misión redentora de Cristo o, según la denominación metafórica del § 109, que debe explicarse, de las funciones pastorales de Cristo que la Iglesia lleva a cabo mediante sus órganos. Esas manifestaciones de la vida de la Iglesia forman el objeto de la pastoral. El Señor debía realizar -tal era su “misión”- una gran obra vital (opus Dei, Jn 4,37; 17,4), es decir, la obra de la redención (sotería), a la que pertenece un conjunto de funciones que se pueden dividir en tres grupos. Tales funciones son las llamadas misiones (ufficia, munera) de Cristo, que juntas forman un único opus o ufficium. El Señor mismo se presenta al mundo con una triple cualidad: se llama alézeia, xoé y odós (Jn 14,6). Los escritos apostólicos le llaman logos, arjiereus, leitourgós y arjegós, y arjipoimén (1Pe 5,4), voz que incluye todos los atributos. Para salvar a la humanidad, el Salvador (soter) [Los teólogos griegos contemporáneos proponen esta división: 1) kerux kai didásjalos; 2) arjiereus); 3) basileus] tuvo que:
a) revelar la verdad eterna, con la que los hombres recuperaran la posesión del conocimiento puro de Dios. Lo que Cristo hizo especialmente fue revelar sobrenaturalmente a Dios a la humanidad, en su forma suprema y absoluta. Por esta revelación la razón fue liberada de las ataduras del error;
b) expiar el pecado de la humanidad y pagar con la maldición (Ef 2,14) la pena que como consecuencia del pecado pesaba sobre ella, para reconciliarla con Dios y situarla en una nueva relación vital con él (idea principal que predomina en la espléndida carta a los Efesios). Esto se realizó en virtud de la satisfacción condigna de Cristo;
c) llevar a la humanidad a una nueva ley de vida para educar y elevar su débil voluntad.
Con esta triple función redentora, el Señor vino al encuentro de una triple necesidad espiritual que él mismo afirma al definirse camino, verdad y vida. Por consiguiente, con la triple misión queremos expresar el conjunto orgánico de todas las acciones que en el plan divino debía realizar el Hombre-Dios y que la Iglesia prosigue hasta el presente por medio de sus siervos. Ellas son el objeto de la pastoral» (Ibid., pp. 326-327).
56 Para comprender el horizonte mental y la preocupación del padre Alberione ante lo que le esperaba, parece útil analizar los siguientes esquemas de meditación.
«El Edicto de Constantino:
1º Todo el mundo en fiesta. Debería serlo aún más ahora.
2º Mundo pagano - Adoraba a dioses falsos.
Era inmoral.
Perseguía a los cristianos - persecuciones.
Prohibiciones de predicar.
La obra de Constantino. Aparición de la cruz.
Edicto - la cruz - templos - derecho a heredar.
Procesiones: libertad de palabra
Liberó a los esclavos
Prohibió la inmoralidad
Mujer - Emperador
Libertad - igualdad - fraternidad.
Reflexiones - Agradecer - Poder de Jesucristo.
Animarse - No creer que esto se acaba - mártires.
Trabajar - Ser buenos para ser santos ministros, dar a conocer y hacer que se ame a Jesucristo.
3º Que alboree en el cielo la libertad que debemos conseguir con la oración y el sacrificio - con el trabajo» (LV01, p. 21).
57 Como no es posible reproducir la disposición gráfica de las 29 líneas del esquema manuscrito, aquí presentamos el texto de forma más libre y omitiendo el paréntesis de la línea 19, de difícil interpretación:
«Jubileo constantiniano - Persecuciones modernas -
1º Las fiestas constantinianas son para dar gracias - y también para aprender en los tiempos modernos. Han cambiado los perseguidores - han cambiado los suplicios, pero la sustancia es igual - y hasta se ha refinado la malicia -
2º Persecuciones -:
Los gobiernos contra el catecismo en las escuelas - crucifijo - matrimonio religioso - Papas - obispos -
La Prensa calumniando - oponiéndose a los dogmas - que ignora - desacreditando al clero - imprimiendo obscenidades...
La masonería = contra la Iglesia - socialismo - que se vale de las elecciones - con diversiones deshonestas, con discursos, tratando de involucrar a la mujer -
Victorias -
En Inglaterra - 32 profes. - y lo mejor -
En Estados Unidos - 2.500 doctos convertidos cada año
En China - se abre el camino al cristianismo -
En Japón - universidad católica -
En Alemania - el doble los católicos que ocupan el centro -
En Francia - feliz despertar en las escuelas y en la universidad - Lourdes -
En Austria - Congreso Eucarístico
En Italia - León XIII -
Medios -
a) Celo de todos - también de la mujer en la familia - defender la religión... la religión es vuestra, como es vuestra la salud, no del médico; vuestra la vida, la bolsa
b) Unión popular -
c) Catecismo en la escuela - papeleta popular, Francia - (elogio) enviar al catecismo
d) Contra la mala prensa - contra la moda - (Pueblo - prensa - clero)... ¡Y periódico de los sacerdotes!
Objeciones: Bueno, lo dicen los curas... ¿Y por eso hay que hacer lo contrario? - también dicen no matar - ni matarse -
3º Ha terminado el tiempo de las medias tintas -».
58 En los Apuntes del clérigo Giaccardo (a menudo firmaba Giaccardi), encontramos resúmenes de sermones sobre este tema. Cf. Cl. GIACCARDI GIUSEPPE, Sunti di prediche, panegirici, istruzioni, n. 19, resúmenes CLXVIII y CLXX.
59 El encuentro de Giaccardo, a sus once años, con el padre Alberione y su itinerario vocacional hasta la ordenación, se relata, aunque no se citen los nombres, en Unione Cooperatori Buona Stampa, año VII, n. 5, 15 mayo 1924, pp. 3-4. Siendo clérigo, así resume Giaccardo su itinerario: «1. Llego al seminario; pequeña pasión por la “Gazzetta”, también por los demás. Quiero hacer el bien en la familia con buenos libros, que luego la pereza, el respeto humano o la prudencia impiden en gran parte. 2. Último año de bachillerato inferior y superior: deseo de trabajar en la Acción Católica, de estar pronto libre para trabajar en la prensa y en la A. C. Luego, ser coadjutor o párroco, pero trabajar en este campo. La verdad es que no me satisface el campo de una sola parroquia... Siento más la prensa como mi campo. Amor especial a la Iglesia, al Papa; fe viva en el verdadero triunfo de la Iglesia. En teología la obra de la prensa me parece más importante; luego me convenzo de la necesidad del apostolado, lo siento y aumenta mi convencimiento y mi deseo de ese apostolado. Inclinación muy fuerte. Veo que no sé con qué me llenaría. Salesiano. Jesuita o misionero. 3. Relación con el Teólogo. Me habla de sacerdotes de la prensa y yo no comprendo la voluntad de Dios. Funda la Tipografía y en seguida intuyo a dónde quiere llegar y no me habla más de ello. Deseos de verla. Yo me niego. Me considera como un miembro = No quiero. Me habla de las necesidades = Obstáculo. Habla directamente de mí; pongo dificultades y me tomo un tiempo. Mientras, me siento miembro. Me convenzo y me siento muy inclinado a lo que es mi campo. Días de convencimiento, de persuasión; de fuerte inclinación hacia la prensa y la Congregación, al Teólogo, a sus sentimientos [...]. 4. ¡Convencerme de la necesidad del Apostolado y de la Congregación! Mi campo. Delirio. Motivos = Delirio. ¿Tiempo? ¿Soberbia y misión?» (G. T. GIACCARDO, Diario..., o.c., pp. 278-279). En torno al primer año de bachillerato superior, Giaccardo escribe en un resumen una instrucción del padre Alberione: «I. La sociedad moderna se encuentra moralmente hundida. 1º Los socialistas dominan a los obreros y los agricultores por medio de la Cámara del Trabajo y les infunden el odio a Dios, a la Iglesia y al sacerdote, y los descristianizan. 2º Tampoco la clase noble, culta, bienhabiente, está con nosotros, pues sólo le gusta el lujo, los placeres, las diversiones. Nosotros somos agni inter lupos. II. A pesar de ello nos corresponde reformar la sociedad, y la reformaremos; en primer lugar, con los medios intelectuales, difundiendo y favoreciendo la prensa: a) intelectualmente: publicando artículos breves, originales y consistentes; b) moralmente: a) elogiando nuestros periódicos; b) avisando a la dirección cuando algo no gusta; c) congratulándose con ella cuando gusta; c) financieramente...» (G. GIACCARDO, Libretto per i Santi Spirituali Esercizi, junio 1913, XIX, inédito).
60 A. PAVISSICH, La stampa grande potenza, en La Civiltà Cattolica, año 64º, vol. 1, cuad. 1502, 18 enero 1913, pp. 129-140; Ibid., año 64º, vol. 1, cuad. 1504, 15 febrero 1913, pp. 398-408.
61 «La obra de restauración social, por tanto, no es simplemente una obra de destrucción del mal, sino especialmente de edificación del bien, es decir, de sustituir la prensa mala con la prensa buena. Al empuje ruinoso del capitalismo imperante hay que oponer, en el campo de la prensa, las energías sanas y vigorosas de una cultura regeneradora, adquirida en las fuentes puras de la civilización cristiana. Ahora bien, sólo los principios cristianos, en los que la sociedad contemporánea tuvo sus orígenes y su desarrollo, con los éxitos de los que se siente tan orgullosa, pueden contener y destruir los daños de la apostasía moderna, que va minando sus cimientos» (A. PAVISSICH, La stampa grande potenza, o.c., pp. 407-408).
62 G. BORGNA, Il Re dei tempi. Mano alla Stampa, Premiata Scuola Tipografica Michelerio, Asti 1914, 114 pp.
63 «Hace cincuenta años todavía se podía preguntar: ¿Quién lee? Ahora habría que decir: ¿Quién no lee? Es una necesidad de nuestra época, nuestra sociedad no sabría vivir sin la lectura. Hoy se quiere estar al corriente de todo lo que sucede en el mundo. Todos se levantan por la mañana impacientes por ver el periódico, ávidos de conocer las nuevas políticas, las sorpresas de la bolsa, el movimiento comercial, las aventuras galantes, las novedades que acontecen bajo el cielo de una a otra parte del continente, de uno a otro mar» (Ibid., p. 28).
64 «El deseo de novedades mantiene la moda y alimenta el periodismo. El pregonero de novedades es justamente el periódico, que envejece en el día. Su campo no tiene límites, porque habla de todo, se preocupa del movimiento religioso y político, se refiere a la escuela y discute sobre ella, así como sobre el comercio y los sucesos, habla del teatro, de las desgracias y los delitos, de la economía agraria y doméstica, de deportes... En conclusión, se refiere a todo lo que tiene que ver con la naturaleza, la cultura y el mundo» (Ibid., p. 29).
65 «¿Quién no conoce este invento moderno que constituye para tantos la diversión de cada día? ¿Quién no ha visto la baraúnda de escenas que en pocas horas, en pocos minutos, hace pasar por la pantalla? El periódico es algo parecido, pues vemos en él, observamos minuciosamente, ininterrumpidamente, la agitación convulsa del universo, del cielo y de la tierra, del mar y de los elementos, de las naciones y de la humanidad» (Ibid., p. 30).
66 «Sube [el periódico] a los palacios y baja a las tugurios, entra en las fábricas y penetra en los barrios, pasa por las academias, está en la mesa del docto, corre por las administraciones públicas, entra en las escuelas, circula por las calles y plazas, monta en el tren, se ramifica por todos los caminos de la nación, se apodera de cada una de las partes del organismo social, se impone a la inteligencia y forma la opinión pública» (Ibid., p. 31).
67 Este capítulo fue publicado íntegramente, sin citar la fuente, en el boletín UCBS, año II (1919), n. 7, p. 7: «“Prensa, escribe Rosegger, tú eres el orador, el gran predicador de nuestro tiempo. Las palabras que pronuncias con tanta pasión tienen eco en pocas horas en todo el país. Tú predicas en los mesones y los cafés, en los autobuses, en los ferrocarriles, en las casas privadas y poderosamente en todas las plazas. Donde más personas hay juntas, en medio de ellas estás tú y predicas. Pero tu palabra no se pierde, como la del púlpito, apenas pronunciada. Lo que no se imprime en la memoria del ansioso lector, permanece impreso en el papel, y predicas asiduamente a quien te echa un vistazo. De este modo gritas día tras día, sin tregua y sin descanso”. La prensa es para las grandes multitudes del pueblo el único pan cotidiano de innumerables almas; sus juicios forman el “credo” de millones».
68 «Cuando aparece el periódico, millones de manos lo agarran, millones de ojos lo devoran, y él se apodera insensiblemente de sus inteligencias y de sus corazones. Siembra sus ideas, las fecunda y obtiene frutos a voluntad» (Ibid., p. 31).
69 «En nuestros días, cuando tanta gente querría borrar la palabra rey, nos vemos obligados a soportar el imperio de un poder nuevo e indomable: el de la prensa. Ella es el rey de los tiempos, pues ejerce su poder mágico y misterioso sobre todos los hombres, sin excepción de clase ni condición. El mundo no camina solo, es conducido de la nariz por el periódico.
Es el rey de los tiempos porque habla de todo lo que sucede en el tiempo y en el espacio.
Es el rey de los tiempos porque hace que se oiga su orden y sus leyes cada día, cada hora y al mismo tiempo en diez, cien, mil lugares, por todas partes.
Es el rey de los tiempos porque tiene en su garra el presente, el pasado y el futuro.
Es el rey de los tiempos porque su poder va creciendo sin medida con el paso de los años, de la instrucción y de la civilización.
Tenía pues razón el hebreo y masón Crémieux cuando en 1842 gritaba a las logias masónicas de París: “Hermanos, considerad el oro una nadería; la prensa lo es todo. Dominad la prensa y seréis los dueños de la opinión pública, es decir, los dueños de la nación entera”. Es lo que sucedió: la masonería se adueñó de Francia y de muchas otras naciones.
Entendámoslo también nosotros: la prensa lo es todo; sin ella no se hará nada; es el rey de los tiempos» (Ibid., pp. 40-41).
70 «Es una plaga peor que la guerra. Es una plaga más funesta que la peste. Es una plaga más grave que el hambre. ¿Cuál es esa plaga tan tremenda? El periódico malo» (Ibid., p. 45).
71 El autor cita las palabras del L. Windthorst en el Congreso Católico de Friburgo: «¡Ayudar a la buena prensa!... he ahí un gran apostolado, el apostolado moderno y, si la Autoridad suprema lo considerara oportuno, digno de ser considerado precepto de la Iglesia» (Ibid., p. 78).
72 «Es la caridad, caridad por excelencia. Nos lo dice el divino Maestro: “No sólo de pan vive el hombre”. [...] Dichosos los que entienden que el hambre más cruel es el “hambre de la verdad”, en expresión de monseñor Delamaire. Aclarando por medio de los periódicos las mentes obscurecidas por los errores, colaboramos en el triunfo de la verdad y en la redención social. Pobres de nosotros si en lugar de gastar nuestro dinero en fundar y apoyar buenos periódicos lo gastamos en cosas sin valor, o en cosas buenas de las que no se benefician todos. Tengamos esto en cuenta y no lo olvidemos nunca: La obra más importante y más necesaria para los tiempos modernos es la prensa; ayudarla y apoyarla es el acto de caridad más hermoso» (Ibid., p. 83)
73 «Se ha extendido por el mundo entero esta frase de monseñor Ketteler, arzobispo de Maguncia: “Si san Pablo viviera hoy, sería periodista”. Y yo lo creo firmemente» (Ibid., p. 97). Todo el capítulo fue publicado sin citar la fuente en UCBS, año II, n. 5, mayo 1919, pp. 5-6: «San Pablo hoy. Se ha extendido por el mundo entero esta frase de monseñor Ketteler, arzobispo de Maguncia: “Si san Pablo viviera hoy, sería periodista”, y yo lo creo firmemente.
¿Y qué hacía san Pablo? Sembraba por todas partes la palabra de Dios. Por eso elegía los mejores lugares y las cátedras más reputadas para que le oyera el mayor número posible de personas. Así lo hizo en las sinagogas, en el Areópago de Atenas, en el tribunal de Agripa, en el teatro de la gran Diana de Éfeso y en las prisiones romanas.
Supongamos que un día alguien hubiera dicho a san Pablo: Pablo, hay una cátedra donde nos puede escuchar no sólo una pequeña asamblea, sino todo un pueblo, incluso todo el mundo: de Siria, de Palestina, de toda Asia, de Egipto, de Grecia y de Italia; desde lo alto de esta cátedra puedes anunciar a Cristo, predicar la cruz, conducir a los pueblos hacia la justicia y la verdad.
Estoy seguro de que san Pablo hubiera preguntado en seguida: “¿Dónde está esa cátedra? Quiero subir a ella”. Y si se la hubieran mostrado, habría subido de inmediato a ella y habría permanecido allí toda su vida, como los estilitas sobre las columnas.
Esa cátedra no existía en tiempos de san Pablo, pero existe ahora, y es el buen periódico. Ese es el púlpito de la humanidad, la “misión perpetua”, como la definía León XIII».
74 El autor repite diez veces en la misma página “quisiera”, es decir, deseos sobre el apostolado de la prensa. Este es el primero: «Quisiera, tales son los deseos y sentimientos de un católico intrépido, quisiera, como quieren tantos amigos míos, como quisieron y quieren tantas almas fervorosas de cristianos valientes y católicas diligentísimas, quienes con sus ejemplos me enardecen para la propagación de la buena prensa, quisiera -como escribió un brioso periódico francés- que, del mismo modo que en tiempos pasados se distribuía la sopa a los pobres a las puertas de los conventos, se distribuyera hoy a la puerta de las iglesias el periódico católico» (Ibid., pp. 106-107).
75 G. F. RE, Lettera ufficiale alla S. C. dei Religiosi chiedendo il nulla osta per l']erezione della SSP in congregazione religiosa diocesana, 31/12/1921. Cf. G. ROCCA, La formazione della Pia Società San Paolo (1914-1927), Appunti e documenti per una storia, Roma 1982, pp. 562-563.
76 G. F. RE, Lettera ufficiale alla S. C. dei Religiosi..., del 31/12/1921, cf. Ibid., p. 563. La denominación “Escuela Tipográfica Pequeño Obrero” fue sin duda una opción dictada por motivos de conveniencia, a la espera del momento oportuno para explicitar la verdadera intención de la obra. En este sentido, es interesante el testimonio del padre Alberione al cumplir la fundación cuarenta años: «Después de agrupar a los primeros muchachitos en 1914 en una pequeña casa con una pequeña tipografía, se verificó un hecho curioso, casi una alarma: “Roban el trabajo y el pan a los tipógrafos”. Hubo recursos a las autoridades. La autoridad eclesiástica respondió: “Respetar la libertad de todos”. Y la autoridad civil, a su vez: “Es cosa que nace muerta..., la vigilaremos y, apenas se descubran ilegalidades, será clausurada”. Era pues preciso nacer aún más pequeños y no dejar oír ningún llanto... Y entonces se encubrió todo con el título “Escuela Tipográfica Pequeño Obrero”. Un pesebre. Debemos considerarnos siempre y sólo pequeños obreros de Dios, como se ha sido ante el mundo entero y ante los colosales medios de que disponen los falsos maestros, enemigos de Jesucristo y de la Iglesia» (S. Alberione, Nel quarantennio, Saludo a los visitantes de la exposición paulina, Alba [20.08.1954]. Las FSP, en Fascicoli 1954, informan sobre la fecha de esta intervención: «Impresa en SP, julio-agosto 1954, pp. 1-3; en RA [Regina Apostolorum], agosto 1954, pp. 1-3. Ha sido publicada en CISP, pp. 145-148; en CVV 212. El texto reproducido aquí se ha tomado de RA, agosto 1954. Existe grabación. En las diversas ediciones impresas falta la fecha. La grabación trae la siguiente: Alba, 20.08.1954».
77 Contamos con el testimonio de G. B. Bernocco: «El joven sacerdote me causó una impresión excelente por la forma, entusiasta y concreta, de exponer su programa de acción. Su aspecto y su voz manifestaban el ardor de un celo activo, inspirado en intenciones concretas de realización de una obra largamente pensada» (cf. G. BARBERO, Il sacerdote Giacomo Alberione..., o.c., pp. 229-230).
78 Cf. G. BARBERO, Il sacerdote Giacomo Alberione..., o.c., p. 233.
79 Cf. Documento del día de la Asunción, 1916, en G. ROCCA, La formazione..., o.c., pp. 551-552. Es muy significativo lo que el clérigo Giaccardo escribe en su Diario el 19 de octubre de 1917. Por razón de espacio, sólo citamos una parte: «Declaraciones del señor Teólogo a los alumnos más capaces de entenderle para que puedan decidir con conocimiento de causa su porvenir: 1º Dónde vamos: la Casa será un Instituto religioso compuesto de tres grupos, de los que los dos primeros harán profesión de votos. El primero es el masculino y se compone de estudiantes y operarios. Los estudiantes serán titulados en ciencias sociales, y algunos se pararán aquí; los otros, que aspiran al sacerdocio, serán ordenados; sacerdotes doctores y simples doctores; su misión es la dirección, la redacción, escribir en periódicos, dirigir y pronunciar conferencias. Los operarios, convertidos en hábiles tipógrafos, tendrán a su cargo la dirección de la tipografía, la compilación y la técnica de los periódicos. El primer grupo, masculino, ha comenzado; hay ya alumnos con votos vinculados a la Casa: estudiantes y operarios. El segundo grupo, femenino, ha comenzado también; su tarea: imprimir, escribir, catequizar, dar toda su colaboración en la acción cristiano-social. El tercer grupo, que se espera esté pronto erigido canónicamente, incluye a los cooperadores de uno y otro sexo; éstos, con su ayuda material y moral, con el consejo y la propaganda, bien animados por el espíritu de la Casa. Este tercer grupo existe ya realmente.
Ordenamiento: la Casa tendrá un director general que dará las normas directivas, los puntos de combate a los que todos deben obedecer. Cada periódico tendrá su director; junto a los más grandes habrá también un noviciado de alumnos. La Casa se extenderá por Italia y luego por Europa y por el mundo.
Finalidad: la buena prensa; el periodismo; los periódicos de todo el mundo, nuestros, se ayudarán material y moralmente con todos los medios. Nuestra lucha será por el triunfo de la Iglesia, del Papa, de la civilización cristiana, contra todos los poderes del diablo y especialmente contra la masonería» (cf. G. T. GIACCARDO, Diario..., o.c., pp. 79-81).
80 G. T. GIACCARDO, Diario..., 8 de diciembre de 1917, o.c., pp. 105-106. Paralelamente, la rama femenina hacía su itinerario de consagración con los votos privados. Cf. C. A. MARTINI, Le Figlie di San Paolo, Note per una storia, 1915-1984, Roma 1994, p. 96.
81 Palabras del padre Alberione escritas por Giaccardo. Cf. G. T. GIACCARDO, Diario..., 8 de diciembre de 1917, o.c., pp. 104-105.
82 Giaccardo deja traslucir el 29 de abril de 1918 el grave problema del hambre: «La lluvia continúa. Contribuye a castigarnos con el hambre. Guerra, hambre y peste son tres hermanas unidas...» (G. T. GIACCARDO, Diario..., o.c., p. 201).
83 Vemos confirmadas estas afirmaciones en la página del Diario de Giaccardo del 29 de noviembre de 1917: «Esta noche nos dijo el señor Teólogo en la mesa que la situación es gravísima, hasta el punto de que si la comprendiéramos dejaríamos de comer. Por ello protesta vivamente de la irresponsabilidad de la vida en los cines y los teatros. Es gravísima la situación militar, gravísima la política, gravísima la económica y la social, y gravísima la situación religiosa. Nos encontramos pues en una situación en la que Italia ha dejado de tener un pasado de mil de años. Esto es debido a que el vicegobernador haya censurado el evangelio en los boletines. Los funcionarios se sienten en situación desagradable y tratan de mantenerse a flote, pues ellos mismos sienten la humillación de la masonería, que quiere hacérselas pagar a los curas. La animadversión contra la Iglesia es fortísima. En tiempos de san Pablo se hablaba y luego se iba a la muerte; ahora, ni hablar se puede por motivos de censura. Dios ciega a los hombres y les deja hundirse, y por todo ello la Iglesia vivirá un triunfo muy grande, pero antes habrá días muy dolorosos. La cuestión romana es la espina de Italia, pero no sólo ella es pecadora, lo es toda Europa. La buena prensa es misión de restauración y de fuerza» (G. T. GIACCARDO, Diario..., o.c., p. 95).
84 En su Diario, el 19 de marzo de 1918, Giaccardo escribe: «Lo característico de nuestro padre no es lo extraordinario, sino lo ordinario. Nos recomienda la oración y la fe y con ella el esmero, la diligencia, el trabajo, la soltura, la vida, la alegría, y no la poesía, porque nos educa a la realidad informándonos de las graves situaciones de la vida individual, política y nacional; quiere darnos el espíritu, pero insiste en la humildad, en la naturalidad, en la sencillez» (G. T. GIACCARDO, Diario..., o.c., p. 194).
85 «Sólo tengo dos inquietudes, nos dice el venerado padre en la meditación: que yo no soy todavía suficientemente bueno y que vosotros no sois todavía suficientemente santos. Estas son únicamente mis inquietudes, otras no tengo, todo lo demás no importa y se dará por añadidura. Así que, aunque se produjera un terremoto que arrasara la Casa, ésta se levantará y se extenderá por todo el mundo en las principales naciones y durará muchos siglos; es necesaria absolutamente, porque la necesidad es impelente y Dios quiere hacer esto, sólo que nosotros ponemos palos en las ruedas de la Providencia. Quién sabe cuántos boletines más habrían salido, cuánto más habría ganado la causa de nuestros periódicos si en nosotros hubiera más espíritu, si fuéramos más santos» (G. T. GIACCARDO, Diario..., 15 febrero 1918, o.c., p. 191).
86 Giaccardo registró en su Diario una pequeña instrucción del padre Alberione dictada el 12 de marzo de 1918: «...Por eso es preciso establecer con el Señor pactos claros y de mucha sencillez: Señor, tengo que saber muchas cosas, pero tengo poco tiempo para estudiar; también tengo que componer, imprimir, así que compondré e imprimiré hasta que quieras y lo que quieras, pero dame ciencia. Pactos claros y confianza. Los apóstoles eran ignorantes, pero después de recibir al Espíritu Santo, asombraron al mundo, confundieron a los doctos e iluminaron a todos los hombres. El Espíritu Santo no bajará a nosotros en forma de globo de fuego, sino de este modo: nos hará aprender antes lo que leemos, recordar más lo aprendido y aplicar mejor el estudio, de tal modo que lo que aprenden los demás en tres horas o no lo recuerdan con facilidad o no lo viven, nosotros lo aprenderemos en una hora y lo recordaremos y aplicaremos. Creamos esto y lo comprobaremos. El padre hizo esta experiencia con dos jóvenes que en un mes lograron con esta fe lo que otros en seis. No se diga: no tengo estudios, no he estudiado apenas. No has hecho estudios, has aprendido más, quizá no la gramática, pero sí otras cosas, y ya verás que a los treinta años sabes más que los otros. Esta fe es esencial en el espíritu de la Iglesia; como es nuevo el espíritu, se cuenta con nuevos medios, y uno de los principales, parte esencial de ese espíritu, es la fe en aprender sin tanto estudio. Para quien no tenga esa fe, esto es discordante y se ríen de él. Hay que convencerse de que esta fe es esencial. San Pablo trabajaba por Dios y decía a Dios que él tenía derecho a que le facilitara la comida: “qui altari deservit, de altari vivere debet”. Así es para nosotros: tenemos que trabajar para Dios y necesitamos saber muchas cosas. Nosotros trabajamos y el Señor se encarga de darnos la comida, no sólo la de la boca, sino también la de la mente y la del corazón. Si trabajamos por él, debemos vivir a su cargo, tenemos derecho a vivir a su cuenta. Así que no debemos comportarnos como dicen otros, sino como quiere la vida de la Casa. A quien diga que tenemos poco estudio, respondámosle: Somos nosotros y la gracia de Dios. Una parte nosotros y dos la gracia de Dios» (G. T. GIACCARDO, Diario..., 13 de marzo de 1918, o.c., pp. 195-196).
87 Palabras de Alberione en el Diario de Giaccardo. Cf. G. T. GIACCARDO, Diario..., 8 de diciembre de 1917, o.c., pp. 103-104.
88 Giaccardo escribía el 30 de septiembre de 1918 refiriéndose al día anterior: «Y el señor Teólogo nos explicó la triple rama de nuestra Casa: masculina, femenina y cooperadores. Y prosiguió: “Esta última tenía más dificultades que las otras, lo que no quiere decir que las primeras estén ya listas, pero se cuenta con más libertad. Ahora está en marcha también la última: la Unión de Cooperadores de la Buena Prensa. Durante los ejercicios he redactado el reglamento, luego lo hemos dejado en manos de Dios; ahora lo he presentado y sometido al juicio del señor obispo, que no sólo lo ha aprobado plenamente sino que ha querido ser su primer inscrito. Agradezcamos pues a Dios que hayamos arrancado tan bien”. Nos explicó el contenido del estatuto: pueden entrar a formar parte de él todos los que se comprometan a hacer por la buena prensa especiales oraciones, ofertas, trabajos, escritos... “Comenzar no lo es todo; vendrán las dificultades, la falta de aprobaciones, los impedimentos, los desánimos, y será como empujar un barco en un bosque. Así que hay que rezar y rezar. San Pablo no tiene dificultades; él hará fructificar la nueva Unión y vosotros seréis sus promotores entre quienes podáis. Dentro de treinta años comprenderéis la importancia de lo que os he dicho esta tarde”» (G. T. GIACCARDO, Diario..., 30 de septiembre de 1918, o.c., pp. 233-234).
89 Es interesante constatar que ya en enero de 1918 Giaccardo, bajo el título “Conversión de san Pablo”, se había trazado un programa de vida basado en tres puntos que son los mismos señalados por el padre Alberione como medios de la Unión de Cooperadores de la Buena Prensa: oración, ofrenda, acción (cf. G. T. GIACCARDO, Diario..., o.c., pp. 124-125).
90 G. ROCCA, La formazione..., o.c., pp. 551-552.
91 «25 de octubre de 1918. Ayer por la tarde, depositados los boletines de la Unión de Cooperadores de la Buena Prensa ante Jesús sacramentado, el señor Teólogo los bendijo con el santísimo Sacramento. Todos nosotros estábamos arrodillados alrededor. Nos dijo previamente el querido padre: “Siendo la primera vez que sale el boletín que debe apoyar nuestra buena prensa, es conveniente que lo haga con la bendición del Señor. Nosotros hemos hecho todo lo posible para que saliera bonito y agradable, pero si Dios no da su bendición, de nada valen nuestros afanes; en cambio, con la bendición de Dios, penetrará y conseguirá fruto”. Nos recuerda el ejemplo de la bendición de la... moribunda, las últimas palabras de Clelia. ¿Qué cuesta a Dios suscitar cooperadores para la buena prensa? Él con un “hágase” creó el cielo, hizo aparecer los peces que se deslizan en el agua, los pájaros que cruzan el firmamento, y creó al hombre como “rey de toda la creación”. Es preciso que nosotros estemos profundamente convencidos de que poner en marcha la obra de la buena prensa es un gran milagro, y estemos tranquilos, que Dios lo hará. Pero por nuestra parte debemos: 1) Quærite primum regnum Dei et iustitiam eius, lo demás será cosa hecha. Nosotros debemos buscar sólo la santidad y la gloria de Dios; 2) confiar solamente en Dios, no en nuestras fuerzas. Si decimos a Dios: Déjalo en mis manos, se retira y nosotros nos rompemos la cabeza. Dios, que nada teme, teme nuestro amor propio. Dios lo hace todo bien y siempre, “bene omnia fecit”. Así que cuando veamos que las cosas van mal, es señal de que ha entrado lo nuestro, por lo que debemos preguntarnos en seguida: ¿Qué he hecho? De Dios necesitamos su gracia, que obtenemos con la oración. Así que humildad y oración» (G. T. GIACCARDO, Diario..., 25 de octubre de 1918, o.c., pp. 237-238).
92 «La conversión de san Pablo. El 25 de los corrientes el mundo católico celebra la fiesta de la conversión de san Pablo. Fecha memorable para la Iglesia. Saulo era el más terrible adversario del cristianismo naciente; caminaba furibundo hacia Damasco con sus soldados para hacer prisioneros a todos los cristianos que encontrara. Pero la gracia de Dios vino sobre él a las puertas de la ciudad y se convirtió en otro hombre. Yo le he elegido para que predique mi nombre a los hebreos, a los gentiles, a los príncipes y a los reyes, dice el Señor. Y Saulo, convertido en Pablo, llega a ser el primero de los apóstoles, el que llevó al seno de la Iglesia más almas que todos los demás apóstoles. La Iglesia tuvo gracias a él una nueva vida, en lugar de un perseguidor. Con razón pues se celebra esta gran fiesta en el mundo cristiano. Hay algunas parroquias en las que será solemnizada con la “jornada de la buena prensa”. En otras tendrá lugar una función especial por la conversión de los pecadores, especialmente de los que, como Saulo, usan su ingenio, su cultura y su posición social para combatir a la Iglesia, al Vicario de Cristo, a la religión. Todos los inscritos en la Unión de Cooperadores de la Buena Prensa están vivamente invitados a hacer ese día la comunión con este fin. Pidamos la conversión de una vida tibia en una vida ferviente; pidamos la fuerza y el espíritu adecuado a los escritores católicos; pidamos la conversión de los periodistas impíos. Celebremos también su novena, especialmente recitando la oración impresa en las estampas de san Pablo» (UCBS, año II, n. 1, enero 1919, p. 2).
93 «El apóstol Pablo recorrió el mundo entonces conocido haciendo que se oyera en todas partes la buena nueva y reuniendo bajo el signo de la cruz a un número incontable de cristianos. Es pues el hombre del entusiasmo, y parece la personificación del mismo. De ahí que san Pablo fuera elegido como protector de la buena prensa. Ningún medio de propaganda puede ser hoy más universal y eficaz que el periódico especialmente y la prensa en general. Por eso el periodista cerrado en su oficina de redacción extiende su actividad y hace que llegue su palabra hasta los últimos confines de la tierra. No deja de tener sentido ni es casual la frase de Ketteler: “Si san Pablo viviera hoy, sería periodista”» (UCBS, año II, n. 1, enero 1919, p. 4).
94 «Predica la palabra» (2Tim 4,2).
95 «Predica el evangelio» (2Tim 4,5).
96 «El espíritu de san Pablo brota de su vida, de sus cartas, de su apostolado» (ADds 94).
97 «La orientación de los estudios, tal como se programó en el período anterior a la guerra, incluía espontáneamente la atención al culto de los orígenes de la Iglesia. La antigüedad cristiana fue el tema preferido por los investigadores de las cosas cristianas. Muchas aberraciones aparecieron en el campo modernista y protestante, pero no faltaron, incluso abundaron, los buenos frutos. Entre éstos uno de los mayores fue un conocimiento más amplio y profundo de la vida, las obras y la doctrina del apóstol Pablo. Y no sólo esto, sino también (lo que es una consecuencia natural) el deseo de llevar a la práctica y popularizar el culto a este gran predicador de los gentiles» (UCBS, año II, n. 1, enero 1919, p. 4). «Devoción a San Pablo. Decía con acierto monseñor Bonomelli que muchos santos distinguidos en la Iglesia son los menos recordados por el pueblo. Efectivamente, ¿cuántos son los que invocan a san Pedro, a san Pablo, a san Juan Crisóstomo, a san Ignacio mártir, etc.? Si conociéramos de veras el bien que san Pablo hizo al mundo, especialmente a los que descendemos del paganismo, le amaríamos e imitaríamos. Aprenderíamos de él las virtudes que son el fundamento del cristianismo: el amor a Jesús y el amor que se manifiesta en la entrega al prójimo. Celebremos devotamente la fiesta de san Pablo el 30 de junio; será una buena ocasión para dar a conocer al gran apóstol. Difundamos su imagen e invoquémosle como protector de la buena prensa. Es cosa muy útil. Explicar las cartas de san Pablo por lo menos una vez. Es algo que se hace ya en algunas parroquias, donde cada cinco o seis años se explica al pueblo, en lugar del evangelio, la epístola de la misa, y la epístola es casi siempre un texto de sus cartas» (UCBS, año II, n. 6, junio de 1919, p. 2).
98 Todos los números del boletín UCBS contienen referencias sobre la importancia de la prensa. Citamos algunas: «El mundo está dirigido por la opinión pública y ésta por el periodismo», Pavissich (UCBS, año I, n. 2, 28 noviembre de 1918, p. 2). «Hoy el pueblo no cuenta con otra opinión y ordena su vida sólo con la lectura cotidiana de los periódicos», León XIII (UCBS, año II, [n. 2?, entre febrero y abril] 1919, p. 3). «Creedme, esta necesidad de dedicar todas nuestras fuerzas a promover la prensa es una necesidad de tal importancia que yo, obispo, retrasaría la construcción de una iglesia para colaborar en la fundación de un periódico», cardenal Mercier (UCBS, año II, [n. 2?, entre febrero y abril] 1919, p. 7).
99 «La nueva misión de la mujer. Al gran apostolado de la prensa no puede faltarle la presencia de la mujer, pues hay en aquella actividades que se adaptan a ésta de forma especial. Se trata de una altísima misión. Por lo demás, es algo que podemos ver confirmado entre los salesianos. He visto ya en tres lugares hermanas en la tipografía, y trabajando bien; hay muchas que escriben. Hace poco tiempo, un cardenal exhortaba a incorporarlas a la confección de los periódicos. 1. Hay mujeres maestras, otras trabajan en las oficinas de correos, telégrafos, son encargadas, mujeres cultas que pueden escribir la sección de la mujer, [encargarse] de las cartas, de artículos diversos. 2. Muchas mujeres tienen tiempo para promover y hacer suscripciones para nuestros periódicos, para los boletines religiosos; [tienen] tiempo para distribuirlos, para hacer que funcionen las bibliotecas. 3. Muchas mujeres pueden aportar donativos en lugar de gastar mucho en cosas poco útiles. 4. Hay muchachas que quisieran trabajar en la buena prensa y que podrían hacer una obra más meritoria que las monjas de los asilos, residencias, hospitales, misiones; ellas son más hábiles en los trabajos tipográficos que los hombres. 5. Todas las mujeres pueden orar, comulgar y rezar rosarios por la buena prensa, hacer que la gente se inscriba en la Unión de Cooperadores de la Buena Prensa y difundirla» (UCBS, año I, n. 2, 28 noviembre 1918, p. 2).
100 «La idea fundamental. Es ésta: la buena prensa es hoy un verdadero apostolado, el primero de todos los apostolados después del de la oración. Pero para que sea un verdadero apostolado debemos considerarlo no como una empresa industrial o como un oficio, sino para formar almas, mentes y corazones de apóstol. Para eso es necesario que los que se dedican a él sean hombres de carácter diamantino, personas cultas, hasta el punto de que los enemigos de la Iglesia sean desenmascarados, las verdades de la religión bien expuestas, la moral y los dogmas bien defendidos. Se necesita también contar con buenos tipógrafos, que no cedan a la atracción del lucro y del prestigio ni se pongan al servicio del liberalismo o de las sectas; obreros que ofrezcan su trabajo con espíritu de fe, como apostolado sagrado; obreros tan hábiles que no teman la competencia de nadie. Tipógrafos, por tanto, y escritores virtuosos y doctos. El ideal. El ideal sería contar con una familia, una unión de almas y de corazones, consagrada a una obra tan urgente como la de la prensa. Y debería estar compuesta por tipógrafos y escritores, por personas que se vincularan con promesa sagrada y solemne de dedicar todas sus energías a la prensa. A esto deberían asociarse los cooperadores que en lo posible pudieran ayudar con la oración, los donativos, el trabajo» (UCBS, año II, [n. 2?, entre febrero y abril] 1919, pp. 2-3).
101 «Los jóvenes se dividen en dos secciones: los simples artesanos y los estudiantes artesanos. Los primeros aprenden artes gráficas y distribuyen su tiempo entre la escuela, el trabajo y las prácticas de piedad. Los segundos tienen menos trabajo y mucho más estudio. Para los simples artesanos el curso completo tiene cinco años. Al final reciben el correspondiente diploma de capacitación y, si es necesario, se les facilita el empleo adecuado. El curso de los estudiantes artesanos es de ocho años y pueden titularse en ciencias sociales (facultad pontificia de Faenza). En el caso de que no tuvieran éxito en los estudios, contarían indudablemente con la muy estimada profesión de tipógrafos» (UCBS, año II, [n. 2?, entre febrero y abril] 1919, p. 2).
102 «Sección femenina de la Escuela Tipográfica. No es una novedad que la mujer se dedique al trabajo de imprenta, pero es algo que en nuestros días debe desarrollarse más. Las jóvenes deben aprender a componer, imprimir, encuadernar, despachar, escribir. Muchos trabajos pueden hacerlos mejor y más fácilmente que los jóvenes y los hombres. Con esta intención se abrió en Alba la sección femenina de la Escuela Tipográfica. Tuvo un largo período de preparación y ahora, siendo ya capaz de funcionar por sí misma, ha sido trasladada a Susa, donde la dirección diocesana les ha confiado el periódico y la tipografía, y el señor obispo les ha facilitado alojamiento. Tiene la misma finalidad que la sección masculina: favorecer la buena prensa. Sólo que, mientras los jóvenes se preparan para titularse en ciencias sociales, las jóvenes (si quieren estudiar) se preparan para titularse como maestras de primaria. Dirigirse al padre Alberione en Alba, o bien a la maestra Angelina Boffi en Susa. N.B. En Alba, la sección femenina de la Escuela Tipográfica tenía una librería en la calle Accademia, que ha sido cerrada. Quien tenga todavía notas que pagar, diríjase a la Escuela Tipográfica, sección masculina, editora de la Gazzetta d']Alba» (UCBS, año II, n. 1, enero 1919, p. 8).
103 «Sería un grave error confundir la Escuela Tipográfica con los institutos ordinarios de beneficencia y asilo. La Escuela Tipográfica es una obra dedicada esencialmente a la actividad de la buena prensa y los jóvenes, para ser acogidos, deben ser buenos y manifestar luego verdadera vocación. Ser más o menos ricos, de inteligencia grande o discreta, no constituye dificultad. Nadie será excluido sólo por su pobreza» (UCBS, año II, [n. 2?, entre febrero y abril] 1919, p. 5).
104 El padre Giaccardo escribía el 26 de diciembre de 1919: «Algunos malintencionados quisieran hacer daño a la tipografía. El señor Teólogo durmió en ella con dos jóvenes. Ayer tarde me decía: Hay que tomar todas las precauciones humanas y lo que de tejas abajo sugiere la prudencia. Por lo demás, estoy tranquilo: el ángel custodio vela. Lo que más me consuela es pensar que estas cosas no son mías, sino del Señor; de este modo conservo el desapego del corazón; y si llegara el caso de tener que dejarlas, no me afligiré: la Providencia dispone el traerlas, tutelarlas y acrecentarlas. ¡Oh la Providencia! Sólo ayer me enteré de que se temía por mi vida: habían decidido matarme en la semana de las elecciones; y sin embargo hemos pasado por la calle todas las noches: Dios nos ha protegido» (G. T. GIACCARDO, Diario..., 26 de diciembre de 1919, o.c., p. 287).
105 «7 de enero de 1919. Ayer por la tarde, el querido padre nos invitó a hacer un pacto con el Señor. El pacto que hizo es éste: estudiar por uno y aprender por cuatro. Esta mañana nos ha repetido en la meditación la importancia, los fundamentos, las condiciones y la invitación. Su palabra era ardiente y llena de convicción persuasiva. [...] En la santa misa se recitaron con este fin las letanías de la Virgen María, el “Veni Creator”, tres padrenuestros, avemarías y glorias, uno por cada condición que debe ponerse. Antes del avemaría el querido padre recitó la fórmula del pacto y quien quiso la repitió en su corazón» (G. T. GIACCARDO, Diario..., 7 de enero de 1919, o.c., pp. 250-252).
106 «Las santas cuarenta horas me han ido bien. Con la ayuda de Jesús eucarístico, estos textos me han impresionado muy saludablemente: “Docete eos servare omnia” y... “et ecce ego vobiscum sum; prædicate evangelium...; quærite primum regnum Dei et hæc omnia...; non vos... sed ego elegi vos ut eatis”. Y todos estos textos en relación con la buena prensa. Se ha despertado en mí un espíritu muy fuerte de oración, de fe viva y de confianza en Jesús eucarístico, formador de los clérigos, una pasión por la humildad, la humillación y el sacrificio. Ansío vivir toda la vida de Jesucristo sacerdote. La he visto más clara y me ha impresionado más mi misión por el apostolado de la prensa y me he sentido más enardecido por ello. Apostolado de la civilización cristiana, basado en Jesucristo, primer misionero, que ahora nos envía a nosotros. Ansío sellar una vida toda amor por Dios y las almas, toda santidad y humildad, toda celo; sellar el celo y la doctrina de Dios difundida con la buena prensa, con el sacrificio de mi vida, y que sea agradable a Dios sobre la cruz, como Jesucristo. Deseo responder a este deseo con una serie de pequeños sacrificios y mortificaciones espirituales, sensibles y corporales» (G. T. GIACCARDO, Diario..., o.c., pp. 42-43)
107 Así se describe ese diálogo: «En lugar del anuncio Bianchi hay que poner el de la librería. -Cuesta más, le dije. -Si cuesta más, no lo sé, pero es más ventajoso para las almas: quærite primum regnum Dei, lo demás viene por añadidura». Y prosigue el padre Alberione: «Tengamos en cuenta lo fundamental; en la contabilidad hay que fijarse en lo fundamental, en lo más sencillo; cuando pase el tiempo, usad una contabilidad moderna, precisa, y haréis bien; por ahora tened en cuenta lo fundamental. Decían: Para abrir una casa como esa se necesitan directores, profesores... Si hubiéramos tenido que comenzar así, la Casa no se habría abierto nunca» (G. T. GIACCARDO, Diario..., 19 de marzo de 1919, o.c., pp. 261-262).
108 Comentando Mt 6,24-33 a las Pías Discípulas el 16 de septiembre de 1962, el padre Alberione dice: «“Buscad el reino de Dios”, en primer lugar, y la santidad y las demás cosas serán la consecuencia, adiicientur vobis. Ese es el apostolado: buscar el reino de Dios con las adoraciones o con el servicio sacerdotal o con la liturgia. Pero sobre todo, para cada persona, la santidad. Primero, que el reino de Dios esté en vosotras, es decir, que seamos santos, luego el reino de Dios en toda la tierra, y entonces todo lo demás viene por añadidura, et hæc omnia adiicientur vobis. Porque (aunque la comparación es muy material), si vas a comprar carne, es el carnicero quien se encarga de añadirte un hueso» (S. ALBERIONE, Alle Pie Discepole del Divin Maestro, Roma 1986, n. 164, p. 166).
109 «El Señor nos exige también a nosotros una fe especial, una fe que nos debe distinguir de los demás. Esa fe es el fundamento de la Casa. La Casa la posee y tendrá éxito, pero quien no la tenga no tendrá éxito y será un estorbo para los demás. Hay que tener fe aunque no se entienda, porque ciertas cosas no las entiende ni el señor Teólogo, y la prueba de la fe está en obrar y creer sin ver, incluso con previsiones contrarias. ¡Qué acto de fe no habrá tenido que hacer Cottolengo cuando, estando a punto de echar los cimientos de la Pequeña Casa, lo consideraban loco y nadie lo apoyaba! La fe hizo el milagro. Lo que nosotros debemos creer es esto: que Dios quiere la buena prensa; que Dios quiere nuestra Casa para la buena prensa; que se conseguirá la ciencia necesaria, incluso con menos estudio, ciencia para los escritores y los periodistas; que se tendrá la piedad que Dios nos exige incluso sin casi dirección espiritual; que Dios enviará vocaciones verdaderas aunque nuestra buena prensa sea poco entendida en nuestras poblaciones; que Dios enviará lo necesario para el trabajo, el dinero y el alimento, y que nada faltará» (G. T. GIACCARDO, Diario..., 19 de marzo de 1919, o.c., p. 260).
110 Escribe Gastaldi sobre José Benito Cottolengo: «La gracia del ingenio, que se puede decir que apareció en José milagrosamente, manifestaba también que Dios tenía sobre él designios nada ordinarios ni comunes. [...] Agradecido el jovencito por aquel don tan precioso, quiso manifestar su gratitud proponiendo y estableciendo que quería hacerse santo. Comenzó pues a dejarse penetrar por la verdad de que Dios le veía en todo lugar y en todo tiempo; fuera donde fuera e hiciera lo que hiciera, Dios estaba siempre muy presente ante él y él muy presente ante Dios. No contento con habérsela esculpido en el corazón, la quería ver con los ojos, y por eso en los encabezamientos de los libros y de los cuadernos, en vez de los epígrafes o las sentencias que suelen poner los chicos, él escribía: Dios me ve. En su habitación de estudio y descanso había puesto un cartel que le recordaba continuamente la presencia de Dios, y no satisfecho con esto, y quizá para recordárselo a otros, en el patio de la casa donde hacía los recreos con sus compañeros, había escrito con letras gruesas en una pared: Dios me ve» (P.P. GASTALDI, I prodigi della carità cristiana descritti nella vita di San Giuseppe Benedetto Cottolengo, Piccola Casa della Divina Provvidenza, Cottolengo, Turín 1959, pp. 18-19).
111 «Hablando alguna vez el venerado padre de la oración y de la confianza que debía tenerse con Dios, decía de sí mismo: “Aunque se puede pedir al Señor alguna cosa determinada y temporal, y la misma Iglesia nos da ejemplo de ello, no obstante, en lo que me concierne, temería faltar si pidiera de ese modo, porque me siento atraído por otro espíritu”. Rezaba, y rezaba mucho, pero en sus oraciones no pedía socorros ni ayudas. Y hablando con los internos decía: “En la Pequeña Casa no se debe rezar nunca por el pan material. Nuestro Señor, añadía, nos ha enseñado a buscar primero el reino de Dios y todo lo demás se añadirá a eso, por lo que nosotros debemos rezar así”. “No condeno a nadie, decía otras veces, pero en cuanto a mí, en el camino que Dios me quiere, siento que tengo que rezar más bien así y abandonarme totalmente en sus manos, diciendo: Quærite primum regnum Dei, y con esto es suficiente. Él conoce nuestras necesidades: Scit Pater vester quia his omnibus indigetis; pensemos sólo en agradarle; recemos, sí, pero en general”. De una actitud tan noble se derivaba que no sólo el santo, sino que nadie en la Divina Casa hacía, por lo menos en público, especiales peticiones por las necesidades temporales, mientras que se pedía mucho ser santos, y miles y miles de veces de día y de noche se repetía esta hermosa oración: “Virgen María, Madre de Jesús, hacednos santos”» (P.P. GASTALDI, I prodigi..., o.c., pp. 314-315).
112 En los ambientes de la naciente Familia Paulina se seguía al pie de la letra el ejemplo de la Pequeña Casa de la Divina Providencia de decir siempre “Deo gratias”, como puede constatarse con el testimonio de Doménico Bosso en el proceso de beatificación y canonización de Cottolengo: «Nunca comenzaba la acción sin invocar la ayuda de Dios; repetía a menudo in Domino, y quería que estas palabras fueran repetidas en la Pequeña Casa. Por eso las casas y las diversas familias, así como los patios, tenían nombres sagrados, por ejemplo Providencia, Casa de Dios, Esperanza, Fe, Belén, Caridad, etc. Las familias habían sido puestas por él bajo el patrocinio de los santos. Y toda la Casa la había cimentado sobre la fe. Baste con decir que había establecido el Deo gratias en la Pequeña Casa, queriendo así, comenzando por él, que se recibiera todo de Dios: el pan material, el pan espiritual con todo lo demás, repitiendo siempre Deo gratias. Consideraba a todos los bienhechores de la Pequeña Casa como instrumentos de la divina Providencia y quería que de todo se dieran gracias únicamente a Dios, repitiendo Deo gratias, y en los recibos de dinero o de objetos escribía generalmente Deo gratias. Veo que en la Pequeña Casa el Deo gratias es una vibración del corazón de todas las familias y que aún ahora sigue repitiéndose por cualquier cosa que se recibe tanto de los superiores como de los compañeros. También cuando el predicador termina en la iglesia su sermón le responden los internos con un Deo gratias, como se hacía al final de las instrucciones del Venerable. Y quería que el Deo gratias se repitiera también cuando sucedía cualquier desgracia o se recibía alguna corrección, como él mismo hacía en estos casos, a uno de los cuales aludí anteriormente, y así quería que la Casa viviera agradecida al Señor, esperando siempre en Él, por lo que in Domino y Deo gratias eran el corazón de la Pequeña Casa» (Recensio virtutum, pp. 19-20, en SACRA RITUUM CONGREGATIONE, TAURINEN. BEATIFICATIONIS ET CANONIZATIONIS VEN. SERVI DEI JOSEPHI BENEDICTI COTTOLENGO, Nova Positio Super Virtutibus, Romæ 1899).
113 «Quien se lo da todo a la Casa es la divina Providencia y el señor Teólogo quería que expresáramos al Señor el sentimiento de agradecimiento con el Deo gratias, como se hace en la Pequeña Casa del Cottolengo. Y esta costumbre se introdujo entre los mayores y los pequeños, con lo que el Deo gratias se repite cada vez que se recibe algún beneficio. Por lo demás, es una expresión paulina que leemos en todas las cartas de san Pablo, un canto suyo de agradecimiento incluso por las cosas más pequeñas» (UCBS, año VII, n. 4, 15 de abril de 1924, p. 8).
114 «Por tanto, horror al pecado desde el principio de la Pequeña Casa; él [Cottolengo] quiso que al sonar las horas todos dijeran: a peccato mortali libera me Domine. Pero después de algún tiempo, observando que era poco verse libres de pecado mortal, quiso que todos se liberaran también de los pecados veniales, y lo corrigió así: ab omni peccato libera me Domine. Si le sucedía algo adverso o si la divina Providencia retardaba un poco las ayudas, solía decir en seguida: hagamos un examen de conciencia, como queriendo saber pronto si se había cometido alguna falta que, aunque pequeña, retardara las ayudas divinas. Y al ir diciendo: examinémonos, si seré yo, si seré yo la causa de la tardanza, hacía más que con cualquier sermón o corrección. Por eso el venerable Siervo, además del examen que como regla estableció en la Pequeña Casa, por la noche, en el momento de las oraciones, quería que cada uno hiciera, cuando se daban circunstancias adversas, un examen especial, tratando de ver si no sería él la causa de que la Providencia tardara» (Summarium super dubio, Summ. Num. IX De Heroica Charitate in Deum, p. 401, en SACRA RITUUM CONGREGATIONE, TAURINEN. BEATIFICATIONIS Y CANONIZATIONIS VEN. SERVI DEI JOSEPHI BENEDICTI COTTOLENGO, Positio Super Virtutibus, Romæ MDCCCXCVI).
115 Expresión de estos dos puntos de referencia son las obras de san Alfonso y de Chautard, que inspiran las meditaciones propuestas por el padre Alberione: «Además de los ejercicios espirituales sobre la piedad, todas las meditaciones y el trabajo espiritual de este año están dirigidos a la vida interior para desarrollarla; nos leyó y explicó muy bien el querido padre la primera parte de El gran medio de la oración. Ahora nos explica El alma de todo apostolado. Todas las novenas están orientadas al propósito de los ejercicios espirituales y todas las instrucciones concluyen con ello» (G. T. GIACCARDO, Diario..., 17 de enero de 1919, o.c., p. 252).
116 La celebración de la Conversión de san Pablo, el 25 de enero de 1919, sirvió también de retiro mensual. Giaccardo afirma que las cuatro pláticas del querido padre eran tales que, para no reproducirlas de manera incorrecta, habría sido necesario fotografiarlas. De todos modos, él refleja las palabras del padre Alberione: «Estad muy atentos, abrid los oídos y no durmáis con el corazón; estad despiertos. En vuestro quehacer debéis progresar por diez. ¿Por qué? Porque el Señor os llama a una santidad altísima a la que no podéis llegar con vuestras únicas fuerzas y con las gracias ordinarias. ¿Cuánta santidad? [...] Os encontráis a los pies de una gran montaña; subid a la cima, fijaos en vuestro horizonte: es el mundo entero. Cuando una pelota está pulida y redondeada, si se la apoya en un mármol bien alisado, toca en un solo punto y todas las partes de la pelota descansan en ese punto. Sobre vuestra conciencia pesa un millón, tres millones, diez millones de almas... Por eso debéis ser más santos, mucho más santos que los sacerdotes normales. Se trata de salvar muchas almas, de salvar a diez millones o de salvar a sólo un millón. Diréis que el Teólogo está loco cuando os habla esta tarde de diez millones. Y yo os aseguro que un buen periodista salva aún más. Alzad los ojos, ved allá arriba un gran árbol cuya cima no se ve; pues esa es nuestra Casa, que es realmente un gran árbol, y vosotros solamente las raíces. La Casa actual es sólo la raíz de ese árbol tan grande. ¡Ah si comprendierais qué tesoro lleváis con vosotros, al que el Señor os llama; estaríais llenos de vida, no me dejaríais en paz, es decir, no dejaríais en paz al Señor, estaríais siempre alrededor de él diciendo: “Es que yo necesito todavía esto, es que yo necesito aquello, dadme también esta gracia...!”. Diréis vosotros: Bueno, ¿dónde quiere llevarnos el Teólogo esta tarde? Quiero llevaros a la montaña de la perfección. Ya veis en qué medida debéis ser santos» (G. T. GIACCARDO, Diario..., 1919, o.c., pp. 254-255).
117 «Los únicos fastidios son estos: yo no soy todavía suficientemente bueno ni vosotros suficientemente santos. Lo demás no me importa absolutamente nada. Por tanto, si me queréis, haced vuestros estos fastidios, sentidlos, tened pena y liberad a la Casa de ellos. Se necesita más espíritu de humildad, de docilidad, de decisión: todo depende de vuestro fervor, se requiere unión perfecta de alma y corazón conmigo. Hacedlo, cargad con estos fastidios, fastidios por amor al Corazón de Jesús, y orad mucho. En el paraíso veremos el mal que nuestros pecados han ocasionado, veremos que la santidad era el único fastidio. Nos reiremos de los demás fastidios y nos asombraremos por no habernos comprometido lo suficiente en esto» (G. T. GIACCARDO, Diario..., 15 de febrero de 1919, o.c., pp. 191-192).
118 En 1919, a partir del 13 de abril, se habla cada vez más de la Sociedad de San Pablo. Cf. también 25 de abril de 1919, 25 de mayo de 1919, 30 de junio de 1919, 17 de agosto de 1919 (cf. G. T. GIACCARDO, Diario..., 1919, o.c., pp. 262ss.).
119 «Desde hace algunos días el querido padre nos inculca las verdades anteriores [fe y santidad]. Esta noche nos ha dicho: “El número próximo de UCBS incluirá una ilustración de la casa. Aceptaremos como prueba este año a una decena de jóvenes. Cuento también con vosotros. Rezad para que el boletín sea bien recibido y produzca fruto, para que lleguen jóvenes con vocación, para que se dejen formar; vosotros manteneos firmes, con buena voluntad, siendo capaces de formarles. Que yo comprenda cómo se debe hacer el festina lente, y otra cosa que yo sé”» (G. T. GIACCARDO, Diario..., 21 de febrero de 1919, o.c., p. 259).
120 En la citada instrucción del 19 de marzo de 1919, el padre Alberione prosigue: «No hay que pensar que esta fe sólo proviene de Dios; hay que sudar para adquirirla y mantenerla. Cuando todas las previsiones humanas son contrarias, creer firmemente es un gran mérito. La fe pasa por la prueba: ¿Creéis que antes de terminar el año tendremos 40 muchachos? Que nadie lo dude, pues si alguien lo duda sólo tendremos 39. ¿Creéis que en enero estará pagada la segunda máquina? Si alguien lo duda, ¡mil liras menos!» (G. T. GIACCARDO, Diario..., 19 de marzo de 1919, o.c., pp. 260-261).
121 El 30 de junio de 1919, antes de la renovación de los votos, el padre Alberione hace algunas consideraciones sobre los motivos de que “la Casa no dé todos los frutos”: «Se dice que porque no estamos suficientemente unidos por el amor y el espíritu entre nosotros, pero el mal radical se encuentra en la falta del debido espíritu de oración, por lo que hemos de resolverlo aquí y hacer este propósito: TODOS HAREMOS POR LO MENOS UN CUARTO DE HORA DE VISITA AL SANTÍSIMO SACRAMENTO. El querido padre habló en casa de esta decisión como de un hecho de primera importancia. Conforme se vaya alimentando el amor, se podrá pedir más y se deberá llegar a una hora de adoración al día. Después de diecisiete días, todos hemos sido fieles con alguna excepción; y sobre todo estamos muy contentos con el propósito» (G. T. GIACCARDO, Diario..., 30 de junio de 1919, o.c., p. 267).
122 «La primera semana de cada mes en Casa: lunes, a san Pablo, función por los Cooperadores de la Buena Prensa; martes, a las almas del purgatorio; miércoles, a san José; jueves, al ángel de la guarda; viernes, a la santa Eucaristía, al sagrado Corazón, hora de adoración; sábado, a María santísima» (G. T. GIACCARDO, Diario..., 1 de septiembre de 1919, o.c., p. 285).
123 «Con los periódicos han aparecido desde hace algún tiempo los boletines parroquiales. Tienen la finalidad de completar la obra del párroco manteniendo más viva la comunicación entre él y su rebaño, llevando oportunamente la palabra del pastor al sector de la parroquia que, por la razón que sea, no participa en las instrucciones del párroco, recordando por escrito los avisos del párroco, manteniendo vivas y haciendo prosperar todas las instituciones surgidas alrededor de la parroquia (asilo, hospital, catecismos, etc.). En la diócesis de Alba hay una veintena. Nos consta que ninguno de los párrocos que ha comenzado su publicación ha tenido que lamentarlo o dejado de publicarla. La población la ha pagado voluntariamente y el boletín no ha sido pasivo. La Escuela Tipográfica de Alba los imprime en todos los formatos y periodicidad y trata de facilitar el trabajo tanto en el precio como en la elaboración y los envíos. Por ejemplo, puede facilitar material común para dos o tres páginas del periódico, puede encargarse del envío, etc. Se pueden pedir modelos, presupuestos, etc., a la Escuela Tipográfica de Alba» (UCBS, año II, n. 5, mayo 1919, p. 2).
124 Cf. UCBS, año I, n. 2, 28 de noviembre de 1918, p. 3. En el n. 6, de junio de 1919, p. 5, se anuncia el logro de la cantidad necesaria, 20.034,95 liras, y concluye: «La confianza no fue en vano y la máquina ha sido pagada totalmente, como puede comprobarse por el prospecto que figura arriba. Nuestro obispo se ha dignado venir a bendecirla; esperamos que con la gracia divina las cosas prosigan bien. Así que vaya a todos nuestro sentido agradecimiento, con las oraciones para una más amplia bendición del Señor». Cf. también G. T. GIACCARDO, Diario..., 5 de marzo de 1919, o.c., p. 259, donde se habla de la compra de otra máquina por una cantidad de 16.500 liras. Cf. Ibid., 30 de mayo de 1919, pp. 265-266, donde Giaccardo habla de la bendición del obispo y del nombre “Paulina” dado a la linotipia.
125 «En todas las parroquias. Debería haber un puesto de venta de libros y objetos religiosos. [...] Los miembros de la Unión de Cooperadores de la Buena Prensa están invitados de manera especial a colaborar para que el puesto de venta se abra en todas las parroquias. Nadie como ellos sabe el bien que la buena prensa puede hacer, y quizá pocas otras formas de propaganda pueden conseguir los resultados de un puesto de venta» (UCBS, año II, n. 5, mayo de 1919, p. 6).
126 Parece útil citar enteramente el articulito de promoción: «¡¡¡Biblioteca en marcha!!! Hacemos una proposición a los señores Cooperadores de la buena prensa. Un buen número de ellos desearía promover una pequeña biblioteca para el bien moral de todas las personas de una parroquia o de una determinada clase de personas. Pues bien, la librería de la Escuela Tipográfica, siguiendo el método que se practica en Inglaterra, ofrece a precio fijo una pequeña biblioteca con libros seleccionados, seguros por su contenido, en condiciones muy ventajosas. De momento propone para toda clase de personas las siguientes, a reserva de ofrecer más adelante otros tipos para señoritas, estudiantes, obreros, gente del campo, etc. Pequeña biblioteca de 25 libros, 25 liras; comprende 5 libros de lectura amena, 5 de vidas de santos, 5 de cultura, 5 de ascética y 5 de novelas. Pequeña biblioteca de 50 libros, 50 liras; comprende 10 libros de lectura amena, 10 de vidas de santos, 10 de cultura, 10 de ascética y 10 de novelas. Pequeña biblioteca de 100 libros, 100 liras; comprende 20 libros de lectura amena, 20 de novelas, 20 de vidas de santos, libros de ascética, 20 de cultura. Pequeña biblioteca de 200 libros, 200 liras; comprende 40 libros de novelas, 40 de lectura amena, 40 de cultura, 40 de ascética, 40 de vidas de santos. Tenemos preparadas también bibliotecas de 500 libros; son de cultura, de relatos educativos y amenos, novelas, etc., que podemos ofrecer a 450 liras» (UCBS, año II, n. 6, junio de 1919, p. 2).
127 La lista comprende periódicos (Gazzetta d']Alba, Torre di S. Stefano Belbo, Avvisatore Ecclesiastico Albese Astese Alessandrino Saluzzese), quince boletines parroquiales, cinco libros editados, librería y encuadernación, especialidades catequistas (doctrina cristiana para los tres cursos), libritos de clase (de los cuatro cursos) y tarjetas pascuales (cf. UCBS, año II, [n. 2?, entre febrero y abril] 1919, p. 8).
128 Se presentan dos libros del padre Alberione, La mujer asociada al celo sacerdotal y Vigolungo Maggiorino Aspirante all']apostolato Buona Stampa, así como el libro Un modello di Catechista Emilia Moglia, del canónigo Francisco Chiesa (cf. UCBS, Año III, [julio?] 1920, p. 8).
129 «El querido padre reunió a la Pía Sociedad de San Pablo, nos advirtió de que le teníamos poco informado de lo que acontecía en la Casa y seguidamente insistió en los fundamentos. Es necesario que formemos familia; si no, la Buena Prensa muere con nosotros. Por eso es necesario que en primer lugar estemos unidos, que nos queramos, que nos ayudemos mutuamente, que recemos mucho y que nos impregnemos bien del espíritu de la Casa. Hay que formar el espíritu, trabajar para Dios; el señor Teólogo, para acostumbrarnos a vivir personalmente, no nos hace caricias, debemos ser nosotros mismos. Hay que formar familia» (G. T. GIACCARDO, Diario..., 25 de mayo de 1919, o.c., p. 265).
130 Giaccardo tomará el nombre de Timoteo, deseado íntimamente por él, con motivo de la profesión religiosa, el 30 de junio de 1920, después de la ordenación sacerdotal.
131 Cf. S. ALBERIONE, LV01, p. 92.
132 «10 de febrero de 1920. Suceden muchas cosas dignas de ser conocidas y útiles para nosotros y nuestros hijos; yo me olvido y no tengo tiempo de escribir. Este año se llama año de afianzamiento, como el año pasado año de las vocaciones. Los presentes recuerdan lo que dijo el señor Teólogo el primer día de enero» (G. T. GIACCARDO, Diario..., 10 de febrero de 1920, o.c., p. 288).
133 «Hemos rezado por una casa. San Pablo nos ha concedido la gracia el día de su conversión: nos ha regalado un huerto estupendamente situado. Hay que admirar a la divina Providencia: sobre tres parcelas que parecían convenientes, la víspera de la firma se frustraban las gestiones de contratación; pero se ha conseguido otra no prevista, en la que no se pensaba. Es pues un lugar de Dios; la oración para que todo se lleve a cabo está a los pies de Jesús en el Sagrario firmada por todos los componentes de la Sociedad de San Pablo. Se piensa en los medios para pagar 350.000 liras de deuda. Primero, fe y oración; segundo, santidad y trabajo diligente por la buena prensa; tercero, que cada uno haga bien sus tareas para que con el trabajo ganemos al menos la alimentación» (G. T. GIACCARDO, Diario..., 10 de febrero de 1920, o.c., p. 288).
134 «Maestro: buscar almas buenas que se perfeccionen ayudando a la buena prensa; Torcuato: caminos secretos de la Providencia; asistente: UCBS y medios de librería: imágenes, postales; viceasistente Piazza: suscripciones a la Gazzetta, rifas...; Ambrosio: suscripción. El señor Teólogo dirige todos los proyectos y trabajos. Se reza y se piensa también en los requisitos del contrato: seguridad legal, construcción...» (G. T. GIACCARDO, Diario..., 10 de febrero de 1920, o.c., p. 288). El asistente es Costa y el viceasistente Marcelino, como podemos constatar en este texto: «27 de septiembre: Hoy han llegado de Bérgamo el asistente Costa y el viceasistente Marcelino; han hecho con éxito el examen de primer curso de ciencias sociales. Deo gratias» (G. T. GIACCARDO, Diario..., 27 de septiembre de 1919, o.c., p. 286).
135 Cf. G. ROCCA, La formazione..., o.c., p. 559.
136 «Uno de los primeros jóvenes asegura que un día de noviembre de 1919 le dijo de repente el Fundador: “Ánimo, que el año que viene tendremos una gran tipografía y una hermosa casa, y luego una iglesia estupenda que dedicaremos a san Pablo. Pero nosotros no nos pararemos en Alba”. Muchos años más tarde, en el curso de una exhortación a sus jóvenes, el Fundador confió que, mientras examinaba por primera vez el terreno sobre el que ahora se levantan las casas y la iglesia de San Pablo, tuvo un momento de turbación misteriosa durante la cual vio de forma clarísima todo el conjunto de edificios tal como se presenta hoy a la mirada del visitante» (L. ROLFO, I primi passi (1914-1930), en AA.VV., Mi protendo in avanti, Edizioni Paoline, Alba 1954, p. 117). Cf. S. ALBERIONE, Mihi vivere Christus est, EP, Roma 1972, n. 138.
137 «Esperemos en la divina Providencia. ¿Qué necesitamos? Necesitamos una casa capaz de alojar a cien personas, pues actualmente la Escuela Tipográfica alberga 46 y este número se duplicará pronto y seguirá creciendo. Por tanto, necesitamos un taller en el que se puedan colocar diez máquinas tipográficas (es decir, las que actualmente tiene la Escuela Tipográfica) y puedan trabajar con comodidad los compositores, los impresores, los linotipistas, los encuadernadores, los expedidores, los correctores; al menos tres oficinas, una para la dirección, otra para la contabilidad y la tercera como recibidor; locales para el estudio, la clase, la cocina, el comedor, la capilla, etc.; un local grande para un buen número de camas; patio amplio en el que los jóvenes puedan jugar convenientemente; jardín-huerto que permita ahorrar alguna de las importantes cantidades que ahora hay que pagar por la carne y las hortalizas. Pero de momento lo que importa es sólo proveer a lo que se necesita de inmediato. ¿En qué punto estamos? Se ha comprado un terreno bastante grande para construir una casa y dejar sitio para un patio, un huerto y lo necesario para las necesidades actuales y las más inmediatas del futuro. Pero ha costado mucho dinero; aunque ¿qué no tiene precios prohibitivos en nuestros días? El terreno se encuentra en Alba y comprende la propiedad llamada generalmente Fornace. Se encuentra junto a la plaza Savona, a la izquierda para quien desde la ciudad se dirige al santuario de la Moretta, y limita con la alameda Le cinque strade. Varios son los caminos por los que la divina Providencia nos enviará lo necesario: 1. Están sus caminos secretos, de los que poco o nada sabemos los hombres. 2. Abriremos una suscripción. 3. Nos dirigiremos a las personas que tienen bienes. 4. Promoveremos una rifa. 5. [Nos dirigiremos] a los Cooperadores de la buena prensa» (UCBS, año III, n. 2, 1920, pp. 3-4).
138 «En el mes de junio [1920] se llevaron a cabo los trabajos de explanación; en la primera quincena del mes de julio se terminaron los cimientos; en la segunda quincena se comenzaron las paredes; en el momento de escribir estas líneas (25 de septiembre) se está a punto de colocar las vigas de hierro del primer piso. [...] La planta baja está destinada a las máquinas de imprimir, a almacén, además de contar con dos locales como recibidores. Es especialmente amplio el local de máquinas, de una altura adecuada, 20 metros de largo y 11,50 de ancho, que podrá cómodamente contener 10 máquinas, quedando espacio suficiente para los movimientos de los impresores y un pasillo para el personal de servicio, para el transporte de las formas, del papel, etc. Muy agradable, con aire y luz en abundancia, podrá contar con un ascensor para bajar desde la sección de composición, situada arriba, las formas para la impresión. Los jóvenes impresores van casi todas las tardes a ver los trabajos para el local que ocuparán, dan las gracias a la Providencia y rezan por sus bienhechores. El espíritu con que se edifica la casa de la Escuela Tipográfica difiere mucho del que acompaña la construcción de otras casas. Aquí se trabaja como si se levantara una iglesia, pues de la casa de la buena prensa deberá salir continuamente la palabra de la verdad que, escrita en papel, volará por todas partes para iluminar, consolar, estimular al bien. Aún más, ¡esta casa será como un seminario de apóstoles y operarios de la buena prensa! Un semillero bendito desde el que se harán trasplantes a tantos y tantos sitios» (UCBS, año III, n. 7, septiembre de 1920, pp. 3-4).
139 UCBS, año IV, n. 5, 15 de julio de 1921, p. 10.
140 Ibid.
141 Ibid., año IV, nn. 3-4, 10-15 de abril de 1921, p. 2.
142 Ibid., año V, n. 2, marzo de 1922, p. 4.
143 El 6 de marzo de 1921 el padre Giaccardo escribe: «Las palabras del señor Teólogo sobre nuestra santidad penetran en mi alma, me agitan; propongo y rezo mejor. [...] Veo que el señor Teólogo corre y corre y yo no soy capaz de seguirle, ni siquiera en la parte que me corresponde» (G. T. GIACCARDO, Diario..., 6 de marzo de 1921, o.c., p. 298).
144 Es preciosa la descripción del padre Giaccardo: «Un viento sobremanera tempestuoso se ha desatado en estos días contra la Casa; nos encontrábamos en grave aprieto económico; el señor Teólogo era un iluso, rechazado por las autoridades eclesiásticas; estas voces tuvieron efecto en los párrocos de Vezza (don Vigolungo) y de Benevello (don Brovia). El señor Teólogo prepara el balance de la Casa, en el que figura un activo de 524.000 liras. En sentido positivo, llegó una carta de Pisa que insistía en que fuéramos al lado del cardenal Maffi. El vicario de la diócesis nos aconseja que nos quedemos en Alba. El señor obispo dice al canónigo Chiesa que estima la Escuela Tipográfica más que él. Referidas estas cosas a los párrocos citados y a quienes las necesitaban, se calmó el vendaval, y el Señor, siempre bueno, ha querido concedernos su misericordia y, en su sabiduría, la bonanza» (G. T. GIACCARDO, Diario..., abril 1921, o.c., pp. 298-299).
145 «Una nueva canallada socialista ha ensangrentado las calles de otra ciudad italiana. En el municipio de Ferrara ondea desde las últimas elecciones la bandera roja, y el 19 de diciembre quisieron los camaradas celebrar en el teatro municipal un mitin de protesta por ciertos maltratos en Bolonia a dos diputados del partido, Bentini y Nicolai. La autoridad que permitió el mitin a los socialistas no pudo prohibir a los adversarios una manifestación patriótica una hora después de la reunión en el teatro, y así se ordenó. Pero los socialistas no respetaron las condiciones de la autoridad, y mientras los fascistas y nacionalistas recorrían en grupos apretados las calles principales de la ciudad, en un rincón de la plaza del Comercio se encontraron con una pandilla de socialistas de la Liga de los enfermeros del manicomio, precedido de la bandera roja. Al lanzarse a cogerla, fueron recibidos con un pistoletazo que hirió a un fascista. Ante esto, desde la azotea de los naranjos que desde lo alto del Castillo domina la calle, comenzó una tempestad de disparos de mosquete contra los fascistas, situados entre dos fuegos, sorprendidos en una emboscada y en situación muy peligrosa. Las víctimas fueron muchas: tres muertos y más de veinte heridos entre los fascistas; entre los transeúntes, un muerto y no pocos heridos, entre ellos el doctor Magrini, que se dirigía al hospital» (cf. “Crónica contemporánea”, 23 de diciembre - 6 de enero de 1921, en La Civiltà Cattolica, año 72º, vol. I, cuad. 1694, 8 de enero de 1921, pp. 180-181).
146 «Continúan en todo el país los choques sangrientos que deplorábamos en las crónicas anteriores, con la novedad de alguna circunstancia que hace más odiosa la violencia. En no pocos casos los choques son provocados por agresiones a traición de los socialistas contra los fascistas... [...] Además se va viendo claro, por manifestaciones de los propios jefes del fascismo, que el movimiento, que primeramente apareció como reacción contra la prepotencia de los socialistas-bolcheviques-comunistas o anárquicos de toda ralea, no pocas veces supera los límites de la mesura y peca de la misma arbitraria violencia de la que justamente se acusaba a los subversivos, lo que provoca mayor confusión en lugar de servir al orden y la tranquilidad pública. Por citar algún ejemplo de la prepotencia arbitraria que forma parte de los modales fascistas, baste recordar la brutalidad de hace algunos días en Pisa contra el diputado Modigliani, que viajaba con su señora y fue obligado a bajarse de un tren que los revoltosos no dejaban arrancar. En Pavía, el diputado Mani, insultado cuando estaba sentado en un bar, seguido a través de los pisos superiores del edificio, fue agredido brutalmente y se intentó arrojarlo desde un balcón a la calle por no querer gritar lo que le imponía el capricho de los violentos. También el diputado Albertelli fue silbado en Pavía y se le obligó a marcharse de un lugar público y esconderse en casa. En muchos lugares los fascistas han asaltado las casas privadas buscando hombres del partido adversario y agredido y ofendido de diversas maneras, como hicieron en Mantua contra el socialista Zanolli, con violación evidente de domicilio» (cf. “Crónica contemporánea”, 28 de abril - 12 de mayo de 1921, en La Civiltà Cattolica, año 72º, vol. II, cuad. 1702, 14 de mayo de 1921, p. 371).
147 «El duelo entre socialistas y fascistas es cada vez más encarnizado y sangriento y pone en peligro el orden y la paz ciudadanos. Los socialistas, como es habitual, gritan como fieras contra los adversarios, considerándose víctimas lastimosas de sus violencias, pero bien mirado, lo suyo parecen peleas entre perros y gatos. El caso es que no se puede negar que Italia, tanto en las grandes ciudades como en los barrios más pequeños y en los campos, ofrece un panorama indigno de una nación civilizada. Podemos confirmarlo con una crónica de estas últimas semanas. El 6 de abril, un estudiante fascista fue agredido y zurrado en Padua por algunos obreros; como respuesta, la casa del pueblo fue devastada e incendiada, siendo seis las personas heridas. Al día siguiente, un fascista fue maltratado y herido por los ferroviarios en la estación de Reggio Emilia, sus compañeros corrieron a defenderle e invadieron la casa del pueblo y las oficinas del periódico socialista La Giustizia y lo incendiaron todo. Ese mismo día, en Venecia, trifulcas entre los dos grupos en Campo Santi Apostoli, donde intervinieron los guardias y hubo disparos de pistola contra ellos, con el resultado de un muerto y quince heridos. [...] Y los desastres van multiplicándose día tras día, hasta el punto de que sería difícil reflejar todo lo que sucede. Mientras escribimos, nos enteramos de tumultos, peleas, encontronazos e incendios en Taranto, Minervino Murge, Ortenova, Spinazzola, Parma y San Damiano en la región de Piacenza, en Legnago, Viadana, Campitelio, Girgenti, Nettuno, Arcole, Iglesias en Cerdeña, y nuevamente en Turín, Livorno, Figline Valdarno. Y podríamos continuar la triste lista si no bastara esto para demostrar el estado de perturbación profunda en que se sumerge el país» (cf. “Crónica contemporánea”, 7-28 de abril de 1921, en La Civiltà Cattolica, año 72º, vol. II, cuad. 1701, 30 de abril de 1921, pp. 275-277).
148 «La prepotencia malvada y las criminales agresiones socialistas contra los católicos se multiplican de forma gravísima, y es ya evidente que existe una orden, una campaña de violencia para impedir, incluso con la sangre, toda manifestación de libertad religiosa. La tragedia más reciente tuvo lugar en la Abadía de San Salvador, en las proximidades de Siena, el domingo 15 de agosto. Se celebraba allí la fiesta de la Asunción con una procesión tradicional en la que participaban especialmente mujeres y jovencitas. La liga socialista había celebrado ese mismo día una asamblea en la que un diputado socialista, de los más furiosos bolcheviques, vomitó su bilis contra los curas y los carabineros y espoleó a aquellos villanos a todos los excesos. Un tropel de gente brutal se enfrentó al pío cortejo y, tras agredir a los sacerdotes, “hirieron gravemente al párroco y repartieron puñetazos y palos a diestra y siniestra”. Entonces, como cuenta Il Resto del Carlino, periódico nada sospechoso de clericalismo, “viendo que un grupo de desalmados corría hacia la iglesia del convento, el sargento de los carabineros se dirigió allá con diecisiete oficiales, a los que los socialistas recibieron a pedradas y disparo limpio. Dos disparos a quemarropa hirieron al citado Nazzareno Ciarrocchi, que falleció poco después, y una puñalada derribaba al carabinero Buriggi. A la vista de aquello, los carabineros echaron mano a sus armas y el abanderado socialista, Ovidio Sabbatini, a quien los oficiales identificaron como autor de la puñalada citada, cayó atravesado por una bala”. Mientras tanto un grupo de socialistas había penetrado en la iglesia y había asaltado a los feligreses que se encontraban refugiados allí. Un religioso, el hermano Angelico, de los Menores, fue asesinado. En la tremenda trifulca que siguió, los carabineros tuvieron que usar nuevamente las armas para defenderse y en la iglesia sonaron los disparos de una y otra parte; dos agresores y un niño cayeron desangrados. Los carabineros tuvieron que retirarse al cuartel y defenderse contra la chusma que intentaba incendiarlo. Disparos de fusil y de pistola y pedradas se sucedieron hasta las 22.00 horas. El recuento del día sumaba ocho muertos, numerosos heridos y muchos detenidos. La protesta de los socialistas, como suele ser habitual, concluyó convocando una huelga general, el colmo de la bestial desfachatez después de la más bestial ferocidad» (cf. “Crónica contemporánea”, 12-26 de agosto de 1920, en La Civiltà Cattolica, año 71º, vol. III, cuad. 1685, 28 de agosto de 1920, pp. 464-465).
149 Cf. L. ROLFO, I primi passi (1914-1930), en AA.VV., Mi protendo in avanti, o.c., p. 127.
150 Cf. S. LAMERA, Lo spirito di don Giaccardo, servo di Dio, EP, III ed., s. f., p. 115.
151 Cf. G. BARBERO, Il sacerdote Giacomo Alberione..., o.c., p. 311.
152 S. ALBERIONE, Sectamini fidem..., Recuerdos del Primer Maestro a los sacerdotes paulinos, PSSP, Alba, p. 48.
153 Cf. G. BARBERO, Il sacerdote Giacomo Alberione..., o.c., p. 362.
154 «A este sueño, que debió ser en 1923, y probablemente en los primeros meses de aquel año, cuando su salud estaba a punto de sufrir la crisis más grave de su vida, el Fundador le atribuyó siempre una gran importancia, si tenemos en cuenta que las palabras que decía que había oído de labios del Salvador se convirtieron para él en una certeza y un programa de vida» (L. ROLFO, Don Alberione, Appunti per una biografia, ESP 1998
3 , p. 187).
155 C. A. MARTINI, Le Figlie di San Paolo, o.c., p. 129.
156 P. GILLI, Così come mi ricordo, Cenni sulla storia della Congregazione, Alba, julio 1995. Apuntes inéditos entregados por el autor al CSP.
157 Transcripción de la grabación en vídeo de la mesa redonda que tuvo lugar en el Auditorium de los Establecimientos del Grupo Periódicos de Alba, el 13 de septiembre de 1995, en la que participaron el contable Antonio Buccolo y los doctores Eduardo Borra, Gianfranco Maggi y Piero Reggio. Cf. M. BUCCOLO, Alba 1914-1925: don Alberione fondatore e il suo tempo, en Il Cooperatore Paolino, n. 9, noviembre 1995, pp. 12-13.
158 «Había que adecentar el patio antiguo, pues la lluvia lo convertía en una charca y el agua estancada duraba mucho tiempo. Era un grave inconveniente. Veinte jóvenes de Priocca se ofrecieron a allanarlo. Un lunes por la mañana llegaron con un carromato, azadas, picos y palas... Al frente de todos ellos iba el magnífico señor Stefano Corsero, que tanto bien ha hecho a nuestra Casa. Rebajaron el promontorio que había delante, alargaron el patio más de tres metros, lo elevaron en varios sitios 30, 40, 50 cm. llevando la tierra con carretillas y... a hombros. De haber trabajado por su cuenta, no se habrían empeñado con mayor afán. [...] El trabajo terminó el viernes por la noche ya tarde» (UCBS, año VI, n. 2, 27 de febrero de 1923, p. 4).
159 Reproducimos entera esa página memorable: «Delante de la maquinaria. Reflexiones. Las máquinas son materia, y esta no tendría para el hombre cristiano ninguna atracción si no tuviéramos en cuenta que el hombre mismo no es sólo espíritu. Pero esta materia de la que están formadas las máquinas es obra de Dios y ha sido manipulada por el genio maravilloso del hombre, a quien el Señor se la confió. Estas máquinas maravillosas deben ser queridas y veneradas, como sagrado y venerado es el orador sagrado y el púlpito. San Pablo, en ese monumento de ciencia y de amor presentado ante la mirada de los siglos que es su carta a los Romanos, exclama: la fe proviene de la predicación, y la predicación es el mensaje de Cristo, y ¡qué hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian la felicidad! ¡Qué hermosas las máquinas destinadas a los que predican el bien! El apóstol de la buena prensa siente ante las máquinas algo más que san Francisco cuando sentía brotar de su alma el himno al hermano sol. El pensamiento del apóstol pasa a la máquina, que le materializa en una hoja que casi está viva, porque contiene verdades eternas, alimento espiritual que nutrirá a incontables lectores: no sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios. La sabiduría divina ha alimentado con su divina palabra el corazón y el alma del apóstol, quien la ha meditado en las Escrituras sagradas; ha salido de su alma y adquirido consistencia, se ha encarnado, se ha materializado a través del crisol, los moldes, los engranajes, las planchas de las máquinas, y ha aparecido en un cuerpo de papel, y así será el pensamiento de otros hombres, de otras almas; cruzará los mares, superará los montes; hermanará los sentimientos, las ideas de dos almas que nunca se han visto, el escritor y el lector; cristiano el escritor, cristiano el lector. La verdad divina ilumina el mundo, el reino de Jesucristo se apodera de nuevas mentes, de nuevos espíritus y de nuevos corazones. El misionero de la buena prensa ama a su máquina, quiere que sea bonita, moderna, rapidísima, hasta poder alcanzar y superar en su carrera a la mala prensa; ama a su pequeña iglesia, la tiene limpia y ordenada; la sueña siempre activa, arrojando la buena palabra. Quisiera que lo encontraran siempre al pie de su máquina. Se suele pintar a los santos llevando en sus manos los instrumentos, los símbolos, los emblemas de su santificación; yo, dice el apóstol de la buena prensa, quisiera ser retratado siempre con la pluma y el tintero, o de pie junto a la máquina en marcha. Y es que no hay más forma que esta de representar en la tela el pensamiento de la mente asombrosa de Tertuliano: vendrá un día en que la tinta de los escritores valdrá lo que vale la sangre de los mártires. Los mártires enseñan las espadas, las hogueras, las parrillas, las cruces, las fieras... ¿Y cómo se representa a muchos otros santos? A san Pablo se le pinta con sus cartas bajo el brazo; santo Tomás tiene una pluma entre los dedos; Domingo Savio lleva en su mano derecha papel; los evangelistas, en actitud de trasladar al pergamino lo que el Espíritu de la verdad les inspira; san Francisco de Sales tiene al lado las obras que han hecho que se le declarara doctor de la devoción; san Gregorio Magno aparece en actitud de escribir su obra Morales; san Juan Berchmans estrecha sobre su pecho el libro de las reglas, tan largamente meditado» (UCBS, año IV, n. 5, 15 de julio de 1921, pp. 5-6).
160 Ibid., p. 8.
161 G. T. GIACCARDO, Diario..., mayo 1921, o.c., p. 299.
162 G. T. GIACCARDO, Diario..., 19 de junio de 1921, o.c., p. 299. “Acomunémoslo todo” quiere decir probablemente “tenerlo todo en común”.
163 G. ROCCA, La formazione..., Documento n. 31, o.c., pp. 569-570.
164 G. ROCCA. La formazione..., Documento n. 31, o.c., p. 570.
165 G. BARBERO, Il sacerdote Giacomo Alberione..., o.c., pp. 319-320.
166 G. T. GIACCARDO, Diario..., 10 de febrero de 1918, o.c., p. 190.
167 UCBS, año V, n. 1, 5 de febrero de 1922, p. 5.
168 Ibid., p. 3.
169 Ibid., p. 7.
170 Ibid., año V, n. 7, agosto de 1922, p. 4.
171 Ibid., p. 2.
172 Ibid.
173 Ibid., p. 4.
174 S. ALBERIONE, Quaderno 39, 29 de noviembre de 1909, p. 15.
175 R.-F. ROHRBACHER, Storia universale della Chiesa, 16 vol., Giacinto Marietti, Turín 1869-1870
3 .
176 Cf., por ejemplo, S. ALBERIONE, Quaderno 39 y R.-F. ROHRBACHER, Storia universale della Chiesa, o.c., vol. IV, pp. 149ss.
177 G. VENTURA, Le donne del Vangelo, Giosuè Rondinella Editore, Nápoles 1856-1875; ID., La donna cattolica, 3 vol., Carlo Turati, Milán-Dario G. Rossi, Génova, coeditores, 1885; ID., La Madre di Dio Madre degli uomini ovvero La Santissima Vergine a piè della croce, Rondinella & Loffredo, Librai-Editori, Nápoles 1903
6 .
178 Cf. F. ANDREU, Ventura, en Dictionnaire de Spiritualité, vol. 16, fasc. CII-CIII, París 1992, col. 364-372.
179 Cf. G. VENTURA, Le donne del Vangelo, o.c., parte segunda, pp. 24-77.
180 Ibid., p. 34.
181 Ibid., pp. 41-42.
182 Ibid., pp. 42-43.
183 Ibid., pp. 43-44.
184 Ibid., pp. 44-45.
185 Ibid., pp. 45-46.
186 Ibid., p. 48.
187 Cf. Ibid., pp. 49-67.
188 Ibid., p. 53.
189 Estas remisiones al DFst valen también para los sucesivos números de esta sección (nn. 125-131).
190 S. ALBERIONE, La mujer asociada al celo sacerdotal, o.c., p. 46.
191 Ibid., p. 24.
192 La obra de Ventura ayuda a situar las afirmaciones del padre Alberione sobre el Apostolado de la mujer en el pasado, del cuarto capítulo, primera parte, del libro La mujer asociada al celo sacerdotal, 1915, p. 42ss. Cf. por ejemplo lo que escribe acerca de santa Olimpia (pp. 49-50) y el II volumen de La donna cattolica, pp, 126ss. Aun cuando Ventura prefiere hablar de la mujer como madre o en las funciones eclesiales no monásticas y se orienta a presentar las mujeres que actuaron en la Iglesia francesa, la obra La donna cattolica constituye un cuadro de referencia vastísimo para el pensamiento del padre Alberione.
193 G. VENTURA, La donna cattolica..., o.c., vol. I, p. 258.
194 Ibid., p. 259.
195 Ibid., p. 260.
196 Ibid., p. 263.
197 UCBS, año V, n. 7, agosto 1922, p. 9.
198 Ibid.
199 Cf. Ibid., año V, n. 4, 6 de mayo de 1922, p. 8.
200 Cf. G. BARBERO, Il sacerdote Giacomo Alberione, o.c., pp. 373-374.
201 UCBS, año V, n. 7, agosto 1922, p. 11.
202 Cf. C. A. MARTINI, Le Figlie di San Paolo..., o.c., p. 119.
203 UCBS, año V, n. 7, agosto de 1922, p. 10.
204 G. T. GIACCARDO, Diario..., julio de 1922, o.c., p. 300.
205 UCBS, año V, n. 8, 10 de septiembre de 1922, p. 2.
206 Ibid.
207 Ibid., año V, n. 12, 23 de diciembre de 1922, p. 3.
208 «Trabajo realizado. En 1922 salieron de la Escuela Tipográfica de la Pía Sociedad de San Pablo 350.000 ejemplares de la Gazzetta d']Alba, 482.000 ejemplares de boletines parroquiales de formato y periodicidad diversos, 120.000 ejemplares de Vita Pastorale (revista para el clero), 150.000 ejemplares de catecismos pequeños y grandes, 9 libros de devoción por un total de 27.000 ejemplares, 36.000 ejemplares de “Dottrina e fatti” y 12.000 ejemplares de “Armonie Sociali” (revista sociológica del Ateneo Pontificio de Bérgamo). Dos colecciones de novelas “Tolle et lege” y “Fons aquæ” por un total de 69.000 ejemplares y 11 libros de diverso género por un total de 27.500 ejemplares. Se publicaron también 70.000 calendarios, unas 75.000 postales pascuales de tipo diverso, 75.000 hojitas volantes religiosas y una cantidad inmensa de circulares, hojas, manifiestos, registros y tarjetas para catecismos. ¡Y sin embargo nada se ha hecho! En el campo de la prensa y frente a la mala prensa sólo somos una ínfima minoría, un punto imperceptible. Se necesitan vocaciones, tipografías, ayudas» (UCBS, año V, n. 12, 23 de diciembre de 1922, p. 4).
209 En los Datos históricos generales de la Pía Sociedad de San Pablo, después de haber hablado de los comienzos de los proyectos fundacionales del padre Alberione en 1903-1904, y de los dos primeros jóvenes encaminados en 1908 a las clases del seminario, se presenta el crecimiento numérico de los alumnos de la Casa: «El 20 de agosto entraba el primer alumno que daba principio a la nueva familia; en 1915 eran 9; en 1916 subían a 14; en 1918 a 25; en 1919 a 35, en 1920 a 42, en 1921 a 90, en 1922 a 172» (UCBS, año VI, n. 2, 27 de febrero de 1923, p. 10).
210 Cf. Ibid., pp. 2-3.
211 Estas remisiones al DFst valen también para los sucesivos números de esta sección (nn. 138-143).
212 IGNACIO DE LOYOLA, Autobiografía, n. 3, Obras completas, BAC, Madrid 1997.
213 A. RABALLO (sor Teresa, FSP), Memorie del Primo Maestro Rev. Teologo Giacomo Alberione, obra inédita. Cf. G. BARBERO, Il sacerdote Giacomo Alberione..., o.c., p. 359.
214 A. RABALLO (sor Teresa, FSP), Memorie del Primo Maestro..., o.c. Cf. G. BARBERO, Il sacerdote Giacomo Alberione..., o.c., p. 359.
215 G. BARBERO, Il sacerdote Giacomo Alberione..., o.c., p. 360.
216 S. ALBERIONE, San Paolo, julio-agosto 1954, p. 2.
217 «El año pasado [1922], el día 29 de junio por la tarde, una procesión acompañaba a Jesús sacramentado desde la capilla interior a tomar posesión de la nueva iglesia, que acababa de ser bendecida; el 1 de mayo de este año, otra procesión con velas encendidas y cantando las letanías lauretanas llevaba triunfalmente a la nueva iglesia el cuadro de la Reina de los Apóstoles; el 1 de junio pasado, san Pablo, patrón y alma de la Casa y de nuestra Pía Sociedad se colocaba al lado de Jesús bendito, divino Maestro, y de María Reina, en la iglesia a él dedicada» (UCBS, año VI, n. 6, 21 de junio de 1923, p. 7).
218 En un artículo de junio de 1923, titulado Fechas eucarísticas, el boletín UCBS describe el progreso de la espiritualidad eucarística de la Casa desde el principio hasta el 30 de mayo de aquel año: misa, comunión, presencia eucarística, “laus perennis eucharistica”, visita, saludo o pequeña visita: especialmente significativos son el comienzo y el final del artículo: «La devoción al divino Maestro en Casa está centrada en el sagrario. Cuando la Casa era pequeña y estaba formada por todos los pequeños, Jesús se contentaba con que se fuera a él por la mañana para la misa y con recibirlo en la santa comunión. Pero nosotros ya sabíamos que cuando la Casa creciera tendríamos la laus perennis eucharistica como en el Cottolengo. Mientras tanto, los pequeños se hicieron grandes y hubo uno en 1917 que comenzó a hacer todos los días la visita al santísimo Sacramento en San Damián. [...] El 22 de julio [1922] se estableció la visita de este modo: los miembros de la Pía Sociedad de San Pablo harían al santísimo Sacramento una hora de visita todos los días en hora libre; los siervos de María, media hora al día juntos; los discípulos y los alumnos, veinte minutos todos juntos. Las Hijas de San Pablo harían también una hora de visita todos los días; las demás, media hora. Esta regla vige actualmente en la Casa. Así, por la tarde, de las 14.00 a las 21.00 horas, Jesús tiene continuamente adoradores, mientras que por la mañana, de las 4.00 a las 8.00 se suceden las santas misas. De este modo se ha podido, gracias a la misericordia de Dios, realizar una parte del sueño del principio: la laus perennis. [...] ¡Medio día de laus eucharistica! Pero también las horas de la tarde y de la mañana nos encuentran a menudo presentes ante el sagrario, y confiamos en otra misericordia: que Jesús pueda estar expuesto desde las 4.00 a las 21.00 horas. ¿Y las demás horas de la noche? ¡Pues también éstas son y deben ser del divino Maestro, presente en el sagrario!» (UCBS, año VI, n. 6, 21 de junio de 1923, pp. 8-9).
219 La iconografía propia se desarrolló a lo largo del primer decenio de la Casa: «El cuadro de san Pablo estaba colocado en la Casa en un lugar de honor, entre el artístico sagrado Corazón de Morgari y la Inmaculada de Murillo. [...] Todos los sábados del mes [estaban consagrados] a María santísima, y en honor de María se comenzó a hacer pronto el mes de mayo con flores, florecillas, pensamientos y meditaciones; la clausura del mes de mayo era todos los años, ya desde el comienzo, una poesía divina, una mística armonía de corazones, palpitaciones, flores, oración y cantos. La devoción a María es la palanca de toda iniciativa, de todo progreso, de todo éxito feliz, de la victoria sobre el demonio, de la santidad más hermosa y alta» (San Paolo [=UCBS], año VI, n. 11, 22 de noviembre de 1923, p. 8).
220 «A san Pablo se consagra en la Casa todo el mes de junio, que es el mes grande de la Casa; de él se habla dos veces al día; dos veces al día se le visita como homenaje y él corresponde al obsequio y al amor con gracias copiosas. La devoción a san Pablo se difunde en Alba y otros lugares; son muchos los que se encomiendan a él para conversiones y ayudas materiales y consiguen lo que piden; en su iglesia hay siempre alguna persona y las velas delante de él están encendidas casi constantemente» (UCBS, año VI, n. 6, 21 de junio de 1923, p. 7). En 1923 UCBS, que de agosto a noviembre sale con el título San Paolo, publica numerosos articulitos sobre san Pablo. Se habla de la «Paologia dantesca» (San Paolo [= UCBS], año VI, n. 8, 25 de agosto de 1923, p. 19) y hasta del corazón eucarístico de san Pablo, como si él mismo hubiera practicado las devociones de la Casa (cf. UCBS, año VI, n. 7b, 20 de julio de 1923, p. 5). Resultan interesantes los articulitos «Los paulinos de los tiempos apostólicos» siguiendo el calendario litúrgico: santa Tecla, 23 de septiembre (Ibid., n. 9, p. 5); san Dionisio Areopagita, 9 de octubre (Ibid., n. 10, p. 3); san Clemente Romano, 23 de noviembre (Ibid., n. 11, p. 5); san Filemón y santa Apia, 22 de noviembre (Ibid., n. 12, p. 4); san Timoteo, 24 de enero (UCBS, año VII, n. 1, 15 de enero de 1924, p. 4); san Tito, 6 de febrero (Ibid., n. 2, p. 8).
221 En el número de febrero de 1923 comienza la publicación de «Cenni storici generali della Pia Società S. Paolo». Son interesantes las notas de Cenni storici... del número de junio: trata del traslado desde Villa Moncaretto a Casa Perrando [= Perraudo], en la calle Mazzini; se advierte que va desapareciendo de Escuela Tipográfica el apelativo Pequeño Obrero para quedarse sólo con el de Escuela Tipográfica. Concluye así: «En casa Perrando [= Perraudo] la Casa se desarrolló y adquirió fisonomía» (UCBS, año VI, n. 6, 21 de junio de 1923, p. 6). El número de julio describe que en el domicilio de la calle Mazzini se era un solo corazón y una sola alma alrededor del padre Alberione, y añade: «En el recibidor de la Casa se había colocado en un pequeño trono el cuadro de san Pablo, que fue el comienzo de la capilla de san Pablo. Allí rezaban todos de rodillas las oraciones de la mañana y de la noche y los “ángelus”, se hacían los exámenes de conciencia, se decía el avemaría antes de salir, y al volver, arrodillados también, rezaban las oraciones. Una lámpara eléctrica estaba siempre encendida en casa y en la tipografía. San Pablo vigilaba, protegía, bendecía, crecía» (UCBS, año VI, n. 7b, 20 de julio de 1923, p. 7).
222 Ibid., p. 13.
223 San Paolo [= UCBS], año VI, n. 11, 22 de noviembre de 1923, p. 1.
224 UCBS, año VII, n. 1, 15 de enero de 1924, p. 12. Especialmente sentida es la Sociedad Bíblica : «Sección Sociedad Bíblica. Por qué difundir el evangelio. Volvamos un poco hacia atrás. No hay vida cristiana en nosotros si no nos la infunde Jesucristo; tampoco sirven los descubrimientos más maravillosos para hacer que venga a nosotros. El jansenismo separó a los cristianos de la fuente de su propia vida: la Eucaristía y el Evangelio, y así la vida cristiana languidecía. Pío X, santo, cuya grandeza irá en aumento en el futuro, llevó de nuevo a los cristianos a estas dos fuentes y en seguida se vio un florecimiento. Pero si mucho se hizo para volver a llevar a la comunión, lo mismo puede decirse en relación con la penetración del evangelio, aunque mucho se haya hecho ya. El trabajo, la disciplina, el orden, el dolor, la alegría, la pobreza, las riquezas, la diversión, la autoridad, la fuerza, el derecho, la ley, la economía privada, y más aún la pública, se contemplan y guían con principios y máximas del mundo, de forma racionalista y naturalista; se tiene confianza hasta donde llegan las causas segundas y, a partir de ahí, nada de nada. Esto es lo que debemos gritar con fuerza a los pequeños y a los mayores con propaganda privada y más aún con afirmaciones públicas, referidas al evangelio, al que debemos hacer estimar y crearle el ambiente. Hombres, por aquí se pasa: solamente Cristo es el camino y la vida y él, que es Dios, eso sólo hizo, nada más. Esto es para nosotros un deber y una responsabilidad grave: tenemos la salvación en nuestras manos; Jesucristo nos la confió y nos conminó a aplicarla; apliquémosla con la mayor paciencia, pero también opportune et importune. Jesucristo nos pedirá cuentas de la sangre que corre ante nuestros ojos, de las ruinas morales y materiales que se acumulan y de las almas que perecen. No podemos quedarnos como espectadores pasivos y dejarlo correr con un comentario de periódico o con lamentos; somos sacerdotes, otros Jesucristos. ¿Qué haría él en nuestro lugar? Esta es la razón de la difusión del evangelio: volver a someter la inteligencia de nuestro pueblo a la mente divina para que armonice con ella sus pensamientos y juicios y, por lo mismo, sus acciones. De ahí que podamos ya ver el espíritu que anima a la Sociedad Bíblica, muy lejos de una especulación comercial, que tampoco dejaría de hacer el bien, pero especialmente que el reino de Jesucristo llegue a las inteligencias y los corazones por el evangelio y los ponga en comunicación con la vida de Jesucristo» (UCBS, año VII, n. 8, 15 de agosto de 1924, p. 11).
225 UCBS, año VI, n. 12, 15 de diciembre de 1923, p. 2.
226 Ibid., p. 13.
227 San Paolo [= UCBS], año VI, n. 11, 22 de noviembre de 1923, p. 8.
228 Un cuaderno inédito de 68 páginas manuscritas del padre Alberione y 49 páginas manuscritas del padre Giaccardo. Faltan algunas hojas, por ejemplo las que se refieren al cuarto, quinto, séptimo, octavo, noveno y vigésimo tercio día.
229 Cf. A. DAMINO, Bibliografia di Don Giacomo Alberione, Roma 1994
3 , pp. 31-32.
230 Un mese a San Paolo, meditazioni e letture, PSSP, Alba 1925. Se trata del texto del padre Alberione, completado y reelaborado en algunas partes por Giaccardo.
231 Cf. L']Immacolata e il Natale, en UCBS, año VI, n. 12, 15 de diciembre de 1923, pp. 2-3.
232 UCBS, año VII, n. 1, 15 de enero de 1924, p. 11.
233 Quaderno manoscritto Timoteo Giaccardo, n. 6, p. 125.
234 Cf. Ibid., pp. 125-130.
235 Cf. Ibid., pp. 132-150.
236 Probablemente esta meditación fue dictada durante la misa del domingo, y por tanto por la mañana.
237 Quaderno manoscritto Timoteo Giaccardo, n. 6, p. 133.
238 Cf. Ibid., pp. 150-155.
239 Cf. Ibid., pp. 150-151.
240 UCBS, año VII, n. 2, 15 de febrero de 1924, pp. 11-12.
241 «De ahí que para el próximo otoño se abrirá una casa contigua a la Sociedad de San Pablo para los jóvenes que aspiran a las misiones con la idea de trabajar por los infieles y cismáticos, de manera especial (no exclusiva) con la prensa. Ya han hecho la petición 14 jóvenes, por lo que parece propicio el tiempo para esto» (S. ALBERIONE, en UCBS, año VII, n. 2, 15 de febrero de 1924, p. 3).
242 «Para que la difusión del evangelio pueda ser cada vez mayor, se ha formado una sociedad entre los Cooperadores con Estatuto adecuado. Esquema del Estatuto:
1. Se ha instituido en la Pía Sociedad de San Pablo la sección Sociedad Bíblica de la Unión de Cooperadores de la Buena Prensa.
2. Se propone la difusión y penetración entre el pueblo de la Biblia y de manera especial de los Santos Evangelios.
3. Se compone de socios perpetuos que aportan 1000 liras una sola vez, de socios beneméritos que aportan 500 liras una sola vez, de socios ordinarios que aportan 5 liras cada año, de los que hacen una comunión a la semana en favor de la obra o se comprometen en la propaganda personalmente, con periódicos o con otros medios.
4. Participan en su vida y después de su muerte en las mil santas misas que cada año se celebran en la Pía Sociedad de San Pablo, en las indulgencias concedidas por la santa Sede a todos los Cooperadores de la buena prensa y en el bien de la Pía Sociedad de San Pablo.
5. Reciben mensualmente el boletín “Unión de Cooperadores de la Buena Prensa”, en el que se informará de la marcha del bien que se hace.
6. La suma de los donativos se destina a la difusión gratuita o al mínimo precio de la Biblia y del Evangelio.
7. La dirección está en la Pía Sociedad de San Pablo en Alba.
El presente Estatuto tiene la aprobación del obispo» (UCBS, año VII, n. 2, 15 de febrero de 1924, p. 5).
Debe recordarse aquí el influjo que también tuvo la encíclica Spiritus Paraclitus de Benedicto XV, publicada el 15 de septiembre de 1920 con ocasión del decimoquinto centenario de san Jerónimo, en la que se recuerda la importancia del estudio de la sagrada Escritura.
243 Para quien siente sed de almas -como Jesús-. «Señor, os ofrezco en unión con todos los sacerdotes que hoy celebran la santa misa a la Víctima divina, Jesús hostia, y a mí mismo, pequeña víctima:
1º En reparación de las innumerables blasfemias, errores e impiedades que se imprimen en tantas tipografías de las que cada día sale un río de papel que inunda el mundo como un torrente cenagoso;
2º Para invocar vuestra misericordia sobre innumerables lectores, perversos o inocentes, que la prensa escandalosa arranca de vuestro corazón de Padre, sediento de almas;
3º Para la conversión de tantos escritores e impresores ciegos, ministros de satanás, falsos maestros que levantan una cátedra contra el divino Maestro y envenenan toda la enseñanza, el pensamiento y las fuentes de la actividad humana;
4º Para honrar, amar y escuchar solamente a quien vos, Padre celestial, con vuestro corazón habéis dado al mundo proclamando: “Este es mi Hijo amado, escuchadle”.
5º Para conocer que sólo Jesús es Maestro perfecto: verdad que ilumina, camino o modelo de toda santidad, vida verdadera del alma o gracia santificante;
6º Para obtener que se multipliquen en el mundo los sacerdotes, los religiosos y las religiosas, consagrados a difundir la doctrina de Jesús por medio de la prensa;
7º Para que los escritores y obreros de la prensa sean santos, llenos de sabiduría y de celo por la gloria de Dios y por las almas;
8º Para pediros que la prensa católica crezca, se difunda, se la ayude y se multiplique, levantando así una voz capaz de apagar el estrépito atractivo y embriagador de la prensa perversa;
9º Para que todos nosotros reconozcamos nuestra ignorancia y miseria y la necesidad que tenemos de estar siempre suplicantes y con la cabeza inclinada ante vuestro santo sagrario, Señor, pidiendo luz, piedad y misericordia» (UCBS, año VII, n. 2, 15 de febrero de 1924, p. 4).
Adviértase que especialmente el punto cinco presenta a Jesús como Maestro perfecto: «verdad que ilumina, camino o modelo de toda santidad, vida verdadera del alma o gracia santificante». Cf. Per chi sente sete di anime come Gesù. Offertorio Paolino, A. COLACRAI (dir.), AGHFP, n. 8, Roma 1985.
244 «Las Pías Discípulas. Son una familia religiosa de mujeres jóvenes, [domiciliadas] en Alba (Piamonte), de 16 años en adelante. Se consagran a adorar continuamente y a turnos al divino Maestro, Jesús sacramentado, para suplicar “Venga a nosotros tu reino”, especialmente con la buena prensa. Viven en comunidad, como las religiosas, y hacen votos privados. Cada una hace dos horas de adoración diariamente, además de las prácticas comunes de piedad; atienden también a las tareas de la casa (coser, zurcir, etc.). Viven en una casa propia, bajo la guía del superior de la Pía Sociedad de San Pablo. Son elegidas entre las jóvenes más inclinadas a la piedad, especialmente la eucarística. Deben ser sanas mental y físicamente y no superar los 25 años. Cuando entran no pagan cantidad alguna, pero vendrán provistas de un ajuar suficiente y en los primeros dos años corren a su cargo los gastos de vestido, etc. TEÓLOGO ALBERIONE SANTIAGO.
La casa de las Pías Discípulas. Para las Pías Discípulas se están adaptando adecuadamente los locales de la casa al fondo del jardín. Habrá sitio para cincuenta jóvenes y para sus secciones de lavado, sastrería, etc. La casa tuvo un nombre divino, se la llama “Divino Maestro”, y a quien quiera saber dónde están las Pías Discípulas se le responde: están en el “Divino Maestro”» (UCBS, año VII, n. 2, 15 de febrero de 1924, p. 28). Quien desee más datos, puede consultar los esmerados estudios publicados recientemente por las Pías Discípulas, especialmente: R. CESARATO, L']albero visto dalle radici, Le Pie Discepole del Divin Maestro tra carisma e storia, Appunti, Fascículo 1, Pro manuscripto, Roma 1997; R. CESARATO - G.M.J. OBERTO, L']albero visto dalle radici, Le Pie Discepole del Divin Maestro tra carisma e storia, Appunti, Fascículo 2, Pro manuscripto, Roma, marzo 2000; AA.VV., Eucaristia, Sacerdozio, Liturgia, l']unità come mistica del servizio, Actas del Seminario internacional sobre la unidad de las tres dimensiones apostólicas, Camaldoli, 22 de febrero al 5 de marzo de 1998, Roma, uso manuscrito, octubre 1998.
245 Cf. la presente Introducción, n. 144, nota 218.
246 Cf. R. CESARATO, Dagli inizi al 1944, en R. CESARATO - G.M.J. OBERTO, L']albero visto dalle radici..., o.c., Fascículo 2, p. 43.
247 «El señor Teólogo Alberione presidió la ceremonia a las 6.30 horas e impuso a todas el nuevo nombre, celebró por ellas la santa misa y pronunció “palabras paternas que deben meditar”. Una pequeña función recogida, sencilla de sentido, de amor, de gozo y de regocijo por aquellas hijas que apresuraban el día y la hora con deseo vivísimo. Se preparó un pequeño ritual para esta función. Los nombres de estas ocho Pías Discípulas que tomaron el hábito son: sor Escolástica de la divina Providencia, sor Antonieta del divino Maestro, sor María de san José, sor Teresa de la Dolorosa, sor Anunziata de María, sor Paulina de la Agonía de Jesús, sor Giacomina del Ángel de la Guarda y sor Margarita de las Almas del Purgatorio» (UCBS, año VII, n. 4, 15 de abril de 1924, p. 24).
248 Cf. M. RICCI, Madre Maria Scolastica Rivata, fedele Discepola del Divin Maestro, edición no comercial, Roma, 10 de febrero de 1996. Úrsula Rivata nació en Guarene el 12 de julio de 1897. Es probable que viera y conociera al padre Alberione cuando éste predicó en Guarene, por ejemplo el 9 de octubre de 1910 (sobre Los santos Ángeles Custodios) y el 10 de abril de 1910 (sobre san Vicente Ferrer y la importancia de la Palabra de Dios). El 29 de julio de 1922 ingresó entre las Hijas de San Pablo de Alba.
249 Cf. la presente Introducción, n. 113.
250 «Las Pías Discípulas. Son una familia religiosa, al lado de las Hijas de San Pablo. Reúne a muchachas que quieren consagrarse al Señor con la adoración perpetua de la Eucaristía, orando por la extensión del reino de nuestro señor Jesucristo y dedicando el resto del tiempo a trabajos comunes (coser, zurcir, cocinar, etc.) en favor de los sacerdotes y religiosos de la buena prensa. Hacen sus votos al Señor y tienen la peculiaridad de dos horas de adoración al día. Visten hábito propio. [...] El nombre de “Pías Discípulas” proviene de su cometido: desempeñar con el divino Maestro la tarea de las piadosas mujeres, de la primera pía discípula, la Virgen santa: adorar a Jesús, consolarle en la santísima Eucaristía, vigilar ante el santo sagrario por amor, ardiendo más y mejor que las velas de cera; invocar al divino Maestro para que triunfe la buena prensa sobre la mala; además, realizar en favor de los sacerdotes las tareas y servicios que la Virgen realizó en favor de Jesús y los apóstoles. En esto se resume su vida humilde, silenciosa, de amor y de oración, algo que recuerda también su hábito con los colores de la Virgen, el blanco y el azul, y una custodia destellante en el pecho» (UCBS, año VIII, n. 9, 20 de agosto de 1925, pp. 10-11).
251 UCBS, año VII, n. 11, 15 de noviembre de 1924, p. 20.
252 Ibid., año VII, n. 5, 15 de mayo de 1924, segunda de portada.
253 Ibid., año VII, n. 8, 15 de agosto de 1924, pp. 1-2.
254 «Los nuevos Paulinos han adoptado también un nombre nuevo, testimonio y lema del hombre nuevo» (UCBS, año VII, n. 8, 15 de agosto de 1924, p. 8).
255 «La llegada de una alumna o de una adulta a Casa es recibida con la satisfacción y la alegría con que se recibe a un recién nacido. Cometido principal de las Hijas es ahora especialmente la formación del espíritu que las prepare a ser buenas apóstolas. Conforme van llegando las nuevas, encuentran a su ángel de la guarda y se las cuida como a plantitas. Se les enseña el modo de hacer bien la santa meditación, a practicar los ejercicios de piedad: la santa misa, la santa comunión, la lectura espiritual, el santo rosario, el trabajo espiritual, los exámenes de conciencia por la mañana, al mediodía y por la noche; el modo de confesarse bien, de estar unidas al Señor; a imitar de cerca los ejemplos de Jesús, especialmente su obediencia, humildad, espíritu de sacrificio y de amor. Más tarde abren con confianza filial, las pequeñas a la asistente y las adultas a la maestra de novicias, su ánimo y manifiestan las dificultades que encuentran, los defectos, las virtudes y los santos deseos con el fin de ser guiadas, consoladas y apoyadas en el trabajo personal y constante que cada una debe realizar para vencerse a sí misma, para progresar en la pureza del corazón y en la práctica gradual de la virtud» (UCBS, año VII, n. 8, 15 de agosto de 1924, p. 22). En este mismo período se publica el manual Metodo di esame particolare, secondo S. Ignazio, Alba, PSSP, sin fecha, 54 páginas. Al final del libro se ofrecen cuadros semanales con casillas, útiles para señalar derrotas y victorias en el trabajo espiritual cotidiano.
256 Entre los compromisos que figuran en uno de los “Ora et labora” se encuentra la difusión del Evangelio entre las familias cristianas y del Giornalino, semanario ilustrado a colores para niños, cuyas publicaciones habían comenzado el 1 de octubre de 1924. El número de octubre de UCBS informaba: «La sección de la “Sociedad Bíblica”. Se propone la difusión y la penetración de la Biblia entre el pueblo, y de manera especial los Santos Evangelios. En un año de vida ha difundido 200.000 ejemplares del Santo Evangelio. También se encuentran en preparación el Santo Evangelio unificado, el Santo Evangelio para niños, las Cartas de san Pablo y de los demás apóstoles, los pequeños evangelios dominicales y la Biblia completa» (UCBS, año VII, n. 10, 25 de octubre de 1924, p. 11).
257 S. ALBERIONE, A tutti i cari e buoni Cooperatori della Pia Società San Paolo, Alba, 31 de diciembre de 1924, en UCBS, año VIII, n. 1, 20 de enero de 1925, p. 1.
258 UCBS, año VIII, n. 1, 20 de enero de 1925, p. 9. El número de febrero se abre con un artículo sobre las Cartas de san Pablo, donde, entre otras cosas, se afirma: «Hemos podido examinar y que otros examinen el manuscrito de las Cartas de san Pablo, que está en Roma para su revisión; se le ha considerado realmente bueno y adecuado para el pueblo, tanto por su diáfana y sencilla traducción como por las notas, abundantes, oportunas y vivas. [...] San Pablo tiene una misión y un cometido social, religioso, que debe valorarse bien; es el ministro del evangelio para los pueblos gentiles. La humanidad estaba separada por una sima profunda: el pueblo de Dios (los hebreos) y el pueblo no de Dios (todos los demás hombres). Jesucristo vino para salvar a todos; el ministerio de san Pablo era esto: predicar la universalidad de la redención y unir el pueblo no de Dios al pueblo de Dios para hacer de ellos un solo pueblo, injertar el acebuche en el buen olivo para que todos se salvaran. Sus Cartas realizan esta labor: instaurare omnia in Christo, instaurar todas las cosas en Jesucristo, y hacer vivir a los hombres una vida celestial para que los miembros del cuerpo, que antes sirvieron para las malas acciones, se consagren ahora al servicio de Dios como hostias vivas y templo del Espíritu Santo. Más aún: que toda la naturaleza, deteriorada por el pecado original, se asocie al hombre en un himno continuo de bendición a Dios. [...] Esperamos que el gran Apóstol, que toma los pueblos paganos y los trasplanta en Jesucristo para que su espíritu penetre en ellos y vivifique toda su vida hasta hacer del hombre un Dios, sabrá atraerse no sólo admiradores, no sólo estudiosos críticos, sino almas que le amen, que se enamoren de él e intenten con él la elevación hacia Dios hasta el vivo iam non ego, vivit vero in me Christus» (UCBS, año VIII, n. 2, 20 de febrero de 1925, pp. 1-2).
259 El templo de San Pablo fue construido entre la casa de San Pablo (a la derecha de quien se sitúa ante la fachada del templo) y la casa de la divina Providencia (a la izquierda), y paralelo a la casa Reina de los Apóstoles. El número de UCBS de agosto de 1925 publica la fotografía de estas tres casas (UCBS, año VIII, n. 9, 20 de agosto de 1925, pp. 7-8).
260 UCBS, año VIII, 1 de abril de 1925, pp. 1-2. En este número se informa también de que «se ha adquirido una máquina cinematográfica para recreo educativo de los grandes días. La noche de Pascua se proyectó “Fabiola”, con san Sebastián, santa Inés, san Tarsicio y el arte de los mapas geográficos» (Ibid., p. 9). Se alude también a otros nuevos medios de apostolado: «Tren, telégrafo, teléfono, estenografía, linotipia, rotativas, electricidad, etc. ¡Ay de nosotros si dejamos negligentemente que estos elementos que Dios ha creado para su gloria sirvan para el reino de Satanás!» (Ibid., p. 24).
261 En el boletín de UCBS se encuentran a menudo consideraciones sobre la necesidad de construir de prisa el templo de San Pablo para hacer frente a las necesidades de los numerosos miembros de la Casa, que llegaban ya a 408 personas, provenientes de 30 provincias italianas (cf. UCBS, año VIII, n. 9, 20 de agosto de 1925, p. 1). En mayo de 1925 se publica un folleto de cuatro páginas como suplemento de UCBS, donde se hace a los Cooperadores y amigos una interesante presentación de la Casa: «Esta familia se compone de dos grandes ramas: los internos, los miembros de la Pía Sociedad de San Pablo que trabajan en la difusión del evangelio y oran, es decir, los religiosos y las Hijas de San Pablo, y los externos, los amigos y Cooperadores, que colaboran en sus trabajos y ayudan a la Casa con sus ofertas». A las Pías Discípulas se las llama hermanas: «Ha nacido también en el seno de la Casa la familia de las Pías Discípulas. Son hermanas que, además de atender a las necesidades ordinarias del numeroso Instituto, se turnan durante el día y la noche sin interrupción delante del santísimo Sacramento, expuesto en la capilla, para implorar las bendiciones de Dios sobre la Casa y sobre las familias de los Cooperadores» (UCBS, año VIII, 10 de mayo de 1925, p. 1).
262 UCBS, año VIII, n. 9, 20 de agosto de 1925, pp. 7-8. Se multiplican las celebraciones de la fiesta del divino Maestro para la difusión del evangelio. Se solemniza la entronización del evangelio, como se desprende de la descripción de lo que se hizo en Benevello: «En el trono, a la derecha de la custodia, se colocaron dos libritos de “El Divino Maestro”, evangelio unificado, bien visibles, para dar materialmente la idea de que el santo evangelio es como la continuación de Jesucristo eucarístico, su Parábola [Palabra], su complemento» (UCBS, año VIII, n. 13, 20 de diciembre de 1925, p. 20). El libro en cuestión es Il Divino Maestro, texto concordado de los cuatro evangelios, con notas, SSP Editrice, Alba-Roma 1925.
263 Quaderno manoscritto Timoteo Giaccardo, n. 6, p. 125.
264 Ibid., p. 132.
265 Ibid., p. 150.
266 Esta relación entre verdad-maestro-doctrina, camino-ejemplo y vida-gracia no era nuevo en la Casa, e incluso en 1910 se dirigía el padre Alberione a los seminaristas de Alba con estas palabras: «Debemos modelarnos sobre el sagrado Corazón de Jesucristo: quos præscivit et prædestinavit conformes fieri imagini Filii sui. Él nos dio ejemplo de las virtudes más altas y perfectas. Él es tan buen Maestro que, cuando nos enseña, nos da ejemplo y da a nuestra débil voluntad la gracia medicinal» (S. ALBERIONE, Quaderno 8, 1 de junio de 1910, p. 35). A su vez, Timoteo Giaccardo escribe en una página de su Diario en septiembre de 1918: «La tarde de ingreso, después de las oraciones, el señor Teólogo me presentó a los jóvenes, me dio el nombre de maestro y me invitó a decir dos palabras. Yo no quise hablar por no sentirme preparado. Debí haberlo hecho. Si entrara hoy, después de algo más de un año... diría: Maestro, yo obedezco; pero uno sólo es nuestro Maestro, Jesús, que nos habla y nos forma por medio del señor Teólogo». En otra página del mismo período Giaccardo tiene claramente presente el trinomio verdad, camino y vida, considerado bajo el aspecto de doctrina, ejemplo y gracia, donde el término Maestro tiene una connotación especial de verdad-doctrina: «Jesús Maestro: 1. Vos dicitis me magister e bene dicitis quia ego sum: con la doctrina, con el ejemplo y con la gracia. 2. El Teólogo dice que me llamen maestro; tengo que serlo con la doctrina, con el ejemplo y con la oración. 3. El examen, el propósito, la oración» (cf. Quaderno manoscritto Timoteo Giaccardo, n. 68, esquema LXX).
267 F. CHIESA, Gesù Cristo Re, PSSP, Alba 1926.
268 F. CHIESA, Gesù Maestro, PSSP, Alba-Roma 1926.
269 F. CHIESA, Ego sum Vita, PSSP, Alba-Roma 1927.
270 F. CHIESA, Gesù Cristo Re, o.c., p. 22.
271 La revista La Civiltà Cattolica publicó el 11 de septiembre de 1926 una reseña del libro, que citamos íntegramente a continuación: «Sobre las pautas de la encíclica de Pío XI “Quas primas”, el canónigo Chiesa ha escrito treinta capítulos, “que distribuidos por cada día del mes de octubre, podrán servir de excelente preparación para la fiesta de la realeza de Jesucristo”, que este año cae el 31 de octubre. La idea ha sido muy oportuna y el autor ha tenido el acierto de realizarla pronto y bien, dos cosas que no suelen coincidir. El libro, que puede ser de gran ayuda para el clero, así como para la predicación, nada deja que desear en cuanto a doctrina, que se presenta de forma clara y digna de un tema tan elevado. En un libro de este carácter habríamos omitido la figura del capítulo XXIV, así como explicaciones que en algunos puntos no son claras, como en la página 239, donde un error de imprenta (la voluntad unida a la muerte [?]) confunde un poco el análisis psicológico del autor. Los treinta capítulos del canónigo Chiesa sobre la soberanía de Jesucristo expresan el alcance de esta prerrogativa, que reúne en torno a su luz, valga la expresión, todos los esplendores de la doctrina católica, como puede verse en los capítulos XVII-XXI sobre el Reino de Jesucristo, sobre su forma general, su constitución orgánica, la forma de gobierno y la extensión del Reino, que dan una idea exacta de la verdadera Iglesia de Cristo» (La Civiltà Cattolica, año 77º, vol. III, cuad. 1830, 10 de septiembre de 1926, pp. 535-536).
272 Cf. La Civiltà Cattolica, año 77, vol. I, cuad. 1814, 8 de enero de 1926, pp. 97-126.
273 F. CHIESA, Gesù Cristo Re, o.c., p. XI. La importancia de este párrafo de Quas primas para el padre Alberione se deduce del hecho de haber inspirado el retiro mensual de la festividad de Cristo Rey del 31 de octubre de 1926, según los apuntes de la Maestra Tecla Merlo (cf. Quaderno n. 4, inédito, pp. 5-6).
274 «El reino de Dios se extiende en el universo, en la sociedad, en las familias; pero lo cierto es que su fin último somos nosotros. Está en nosotros, es decir, en nuestra alma, y es en nuestra persona donde Jesucristo quiere reinar. Regnum Dei intra vos est. El universo sensible entero no tiene el valor de un alma. El alma es espíritu y en el espíritu está la libertad. Dios se manifiesta a sí mismo en el espíritu. En el espíritu, todo el universo vuelve a Dios, porque el espíritu es capaz de conocer que todo viene de Dios, y que todo vuelve a Dios, dándole por ello consciente y libremente, como a primer principio y último fin» (F. CHIESA, Gesù Cristo Re, o.c., p. 234).
275 Chiesa hace algunas consideraciones importantes para la interpretación de DF. En primer lugar, traza un cuadro de las facultades: «El reino de Jesucristo debe establecerse especialmente en nuestra alma. Es lo que hemos considerado en el primer capítulo. Pero nuestra alma tiene varias facultades: facultades intelectuales, sentimentales, morales. Veamos ahora por qué este reino debe establecerse en nuestra mente» (Ibid, p. 245).
Seguidamente habla de la importancia de la idea, que compara a una semilla que da origen a un animal o a una planta, a un cedro del Líbano o a un elefante. Y prosigue: «¿De qué depende todo esto? De la entelequia, diría Aristóteles; de la forma, diría santo Tomás. En suma, del alma que la informa. Si esa materia está informada por el alma de un grano de trigo, se convertirá en trigo; si por el alma de un elefante, en un elefante: quien guía la evolución de la semilla es el alma. ¿De dónde procede la diversidad infinita de las especies y variedades de los vivientes? Justamente del alma. [...] Pues bien, debemos pensar que lo que es el alma en la evolución biológica, es la idea en la historia de los hombres. Alfred Fouillée escribió libros estupendos sobre la idea-fuerza. Eymieu, en su obra Dominio de sí mismo, utilizó acertadamente esa doctrina en relación con nuestra educación. De todos es sabido que en cada siglo es el pensamiento el germen del progreso. Toda la era cristiana procede de la idea cristiana que se difundió hasta penetrar profundamente en la actividad humana y producir sus frutos. [...] En conclusión, lo repito una vez más, la idea es una semilla; y como para tener una planta hay que sembrar la semilla, para tener hombres con carácter formado hay que comenzar con la idea. La educación debe comenzar con la instrucción. Nada puede ser querido y juzgado sin ser conocido. Nil volitum quin præcognitum, dice el proverbio. Del mismo modo, el reino de Cristo debe comenzar por la mente. Antes de ser vida cristiana debe ser idea cristiana. La vida sin la idea carecería de fundamento» (Ibid., pp. 245-247).
En el segundo epígrafe del capítulo, Chiesa afirma que donde se encuentra la enseñanza de Cristo se encuentra también la idea cristiana, y que «Jesucristo es Rey de la mente porque es verdad esencial por ser Dios y porque en él habita toda la plenitud de la sabiduría y de la ciencia divina». Prosigue diciendo que la idea cristiana se encuentra en la sagrada Escritura y en la Tradición cristiana y que la interpreta el magisterio.
En el tercer epígrafe del capítulo se afirma que debemos conocer la idea cristiana por medio del estudio y la escucha de las enseñanzas y poseerla por medio de la fe, que debe ser universal, firme y constante (cf. Ibid., pp. 247-253).
276 «La voluntad de Dios se manifiesta de tres modos principales: en los mandamientos, en los ejemplos y en los acontecimientos. La primera y la segunda se llaman voluntad de signo; la tercera, voluntad de beneplácito. [...] ¡Y qué mandamientos! Amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a nosotros mismos. Respetar la vida, el honor, las cosas y la fama del prójimo. Dar de comer al hambriento, vestir al desnudo, perdonar al enemigo, hacer el bien a quien nos ofende, y muchos otros de los que está lleno el evangelio. Pertenecen también a la voluntad de Jesús, pero no como mandamiento sino como consejo, algunas otras cosas más perfectas, como son, por ejemplo, la pobreza evangélica y la castidad perfecta. Esta voluntad viene a reinar en nosotros por la virtud de la obediencia a los preceptos de Dios. La propia voluntad de Jesucristo se manifiesta con los ejemplos. Más aún, los ejemplos de Jesús formaron las primeras expresiones de su voluntad. Cœpit facere et docere (He 1,1). ¡Y qué abundancia de ejemplos! Su nacimiento en el pobre establo de Belén y toda su vida privada de treinta años son la expresión más eficaz de su voluntad, que nos pide humildad y amor a la pobreza y al escondimiento. ¡Qué clara expresión de su voluntad en su ayuno de cuarenta días, en el ejemplo continuo de oración, de unión con su eterno Padre, de mansedumbre, de paciencia y de longanimidad! ¿Y qué decir de su pasión, de la oración por sus enemigos, de su muerte en la cruz? El ejemplo es mucho más claro y más fuerte que la palabra. Verba movent, exempla trahunt, dice el proverbio. Las palabras mueven y los ejemplos arrastran. ¡Cuánto hemos de agradecer a nuestro divino Salvador que se haya dignado darnos sus ejemplos! Las palabras podrían siempre haber dejado alguna duda sobre el modo de practicar la ley, pero el ejemplo elimina toda duda. La voluntad expresada en los ejemplos viene a nosotros por medio de la imitación de la vida de Jesús. Está también la voluntad de beneplácito, que se manifiesta en los acontecimientos. ¡Y qué extenso es también aquí el campo para el Reino de Dios en nosotros! Todos los acontecimientos de la historia, de nuestra familia y de nuestra persona expresan la voluntad, o por lo menos la permisión divina. El tiempo bueno o malo, la abundancia o la carestía, la salud o la enfermedad, la vida o la muerte, todo lo que acontece alrededor de nosotros podemos considerarlo como venido de Dios» (Ibid., pp. 259-261).
277 «1. El corazón humano. Fisiológicamente, el corazón humano es un músculo del tamaño de un puño, centro propulsor de la circulación de la sangre. Y como es la sangre la que mantiene las demás partes del cuerpo, puede decirse que el corazón es quien alimenta y conserva el cuerpo humano. Hablando psicológicamente, el corazón es el centro de la vida afectiva. En el corazón podemos considerar algo así como diversos planos o estratos que representan diversos grados de la vida afectiva del hombre. Constituyen el fondo del corazón las tendencias, siendo la primera la tendencia a la felicidad. Esta comporta la propensión a odiar todo lo que causa disgusto e infelicidad. Sobre las tendencias están las inclinaciones, que también son tendencias, pero más determinadas. Por ejemplo, la tendencia misma a la felicidad genera la inclinación a la riqueza, al honor, al trabajo y a otras semejantes. Pero las inclinaciones son disposiciones de carácter permanente, sereno y constante. A ellas, de alguna manera, se superponen las pasiones, que ocupan la parte central y principal del corazón e incluso forman un mundo vasto y complejo dentro de nosotros. Sobre las pasiones fluctúa la multitud variada y cambiante de los sentimientos y de los afectos. [...] 2. Cómo se puede establecer en el corazón el Reino de Jesús. Es evidente que debe ser asunto de mucha importancia dominar el corazón. Se dijo de cierto rey: si os lo queréis ganar, tratad de ganaros antes a su favorito, que tiene las llaves de su corazón. La voluntad es la reina por derecho, pero el corazón es su favorito. Cuando se domina el corazón, se domina al hombre. Felizmente, sin embargo, la voluntad puede tener un dominio de industria, como lo llama san Francisco de Sales, sobre el mismo corazón. ¿De qué modo, pues, podremos ser dueños del corazón? Justamente haciendo entrar en él un amor fuerte y verdadero, y ese es el amor de Dios. Ya hemos visto que los doce generales del ejército de las pasiones están al mando de un generalísimo, que es el amor. Por eso dice san Agustín: Ama et fac quod vis. Ama y haz lo que quieras. Si en un corazón domina el amor de Dios, podemos decir sin miedo: haz lo que quieras. Estamos seguros de que hará el bien» (Ibid., pp. 267-271).
278 «1. Cuerpo y miembros. El hombre es un compuesto de alma y cuerpo. El alma es la parte invisible y espiritual; el cuerpo, la parte visible y material. Nosotros queremos hablar ahora del cuerpo en cuanto que, unido al alma, es parte esencial del hombre viviente y activo. El cuerpo puede ser robusto o débil, sano o enfermo, perfecto o defectuoso. El cuerpo puede usarse bien o mal, como el alma. Puede ser instrumento de virtud o de vicio. En cuanto a los miembros, pueden ser las puertas de salida de nuestras impresiones, como los sentidos son las puertas de entrada. Todo conocimiento comienza por el sentido, y toda expresión termina en el cuerpo y los miembros. El nombre de miembros se da sobre todo a las manos y a los pies. [...] Pero además de los miembros están los sentidos, que pueden servir bajo el imperio de la voluntad para usos infinitos. [F. Chiesa alude a la vista, el oído, la lengua, la boca, el gusto y el tacto]. 2. Para que el Reino de Dios se extienda también al cuerpo y a los miembros. Si el cuerpo, los miembros y las cosas se consideraran solamente en sí mismos, sin relación con el alma, también pertenecerían al Reino de Dios, porque éste se extiende a todas las cosas creadas. Domini est terra et plenitudo eius (Sal 23,1). Pero nosotros consideramos aquí el cuerpo y los miembros en cuanto son partes esenciales del hombre y por consiguiente dependientes del alma espiritual e inmortal. En este sentido, cuerpo y miembros vienen a encontrarse en el reino espiritual de Jesucristo, del mismo modo que pertenecen a ese reino las almas creadas, redimidas y santificadas por él. 3. Cómo se extiende el Reino de Dios al cuerpo y a los miembros. Es algo muy sencillo: haciendo que el cuerpo y los miembros sirvan como instrumentos no para hacer nuestra voluntad, nuestros caprichos o gustos, sino únicamente para hacer la voluntad de Dios. [...] Esta es la genuina verificación de las famosas palabras: Vivo autem iam non ego, vivit vero in me Christus (Gál 2,20). Ya no vivo yo, es Cristo quien vive en mí. ¿Qué es todo esto? Es el Reino de Jesucristo que, comenzando en la mente y pasando a la voluntad, bajó al corazón para desde allí irradiarse en el cuerpo y los miembros. ¡Es la realización completa el Reino de Jesús en nosotros!» (Ibid., pp. 279-286).
279 F. CHIESA, La chiave della vita, PSSP, Alba-Roma 1927. Cf. A. F. DA SILVA, Cristo Via, Verità e Vita, centro della vita, dell']opera e del pensiero di Don G. Alberione, en AA.VV., L']eredità cristocentrica di don Alberione, o.c., pp. 253-254.
280 En el número del 11 de febrero de 1929, La Civiltà Cattolica hizo una reseña muy positiva: «Que las cinco lecciones contenidas en este precioso libro, que el infatigable canónigo Chiesa presenta al público, encontraran “la satisfacción de 62 enseñantes que tomaron parte en el curso” de cultura magistral, organizado en Alba por el Istituto Superiore di Magistero del Piemonte y que muchos de ellos pidieran “con insistencia su publicación” (p. VII), no es ninguna maravilla. Por la solidez y profundidad de la doctrina, por la forma clara, próxima y casi familiar, por el orden admirable y lo conciso del razonamiento, no podía ser de otra manera. El autor, de todos modos, sin exigir excesivo esfuerzo al auditorio, los condujo a alturas sublimes de pensamiento. ¿Qué es la vida del hombre y qué debe conseguir en ella y por ella? ¿Cuál sería el fin natural de la vida humana, y cuál es de hecho ahora el fin sobrenatural? (pp. 1-48). Nuestra vida en la tierra es una preparación; debemos prepararnos a la vida del cielo: preparación de la mente con la fe y con la instrucción religiosa (pp. 49-96); preparación de la voluntad con la observancia de la ley divina (pp. 97-145); preparación del corazón cultivando sentimientos de lo bello y lo bueno por las virtudes y los medios de gracia (pp. 146-195); preparación del cuerpo con la mortificación y el ejercicio del bien (pp. 196-258). Esa es la estructura del estupendo trabajo, sin aludir al arte con que el diáfano autor conduce las mentes a conceptos abstractos y sutiles para dar un fundamento intelectual a la vida. Valga como ejemplo la acertada comparación de los rayos X (p. 54). Aparte algún error de imprenta (ver pp. 3, 51, 65, 71, 76, etc.), no nos parece exacta alguna expresión, como la referida (p. 58) a la luz; tampoco diríamos que “el estado de ver las cosas con luz propia y natural” es para la mente “objeto más de renuncia que de ejercicio” (p. 72), porque la vida sobrenatural no puede en el hombre prescindir de su vida natural. En cualquier caso, el libro nos parece bien conducido y muy adecuado para nuestros tiempos, por lo que desearíamos que muchos lo leyeran» (La Civiltà Cattolica, año 80, vol. I, cuad. 1888, 11 de febrero de 1929, pp. 359-360).
281 Cf. La chiave della vita, en Donec formetur Christus in vobis, PSSP, Alba-Roma 1932, p. 16 (DFst 16). Al no ser posible ofrecer aquí ni siquiera un sencillo resumen de los puntos de contacto entre La chiave della vita de Francisco Chiesa y el pensamiento del padre Alberione, parece interesante citar al menos este texto sobre la preparación de la voluntad: «Nos disponemos aquí a entender en qué ha de consistir la preparación de la voluntad. Estamos siempre en el mismo principio: prepararnos es hacer ahora lo que haremos entonces. Cuando se hablaba de la visión beatífica se quería decir que había que entrenar nuestra mente en este mundo a entender las cosas en Dios como las verá en Dios en la vida futura. ¿Y qué puede significar aquí? Está claro. Comenzar desde esta vida a vivir en la voluntad de Dios y no en nuestro egoísmo. La distinción que se verá clara en la vida futura entre los bienaventurados y los condenados se ve también en la vida presente. Hay hombres que viven en sí mismos y hombres que viven en Dios. Viven en sí mismos los que buscan hacer en todo lo que a ellos les agrada. No es este el camino que nos ha enseñado nuestro Salvador y modelo Jesús, que es camino, verdad y vida. Él nos ha enseñado con el ejemplo primero y con la palabra después que el camino que debemos seguir es bien diferente. He bajado del cielo, dice, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me ha enviado (Jn 6,38)» (F. CHIESA, La chiave della vita, o.c., pp. 128-130).
282 F. CHIESA, Gesù Maestro, PSSP, Alba-Roma 1926.
283 F. CHIESA, Gesù Maestro, o.c., p. 1. El boletín UCBS del 20 de febrero de 1927 informa: «El mes de enero fue dedicado al divino Maestro; cada día se hizo la meditación a toda la Casa sobre el divino Maestro siguiendo el libro Gesù Maestro, escrito expresamente para facilitar la materia de predicación adecuada», y presenta una síntesis del libro (UCBS, año X, n. 2, 20 de febrero de 1927, p. 12). En el número del 29 de septiembre de 1928, la revista La Civiltà Cattolica publicó la siguiente reseña del libro Gesù Maestro: «La PSSP, que con tan generoso celo promueve el apostolado de la buena prensa, si publica a menudo libros como este del canónigo Chiesa, no puede dejar de encontrar aceptación y ayuda. Gesù Maestro es un libro que agradará y hará mucho bien a las almas, pero quisiéramos que fuera leído y meditado especialmente por los sacerdotes, que están llamados bajo la guía de Jesús a ser maestros. El libro lo merece ciertamente: doctrina segura y expuesta con mucha claridad, bebida en el De Magistro de san Agustín y más aún en Santo Tomás; acierto en la diáfana presentación de conceptos, sutiles incluso y sublimes bajo la figura de objetos y relaciones comunes y cotidianas, y sobre todo una claridad de orden lógico que sin duda resaltaría aún más si el autor ampliara el índice de los temas con un índice analítico de las doctrinas. El canónigo Chiesa debe de haberse formado íntimamente en las visiones nítidas de santo Tomás una mente límpida y eficazmente asimiladora, como para poder exponer con tal precisa claridad la doctrina de nuestros medios de conocimiento (p. 46 ss.). Alguna vez nos parece que insiste excesivamente en las analogías, como en la del sol y la luna (pp. 46 y 278 ss.), y que sobre los maestros extraños a Jesús habría sido mejor contentarse con simples alusiones sin entrar en el piélago histórico de sus doctrinas (ver especialmente Zoroastro, p. 57 ss.), en esta hora en que sobre la historia de las religiones se hacen estudios tan minuciosos, tanto más que no dice nada de los maestros del Antiguo Testamento. Excluiríamos algunos neologismos en un libro que quiere ser y es fácil de entender, como valorizadas (p. 9), torpética [sic!] (p. 193), plástica pedagógica (p. 207)» (La Civiltà Cattolica, año 79, vol. IV, cuad. 1879, 20 de septiembre de 1928, pp. 73-74). En UCAS parte de esta reseña fue reproducida más de una vez, por ejemplo en el número 12, del 15 de diciembre de 1928, p. 9.
284 Es muy interesante el pensamiento de Chiesa cuando considera la naturaleza humana y la sagrada Escritura como dos maestros que Dios ha dado a la humanidad: «Tertuliano, en una frase acertadísima, que recuerda su genialidad, resume y esculpe al Maestro divino en la humanidad y señala su finalidad. Dice: Præmisit tibi naturam magistram submissurus et propheticam, quo facilius credas prophetiæ, discipulus naturæ (De Resur. Carnis, c. 12). Como si dijera: dos son los maestros que Dios ha enviado, la naturaleza y la sagrada Escritura. Pero Dios, como insuperable pedagogo que es, ha querido observar el orden debido, procediendo de lo fácil a lo difícil. ¿Y qué hizo? Envió por delante la naturaleza, para que en la variedad y maravilla de su espectáculo hiciera de maestra a los hombres, de tal modo que los hombres, amaestrados en la escuela de la naturaleza, pudieran más fácilmente aprovechar el magisterio de la sagrada Escritura. Primeramente te envió a la maestra naturaleza, son palabras suyas, porque había determinado enviarte en segundo lugar la profecía para que pudieras más fácilmente creer la profecía por haber sido antes discípulo de la naturaleza. Pues bien, nosotros, ya ante la propia naturaleza, tenemos necesidad de un maestro que nos guíe y nos ayude a interpretar correctamente. Y esto es así especialmente en el campo que más nos interesa, es decir, en el campo de las virtudes morales y religiosas» (F. CHIESA, Gesù Maestro, o.c., pp. 27-28). Son conceptos que aparecen frecuentemente en los escritos del padre Alberione.
285 En sus apuntes del viernes 25 de noviembre de 1927, la Maestra Tecla Merlo apunta esta expresión del padre Alberione: «Jesucristo dice: Yo soy la verdad (para comprender esto mejor, leer el libro Gesù Maestro)» (Quaderno n. 4, inédito, p. 102). Por su parte, Teresa Raballo anota: «Yo soy la verdad. Para considerarlo como merece habría que leer el libro impreso en Casa titulado Gesù Maestro. El tema se considera en ese libro bajo diversos aspectos: filosófico, teológico, ascético y pastoral» (A. T. RABALLO, Quaderno 19, inédito, viernes 25 de noviembre de 1927, p. 56).
286 F. CHIESA, Gesù Maestro, o.c., pp. 138-139.
287 Ibid., pp. 147-148.
288 Ibid., pp. 155-156.
289 Ibid., pp. 165-166.
290 Ibid., p. 179.
291 Ibid., pp. 180-181.
292 Ibid., pp. 193-195.
293 Ibid., pp. 207-208.
294 Cf. S. ALBERIONE, Metodo d']educazione, en Quaderno 40, 17-19 de octubre de 1911, pp. 143-157.
295 F. CHIESA, Gesù Maestro, o.c., pp. 213-215.
296 Ibid., p. 220.
297 «Tomamos aquí el término moral en sentido amplio, en cuanto se refiere a la voluntad, y por eso incluye tanto la moral propiamente dicha como la ascética y la mística. Veremos así que la enseñanza del divino Maestro se extiende a estas tres partes» (F. CHIESA, Gesù Maestro, o.c., p. 235).
298 «Hay que tener en cuenta, no obstante, que hablando de prensa no debemos limitarnos sólo al evangelio impreso. El evangelio contiene la doctrina de Jesús Maestro, pero no toda. Recordemos las palabras con las que termina el evangelio de san Juan: “Otras muchas cosas hizo Jesús. Si se escribieran una por una, me parece que en el mundo entero no cabrían los libros que podrían escribirse” (Jn 21,25). Podemos considerar como doctrina de Jesús no sólo las Cartas de los Apóstoles y los demás libros del Nuevo Testamento, sino toda la Biblia. Y no sólo eso. A la entrada de la Pía Sociedad de San Pablo, en Alba, donde se forman los apóstoles de la buena prensa, está representada en un cuadro la figura del sol extendiendo sus rayos de luz alrededor. En el centro está el libro del evangelio y los rayos representan otros libros buenos, periódicos y folletos que se imprimen y difunden, como boletines parroquiales, libros, el Giornalino, etc. Y es que todo buen libro que difunda el espíritu evangélico puede razonablemente llamarse rayo del evangelio. Del mismo modo que la luz del sol forma los quince mil colores del iris, así la luz del evangelio se irradia a través de toda la buena prensa. Y si nos fijamos en el modo de realizarse en la práctica la buena prensa, veremos en seguida el modo de cooperar. Tres cosas fundamentales se necesitan para la buena prensa: 1) formar a los hombres; 2) imprimir libros; 3) difundirlos. Y ahí tenemos abierto un campo amplísimo de cooperación» (F. CHIESA, Gesù Maestro, o.c., pp. 417-419).
299 F. CHIESA, Ego sum Vita, o.c., pp. V-VI.
300 Ibid., p. VI.
301 En sus apuntes del martes 29 de noviembre de 1927, la Maestra Tecla Merlo escribe: «Qué significa “Ego sum Vita” (libro)» (cf. Quaderno n. 4, inédito, p. 107). La Maestra Teresa Raballo anota: «El último libro de la colección impreso se titula “Ego sum Vita”» (A. T. RABALLO, Quaderno 19, inédito, martes 29 de noviembre de 1927, p. 60).
302 Cf. F. CHIESA, Ego sum Vita, o.c., p. 331.
303 Cf. A. F. DA SILVA, Tavola sinottica dei documenti relativi al testo di Donec formetur Christus in vobis, 35 pp. (inédito).
304 «Los ejercicios son un tiempo para que la novicia se prepare a ser una verdadera religiosa. El noviciado es un tiempo para que el alma se oriente hacia el Señor» (T. MERLO, Quaderno B2.5, inédito, martes 11 de octubre de 1927, p. 3).
305 Cf. Regole, PSSP 1927. Ese mismo año de 1927 se publicó la obra Corso di Esercizi Spirituali per otto giorni secondo il metodo di S. Ignazio, preparado para uso especial de los religiosos y sacerdotes por el padre Luis Pincelli, S.J., 2 vol., PSSP, Alba 1927. Al año siguiente se publicó el libro de L. BELLECIO Gli Esercizi Spirituali secondo il metodo di S. Ignazio di Lojola, traducidos y en algunos puntos compendiados por el padre Antonio Bresciani, PSSP, Alba 1928. Cf. A. F. DA SILVA, Il cammino degli Esercizi Spirituali nel pensiero di Don Giacomo Alberione, CSP, Casa del Divino Maestro, Ariccia 1981, pp. 33ss.
306 No se tiene ninguna noticia en los apuntes tomados por sor Escolástica Rivata sobre este “Curso de ejercicios prolongados”. En un cuaderno suyo inédito de 1928 sí se encuentran apuntes sobre temas muy parecidos a los impartidos por el padre Alberione para la formación de la rama femenina de la Casa contenidos de forma lapidaria en DF. Por ejemplo, los apuntes del “Retiro. Maestras. 4-28” contienen dos alusiones al apostolado de la prensa parecidas a las afirmaciones contenidas en la instrucción del 16 de abril de 1928. Se puede comprobar una especial atención sobre lo que era más propio de las Pías Discípulas: «Jesús ha hecho conmigo lo que hizo con los apóstoles; ellos eran pobres pescadores y yo una pobre ciudadana. ¿Qué sabían ellos de su misión? Pues eso sé yo del apostolado de la prensa. [...] Yo tengo que amar a los que pertenecen a otros institutos como hermanos y hermanas, pero considerar que nosotros con nuestro apostolado les abarcamos también a todos ellos, y como no son ya suficientes las demás cosas para hacer el bien necesario para gloria de Dios y provecho del prójimo, este apostolado nuestro sigue siendo un modo nuevo de completar y comprender a los demás y hacer todo en unión. No es que sea nuevo en su género, pues su vida viene de los tiempos de nuestro señor Jesucristo, pero es nuevo en su modo. Pocos han comprendido el verdadero sentido del apostolado de la prensa; nosotras somos las almas afortunadas que Dios ha elegido para esta delicadísima misión. Con la oración y con la prensa: con la oración para obtener que la prensa haga el bien y quien lo hace tenga la luz y la gracia de hacerlo santamente, conseguir una amplia difusión y abundantes frutos de bien. Yo soy una ignorante que nada sabe, y aun menos que nada; yo soy más incapaz que ningún otro, pero fui elegida para hacer este gran bien» (SOR ESCOLÁSTICA, Quaderno 1928, inédito).
307 Cf. Cuaderno manuscrito de sor Giuseppina Ambrosio, Instrucciones I-XX+1, retiro mensual sobre el estado religioso (inédito, actualmente conservado en el Centro de Espiritualidad Paulina).
308 Especialmente interesante es la Instrucción XVIII sobre Jesús Maestro camino, verdad y vida. Citamos un texto largo: «Una gran gracia que debemos pedir al divino Maestro es esta: que podamos ser siempre fieles a nuestra vocación haciendo de tal modo que nuestra prensa sea siempre pastoral, es decir, que sea siempre escrita con espíritu pastoral, parroquial, con las verdades que salvan. Amaréis de verdad al divino Maestro cuando deis la prensa pastoral, no lujosa, pero sí bien clara y sencilla, porque Jesús dijo: “Yo soy el camino, la verdad y la vida”, y nosotros debemos hacer llegar a todos esta prensa y salvar a las almas, hacer llegar a todas las familias la luz del evangelio. Este es el primer obsequio que os sugiero que hagáis a Jesús Maestro. [...] Jesús Maestro, camino, verdad y vida es nuestro camino; mientras nos mantengamos así estaremos bien, seremos bendecidos, será bendecido nuestro apostolado. Manteneos pues sobre estos raíles, no os salgáis de ellos, no tengáis otras vías libres, decid a Jesús: Jesús Maestro, camino, verdad y vida, ten piedad de nosotros, sé nuestro camino, ilumínanos, guíanos a ti, consérvanos íntimamente unidas a ti. Nuestro obsequio a Jesús Maestro: El obsequio que debéis hacer a Jesús Maestro, además del estudio del evangelio, es el del catecismo. Verdad: la primera parte del catecismo es el credo, el dogma, y honraréis a Jesús verdad. Camino: la segunda parte es la de los preceptos, mandamientos y virtudes, es decir, la moral. Vida: la tercera parte comprende los sacramentos, la misa, las oraciones, es decir, el culto en honor de Jesús vida. “Yo soy la vida”». En la conclusión de la instrucción siguiente el padre Alberione afirma: «La vida religiosa es el camino, la verdad y la vida vivida de la forma más perfecta. Es preciso que en el tiempo de noviciado demostréis que ascendéis hacia la vida religiosa, los votos y las prácticas, con decisión y fervor» (G. AMBROSIO, Quaderno 1929, inédito).
309 Entre otras muchas iniciativas, recuérdese el comienzo de las excavaciones para la construcción de la iglesia del Divino Maestro el 14 de marzo de 1927 en Burgo Piave, en Alba.
310 «Dos noticias... mayúsculas. Lo son las que comunicó a la familia paulina el señor Teólogo la tarde del asalto del que hablamos en otro lugar, es decir, la vigilia de su fiesta. ¿Y por qué noticias mayúsculas? Porque todas las demás en relación con ellas son... minúsculas. Estas son las dos noticias: 1ª La conclusión del contrato para la construcción de la papelera; 2ª La adquisición del terreno para la nueva sede de la casa de Roma. Y aunque nada se añada, es fácil entender que se trata para la Casa de dos acontecimientos de la máxima importancia. Los amigos pueden imaginarse cómo han sido acogidas por los muchachos estas noticias de gran alcance» (UCBS, año X, n. 8, 20 de agosto de 1927, p. 12.).
311 Ibid., año X, n. 3, 20 de marzo de 1927, pp. I-XVI.
312 Ibid., año X, 20 de septiembre de 1927, pp. 8-9.
313 «Debidamente aprobado por la Real Fiscalía General de Turín, un nuevo periódico ha venido estos días a añadirse a la numerosa familia de hermanos que ven la luz bajo la égida de San Pablo. La Famiglia Cristiana es un gran semanario de 12 páginas, un verdadero tesoro para las familias cristianas, especialmente destinado a las diócesis que no cuentan con un semanario católico o que apenas consiguen mantenerlo en pie. Deseamos al nuevo predicador del evangelio de Cristo una gran difusión y una abundante mies» (UCBS, año X, n. 9, 20 de septiembre de 1927, p. 14). Este semanario dejó de publicarse pocos meses después. La Famiglia Cristiana renació en 1931.
314 «Maestro era el título con el que Jesucristo prefería que lo llamaran. Satanás destronó a Jesucristo de las mentes con la mala prensa, y con ellas de los corazones, de los deseos y de las obras. La fiesta del divino Maestro quiere poner de nuevo a Jesucristo por medio del evangelio en su trono, en las mentes y con ellas en el hombre y en la vida; realizar el reino de Jesucristo en las mentes conquistándolas con la palabra poderosa del evangelio; las demás prensas tienen menos fuerza sobre el hombre» (UCBS, año IX, n. 1, 20 de enero de 1926, p. 11). El artículo continúa exponiendo nueve motivos para la promoción de la fiesta.
315 Cf. UCBS, año VII, n. 10, 20 de septiembre de 1925, pp. 12-13.
316 Ibid., año IX, n. 11, 10 de noviembre de 1916, pp.8-9.
317 El congreso se abría el 30 de junio «con la bendición del Papa, con la adhesión, en número de unos veinte, de cardenales, arzobispos y obispos, y con la aprobación del clero y del laicado católico de la diócesis piamontesa. [...] Se lee el telegrama del Papa, acogido con aplausos: “Santo Padre complacido oportuna actividad Pía Sociedad de San Pablo Apostolado-Prensa envía cordialmente a socios y participantes congreso evangelio implorada bendición. Card. Gasparri”» (UCBS, año X, n. 7, 20 de julio de 1927, pp. 2-5).
318 Ibid., pp. 6-7.
319 «Junio se cierra con la fiesta de san Pablo. Los que han consagrado al sagrado Corazón el mes de enero, dediquen todo junio a san Pablo. Los que honran al Corazón de Jesús en junio, que se hagan introducir por san Pablo en el amor al sagrado Corazón. San Pablo es el prisionero de Jesús, le consume el amor a Jesucristo, es la vida de Jesucristo. La devoción a san Pablo es signo de predilección de Dios; la devoción a san Pablo nos escribe en el libro de la vida. Son más grandes los santos ante Dios y más poderosos para ayudarnos cuanto más se acercan y copian al divino Maestro, camino, verdad y vida. Camino como modelo; verdad con las enseñanzas; vida con la gracia que nos comunican rogando por nosotros. San Pablo es camino: el Espíritu Santo le hace escribir tres veces estas palabras: “Imitadme a mí como yo imito a Cristo”. San Pablo es verdad: es maestro y doctor, y de tal modo posee y comunica el evangelio que lo llama “mi evangelio” y “engendra el evangelio”. San Pablo es vida: porque su vida se ensimisma en la de Jesucristo: “ya no soy yo quien vive, es Jesucristo quien vive en mí”» (UCBS, año VIII, n. 7, 15 de junio de 1925, p. 1).
320 UCBS, año X, n. 8, 20 de agosto de 1927, p. 1.
321 «La Casa de San Pablo tiene sus protectores especiales que inspiran a la institución y que con una incesante asistencia la hacen prosperar. Ella, a su vez, practica con ellos y alimenta devociones especiales todos los días, y de forma más solemne y toda la Casa unida, al principio de cada mes. Por eso la primera semana del mes se llama semana de las devociones y constituye siempre un acontecimiento de cierta singularidad. [...] Estos son algunos datos de las diversas devociones. La Casa quiere que la caracterice el espíritu y la vida de san Pablo; adoptó el nombre de Sociedad de San Pablo, la primera casa se llamó también así, como la capilla, y ese nombre llevará también la iglesia en construcción. Por eso se dedica a san Pablo el primer lunes del mes. En segundo lugar, el apostolado de la prensa se distingue, aunque no se separa nunca, del apostolado de la oración: se propone salvar las almas y no termina hasta que han entrado en el cielo. Hay quienes sufren en el purgatorio por culpa de la mala prensa, y la Casa no puede dejar de preocuparse de ellos. Por eso el primer martes de mes se consagra a las almas del purgatorio. El apostolado de la prensa es universal, por lo que conviene que se apoye en el Patrón de la Iglesia universal. La prensa mala siembra el descreimiento, el odio a la Iglesia, que ha valorado las prácticas religiosas, los sacramentos, etc., y es causa de que muchas personas se acerquen sin preparación y no bien dispuestas a la muerte. Corresponde a los apóstoles de la buena prensa reparar estos males con la mediación del Protector de los moribundos. Todos los alumnos están inscritos en la santa Cruzada por los moribundos y honran y oran el primer miércoles de mes especialmente a san José con ese fin. El primer jueves se dedica al ángel de la guarda. Todo buen libro, todo buen periódico es un ángel que sale de la tipografía para inspirar buenos sentimientos, para que se hagan buenos propósitos, para sembrar una semilla selecta que produzca frutos eternos. Efectivamente, muchos boletines se llaman “Angel” y tienen como símbolo un ángel. Y realmente cumplen una obra de presencia prolongada, silenciosa, dulcemente insinuante, sin pretensiones, como el buen ángel de la guarda. Quien escribe lleva a cabo una comunicación anónima y no sensible con quien le lee, mientras que el ángel de quien escribe y el ángel de quien lee pueden muy fácilmente ponerse en comunicación y preparar un terreno fértil por una parte y una semilla apropiada por la otra. El apostolado de la prensa no es otra cosa que la comunicación de la evangelización comenzada por el divino Maestro, la realización del mandato “Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura...”. El divino Maestro es el inspirador, quien impulsa el crecimiento, quien da la vida a la semilla y la hace germinar, quien sostiene y guía al sembrador evangélico. Se le consagra el primer viernes con la comunión reparadora, la comunión de los nueve viernes, y se explica la intención del apostolado de la oración. El sábado se dedica a María. Los apóstoles fueron confiados a esta Madre y a ella le deben la fecundidad de su apostolado. María es Reina de los Apóstoles y es también Reina de la buena prensa, pues todos los escritores sagrados le han dedicado sus más hermosas páginas. La literatura profana le ha dedicado las más dulces expresiones y las artes afines han creado sus mejores obras maestras sobre ella. Se explica así la perfecta devoción a la virgen María según el beato Grignión de Montfort» (UCBS, año X, n. 8, 20 de agosto de 1927, pp. 10-11).
322 «Las vidrieras del templo de San Pablo (Alba). Las ventanas deben estar relacionadas por su estilo, riqueza y piedad con el resto de la iglesia. Por eso se hizo un estudio especial y vidrieras, estructura y figuras son por su estilo de gran belleza. Hay 22 ventanas en la parte alta, de las cuales: 1) cuatro tienen forma de concha y cristales, con unos catorce metros cuadrados; los cristales historiados tendrán alusiones a la carta a los Romanos, a la conversión de san Pablo, a su martirio y su gloria; 2) cuatro tienen forma de elipsis oval, con unos ocho metros cuadrados de cristal; se abren en la bóveda central. Tendrán cristales con figuras alusivas a los evangelistas con sus correspondientes símbolos: san Mateo con el ángel, san Marcos con el león, san Lucas con el buey y san Juan con el águila; 3) doce ventanas de forma rectangular-barroca, abiertas sobre los cuatro cruceros de la iglesia, de dos dimensiones, es decir, una parte con seis metros cuadrados y otra con cuatro; tendrán también cristales con figuras en los que aparecerán los doce apóstoles; 4) otras dos ventanas tendrán forma oval de concha, de ocho metros cuadrados, abiertas sobre el brazo de entrada en la iglesia. En estos cristales se representará la figura de dos discípulos de san Pablo: san Tito y san Timoteo. San Timoteo en el momento de ser ordenado sacerdote por san Pablo y san Tito en el momento de espirar su alma “plenus dierum ac meritorum”. Así, los jóvenes que un día deberán ser los apóstoles del evangelio con la prensa tendrán continuamente ante sus ojos los ejemplos del apóstol por excelencia, san Pablo, y de los otros doce elegidos por el Señor, así como de los evangelistas que nos dejaron este tesoro inagotable del evangelio. De san Pablo se nos recuerda la conversión del corazón; la obra maestra de sus escritos, la carta a los Romanos; sus padecimientos por el evangelio, especialmente su martirio; su corona merecida, es decir, la gloria eterna entre los que le siguieron: san Lucas, san Tito, san Timoteo, santa Tecla, etc. De este modo las ventanas serán como una historia continua, predicación y estímulo para que los clérigos recorran, a ejemplo de su celestial protector, el camino al que Dios los llama. Y para que la vida de apostolado sea siempre considerada de acuerdo con su principio de gracia y de misión, dada por la Iglesia, vemos que san Timoteo recibe la ordenación sagrada de san Pablo. Y para que también sea considerado en su fin verdadero, vemos a san Tito que deja esta tierra rodeado de discípulos para ir a recibir el premio del cielo. Los más preclaros ejemplos de virtud y celo nos los dejaron los apóstoles, elegidos directamente por nuestro señor Jesucristo y revestidos por él de autoridad, poderes y dones especiales. Por eso su presencia será una continua escuela. Los evangelistas nos conseguirán luego la gracia de comprender, vivir y publicar el evangelio a toda criatura. El estilo está en sintonía con la iglesia; los colores se distribuyen con riqueza y proporción; las figuras son vivas, elocuentes; la actitud de cada una tiene un significado peculiar» (UCBS, año XI, n. 8, 31 de agosto de 1928, p. II).
323 UCBS, año VIII, n. 8, 20 de julio de 1925, pp. 17-18.
324 Ibid., año IX, n. 6, 15 de junio de 1926, pp. 2-3.
325 Ibid., año X, n. 6, 15 de junio de 1927, pp. 1-3.
326 Además de la relación de las celebraciones de la bendición del templo de San Pablo, un articulito informa sobre los ejercicios espirituales a los jóvenes, y entre otras cosas dice: «Los ejercicios espirituales no se limitan a una buena confesión, sino que deben servir para una buena elección de estado y una conversión sincera y duradera a Dios mediante una vida cristiana. Este año se han tenido en “San Pablo” varios cursos de ejercicios espirituales para la juventud externa, además de los habituales para las personas internas. Tres cursos para muchachas en los que 210 jóvenes se enfervorizaron en la vida cristiana y piadosa, y un curso para muchachos al que asistieron de manera muy edificante 60 jóvenes. Otros muchos jóvenes han pedido insistentemente poder tener esa suerte y muchas jóvenes se han quedado a la espera de poder hacerlos. También los han pedido hombres y mujeres. Se espera contentar a todos. Todos vemos aquí lo conveniente que sería contar con algo más apto y más estable para ello» (UCBS, año XI, n. 11, noviembre de 1928, p. 2). Sensible a la pastoral de los ejercicios espirituales, al comenzar el año 1930 el padre Alberione da los primeros pasos para la construcción de una casa de ejercicios. Cf. A. F. DA SILVA, Cristo Via, Verità e Vita, centro della vita, dell']opera e del pensiero di don G. Alberione, en AA.VV., L']eredità cristocentrica di don Alberione, o.c., pp. 282-283.
Se puede comprobar que esta iniciativa del padre Alberione respondía a lo que auguraba la encíclica Mens nostra de Pío XI sobre “la importancia y la utilidad de promover los ejercicios espirituales”. Para comprobar la sintonía de DF con esta encíclica, quizá baste citar este texto: «En los difíciles tiempos que vivimos, en los que el sentido verdadero de Cristo, el espíritu sobrenatural, esencia de nuestra santa religión, sufre tantos obstáculos y trabas, ante el furor del naturalismo, que trata de apagar la llama de los ideales de la fe y atenuar el fuego de la caridad cristiana, es muy saludable arrancar al hombre de la “fascinación de la vanidad” que “obscurece el bien” (Sab 4,12) para llevarle a la soledad bienaventurada donde, con celestial magisterio, el alma adquiere el verdadero valor de la existencia humana, y reconducida así al servicio de Dios, al horror saludable del pecado, al santo temor de Dios, al desprecio de las cosas terrenas y a la contemplación del que es “camino, verdad y vida” (Jn 14,6), aprende a abandonar “al hombre viejo” (Ef 4,22) y a negarse a sí mismo, y en el ejercicio de la humildad, de la obediencia y de la mortificación, a conseguir ser el “hombre perfecto” y llegar “a la medida de la edad de la plenitud de Cristo” (Ef 4,13) de la que habla el Apóstol, e incluso a poder decir con él: “ya no vivo yo, pues es Cristo el que vive en mí” (Gál 2,20). Sublimes ascensiones y divina transformación que el alma realiza bajo la acción de la gracia invocada con una oración más frecuente y fervorosa y gracias a la participación más devota en los sagrados misterios» (La Civiltà Cattolica, año 81 [1930], vol. I, cuad. 1909, 28 de diciembre de 1929, pp. 10-11).
327 UCBS, año X, n. 1, 20 de enero de 1927, pp. 4-6.
328 Regole, PSSP 1927. Primera parte, la Pía Sociedad de San Pablo, art. III. En el mes de abril de 1927, el boletín UCBS dedica varias páginas a las secciones parroquiales. Antes de presentar el Estatuto, el padre Alberione se dirige así a los Cooperadores: «La Pía Sociedad de San Pablo trabaja en el apostolado de la prensa, es decir, dedica su actividad a la difusión de las verdades y de la vida cristiana por medio de folletos, periódicos, libros, bibliotecas, boletines, etc. Promueve la difusión, popularización y defensa de la palabra de Dios con la prensa, como los sacerdotes con la predicación. Por eso quiere formar sacerdotes escritores y obreros religiosos para escribir, imprimir y difundir; formar maestras escritoras y obreras religiosas para convencer de que es necesario estar unidos a Jesús Maestro que se manifiesta en la tradición y la predicación como en la Escritura y en el apostolado de la prensa. Actualmente la Pía Sociedad de San Pablo cuenta con cerca de quinientos jovencitos, número que crece de año en año, y educa a doscientas jovencitas que se dedican al apostolado de la prensa. En las parroquias trata de formar las secciones de los Cooperadores, que promueven en ellas el apostolado de la prensa y hacen vivir las obras de la Sociedad de San Pablo con su espíritu y su orientación. De este modo ayudan muy eficazmente a los párrocos y a las almas, mientras que con las oraciones, con el trabajo y con las ofertas apoyan las iniciativas del Centro. [...] El apostolado de la prensa es hoy un medio ordinario de instrucción para el párroco como para san Pablo sus cartas, como la sagrada Escritura junto a la predicación» (UCBS, año X, n. 4, 20 de abril de 1927, p. 5).
329 Se anuncia, por ejemplo, la publicación de “La Biblia de las Familias”: la Biblia reducida a breviario del pueblo, a libro de santa devoción, dirigida a las familias y a las escuelas, donde podría ser para los padres y para los hijos, para los maestros y para los alumnos fuente inagotable de instrucción, de educación y de obras virtuosas. «Como es para el pueblo, la traducción se hace de la Vulgata, según el deseo de la Iglesia, y las notas son de los padres, de los doctores o de los escritores eclesiásticos ya aprobados. Importante: la “Biblia de las Familias” aparecerá también por entregas ilustradas semanales» (UCAS, año XI, n. 2, 15 de febrero de 1928, p. 27).
330 Por ejemplo: «Dios quiere el apostolado de la prensa» (UCAS, año XI, n. 6, 30 de junio de 1928, pp. 8-9); «Dios mismo confía la finalidad del apostolado de la prensa, es decir, su misión magistral» (UCAS, año XI, n. 7, 31 de julio de 1928, pp. 7-9).
331 Cf. UCAS, año X, n. 2, 20 de febrero de 1927, pp. 4-5.
332 T. GIACCARDO, Regina degli Apostoli, le ragioni del titolo, i benefici del titolo, il culto del titolo, Pía Sociedad de San Pablo, Roma, Alba, Turín 1918. En una carta al padre Giaccardo, publicada como presentación del libro, el padre Alberione escribe: «La doctrina, los pensamientos, los sentimientos, los obsequios que se exponen no son cosas nuevas para nosotros, que juntos las hemos meditado, estudiado y practicado, pero verlas hoy propuestas de forma ordenada, plasmadas en páginas destinadas a otros, es cosa útil, meritoria, grata sin duda a María» (S. Alberione, Alba, 19 de marzo de 1928)
333 Cf. UCAS, año XII, n. 4, 16 de abril de 1929, pp. 6-7.
334 El padre Giaccardo dedica un capítulo a “María, reina de la prensa”, que consta de introducción y tres puntos: el reino de la prensa, el reino de María en la prensa y el apostolado de la prensa bajo el gobierno de María. Al final del capítulo hay un ejemplo donde se cuenta la vocación del padre Alberione, la del propio Giaccardo y el desarrollo de la Casa. Parece oportuno reproducir algunos párrafos de ese artículo: «...nosotros, hijos de san Pablo, pequeños ministros del apostolado de la prensa que procedemos de la voluntad del santo Padre, a quien con vínculo religioso estamos sometidos para la defensa y la propagación de la Iglesia con el medio de la prensa. El apostolado de la prensa consta de libros y periódicos, es la palabra viva de Dios vivo y salvador, como es la palabra viva de Dios vivo y salvador la predicación que se hace con sonido articulado. El apostolado de la prensa es la defensa, la explicación, la divulgación, la aplicación, la popularización del evangelio. [...]. EL REINO DE LA PRENSA. En el poder de este reino brilla la corona real de María. [...] Todo nuevo campo de la actividad humana y del celo cristiano, destinado a extender el reino del Padre celestial, está sometido por don de Dios al imperio de la santísima Virgen y reconoce a María santísima como reina suya. El fenómeno de la prensa quizá es hoy la principal manifestación en el campo de la actividad humana, uno de los principales medios de celo. Los progresos más maravillosos, los descubrimientos más apabullantes de estos últimos años se han hecho en el campo de la prensa y al servicio de la prensa. La mayor parte de la actividad intelectual de los hombres se dedica a la prensa. El periódico es el hambre de hoy, es la sed de hoy, es la respiración de hoy. El periódico suscita las ideas, dirige las voluntades, forma las conciencias, domina la opinión pública. El periódico, la prensa, es denominado con acierto rey de este tiempo. Y María debe ser la reina de este importantísimo reino, de este sumo poder, de esta manifestación suprema de vitalidad, de esta obra de celo nobilísima y eficacísima. María cuida la prensa y la prensa y los hombres de la prensa le rinden homenaje» (T. GIACCARDO, Regina degli Apostoli, o.c., pp. 197-199).
335 Cf. el expediente «1928. I primi Fratelli di Gesù Divino Maestro», del Hno. Maggiorino S. Caldellara, entregado por el autor al CSP.
336 Esta novedad no se refleja todavía en el número de diciembre de UCAS en una noticia sobre Giovanni Marengo, encargado de los obreros: «Es un estupendo paulino que se encuentra ahora lejos de Casa para cumplir su deber con la patria. Estuvo diez años entre nosotros y vino únicamente para los ejercicios espirituales. Le encontramos bien y volvimos a verle complacidos. Sus obreros le homenajearon porque les enseñaba con esmero y cariño. Pasados algunos meses, volverá a estar entre nosotros para siempre» (UCAS, año XI, n. 12, diciembre de 1928, p. 5). En cambio, en el número de mayo de 1929 se afirma: «También los Discípulos, en su patio, levantaron una columnita en la que colocaron la estatua de María Inmaculada» (UCAS, año XII, n. 5, 16 de mayo de 1929, p. 6).
337 S. ALBERIONE, Alba 29/05/1929 (cf. Correspondencia del padre Alberione-T. Giaccardo, inédita, conservada en AHGFP, Casa General SSP).
338 UCAS, año XII, n. 7, 16 de julio de 1929, p. 2.
339 PÍO XI, Carta encíclica de la reparación que todos deben al sagrado Corazón de Jesús, cf. La Civiltà Cattolica, año 79º, vol. II, cuad. 1871, 23 de mayo de 1928, pp. 385ss.
340 Cf. Quaderno n. 6, inédito, viernes 18 de mayo de 1928, p. 177.
341 F. CHIESA, Riparazione!, comentario de la encíclica “Miserentissimus Redemptor” en un mes de Instrucciones, con ejemplos, L.I.C.E., Lega Italiana Cattolica Editrice, Turín 1930. Nótese que el prefacio del autor tiene la fecha «Alba, fiesta de la Epifanía, 1929».
342 «Son muchos los institutos religiosos en la Iglesia, antiguos y recientes, todos ellos venerables y ricos en frutos para las almas. Hoy conviene de manera especialísima un instituto que se dedique al divino y necesario apostolado de la prensa. El apostolado de la prensa es en sustancia tan antiguo como la Biblia, pero hoy asume una forma, una eficacia y una necesidad nuevas, dadas las actuales condiciones sociales y los inventos recientes. Para ese apostolado se han aprobado, como congregaciones religiosas, a norma de los sagrados cánones, dos institutos. Son distintos en su dirección y administración, afines entre sí por tener el mismo fin, por la igualdad de muchos medios, por el mismo espíritu. Son la Pía Sociedad de San Pablo (rama masculina) y la Pía Sociedad de las Hijas de San Pablo (rama femenina). Finalidad: Los dos se proponen predicar con la prensa, al igual que se predican con la palabra, las verdades cristianas, para santificar a sus miembros y para atraer a las almas a la escuela del divino Maestro y conducirlas al cielo. Medios: La vida de comunidad, los votos religiosos, las prácticas de piedad, el apostolado cotidiano, la práctica de las virtudes, etc., son medios para la propia santificación. Con el fin de difundir la doctrina cristiana, los miembros se dedican: a) a escribir periódicos, opúsculos, libros y hojas para comunicar, comentar y difundir el santo evangelio y sus enseñanzas; b) a imprimir, es decir, realizar el trabajo tipográfico de composición, impresión, encuadernación, etc.; c) a difundir y crear con diversas iniciativas bibliotecas, boletines parroquiales, obras bíblicas, semanarios, etc. Espíritu: Es un mandato del divino Maestro que su enseñanza se predique a todos los hombres, conforme es custodiada y enseñada por la Iglesia católica, maestra infalible de la verdad. La predicación debe hacerse con sencillez y exponiendo por entero a Jesucristo camino, verdad y vida, según el ejemplo y bajo la protección del apóstol san Pablo, vaso elegido y doctor de las gentes. El Señor, los escritores sagrados, los apóstoles, los santos padres, los doctores y la Iglesia son los maestros y los modelos de este apostolado, ejercitado únicamente porque esta es la vida eterna, que te conozcan a ti (Padre) y al que tú has enviado» (UCAS, año XII, n. 8, 16 de agosto de 1929, p. 1).
343 Entre otras noticias de la casa de Alba se habla de la vuelta de Giovanni Marengo del servicio militar y de su vestición religiosa entre los discípulos reparadores: «En estos días ha regresado del servicio militar nuestro Juan, el cual, tras una semana de ejercicios espirituales, vistió el hábito religioso de la familia “discípulos reparadores”. Al tiempo que damos gracias al Señor por haberlo conservado bueno en medio de todos los peligros de la vida militar, le auguramos un perenne y fecundo apostolado» (UCAS, año XII, n. 9, 16 de septiembre de 1929, p. 12).
344 UCAS, año XII, n. 9, 16 de septiembre de 1929, p. 5. Cf. la presente Introducción, n. 166.
345 «Los Discípulos del Divino Maestro son en la Pía Sociedad de San Pablo los religiosos laicos que se dedican al apostolado de la prensa. Su finalidad es doble: 1) Reparar con una vida piadosa, con el ejercicio de las virtudes cristianas, con la propia santificación, los innumerables pecados causados por la mala prensa. 2) El estudio teórico y práctico del trabajo tipográfico de composición, impresión, encuadernación, papel, tintas, propaganda, etc. Siguen a Jesús Maestro practicando dos devociones muy importantes: la asistencia devota a la santa misa (dos santas misas cada día) y el ejercicio del vía crucis dos veces por semana (el martes y el viernes), además de la visita cotidiana al santísimo Sacramento. Dedican todas sus energías, siempre entregados, con alegría y satisfacción, a las más diversas tareas; deben estar bien provistos de conocimientos teóricos y prácticos en todo lo que se refiere al trabajo tipográfico, así como con lo que tiene que ver con una casa donde no basta con componer e imprimir, sino que hay que preparar las tintas para la impresión, fundir los tipos para la composición, elaborar el papel, etc. Por eso es hermoso verles pasar de la composición a la encuadernación, de la estereotipia a las tintas, del taller mecánico al trabajo con el papel, a la difusión práctica de los libros impresos. Y todo este trabajo tan variado lo hacen con mucho esmero y aplicación, estimulados por un único pensamiento: cargarse de méritos y méritos para el cielo; salvar muchas, muchísimas almas. Los Discípulos del Divino Maestro aumentan de día en día, especialmente ahora. Es el Maestro divino quien deja oír su llamada. Roguémosle para que sean muchos los que le siguen y para que ninguno de los llamados abandone, sino que todos respondan generosamente. Encomendamos a todos nuestros queridos Cooperadores, y de manera especial a los reverendos párrocos, la obra de las vocaciones al apostolado de la prensa entre los Discípulos del Divino Maestro. En los Círculos de la Juventud Católica Masculina se encuentran a menudo jovencitos y jóvenes muy inclinados a la piedad. Sería buena caridad orientarles a la vida religiosa, donde sus méritos se multiplicarían. Encontramos a veces muchachos inocentes, cándidos, y es una gran caridad sugerirles una casa religiosa donde fácilmente se salvarán de muchos peligros y desarrollarán el germen divino de una vocación. Otras veces encontramos jóvenes que están solos o son muchos en familia, y con éstos, si tienen ese fondo de piedad y docilidad por el que se pueda alimentar una especial esperanza de vocación religiosa, sería buena ocasión para una obra hermosa que Dios nos ofrece» (UCAS, año XII, n. 10, 16 de octubre de 1929, pp. 2-3).
346 F. CHIESA, Introduzione all']Ascetica, PSSP, Alba-Roma 1929.
347 F. CHIESA, Prefazione, en Introduzione all']Ascetica, o.c., p. VII.
348 F. CHIESA, Introduzione all']Ascetica, o.c., p. 166.
349 S. ALBERIONE, Alba 04/11/1928 (cf. Correspondencia del padre Alberione-T. Giaccardo, inédita, conservada en AHGFP, Casa General SSP).
350 S. ALBERIONE, Alba 10/01/1929 (cf. Correspondencia del padre Alberione-T. Giaccardo, inédita, conservada en AHGFP, Casa General SSP).
351 S. ALBERIONE, Alba 11/09/1929 (cf. Correspondencia del padre Alberione-T. Giaccardo, inédita, conservada en AHGFP, Casa General SSP).
352 S. ALBERIONE, [¿1929?] (cf. Correspondencia del padre Alberione-T. Giaccardo, inédita, conservada en AHGFP, Casa General SSP).
353 Cf. A. F. DA SILVA, Il cammino degli Esercizi Spirituali nel pensiero di Don Giacomo Alberione, o.c., pp. 72ss.; A. F DA SILVA, Cristo Via, Verità e Vita centro della vita, dell']opera e del pensiero di don Giacomo Alberione, en AA.VV., L']eredità cirstocentrica di don Alberione, o.c., pp. 262ss.; A. F. DA SILVA, Gv 14,6: eredità carismatica per la Famiglia Paolina, en “Spezzate il pane della Parola”, dossier para el Año Bíblico Paulino 1991-1992, Roma, Casa General SSP, enero 1991, pro manuscripto, pp. 52ss.
354 F. CHIESA, Per l']unità nella formazione del Clero, PSSP, Alba-Roma 1932.
355 F. CHIESA, Per l']unità nella formazione del Clero, o.c., pp. 130-131.
356 Véase la coincidencia del pensamiento del padre Alberione con este texto de F. Chiesa: «Pues bien, ¿qué se dice del sacerdote? ¿No es otro Cristo? Sacerdos alter Christus. Y si es así, ¿no tendrá que ser la preparación al sacerdocio del clérigo en el seminario un estudio continuo que refleje los ejemplos de Cristo, donec formetur Christus in nobis? (Gál 4,19). Es seguro que el fin del sacerdocio consiste en continuar la misión de Jesús entre los hombres. Sicut misit me Pater, et ego mitto vos (Jn 20,21). Por eso mismo el sacerdote podrá ejercitar su misión en la medida que esté unido a Cristo, quien le envía y es su modelo. Del mismo modo que el hilo metálico es capaz de llevar la corriente que mueve el motor en la medida que está unido a la fuente de energía eléctrica -y del mismo modo que, según la preciosa imagen de nuestro señor Jesucristo, un sarmiento sólo puede dar fruto si está unido a la vid-, así el sacerdote. Éste sólo podrá llevar a las almas la redención de Jesús en la medida que esté unido a él, si forma con él una sola cosa: Sine me, nihil potestis facere (Jn 15,5). Pues bien, ¿quién será el clérigo que más eficazmente se prepara a ser otro Cristo y por tanto a llevar frutos abundantes a la mística viña de Cristo? Seguro que el que con mayor diligencia intente unificar en él los tres elementos de la misión de Jesús, que consisten en ser camino, verdad y vida; es decir, lo que se hace a imitación de Jesús: camino de los fieles con los ejemplos, verdad aprendiendo de la misión de Jesús para poder a su debido tiempo enseñar, vida recibiendo frecuentemente los sacramentos para poderlos administrar a los fieles en su momento. Mente y corazón, enseñanza y vida, estudio y virtud, teología y conducta, teoría y práctica, todo debe ser una sola cosa en él; como suele decirse, clérigo de una sola pieza, sin contradicciones ni reservas» F. CHIESA, Per l']unità nella formazione del Clero, o.c., pp. 52-53).
357 Se publicó, por ejemplo, la fotografía de los Discípulos que trabajaban en la papelera (cf. UCAS, año XIII, 17 de julio de 1930, p. 5). En agosto de 1931 se anuncia la nueva traducción italiana de la Biblia (cf. UCAS, año XIV, n. 8, 17 de agosto de 1931, p. 14). En febrero de 1932, el padre Alberione dedica una página al anuncio solemne del proyecto de publicar, cada una en cuatro volúmenes, diversas ediciones de la Biblia: Biblia latina-italiana, latina-francesa, latina-inglesa y latina-española (cf. UCAS, año XV, n. 2, febrero de 1932, p. 10).
358 En diciembre de 1929 se publica un calendario para 1930 con doce fotografías en las que aparecen los varios grupos de la Casa en Alba (cf. UCAS, año XII, n. 12, 17 de diciembre de 1929, pp. 4-15). En julio 1930 se publican las fotografías de la solemne procesión del Corpus Domini (cf. UCAS, año XIII, n. 14, 17 de julio de 1930, pp. 10-11).
359 Además de las fundaciones ya citadas, esta es la lista de las nueve casas abiertas. En 1929: Brescia (FSP, 8 de agosto), Údine (FSP, 17 de septiembre), Génova (FSP, 25 de noviembre), Palermo (FSP, 28 de noviembre). En 1930: Novara (FSP, 10 de mayo), Treviso (FSP, 27 de junio), Ancona (FSP, 10 de julio), Bolonia (FSP, 20 de julio), Sanfré (SSP, 15 de septiembre), Nápoles Capodimonte (FSP, 8 de octubre). En 1931 las fundaciones en Italia fueron unas doce.
360 A lo largo de 1931 se sucedieron las expediciones de los paulinos rumbo a Brasil, Argentina y Estados Unidos, y de las Hijas de San Pablo y las Pías Discípulas rumbo a Brasil y Argentina.
361 En febrero, entre otras noticias de la Casa Madre de Alba, se dice: «El mes de enero. La Casa lo dedica a Jesús Maestro y el Primer Maestro, en la hora de adoración que se hizo el día 3, nos dijo que en el mes de enero se debía conseguir la gracia de crecer, de ir hacia adelante y progresar, donec formetur Christus in nobis. El mes se consagró a la juventud de Jesús para conseguir imitarle en su vida privada. El Primer Maestro nos explicó que para nosotros crecer significa ser más santos, más sabios, adquirir mayor espíritu de piedad y no sólo sumar días a la vida. Nosotros somos los discípulos y como tales debemos imitar al Maestro, quien nos dijo: quemadmodum ego feci ita et vos faciatis» (UCAS, año XV, n. 2, febrero de 1932, p. 3).