Beato Santiago Alberione

Opera Omnia

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PREÁMBULO

«Vivit in me Christus».1
«Conceptus est de Spiritu Sancto».2
«Si quis diligit me, ad eum veniemus».3


[DFin 137-143. 164. 165. 194-198] Los ejercicios y el noviciado4

Las normas y los principios que se dan para los ejercicios espirituales se adaptan en gran parte también para el noviciado.
Los ejercicios espirituales y el noviciado son ejercicios de virtud, de prácticas piadosas, de pensamientos divinos5 para hacer morir al hombre viejo6 y hacer vivir en nosotros a Jesucristo.7
Una vez purificada la mente, la voluntad y el corazón, conviene ejercitar la mente en los pensamientos divinos, en la piedad y en las virtudes con las que se quiere continuar la vida y entrar en la eternidad.
Es necesario algún tiempo para reordenar la vida8 en línea directa con la eternidad para desprenderse de las cosas
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creadas9 y familiarizarse con el cielo, un intermedio entre la vida y la eternidad.
[DFin 151] En unión con la vida retirada de Jesucristo, en el cenáculo del Espíritu Santo con María santísima, con la vida en el desierto de san Pablo, haciendo dos cosas: 1) purificar el pasado; 2) proveer para el futuro.
En cuanto al pasado: purificarse del pecado, del afecto, de la mala raíz, de la pena, de las reliquias, del defecto principal, de las costumbres.
Para el futuro: concluir con la renovación consciente y eficaz de las promesas del bautismo, o con la elección del estado de vida, o con el programa especial de nuestra salvación y santificación.10
Antes de empezar: una misa de santificación, vía crucis, una jornada de mortificación; preparación de todo: guía espiritual, horario, ambiente, mortificación interior y exterior, determinación del fin, rosario ante el sagrario.
Antes de entrar en el noviciado se hace un curso de ocho días de ejercicios propiamente dichos, que son como el exordio o resumen que deberá luego desarrollarse en el noviciado mismo.
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[DFin 41.193] La acción santificadora del alma consiste en nuestra transformación en Dios «ut homo fieret Deus»11 por medio del alimento Jesucristo, nutriéndonos cada día de Jesucristo camino, verdad y vida. Este es el alimento que Dios da al hombre. Es necesaria la comida y la asimilación. Dios ha preparado la mesa: «compelle intrare».12
Por una parte, pues, la gracia: eucaristía, evangelio (misa, comunión y visita); por otra, cooperación, meditación, examen de conciencia, confesión, dirección espiritual. «Non ego autem, sed gratia Dei mecum»,13 «Cooperatores enim Dei sumus».14
Son necesarios: el examen de conciencia hecho tres veces al día con método;
la comunión y la visita inspiradas en los tres fines, «Induat te Dominus novum hominem»;15
la meditación con los ejercicios de la memoria, la inteligencia y la voluntad;
el ejercicio de la mortificación para formar una voluntad indiferente a las cosas: salud o enfermedad, alabanza o humillación, riqueza o pobreza,16 etc. «Christus non sibi placuit».17 Mortificación de la inteligencia, de la memoria, de la voluntad, de la
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fantasía, del corazón, de los sentidos exteriores. Y esto prolijamente, para que estos santos excesos y la repetición frecuente consigan pronto la costumbre y la muerte del hombre viejo. «Exuat te Dominus veterem hominem».18
[DFin 219] Así, con la mortificación se tendrá el camino Jesucristo, con el evangelio y la meditación se vivirá la verdad Jesucristo, con la comunión, visita y misa se tendrá la vida Jesucristo. «Donec formetur Cristus in vobis».19

Para el noviciado

La jornada deberá comprender:

1. Una meditación de una hora, dos santas misas con facilidad para la santa comunión, una hora de visita al santísimo Sacramento.

2. Tres exámenes de conciencia.

3. Poco estudio y trabajo manual.

* * *

Primer obstáculo: el desaliento. Es la generosidad la que asegura el fruto.

Segundo obstáculo: querer oír o leer mucho. Hace falta ejercitar la inteligencia, la voluntad, el examen.
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Tercer obstáculo: la confianza perezosa en Dios de quien se siente un tanto fervoroso; se necesita, en cambio, mucha mortificación y comenzar a practicar y vivir los propósitos que se quieren hacer para el resto de la vida.

[DFin 32. 83] Cuarto obstáculo: la confianza engreída en nosotros; se necesita, en cambio, mucha más oración, mental y vocal, en vez de otros ejercicios piadosos. Las gracias se obtienen con la oración. Leer El gran medio de la oración de san Alfonso.20

Quinto obstáculo: sin darse cuenta, muchos comienzan con tibieza los ejercicios; son los que ya de entrada no tienen intención de llegar a la enmienda y a la erradicación de ciertas debilidades, vicios, costumbres de vida. Tal vez dispuestos a todo lo demás, pero no a lo que más contaría ante Dios y liberaría el alma para correr por el camino de la santificación.

[DFin 16. 48] Necesidad

La orientación de la vida hacia el cielo es necesaria para quien ha errado el camino, para quien no lo recorre todavía bien, así como para quien camina expeditamente y para quien ha de elegir estado. Las desviaciones
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son fáciles debido al bullicio del mundo, a las pasiones, al demonio. La formación es necesaria para vivir de Jesucristo: «Donec formetur Christus in vobis»,21 y con mayor razón cuando se debe ser forma para otros, «forma factus gregis ex animo» (1Pe 5,3).22
La oración debe tocar el sentimiento para excitarnos a la confusión.
Si el alma se encuentra en la desolación o en la aridez podrá hacer más lectura y oración, hasta que se encuentre bien nutrida y saboree algo. Mientras tanto, que se humille y espere serena la misericordia divina.

[DFin 21. 51. 137-143] La escuela de Nazaret

«Donec formetur Christus in vobis»
(Gál 4,19).


La formación debe modelarse sobre el divino Maestro: treinta años de vida privada.
Por tanto requiere:
1. Fuga: retiro del mundo, que es escuela opuesta a la del divino Maestro; postulantado, noviciado, profesión temporal; búsquese la soledad y la compañía de los santos.
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2. Mortificación interior de la memoria, de la fantasía, de la soberbia, del corazón, etc.; exterior: tacto, oído, vista, gusto, olfato, seguir un horario, programa.

3. Oración: «Sine me nihil potestis facere»;23 por tanto, frecuencia de los sacramentos, devoción a la Virgen y a san Pablo, la visita, el examen de conciencia. La palabra de san Pablo es particularmente clara: «Neque volentis, neque currentis, sed miserentis est Dei» (Rom 9,16).24 Es preciso entrar en el reino de la misericordia y ponernos bajo su gobierno o dominio.

[DFin 80] 4. Studium perfectionis, es decir, querer el éxito en la ciencia divina, en la perfección de la voluntad, en la santidad de vida.

* * *

En la primera parte consideraré especialmente:
Dios mi creador.
Dios mi gobernador providente.
Dios mi fin altísimo.
A esto seguirá de manera especial: la humildad del corazón, la docilidad a la voluntad divina, la observancia de los mandamientos, la práctica de las virtudes naturales, la resolución: quiero salvarme.
Una primera confesión sacramental.
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Así quedará formado el hombre recto (purgativa), Jesucristo le cambiará en cristiano (iluminativa) para ser sacerdote, religioso, santo por obra del Espíritu Santo (unitiva).

[DFin 123. 172] La clave de la vida25

1. La vida en su esencia es una preparación para la eternidad. Preparación libre, descuidada por muchos; preparación sobrenatural. Nos preparamos nuestra eternidad: «ibit homo in domo æternitatis suæ».26

Preparación:
2. De la mente, ya que el paraíso es visión; de la voluntad, ya que el paraíso es confirmación en el bien sumo, Dios; del corazón, ya que el cielo es gozo; del cuerpo, destinado a la resurrección y a las dotes gloriosas y la satisfacción de sus justos deseos.
3. La preparación de la mente se hace con la fe; la preparación de la voluntad se hace observando los mandamientos y en general haciendo la voluntad de Dios; la preparación del corazón se obtiene con la gracia y su acrecentamiento; la preparación del cuerpo teniéndolo sujeto a la razón y a la fe y mortificándolo en lo que es ilícito.
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1 «Es Cristo el que vive en mí» (Gál 2,20). Muchas notas de la presente edición están tomadas de la preparada por Andrea Damino, Roma 1985.

2 Palabras del Símbolo apostólico: «Fue concebido por obra del Espíritu Santo».

3 «El que me ama... vendremos a él». Texto completo: «Si quis diligit me sermonem meum servabit et Pater meus diligit eum et ad eum veniemus - El que me ama guardará mi doctrina, mi Padre lo amará y mi Padre y yo vendremos a él y viviremos en él» (Jn 14,23). Adviértase el carácter trinitario de estas tres citas.

4 El padre Alberione establece una relación de igualdad entre el noviciado y los ejercicios espirituales, pero el examen del Cuaderno manuscrito en el que se basa Donec formetur (DFms) revela que las referencias al noviciado consisten en breves adaptaciones posteriores y que se encuentran únicamente en el Preámbulo y en las Normas para los ejercicios espirituales y para el noviciado (DFst 104).

5 También en este punto hizo el padre Alberione una corrección en un ejemplar del librito impreso: sustituyó “pensamientos divinos” con el término “consideraciones”. Nótese que, a pesar de la corrección, el Fundador entendía ejercicios de “pensamientos divinos”, como se comprueba en el párrafo siguiente, donde la expresión no cambia.

6 Cf. Ef 4,20-24; Col 3,9-10.

7 Cf. Gál 2,20. Podemos ver en estas citas de san Pablo el primer objetivo de los ejercicios así como la propuesta del padre Alberione. Es necesario que el hombre se libere gradualmente de los lazos que frenan su adhesión al Señor y que obre lo mejor posible para vivir en él a Cristo: hacer vivir a Cristo... hasta que Él esté formado en toda la persona (cf. Gál 4,19).

8 Cf. el título de los ejercicios espirituales según san Ignacio: «Ejercicios espirituales para vencerse a sí mismo y ordenar su vida sin determinarse por afección alguna que desordenada sea» (SAN IGNACIO, Ejercicios espirituales, 21).

9 Cf. Ibid., 20.

10 Cf. Ibid., 1 y 135ss.

11 La frase completa, citada otras veces por el padre Alberione, es: «Factus est Deus homo, ut homo fieret Deus - Dios se hizo hombre para que el hombre se hiciera Dios» (IRENEO, Adv. hær. III, 19,1).

12 Lc 14,23: «Obliga a la gente a entrar».

13 1Cor 15,10: «Pero no yo, sino la gracia de Dios conmigo».

14 1Cor 3,9. La frase bíblica es: «Dei enim sumus adiutores - Nosotros somos colaboradores de Dios».

15 «El Señor te revista del hombre nuevo». Palabras que se usan en el rito de la vestición religiosa y que aluden a Ef 4,24: «Et induite novum hominem».

16 Cf. SAN IGNACIO, Ejercicios espirituales, 23. Cf. DFst 23.

17 Rom 15,3: «Cristo no buscó lo que le agradaba».

18 «El Señor te despoje del hombre viejo». Palabras que se usan en el rito de la vestición religiosa y que aluden a Ef 4,22: «Debéis despojaros del hombre viejo corrompido por las concupiscencias».

19 Gál 4,19: «Hasta que Cristo sea formado en vosotros».

20 SAN ALFONSO Mª. DE LIGORIO, Del gran medio de la oración. Para conseguir la salvación eterna y todas las gracias que deseamos.

21 Gál 4,19: «Hasta que Cristo sea formado en vosotros».

22 1Pe 5,3: «Como modelo para el rebaño». En la Vulgata, el texto está en plural: «Forma facti gregis ex animo - Haciéndose modelos para el rebaño».

23 Jn 15,5: «Sin mí no podéis hacer nada».

24 Rom 9,16: «Por consiguiente, no es obra del que quiere ni del que se esfuerza, sino de Dios, que tiene misericordia».

25 El padre Alberione se inspira para los conceptos de este capítulo en el libro La chiave della vita, de Francisco Chiesa, que en la penúltima página de su libro condensa estos conceptos así: «Es principio incontestable que la vida presente es una preparación para la futura. Es pues necesario que el hombre, en todos los aspectos, se prepare a los modos propios de la vida futura, que se esfuerce en vivir en su mente la vida de fe, en su voluntad una vida de obediencia y de resignación a la voluntad divina, en su corazón una vida de oración y prácticas para obtener la gracia y en su cuerpo una vida de mortificación. La vida presente debe ser pues una vida de fe, de obediencia, de oración y de mortificación» (La chiave della vita, Alba-Roma, PSSP 1927, p. 257).

26 Qo 12,5: «El hombre se va a su morada eterna».