[DFms 29] Fin del mundo
1. Al final habrá una renovación: «erunt cœli novi et terra nova»;1 «omnis creatura ingemiscit usque adhuc expectans».2 Un cielo que será reino perfecto, una tierra reordenada. Un cuerpo que tendrá dotes de cuerpo glorioso: esplendor, sutileza, agilidad, impasibilidad.
2. Revelación y exaltación de la Providencia y de la justicia divinas; de la sabiduría y la misericordia de Jesucristo; de la santidad y la grandeza de los apóstoles, de los mártires, de los buenos. Humillación y castigo de los rebeldes, de los soberbios, de los desobedientes, de los hipócritas, de los obstinados, etc.
3. Adoptemos una norma de conducta que nos guíe individualmente en los sufrimientos corporales, en los decaimientos de los tristes, etc.; una norma de conducta para juzgar los hechos históricos, las relaciones sociales, civiles e internacionales; una norma para juzgar de la misión de la Iglesia. Aquello será el epílogo de la creación, de la redención y de la santificación del mundo.
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[DFms 30] [El pecado es un triple mal]
El pecado es un triple mal.
En relación con Dios:
Rebelión temeraria frente al Supremo Señor.
Ingratitud horrible con la suma Bondad.
Loco desafío a su justicia.
Crueldad como atentado a la vida divina y renovación de la pasión de Jesucristo.
En relación con nosotros:
En cuanto al pasado, quita méritos y hábitos buenos.
En cuanto al presente, merece el infierno, cierra el cielo, aleja de la gracia.
En cuanto al futuro, llena de remordimientos, quita la posibilidad de merecer, atrae muerte y castigos.
En relación con el prójimo:
Siempre impide gracias, con frecuencia escandaliza.3
En el caso del llamado al apostolado, daña a muchas almas.
Tiene efectos en toda la eternidad.
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[DFms 31] [La eternidad]
1. La eternidad es «interminabilis vitæ tota simul et perfecta possessio».4 Ningún cálculo humano puede decirnos en qué consiste. «Vitam æternam, ignem æternum».5
2. En las almas de los fallecidos produce: a los bienaventurados, la mayor tranquilidad sobre su suerte y además toda la eternidad de gozo simultánea a cada instante; a los condenados, la máxima desesperación y además toda la eternidad con todos sus tormentos en el instante presente: tota simul;6 algo así como la bola de plomo sobre la mesa alisada.
3. Sobre nuestras almas debe producir: gran solicitud, «nulla nimia securitas ubi periclitatur æternitas»;7 nos preparamos la eternidad nosotros mismos, «ibit homo in domum æternitatis suæ»;8 la vida es preparación para la eternidad, por lo que es sabio quien aun a costa de graves dolores se salva y estúpido quien riendo se condena.
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[DFms 32] Propósitos
1. A la meditación sobre el fin del mundo siguen las primeras resoluciones. Se dedica a ellas el tiempo conveniente según las dificultades y su especial importancia.
a) La primera es el abandono del pecado, la conversión, la confesión con unas disposiciones profundas.
b) La segunda se refiere a la elección de estado (si aún no se ha hecho), según lo querido por Dios y nuestra conveniencia eterna.
c) La tercera es una determinación especial a cumplir bien la voluntad de Dios y proveer a la eternidad en el estado especial elegido, abrazado.
2. Aquí es preciso: a) percibir la voluntad de Dios, b) considerar las cosas a la luz de la eternidad.
Es necesario que calle totalmente la voz exterior de las riquezas, los honores, los placeres, hasta el punto de que el corazón se sienta indiferente a todo lo que es mundo, vida, egoísmo.
3. Dadas estas disposiciones, tres son los medios:
a) oración humilde, constante, confiada;
b) pensar delante del sagrario y del sepulcro abierto;
c) aconsejarse bien, con persona docta, piadosa, prudente.
El fruto será correspondiente con estos santos propósitos; es decir, rectamente elegidos, profundamente sentidos, acompañados por la divina misericordia.
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[DFms 33] [El pecado es la ruina]
1. El pecado es la ruina. Un único pecado, sólo de pensamiento, causó la ruina a una gran parte de los ángeles. No hubo perdón ni lo habrá. ¡Dios no tuvo en ninguna consideración su grandeza! Es una señal de la enormidad de la ofensa a Dios.
2. Fue la ruina de los progenitores. Dios hizo a Adán promesas para él y sus hijos y les concedió dones, integridad, gracia, inmortalidad, felicidad.
El pecado fue soberbia, fue engaño, causó su ruina y la de todos sus hijos: ruinas espirituales, intelectuales, morales, públicas, privadas, infinitas.
3. El pecado es una ruina en nosotros. Única, voluntaria, espiritual.
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[DFms 34] [Tres elementos para que haya pecado]
Para el pecado se necesitan tres elementos: la inteligencia, la voluntad, la materia. Para que el pecado sea grave, la advertencia de la mente y el consentimiento de la voluntad deben ser totales; además, que la materia sea grave. De no ser así, el pecado es venial.
Debemos asimismo alejarnos del escrúpulo, que es una percepción desajustada, y de la laxitud, que es temeridad, cuando juzgamos el pecado.
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[DFms 35] [Qué es en especial el pecado]
1. El pecado es especialmente transgresión voluntaria de la ley de Dios. Voluntaria, es decir: procede de la inteligencia y la voluntad. Transgresión, lo que incluye rebelión a Dios creador y dueño, y por eso es suma soberbia frente a Dios redentor amorosísimo, como también suma ingratitud a Dios juez, y por tanto suma locura.
2. El pecado es el verdadero desastre porque, en cuanto al pasado, elimina los méritos, los buenos hábitos, la educación; en cuanto al presente, elimina la gracia, cierra el cielo, abre el infierno; en cuanto al futuro, causa desgracias, cruces, remordimientos, muerte; todo lo creado se convierte en enemigo, predispone a volver a caer, hace vivir al borde del infierno.
3. El pecado debe ser odiado con odio sumo -¡antes la muerte!-, universal, -especialmente aquel al que estamos más dispuestos-, sobrenatural en los motivos y en el principio; eficaz, que es el que hace recurrir a los medios, huir de los peligros y orar asiduamente.
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[DFms 36] Misericordia
1. Caído Adán, el Padre revela a lo lejos al Reparador; caído el pecador, queda la confesión, la misericordia.
Llevar la misericordia al hombre es la razón de la encarnación; eso se anuncia en la dracma buscada, en la oveja encontrada, en el hijo pródigo.
2. ¿Por qué se fue de la casa paterna? ¡Era joven! Deseo de libertad.
¿Cómo se enfangó en el mal? Lejos del padre -viviendo «luxuriose»-,9 gastó todo.
¿Cómo vuelve al padre? Abandonado por los amigos, reducido a extrema miseria, medita, se fía de su padre.
¿Cómo se le acoge? Se le anuncia,10 recibe lo que tenía antes, y aún más.
3. Sea cual sea el estado del alma, ¡que espere! Si alguien ha sido pecador, siendo la gracia superabundante, puede con la penitencia subir muy arriba.
Grave responsabilidad de quien no aprovecha la misericordia.
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[DFms 37] [El infierno]
1. El infierno es la ruina eterna, consumación de la ruina del pecado. Ruina del plan divino de la creación, de la redención, de la santificación. Ruina o fracaso de la vida, de todos los medios para salvarnos, y de toda esperanza. «Melius si natus non fuisset».11 «Nos insensati... ergo erravimus».12
2. El infierno es, en efecto, privación de la visión de Dios, mal total, tormento total. Se conoce a Dios sólo lo suficiente para sufrir; así pues, sus beneficios, las gracias, la felicidad que da a los elegidos, el error cometido desobedeciendo; la voluntad sólo tiene el mal, ningún bien; el corazón, la fantasía y los sentidos, todos los tormentos: «Locus tormentorum».13
El infierno es proporcional a la gravedad, obstinación y número de los pecados.
3. Qué debe realizar en nosotros el pensamiento del infierno: a) horror sumo, el más grande, al pecado; b) horror a los peligros del pecado, con la afición a la oración y la abnegación de los sentidos; c) celo para detener a las almas que caminan hacia el infierno, especialmente en los escritos.
[DFms 38] [página blanca]
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[DFms 39] [El examen de conciencia]
1. El examen de conciencia es una encuesta sobre el estado del alma: aptitudes, gracias, peligros, deberes, pecados, lucha, méritos, victorias. Y el reloj del alma. Nos da el estado de salud y de enfermedad, más aún y juntamente con las culpas individuales.
2. Por eso es necesario que, aunque pueda haber indisposiciones que nos excusen de las prácticas de piedad, no así del examen de conciencia. Tanto para evitar el pecado y los peligros como para progresar y estudiar los medios de lograrlo.
3. El examen de conciencia es general y particular. El general se hace todas las noches, antes de la confesión, en todos los retiros, en todos los cursos de ejercicios espirituales. El particular se hace por la mañana como prevención, y a lo largo del día y por la tarde. Además se necesita la costumbre de hacerlo con frecuencia para que arraigue de tal modo que se convierta en habitual el hábito de la reflexión sobre nosotros y sobre nuestras acciones, pensamientos, sentimientos. Debe ir precedido de la oración, seguido por el dolor, el propósito, la satisfacción, a modo de confesión entre el alma y el Señor.
[DFms 40] [página blanca]
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[DFms 41] Confesión
1. La confesión es reparación general. Tiene dos aspectos: el pasado, que borra en la parte mala, el pecado, y el futuro, por lo que es el remedio por excelencia para prevenir la culpa.
2. La confesión: abre el cielo, cierra el infierno, restituye los méritos perdidos por la culpa, devuelve14 la paz del corazón, da la gracia, ejercita al hombre en la humildad, le hace prudente, le infunde la gracia sacramental y la mejor garantía ante el juicio final.
3. Debe ser hecha con la debida frecuencia, con dolor por ser conversión, con sinceridad, con constancia. En la confesión se encuentra habitualmente también la mejor guía, tanto para el principio de la vida espiritual como para su desarrollo.
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[DFms 42] [El director espiritual]
Si se quiere realmente sacar provecho del tiempo de formación, se necesita un director espiritual:
a) A él se le deben manifestar totalmente: vida pasada, defectos, virtudes, inclinaciones, preferencias, actitudes, piedad, atracciones, dones del Señor, grado de instrucción, obstáculos, salud, circunstancias de vida, etc.
b) Poner en sus manos la voluntad con constancia, repetición de actos, eliminando las dificultades que obstaculizan la formación, y obteniendo con la oración la realización pronta, fácil y agradable15 de lo que el director indique.
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[DFms 88]
La vida dada por el Espíritu Santo16 Las vidas | a) Qué es la vida: natural | vegetativa animal racional angelical divina |
| La vida humano-divina de Jesucristo. |
La vida cristiana | b) ésta es creada por el Espíritu Santo: en Jesucristo: «Spiritus Sanctus superveniet... ductus a Spiritu... descendit Spiritus...»17 en nosotros: en el bautismo, segunda vida: «renatus ex aqua et Spiritu Sancto...»18 en la confirmación en la eucaristía, etc. |
La creación y el desarrollo | c) Respetar esta vida humano-divina. Desarrollarla. Orar. |
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1 «Habrá nuevos cielos y nueva tierra». La frase no está citada a la letra, sino según su sentido. Cf. Is 66,22 y Ap 21,1.
2 Cita abreviada tomada de Rom 8,22: «Omnis creatura ingemiscit et parturit usque adhuc... expectans... - Toda la creación gime y está en dolores de parto hasta el momento presente... Gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción filial».
3 En el original hay una palabra anticuada.
4 Es una definición del filósofo Boecio (De consolatione, Prosa 6; PL 63, 858A) y fue asumida por santo Tomás, Summa Theologiæ, 1ª, q. 10, a. 1: «La eternidad es la posesión total, perfecta y simultánea de una vida interminable».
5 Ver Mt 25,46: «Ibunt... iusti... in vitam æternam - Los justos irán a la vida eterna», y Mt 25,41: «Discedite a me maledicti, in ignem æternum - Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno».
6 «Toda al mismo tiempo».
7 «Ninguna seguridad es mucha cuando peligra la eternidad».
8 Qo 12,5: «El hombre se va a su morada eterna».
9 «Viviendo disolutamente».
10 O sea “se le previene”, “se le anticipa”.
11 Cf. Mt 26,24 y pasos paralelos: «Melius erat... etc. - Mejor le fuera no haber nacido».
12 Sab 5,4 y 6: «Necios nosotros... perdimos el camino de la verdad».
13 «Lugar de tormentos». Cf. Lc 16,28.
14 «Devuelve», es decir “hace retornar”, “restituye”.
15 Para esta expresión, que traduce la fórmula «prompte, faciliter, delectabiliter», ver nota 10 de DFst 81.
16 Capítulo concerniente a la vía unitiva (DFms 88). Cf. página del DFms, Anexo n. 7, p. 280.
17 Completamos las frases: «Spiritus Sanctus superveniet in te - El Espíritu Santo vendrá sobre ti» (Lc 1,35). «Tunc Iesus ductus est in desertum a Spiritu - Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto» (Mt 4,1). «Descendit Spiritus Sanctus corporali specie sicut columba in ipsum - Descendió el Espíritu Santo sobre él en forma corporal, como una paloma» (Lc 3,22).
18 «Nisi quis renatus fuerit ex aqua et Spiritu Sancto - El que no nace del agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de Dios» (Jn 3,5).