Beato Santiago Alberione

Opera Omnia

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Sección VIII
ORACIONES POR INTENCIONES
Y CIRCUNSTANCIAS DIVERSAS

No hay realidades o aspectos de la vida que el P. Alberione haya dejado de poner bajo la luz y la gracia de Dios. Reproducimos en esta sección las oraciones compuestas para las diversas circunstancias o necesidades que se presentaban en la existencia cotidiana.

PARA LA GLORIFICACIÓN
DE MAGGIORINO VIGOLUNGO

Una primera oración con este fin la había compuesto ya el P. Alberione en 1919. Sucesivamente aparecieron otras fórmulas bajo el título Los amigos de Maggiorino rezan así.

Padre celestial, que ya mostrasteis vuestra bondad infundiendo en el pequeño Maggiorino comprensión de las cosas sagradas, ardiente sed de perfección, inteligente celo por el Apostolado de la Prensa, dignaos ahora, si tal es vuestra voluntad, glorificarle aquí en la tierra concediéndonos, por su intercesión, las gracias que os pedimos. Por los méritos de Jesucristo, nuestro Señor. Así sea.

* * *

Jesús Maestro, os damos gracias por haber infundido en Maggiorino Vigolungo un santo espíritu de oración, delicadeza de conciencia, deseo ardiente de perfección cristiana e inteligencia del Apostolado de la Prensa.
Dignaos, Maestro divino, iluminarnos con la fe, darnos sed de perfección y encendernos en el espíritu de oración para que hagamos nuestro el propósito de Maggiorino: Progresar un poquito cada día.
Y si fuera para gloria vuestra y bien de los hombres, dignaos atender nuestro deseo de que sea glorificada aquí en la tierra esta pequeña flor de virtud, que se manifieste sobre nosotros su protección y recibamos así las gracias que ahora os pedimos.1
~
POR EL PROGRESO APOSTÓLICO EN ARGENTINA

«El Primer Maestro estando en Argentina (7-29 de marzo de 1946) escribió la siguiente oración, que luego entregó al P. Tito Armani para imprimirla».2

Jesús Maestro, Camino, Verdad y Vida, apelándonos a tu corazón, para este año en Argentina te pedimos un nutrido grupo de discípulos, una librería-centro internacional, un aumento de gracias para las vocaciones argentinas, un buen vocacionario en Córdoba, la obra bíblica, el ministerio sacerdotal de redacción, el Giornalino y un activo y vigoroso grupo de Cooperadores.

Regina Apostolorum, ora pro nobis.
Sancte Paule Apóstole, ora pro nobis.

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ORACIÓN AL BEATO PÍO X

«A comienzos del corriente mes el Primer Maestro ha empezado a componer una oración al próximo beato Pío X... Hoy mandó dactilografiarla» (15 de marzo de 1951).3

Beato Pío X, admirable ejemplo de humildad y fortaleza, y viva imagen del divino Pastor, escuchad desde el cielo nuestras súplicas con vuestro corazón, el que tuvisteis aquí en la tierra, siempre sensible a cualquier necesidad humana.
Con vuestra intercesión asistid a la Iglesia y al papa, vuestro sucesor; difundid la fe cristiana; guiad los pueblos y haced que los fieles sean dóciles a la Sede apostólica. Conservad la inocencia en los pequeños, santificad a los sacerdotes católicos, convertid a los errantes, aliviad al pobre y al trabajador. Rogad a María santísima asunta y a Jesús por todas las necesidades espirituales y materiales de esta humanidad dolorida.
Os encomiendo también la gracia que tanto deseo...
Realizad, ahora desde el cielo, bienaventurado pontífice, el ideal de fe, de caridad y de justicia por el que vivisteis en la tierra: instaurar todas las cosas en Cristo.
Así sea.
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ANTES DE LEER LA CORRESPONDENCIA
Y RECIBIR PERSONAS

Oración incluida en el manual de 1952, pero compuesta probablemente en 1950.4

Jesús Maestro, ilumina mi mente para que comprenda a quien me escribe o me habla; dame sentimientos rectos; concédeme la gracia de responder como lo harías tú. Dispón nuestros corazones, el de ellos y el mío, para que busquemos en todo tu gloria y la paz de los hombres.5
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ORACIÓN PARA ALCANZAR UNA BUENA MUERTE

Compuesta el 5 de marzo de 1952 y publicada en el manual del mismo año, esta oración tuvo una larga elaboración, como resulta de las anotaciones del secretario.6

Señor, creador y redentor mío, yo acepto con espíritu de adoración la sentencia de muerte que habéis dictado sobre mí.
Quiero morir como hijo fiel de la Iglesia y pasar a la eternidad con las mejores disposiciones de fe, esperanza y caridad, arrepentido de mis pecados y renovando entonces, al menos mentalmente, los santos votos religiosos y las promesas bautismales.
Todas las circunstancias, incluso las más dolorosas, que acompañarán mi paso a la eternidad, los desapegos y la humillación del sepulcro, quiero que sean una reparación por mis muchos pecados y una acción de gracias por la vocación con que me habéis honrado y elegido entre tantos en la tierra.
Invoco de corazón a los tres grandes modelos de la buena muerte, de quienes espero la más compasiva asistencia: Jesús crucificado, con quien deseo pronunciar las palabras: «Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu» (Lc 23,46); la virgen María, madre de Dios y mía, para que ruegue por mí ahora y en la hora de mi muerte; san José, para que me alcance una santa vida, garantía de una santa muerte como la suya.
Jesús agonizante, María santísima, fallecida de puro amor a Dios, san José, protector de los moribundos, os encomiendo y os pido estas gracias:

1. Que yo no me vea sorprendido por una muerte improvisa, sino que pueda recibir a tiempo y conscientemente los sacramentos de la confesión, del viático y la extremaunción, así como la indulgencia plenaria.
2. La fidelidad al retiro mensual y a la confesión frecuente, de modo que esté cada día preparado a morir.
3. Corresponder plenamente en mi vida a los designios que vos, Señor, teníais sobre mí en la creación, en el bautismo y al llamarme a vuestro especial servicio.
4. Consumar por vos todos los talentos, naturales y sobrenaturales, así como las gracias más particulares, para que mi vida rinda el máximo fruto a gloria vuestra, mérito para mí y paz para los hombres.
5. Que recompenséis con vuestra misericordia a cuantos me han hecho bien, y que aceptéis el ofrecimiento de mi vida por aquellos a quienes di mal ejemplo, a los que yo debería haber hecho más bien, así como a quienes por ignorancia me ofendieron, y que me apliquéis los méritos de mi Redentor y de María, madre mía.
6. Que a lo largo de mi vida acojáis mis oraciones, acciones y sufrimientos, hecho todo ello en unión al corazón de María y con las intenciones por las que Jesús se inmola continuamente en los altares.
Para obtener estas gracias, Señor, me comprometo a asistir cuidadosa y solícitamente a los moribundos con quienes me unan vínculos de caridad o de deber. A cada uno de ellos sugeriré que repita estas jaculatorias:

Jesús, yo creo en vos.
Jesús, yo espero el paraíso.
Jesús, os amo con todo el corazón.
Jesús, perdonadme todos mis pecados.
Jesús, José y María, os doy el corazón y el alma mía.
Jesús, José y María, asistidme en mi última agonía.
Jesús, José y María, espire en paz con vos el alma mía.

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POR LA SALUD
Y EL TRABAJO

«En ratos libres ha escrito la siguiente oración para el San Paolo»: así afirma el Diario en fecha 13 de marzo de 1954. Se trata de una oración inserta al final del opúsculo El trabajo en las Familias Paulinas; oración inspirada en una fórmula ofertorial de la liturgia eucarística romana.7

Señor, que admirablemente creaste y más admirablemente aún redimiste nuestra alma y nuestro cuerpo, infúndenos la luz, la fuerza y la gracia de tu Santo Espíritu, para que, santificado todo nuestro ser, lleguemos a la gloriosa resurrección.
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PARA OBTENER LA SALUD

La siguiente oración, que aparece sólo en el manual de 1985, la compuso el P. Alberione a petición de la Hna. Costanza Teobalda Gandolfo FSP, que tenía problemas de salud mientras estaba ocupada en ilustrar los Catecismos (testimonio de la Hna. Mercedes Mastrostéfano FSP, diciembre de 2006).

Espíritu Santo, creador y renovador de todas las cosas, vida de mi vida, con María santísima te adoro, te doy gracias, te amo.
Tú que eres dador de vida y vivificas todo el universo, consérvame la salud, líbrame de las enfermedades que la amenazan y de todos los males que la acosan.
Con la ayuda de tu gracia, prometo usar siempre mis fuerzas para gloria tuya, para mi propio bien y para servir a los hermanos.
Te pido asimismo que ilumines con tus dones de ciencia e inteligencia a los médicos y todos los que se dedican al cuidado de los enfermos, para que descubran las verdaderas causas de los males que acosan y amenazan la vida y encuentren y apliquen los remedios más eficaces para defenderla y sanarla.
Virgen santísima, madre de la vida y salud de los enfermos, a ti confío mi humilde oración. Dígnate, Madre de Dios y madre nuestra, apoyarla con tu poderosa intercesión. Amén.
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ORACIÓN DEL TRABAJADOR

Incorporada en el manual de 1957, esta oración bebe en muchas fuentes de inspiración: los discursos de Pío XII a los obreros cristianos; el opúsculo El trabajo y la Providencia de enero de 1954; la meditación sobre la vida operosa de Jesús en Nazaret, en Abundantes divitiæ gratiæ suæ (AD 124-130).

Jesús, divino obrero y amigo de los obreros, mirad con bondad el mundo del trabajo. Os presentamos las necesidades de cuantos realizan una tarea intelectual, espiritual o material.
Ya veis entre cuántos sufrimientos, fisicos y morales, entre cuántas fatigas y peligros transcurren nuestros difíciles días. Repetidnos el grito de vuestro corazón: «Me da lástima de esta gente».8 Y confortadnos, por los méritos e intercesión de san José, modelo de los obreros y artesanos.
Dadnos la sabiduría, la virtud y el amor que os sostuvieron en vuestras duras jornadas. Inspiradnos pensamientos de fe, de paz, de moderación y de austeridad, para que busquemos siempre, junto con el pan de cada día, los bienes espirituales y la salvación eterna.
Libradnos de quienes pretenden, con engaño, arrebatarnos el don de la fe y la confianza en vuestra providencia. Libradnos de los explotadores, que ignoran los derechos y la dignidad de la persona humana.
Te pedimos que las leyes sociales se inspiren en la doctrina de la Iglesia; y que los trabajadores se integren en las asociaciones de inspiración cristiana. Que reinen juntamente la caridad y la justicia en la cooperación sincera de las clases sociales.
Que se conviertan los comunistas y los explotadores del trabajador. Que todos acepten el magisterio del papa, maestro en el campo de la doctrina social, que garantiza al trabajador una gradual promoción y luego la posesión del reino de los cielos, herencia de los pobres.
Así sea.
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ORACIÓN PARA LOS VIAJES

Incluida en el manual de 1957, esta oración traduce egregiamente en lo concreto de la existencia cotidiana la fecundidad de la devoción al divino Maestro, Camino, Verdad y Vida.

Jesús Verdad, iluminadme para que yo viaje sólo y siempre inspirado por el amor y con la mirada puesta en la meta definitiva, el cielo.
Jesús Camino, sed mi guía, para que yo tenga pleno dominio, ojo seguro y moderación constante.
Jesús Vida, sed en todas partes, para mí y para cuantos acompañe o encuentre, alegría del espíritu y salvación de alma y cuerpo.
Buen ángel de mi guarda, precededme y guardadme.
Así sea.
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POR QUIENES MUEREN
IMPROVISAMENTE

«El 30 de enero de 1960 el Primer Maestro ha escrito la siguiente oración por quienes mueren improvisamente». Así anotaba su secretario. Por aquel entonces la santa Sede concedía la aprobación pontificia a la Pía Obra Muertes Improvisas que el P. Alberione acababa de fundar. Esta oración expresa el espíritu y las motivaciones que animan la obra comenzada por la caridad pastoral del Fundador.

Padre misericordioso, que queréis la salvación de todos los hombres, por la muerte de vuestro amado Hijo, inmolado continuamente en nuestros altares, y por la oración de María, la corredentora, prevenid con vuestra gracia las almas que pasan improvisamente a la eternidad.
Jesús, redentor de todos los hombres, por las santas misas que hoy se celebran y por la intercesión de María, corredentora, prevenid con vuestra misericordia las almas que pasan repentinamente a la eternidad.
Jesús, salvador de todos los hombres, y vos María, madre compasiva, multiplicad los caminos secretos de vuestra misericordia infinita para cuantos os desconocen (viviendo en buena fe) y pasan repentinamente a la eternidad.
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AL FINAL DEL AÑO

«Para el final del año, conviene rezar la oración del Os adoro así» (Diario, 31 de diciembre de 1959):

Perdonadme el mal que he cometido en los 365 días del año transcurrido, y si hice algún bien, aceptadlo, Señor.
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AL COMIENZO DEL NUEVO AÑO

Compuesta en diciembre de 1961, se publicó en el boletín San Paolo de enero de 1962.

Señor Dios omnipotente, que nos has hecho llegar al comienzo de este año, con tu poder y por la bondad de Jesucristo, presérvanos del mal en este tiempo, para que durante este año no cometamos ningún pecado, sino que cumplamos tu voluntad en todo, santificando pensamientos, deseos y acciones.
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ALABANZAS Y SÚPLICAS


La siguiente oración, citada sólo en el Diario el 9 de mayo de 1961, es una suma de oraciones: de alabanza, acción de gracias, ofrecimiento e intercesión, dirigidas a Dios, a la Virgen y a los santos; una especie de oración universal que expresa la liturgia de la vida según el P. Alberione.

Os adoro, Padre infinitamente misericordioso; Hijo encarnado y muerto en cruz por mí; Espíritu Santo, amor infinito. Dios uno y trino, os doy gracias por todo.
Perdonadme mis pecados, muchos y graves. Todo os lo ofrezco en reparación y resarcimiento de cuanto se ha sustraido de gloria a vos, a mí de gracia, de ayuda a mis allegados y al mundo. Padre celestial, os ofrezco mi deterioro así como cuanto os agrada en vuestro amado Hijo, la gloria que en el cielo os da María, el purgatorio, la Iglesia. Os ofrezco la misma gloria que os dais recíprocamente las tres divinas Personas.
Omnes Ángeli et Sancti et Sanctæ Dei, Virgo et Regina, obtenedme mucha fe, esperanza, caridad, dolor [de modo] que repare y reconquiste cuanto constaba en los designios de Dios para su gloria, para la santidad y la salvación de las almas.
Señor, os ofrezco todas las intenciones de María en el Calvario y en el cielo; las de Jesús en la cruz y en cada una de mis misas y de cuantas se celebrarán hasta el fin del mundo en San Pablo.9
Jesús, por vuestra pasión y misericordia y con la intercesión de María, os pido perdón, dolor más vivo, confianza y amor.
Canónigo Chiesa, que ningún pecado se cometa por causa mía; que todas las dificultades se solucionen en paz; que intervengáis...10 y por mi salud; que yo muera tras [haber] reparado y reconquistado todo en relación al Señor, a las almas y a mí mismo, para gloria de la misericordia de Dios y humillación mía, ante el mundo entero.
Ángel de mi guarda, obtenme cuanto consideres útil. Ángeles custodios de cuantos pertenecen o pertenecerán a la Familia Paulina, illuminad, guardad, regid, guiad.
San José, pongo [en el altar] vuestras intenciones, especialmente las que conciernen a mi muerte y a la santificación de los sacerdotes y de todos.
San Pablo, que todas las ediciones sean de edificación.
Santísima Trinidad, os ofrezco todo mi patrimonio satisfactorio por las almas más necesitadas. Que todas las misas os glorifiquen, santísima Trinidad, alegren el cielo, alivien el purgatorio y santifiquen la Iglesia militante.
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POR LOS NIÑOS
DEL PRE-VOCACIONARIO

Oración compuesta el 25 de diciembre de 1962 para los niños de los dos pre-vocacionarios: Saliceto Panaro (Módena) y Thiene (Vicenza).

Niño Jesús, te doy gracias por haberme traído a esta santa Casa de gracia y de toda clase de bienes.
Sé lo obediente que tú eras con María y José en Nazaret. Sé también que crecías en sabiduría, edad y gracia.
Te ruego que me des la gracia de imitarte y de aprender cuanto las religiosas me enseñan.
Jesús, yo te quiero. Concédeme odio al pecado, e ilumíname para elegir el camino que te agrade.
Bendice también a mis familiares, a las religiosas y al párroco.
Así sea.
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1 Cf. S. Alberione, Maggiorino Vigolungo aspirante al Apostolado de la Buena Prensa, 5 edic., 1942, pp. 189-190.

2 El Diario prosigue: «Dicha oración fue impresa al dorso de estampitas de Maggiorino Vigolungo, primera flor del Apostolado de la Prensa. - Atestigua el P. Pablo Luchino que al cabo de unos tres meses se abrió la librería como Centro Internacional en Calle Chacabugo, n° 28, Buenos Aires».

3 Del Diario. - José Sarto (1835-1914), papa del 4 de agosto de 1903 al 20 de agosto de 1914, fue beatificado el 3 de junio de 1951 y canonizado el 29 de mayo de 1954.

4 «Recordar esto: Es muy útil la costumbre de responder a las cartas, y solícitamente... Compuso esta oración, que sirve para recibir a las personas y abrir la correspondencia...» (Diario, 7 de diciembre de 1950).

5 En la edición original se añadía: ¡Miradme, María!

6 Antes de 1952 se rezaba en las comunidades la oración de san Alfonso; el P. Alberione utilizaba la del santo Cafasso, como hizo en la meditación a los sacerdotes el 8 de octubre de 1951: «Al final del retiro, lee la larga oración compuesta por san José Cafasso para la buena muerte...». - El 11 de enero de 1952 está analizando otra “oración para la buena muerte” dactiloescrita “en 14/15 puntos”. - El 5 de marzo de 1952, el secretario anota: «Mientras estoy dactilografiando direcciones y cartas... me llama a su habitación y después de cerrar las puertas para que nadie nos molestase, me dicta la oración de la buena muerte, siguiendo la pauta de una meditación suya». En fin, el 29 de agosto de 1967: «El Primer Maestro lleva a cabo la oración por la buena muerte».

7 Cf. San Paolo, enero de 1954.

8 Cf. Mc 8,2.

9 En la Sociedad de San Pablo o en la Familia Paulina.

10 Aquí el autor enumera algunas cuestiones abiertas, de difícil solución.