1 Alma de Cristo, santifícame.
Cuerpo de Cristo, sálvame.
Sangre de Cristo, embriágame.
Agua del costado de Cristo, lávame.
Pasión de Cristo, confórtame.
Oh buen Jesús, óyeme.
Dentro de tus llagas, escóndeme.
No permitas que me aparte de ti.
Del maligno enemigo, defiéndeme.
En la hora de mi muerte, llámame
y mándame ir a ti.
Para que con tus santos te alabe
por los siglos de los siglos. Amén.
Esta oración suele ponerse al principio del libro de los Ejercicios espirituales de san Ignacio. Sobre su historia, ver Enciclopedia Cattolica, I, 1341s.