PRESENTACIÓN
1. Importancia de la obra
La importancia del Apostolado de la Edición (AE) de 1944, a cargo del "Instituto Misionero de la Pía Sociedad de San Pablo", estriba en el hecho de que es presentado como un "Manual directivo de formación y de apostolado". La obra debía usarse, y de hecho fue usada, por generaciones de paulinos y paulinas. El que ni en la cubierta, ni el frontispicio, ni en la breve introducción sea nombrado el P. Alberione, no parece menoscabar su valor. La ausencia del nombre sugiere que se trata de un trabajo editorial efectuado por varias manos. Pero su importancia sigue intacta, ya que las aportaciones de otros paulinos o paulinas fueron insertadas bajo el control del P. Alberione, delimitadas y solicitadas siempre de manera explícita por él mismo.
En 1950 salió la segunda edición de El Apostolado de la Edición y el 26 de noviembre de 1954 la Curia generalicia de la Pía Sociedad de San Pablo concedía el visto, o nihil obstat para la tercera edición. La segunda y tercera ediciones, con pocas variantes entre sí y por ello publicadas con el mismo imprimatur,1 fueron impresas por las Hijas de San Pablo. Esto es un indicio del calibre de un texto destinado a la Familia Paulina para explicar qué es lo que se entiende por apostolado entre los paulinos.
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2. La estructura del manual
La obra, en dos partes -la primera de carácter general y teórico, y la segunda más práctica-, se propone ilustrar quién es y qué debe hacer el apóstol, título con que viene calificado2 todo paulino o paulina. La disposición de la materia, subdividida en numerosos y breves capítulos, es prueba de una particular atención pedagógica a los más jóvenes lectores y lectoras.
1. El Apostolado, con la descripción-explicación de la palabra "edición" (de su objeto, orden, carácter, exigencias y método).
2. El Apóstol. En esta subdivisión de la primera parte es descrito el ministro ordinario -sacerdote- y luego "los religiosos", o las religiosas, que junto con el sacerdote pretenden responder a las "necesidades de los tiempos". La Pía Sociedad de San Pablo, con la asociación de la rama femenina de la Pía Sociedad de las Hijas de San Pablo, ha surgido para la "edición", es decir, para un apostolado que pueden desempeñar también "los laicos". Estos, hombres o mujeres, pueden ser "maestros de doctrina", aunque no estén bajo el control del sacerdote (cf 251). Pero necesitan una "formación", ante todo espiritual, por cuanto deben apoyarse en una fuerte "piedad" cotidiana, que comprende la Misa, comunión, meditación, visita al Smo. Sacramento y examen de conciencia, e inspirarse en María Sma., que editó (édidit) el Verbo al engendrar a Cristo. Para los apóstoles paulinos es característica importante el culto a la Escritura.
La segunda parte tiene como portadilla tipográfica el nombre específico de tres "apostolados", en los cuales se subdivide la edición: Prensa - Cine[matógrafo] - Radio. En la tercera edición de la obra (aparecida en 1955) se añadió también la Televisión.
En esta primera edición, los capítulos dedicados a la prensa son 38 (39 en la segunda y tercera). Al cine se le dedican 4 capítulos en esta primera edición y 5 en la segunda y en la tercera. En las tres ediciones se dedica a la radio sólo y siempre un capítulo. Pero la televisión está ya implícitamente incluida, al hallarse entre los medios que el apóstol debe adoptar por ser los "más rápidos y difundidos para la propaganda". La televisión es tratada en un capítulo aparte en la tercera edición, de 1955.3
Hay, pues, una notable desproporción en el espacio dedicado a la prensa respecto a los medios más modernos. Pero el P. Alberione ya reclama un nuevo mapamundi de la comunicación. Sobre todo se intuye en él el deseo de caminar con los tiempos. La tecnología está al servicio de la edición.
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3. La historia del manual
De esta orientación a lo nuevo y a lo mejor para el apostolado es testigo la misma historia de AE. Este "manual directivo", tuvo, como hemos dicho, tres ediciones, pero cada vez con añadiduras y puestas al día. Tales sucesivas y periódicas integraciones de un proyecto inicial indican una expansión del concepto mismo de apostolado. Las modificaciones introducidas revelan un proceso de crecimiento y por ende de continuidad con otro texto del pasado, el Apostolado de la Prensa (AS), que es el mismo original de AE.
Como introducción al texto que presentamos, es útil al menos la lectura de una ficha bibliográfica del volumen de 1933: SAC. ALBERIONE S.S.P., Apostolato Stampa. Alba, Pia Società San Paolo [1933]; 170 [2] p., 19 cm.
En el cotejo cabe notar de inmediato, además del nombre del Autor desaparecido en AE, el visto estampado en la última página de AS: "Visto, no sólo se permite, sino que se recomienda vivamente su impresión. Alba, 10 junio 1933. Mons. F. Chiesa, Amm. Ap.".
Tras AS está, pues, la autoridad teológica del can. Chiesa, el padrino vigilante y docto de la Familia Paulina.4
En la cubierta de AS está reproducida el antiguo escudo paulino: un libro abierto con las palabras de Jesús tomadas de Jn 14,6: Ego sum via veritas et vita; aparece la espada y, en lo alto, las letras JHS ("Jesus Hominum Salvator, Jesús salvador de los hombres") orladas con radios.
Gran parte de AS ya había sido publicada en la Gazzetta d'Alba (1932) y antes en Vita Pastorale (1931ss), dirigida a un público externo con finalidad vocacional.
Como después en AE, ya en AS el P. Alberione se pregunta qué es el apostolado de la prensa (es la predicación de la palabra divina impresa; es predicación impresa); cuál es su objeto específico, su origen (viene de Dios en cuanto autor del Libro divino); su carácter (es pastoral); la preparación; las exigencias o presupuestos (sentir con Jesús, con la Iglesia y con san Pablo); los deberes de los católicos; el trabajo material; María, Reina de la Historia; la Misa, la visita eucarística y la comunión, necesarias para el apóstol de la Prensa; el orden (el primer puesto en la jerarquía de la prensa lo ocupa la doctrina de la Iglesia, seguida por la Escritura y la Tradición); las ilustraciones; el boletín parroquial; las bibliotecas; cómo dar la doctrina a los principiantes, a los proficientes y a los perfectos (o doctos); el omnia vestra sunt; la redacción y la propaganda; el culto a la Escritura como característica esencial; los religiosos en el apostolado de la prensa; los pecados de la prensa; la Biblia y el apostolado de la prensa; la propaganda (la publicidad). Como conclusión se dan normas prácticas observadas y que se han de observar en la redacción, prensa y propaganda.
AS tiene un total de 29 capítulos, algunos de carácter más teórico.5 Para A. Damino «se trata de un libro original y notable, programático para el Instituto paulino».6 En efecto, ha de reconocerse que AS conserva su fuerza y una fascinación singular entre otras cosas porque algunas páginas particularmente significativas no han sido reproducidas en AE.
Si se da un vistazo al índice del texto que presentamos, nos daremos cuenta sin embargo que AE ha incorporado y ampliado, además del título, el concepto mismo de Apostolado de la Prensa con la añadidura del cine, la radio (y la televisión), "apostolados" también éstos, incluidos en la "edición".7
En la introducción, sin cambiar en las tres ediciones de AE y que, al menos en la sustancia, expresa el pensamiento del P. Alberione, se lee: «Este conjunto de actividades [prensa, cine, radio...] lo denomina la Pía Sociedad de San Pablo con la expresión genérica de "apostolado de la edición". El libro presente se propone tratar de este apostolado, deteniéndose especialmente en el apostolado de la prensa. En él se trata de seguir con fidelidad el pensamiento desarrollado en conferencias adecuadas [por el sac. Alberione] y contenido, en parte preponderante, en el Apostolado de la Prensa...».
El parentesco entre AS de 1933 y AE de 1944 parece, pues, el de padre e hijo. Pero otros contribuyeron a esta gestación. ¿Quiénes?
Sr. Luigina Borrano, de las Hijas de San Pablo, en una carta dirigida al P. Antonio da Silva, del Centro de Espiritualidad Paulina, explicaba esta génesis. «Al principio no se pensaba en un libro, sino en Apuntes fieles de lecciones que el Primer Maestro dio regularmente, durante varios años, a un grupo de unas veinte Hijas de San Pablo [...]. La directiva precisa que me dio después para la publicación fue ésta: se debía compilar un Manual directivo de Formación y de Apostolado para transmitir a los Paulinos y a las Paulinas del futuro su pensamiento genuino, como nos lo había comunicado a nosotras, sus alumnas. Para esto quiso que el Apostolado de la Edición reprodujese -de forma sencilla y didáctica- todo el contenido del volumen Apostolado de la Prensa y siguiera, por completo, la síntesis de sus lecciones [...]. Por lo que se refiere a los apuntes de las lecciones, las cosas se desarrollaban así: yo trataba de escribir fielmente todo lo que él decía, lo ordenaba como podía y después le sometía todo, en largas sesiones, en las que nos dedicábamos exclusivamente a esto. No recuerdo que me proporcionara manuscritos. Algunas veces corregía el pensamiento o dictaba algún fragmento».
Hasta aquí Sor Luigina Borrano. Pero «el capítulo VI, sobre el Método camino verdad y vida, se debe al P. Giovanni Pelliccia SSP, el cual "puso por escrito el resultado de su investigación". El P. Alberione, aun comprobando que era difícil y completamente diverso del resto en el estilo, lo aprobó. Este tratado apareció enteramente en la primera edición de El Apostolado de la Edición. Pero fue bastante reducido y simplificado en las ediciones siguientes».8
Para la revisión le entregaron el volumen al P. Attilio Tempra, el cual en un opúsculo dactiloescrito titulado Don Giacomo Alberione visto e presentato da un suo vicino collaboratore, escribe: «Mientras me hallaba en Genzano como capellán de las Hermanas Pastorcitas, un día el Primer Maestro vino a verme y me trajo un buen rimero de manuscritos, diciéndome: "Este es un libro que me interesa mucho: léelo y prepáralo para su publicación"... [Aquellos apuntes] me parecieron más bien imprecisos... El orden no me pareció demasiado lógico y la diferencia de estilo llamativa. Por eso, tras darle un rápido vistazo, juzgué... que no era oportuno publicarlo. El Primer Maestro me rogó que volviera a leerlo con atención, asegurándome que encontraría en él "muchas cosas buenas"... Hice algunos cambios, corregí bastantes expresiones y le entregué el libro al Primer Maestro, que lo mandó a Alba, al Maestro Giaccardo, el cual lo publicó encantado» (p. 34s).9
El lector actual no tiene por qué compartir la opinión expresada entonces por el P. Tempra. Pero éste nos da informaciones preciosas sobre el iter de la obra, en la que intervino también el Maestro Giaccardo, por voluntad del P. Alberione, que se fiaba de él.
Esto explica por qué el manual, también en esta edición,10 aparece sin el nombre del P. Alberione como autor, casi como fruto del mismo ambiente paulino, femenino y masculino, al que, como compilación de diversas manos, estaba destinado.
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4. El P. Alberione, apóstol de la buena prensa de 1931 a 1944
Para establecer la fecha de AE puede servirnos de referencia el comienzo del año 1931, igual que para AS. Las fechas finales son más precisas: el visto por delegación, del P. Tempra, fue librado en Roma el 10 de diciembre de 1943; el nihil obstat para la impresión, del teólogo G. Giaccardo, fue librado en Alba el 2 de enero de 1944; el visto con el permiso de impresión del vicario diocesano, el can. P. Gianolio, es de Alba, 5 enero 1944. La impresión de AE, por las Hijas de San Pablo, fue ultimada oficialmente el 15 de enero de 1944.
¿Qué pasó al P. Alberione como apóstol de la prensa de 1931 a 1944?
Con fecha de 25 de noviembre de 1931 sale el primer número de Famiglia Cristiana y el mismo año se publican algunas instrucciones morales del P. Alberione con el título de La passione predominante.
En 1932, 25º año de su sacerdocio, el P. Alberione publica el Donec formetur Christus in vobis (manual de formación paulina)11 y una recopilación de meditaciones, titulada Per i nostri cari defunti, para el mes de noviembre.
Junto con el Apostolato Stampa, en 1933 se edita otra predicación del P. Alberione, Considerazioni ascetiche sulla Confessione (retiro mensual de los sacerdotes), Si vis perfectus esse (meditaciones a los clérigos) y Leggete le Ss. Scritture (diez horas de adoración sobre la Biblia).
En general, los impresos de la Sociedad de San Pablo son considerados devocionales y mediocres. En un anuario católico de estos años (1934) se lee justamente que la Pía Sociedad de San Pablo de Alba publica La Domenica Illustrata y La Gazzetta d'Alba, además de «Il Divino Maestro della Famiglia Cristiana, La Madre di Dio, La Vita Pastorale, Una buona parola y La Domenica, periódicos todos de difusión más bien limitada y local».12
Se produce, no sólo en teoría sino de hecho, una identificación entre predicación oral y predicación escrita.
Dando ejemplo como Primer Maestro, el P. Alberione ejercita en primera persona el apostolado de la prensa. Su palabra estampada en papel tiende a nutrir y amaestrar a toda la Familia Paulina en crecimiento, y posiblemente a lograr también "vocaciones" entre un público externo cada vez más amplio.
Escribir es una actividad considerada primordial, si no la condición sine qua non para ser paulinos y paulinas. El mismo manual AE tiende a formar "apóstoles-escritores" y "apóstoles-escritoras", además de personal dedicado a la técnica de la difusión.
El sacerdote paulino debería ser un sacerdote-escritor.
En efecto, si en 1935 sale sólo un libro del P. Alberione, Esercizi e ritiri vol. I, muchos de sus prólogos ocupan las primeras páginas de libros y opúsculos escritos por sus clérigos. Con prólogo del P. Alberione y en ocasión de la Conversión de San Pablo (el 25 de enero) sale el volumen I religiosi nella Chiesa, preparado enteramente por los novicios paulinos del año 1933-1934.
El P. Alberione tiene palabras de aliento incluso para la Geologia de G. Barbero; las Nozioni di biologia vegetale de R. Casaliggi; L'età contemporanea (lecciones de historia para los liceos) de C. T. Dragone; la Progenie eroica (sobre los Sacerdotes de la Misión) de L. Fornari; para Oltre l'Oceano (misiones de los Siervos de María) de E. G. Fornasari; para Il Medioevo (lecciones de historia para los liceos) de S. Lamera; para la Geografia generale de F. Muzzarelli; para L'Eneide (fragmentos sueltos y anotados) de I. Pazzaglini; para L'Iliade (episodios selectos con notas) de B. Roatta; para L'Orlando furioso (episodios selectos y comentados) de I. Tonni.
Como puede suponer el lector, la lista no está completa. De hecho, cada año el P. Alberione anima (más bien "obliga") a sus jóvenes a escribir.13
En 1936 traslada su residencia de Alba a Roma. Ese mismo año puede concretar por fin una dimensión de su visión pastoral con la fundación de otra Congregación de la Familia Paulina: las Religiosas de Jesús Buen Pastor, llamadas comúnmente Pastorcitas.
El mismo año de 1936, con fecha del 12 de abril, ven la luz las Constituciones de la Sociedad de San Pablo.
En 1937 salen otros libros suyos, como Ss. Spirituali Esercizi (Instrucciones a las Maestras), Oportet orare e I Novissimi. Desde el 18 de abril, en la imprenta paulina de Roma se imprime el boletín periódico San Paolo. Y en el San Paolo del 1 de agosto dispone que «en el examen anterior a las órdenes todo aspirante deberá llevar impreso un libro propio».
En 1938 salen dos libros del P. Alberione, Sectámini fidem (para los sacerdotes de la Sociedad de San Pablo, titulado sucesivamente Mihi vivere Christus est) y Maria nostra speranza (mes de mayo).
Mientras tanto ha echado a andar el apostolado del cine.14 El filme Abuna Messías de la Sampaolo Film (S.P.F.) obtiene incluso un galardón oficial (Copa Mussolini) en la Mostra Cinematografica de Venecia, probablemente porque la historia tiene un fuerte sabor colonial.
En 1939 salen cuatro libros del P. Alberione y el 13 de mayo es la fecha de fundación de la Sociedad Anónima Romana Editrice Film (R.E.F.).
En 1940 salen otros seis libros con el nombre del P. Alberione y el 23 de abril se deposita la patente (n. 38.30.65) del sistema telefónico de división de tiempo del paulino P. Enzo Manfredi.
En 1941 salen tres libros del P. Alberione y el 10 de mayo Pío XII concede a la Sociedad de San Pablo el decretum laudis con el que aprueba sus Constituciones.
Italia respira aires de guerra (1939-1945), pero en AE el P. Alberione parece ignorar esta realidad, mencionándola sólo en sentido moral, refiriéndose a una "lucha" consigo mismos, contra la pasión dominante, de ignaciana memoria.15
Tal vez se pueda interpretar esta producción del P. Alberione de 1931 a 1944 en clave escatológica, es decir en la que las palabras importantes son pecado, muerte, juicio, infierno, purgatorio y paraíso.
En 1942 salen los libros Esercizi alle Maestre, Esercizi Spirituali vol. II y algún volumen de Hæc meditare, serie II.
En 1943 ven la luz otros volúmenes de Hæc meditare, serie II, y el vol. III de Esercizi Spirituali junto con La Madonna di Fatima (con la invitación a rogar al Corazón Inmaculado de María).16
En esta crónica, que abarca hasta los umbrales de 1944 y que pretende delinear el perfil del P. Alberione como apóstol de la buena prensa, no se encuentran huellas de una actividad radiofónica propia. La radio -ya existe desde hace tiempo la radio vaticana17- es para los paulinos de entonces un apostolado más teórico que práctico, no obstante su reconocida importancia en AE.18 Algunos años más tarde, el P. Alberione se estrenará personalmente con un micrófono radiofónico.19
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5. El ambiente histórico y eclesial
De 1931 a 1944 el P. Alberione interacciona necesariamente con una Iglesia y con un mundo, sobre todo italiano, que se aleja de la primera guerra mundial (1915-1918) para entrar en la segunda (1939-1945).
De 1922 a 1939 se sienta en el solio de Pedro Pío XI. Le sucederá Pío XII (1939-1958). El P. Alberione obedece a estos dos papas en este período de 1931 a 1944.
1931 es el año de la Quadragesimo Anno, la encíclica de Pío XI para la instauración del orden social cristiano, en el cuadragésimo aniversario de la Rerum novarum. El mismo año sale también Non abbiamo bisogno, en defensa de la Acción Católica hostilizada por el fascismo. A la gravísima crisis financiera, la dolorosa desocupación de muchos y la creciente carrera de las armas intenta responder la Nova impendent. Del mismo año es la Lux veritatis, en el decimoquinto centenario del concilio de Éfeso.
También el Papa ejercita por tanto el apostolado de la prensa, dando ejemplo del mismo. Hace aún más. El 12 de febrero de 1931, a las 16,30 horas, presentado al micrófono por el mismo Guillermo Marconi y en presencia del secretario de Estado card. Eugenio Pacelli, Pío XI inaugura la Radio Vaticana, dirigiendo al mundo el primer radiomensaje pontificio de la historia.
En 1932 en Italia comienza la fase militarista e imperialista (colonial) del régimen fascista, y Pío XI emana la Charitate Christi compulsi sobre las oraciones y expiaciones que ofrecer al Sacratísimo Corazón de Jesús "en el presente apuro de la humanidad". Se condenan publicaciones y producciones cinematográficas y gramofónicas hostiles a la Iglesia.
El 2 de abril de 1933 inicia el Año Santo extraordinario o Jubileo de la Redención, para festejar el XIX Centenario de la Redención del género humano, operada en la cruz por Jesucristo. La encíclica Dilectissima nobis trata de las difíciles condiciones de los católicos bajo el gobierno republicano en España. Mientras tanto Hitler llega a canciller del III Reich y en Dachau es abierto el primer "campo de concentración".
También en 1933, el 11 de febrero, la Radio Vaticana inaugura las transmisiones de ondas ultracortas. El 6 de junio el Papa recibe en audiencia a una peregrinación de periodistas y les habla de la "unión de la prensa católica". El 18 de septiembre la audiencia es concedida a los congresistas de la publicidad sobre el tema «La moral, elemento dominante de toda propaganda».
1934 es el año de la "larga marcha" de los comunistas chinos. La Stampa de Turín, por primera vez en Italia, publica una telefoto deportiva (sobre el encuentro de fútbol Italia-Inglaterra). El 10 de junio Pío XI recibe en audiencia a los periodistas de Roma y les habla explícitamente del "apostolado de la prensa". El 10 de agosto la audiencia es para la Federación Internacional de la Prensa Cinematográfica sobre el tema «Preocupación por un cine moral».
En 1935 Pío XI emana una encíclica sobre el sacerdocio católico, Ad catholici sacerdotii. Este mismo año es rico en fermentos también en el mundo de la comunicación: se hacen los primeros experimentos de transmisión de noticias para los periódicos mediante teleregistradores; en Japón funciona el servicio radio-telefónico, pero la radio alemana proscribe el jazz "negro o de origen hebreo". Desde el 22 de marzo y todo el mes de agosto una estación de Berlín hace transmisiones televisivas de baja definición (180 líneas).
En Italia, convertida en potencia colonial, en 1936 es proclamado el imperio y Vittorio Emanuele III se convierte en emperador de Etiopía. El mismo año, en Rusia es emanada una nueva constitución que proclama la "libertad de prensa", pero exigiendo la completa socialización del periodismo. El 2 de noviembre la BBC (British Broadcasting Corporation) realiza las primeras transmisiones televisivas con una buena definición de la imagen (405 líneas) captada por unos 100 aparatos de tv.
El año 1936 es rico en encuentros de operadores de los mass-media con el Papa. El 18 de abril, Pío XI pronuncia un discurso a los participantes en el XXXVI Congreso de La Croix y en general de la Bonne Presse. Unos días más tarde, el 21 de abril, es dirigido un mensaje pontificio al Congreso internacional de la Prensa Cinematográfica referente a la elevación moral del cinematógrafo. El 12 de mayo el Papa inaugura la Exposición mundial de la Prensa Católica en el Vaticano.20 Unos días más tarde, el 16 de mayo, habla a los representantes de la prensa extranjera sobre el tema «Portavoz de las ideas». Las cosas que el Papa ha ido diciendo hasta aquí confluyen en la encíclica Vigilanti cura, del 29 de junio, sobre los espectáculos cinematográficos. El 31 de octubre el Papa dirige un discurso a los participantes en el Congreso Católico de la Publicidad sobre los "deberes morales". El 10 de noviembre habla en cambio del "apostolado de la radio" a representantes del Bureau Catholique International de Radiodiffusion. Aunque viejo y enfermo, Pío XI a comienzos de diciembre lanza un mensaje más de paz al mundo desde los micrófonos de la Radio Vaticana.
Hemos recopilado todas estas fechas para ilustrar cómo en los años 1931-1944 la Iglesia ya ejercía el apostolado del cine y el de la radio, además del más antiguo de la prensa, adecuándose a las nuevas necesidades de los tiempos, y utilizando directa e indirectamente los medios a medida que resultaban disponibles.
1937 es el año de la Mit Brennender Sorge ("Con ardiente ansia", 14 marzo) sobre la preocupante situación de la Iglesia Católica en el Reich germánico. El Papa pone bajo acusación al nazismo. Pero sólo unos días más tarde, el 19 de marzo, sale también la Divini Redemptoris Promissio contra el comunismo ateo. En entrambas encíclicas hay referencias a la prensa (especialmente de propaganda) y a la comunicación social en general.
En 1937 en Roma surge Cinecittà, el conjunto de los teatros de ensayo donde se realizan la mayor parte de los filmes italianos. Los periódicos italianos empiezan a emplear estenógrafos ocupados en recoger noticias frescas transmitidas por radio, mientras que las transmisiones televisivas se hacen regulares en Francia.
En AE el P. Alberione menciona el "Diario",21 quedándose en un sueño apostólico pero irreal.
Para 1937 Pío XI había aprobado, como intención misionera para el Apostolado de la Oración, la fórmula: «Con la prensa, la radio, el teatro y el cinematógrafo se promoverá el conocimiento y el amor a las misiones».
1938, año del filme paulino Abuna Messías, es también el año de la anexión (Anschluss) de Austria por parte de Alemania, donde, tras la publicación del "manifiesto de la raza", son emanadas las primeras medidas antisemitas.
El 22 de abril de 1938 se publican en España las leyes autoritarias contra la prensa.
En 1939 inicia el pontificado de Pío XII con un programa pastoral expresado en la encíclica Summi Pontificatus.
Italia ocupa Albania y Hitler invade Polonia, desencadenando la segunda guerra mundial.
En una carta pastoral del 1 de enero de 1939, el card. Verdier, arzobispo de París, amonesta a los católicos sobre los deberes respecto al cine y la radio. El mismo año, en Italia el Episcopado Véneto promueve la "promesa cinematográfica" de abstenerse de filmes poco recomendables bajo el aspecto religioso y moral. En 1942 tal promesa será extendida a todos los miembros de la Acción Católica Italiana.
El 31 de julio de 1940, Pío XII pronuncia un discurso sobre la potencia, eficacia y necesidad de las sanas lecturas, mientras que el 7 de agosto el discurso versa sobre los graves daños de las malas lecturas.
En 1941, en los Estados Unidos ya se utiliza la televisión comercialmente.
En 1942 se inventa la cinta magnética, y un grupo de científicos americanos, con H. H. Aiken, desarrolla en Harvard, el ENIAC, tal vez la primera calculadora electrónica o automática.
El 2 de diciembre entra en función en Chicago la "pila atómica", construida por Enrique Fermi para la producción de energía atómica. La casa Kodak realiza las primeras películas para fotografías en rayos infrarrojos.
El 27 de octubre de 1942, Pío XII dirige un discurso a los periodistas rumanos sobre el peso educativo de la prensa durante la guerra.
Este es en síntesis el ambiente histórico y eclesiástico de AS y AE.
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6. Algunas sugerencias para la lectura
Dos preguntas de carácter histórico podrían servirnos para empezar. ¿Qué influjo pueden haber ejercido la Iglesia y la sociedad sobre el P. Alberione?; y, viceversa, ¿qué influjo podría haber ejercido el P. Alberione, apóstol-escritor, en el ambiente de su tiempo?
Para encontrar respuestas satisfactorias convendría leer el manual AE teniendo delante las fechas paulinas importantes entre 1931 y el fin de 1943. Sería incluso más útil confrontar las referencias históricas presentes en el texto con una particularizada cronología de la historia de la Iglesia, y por ende de la vida religiosa, socio-económica y del desarrollo de los instrumentos de comunicación, que hemos compendiado arriba con extrema síntesis.
Intentar responder a ambas preguntas puede conducir al descubrimiento de cómo el P. Alberione quiso mantener el paso con la Iglesia de su tiempo, enfocando cada vez mejor formas de apostolado orientadas a un mundo moderno de radio global, entendido como la "parroquia del Papa".
El P. Alberione no parece querer preceder a la Iglesia, sino seguirla, como su Maestra, como discípulo inteligente y activo.
Es más, se puede intuir, más allá de una lectura plana del manual, el esfuerzo por practicar la teoría actualizada acerca de los medios técnicos. No se debe, empero, olvidar la intención de la obra, que prácticamente coincide con la intención explícita del Autor. El P. Alberione quiere formar y enseñar, limitándose a sus intuiciones, qué significa "el apostolado de la edición" y quién es el verdadero "apóstol".
Como fundamento de estos términos, que son los más importantes de AE, se vislumbra una visión teológica que nos parece asimismo útil tener presente.
El punto de partida para describir el apostolado de la edición es el ejemplarismo trinitario,22 que en un proyecto enciclopédico del P. Alberione se traduce en "ciencias-arte-virtudes", bajo el influjo del trinomio cristológico "Verdad-Camino-Vida". El ejemplarismo se convierte en "apostolado" o "edición", y por tanto en "redacción-técnica-propaganda", como magisterio de Cristo y de la Iglesia para la salvación del mundo.
Tener presente esta ejemplificación ayuda al lector a no reducir de teológica a técnico-organizativa la visión que el P. Alberione tiene del apostolado, aun respetando la urgencia de una síntesis y complementación entre las tres partes. El apostolado es la meta del apóstol; es cuanto le acerca más a Dios y a los hombres y mujeres de hoy; al Dios total (Padre, Hijo, Espíritu) y a todo el hombre (mente, voluntad y corazón) a través de toda la Iglesia (dogma, moral y culto), con toda la acción pastoral (profética, real, sacerdotal).
El P. Alberione nos enseña a progresar. Impulsa a ponerse al día, según una ley de perfectibilidad que ha de entenderse como capacidad de superación, proyecto, progreso hacia un estado de plenitud que es real sólo si nos impele más allá de donde se ha llegado.
Junto con la consolidación y calculada envergadura de un carisma que, cuando se convierte en institución, necesariamente impone más la prudencia o la legalidad que la creatividad y la profecía como criterios de comportamiento apostólico, en este manual es perceptible el anhelo de crecimiento, que es animación a hacer mucho y bien y a hacer bien el bien.
En este punto tendríamos que mirarnos en la persona del P. Alberione como nos miramos en un espejo para saber quién somos.
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ConclusiónDestinatario de
AE es todo el que crea necesario restablecer el significado de "apostolado" y "apóstol", vale decir, una identidad carismática propia según el P. Alberione. Y si el P. Alberione desconoció palabras como "computadora", "informática", "telemática", "satélites", "cable de fibras ópticas", "lenguaje multimedial", "cerredón", "teléfono celular", "teléfono por satélite", "televisión de alta definición" o cualquier otro medio de comunicación interactiva que el progreso pone hoy a nuestra disposición, es sólo porque vivió físicamente antes de nosotros.
23 Pero nos confía el mismo mandato de progresar en el apostolado, siguiendo la ética de la comunicación o de la caridad de la verdad.
Con palabras quizá de sabor antiguo anima al lector a afrontar los nuevos desafíos invitando a adueñarnos, con responsabilidad y dignidad de adultos, de su mismo título -"apóstol de la edición"-, que compete de derecho a cualquier paulino o paulina. Apóstoles de hoy, con los instrumentos y lenguajes de los hombres de hoy, para llegar mañana a recolectar pesados haces en la mies del Señor, cada vez más necesitada de operarios.
Para el P. Alberione el mañana a que tiende la formación apostólica es la eternidad. De esta palabra, común en su vocabulario, podría partir la perspectiva justa para interpretar cada una de las demás palabras importantes de este manual.
Roma, 4 de abril de 1998ANGELO COLACRAI
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ADVERTENCIAS
1. El texto adoptado en este volumen es el de la primera edición (L'Apostolato dell'Edizione, Alba, Figlie di San Paolo, 15 enero 1944), que es indudablemente la más completa, aunque no carezca de errores. En la imposibilidad de confrontarla con el manuscrito original (que no hemos podido encontrar), hemos tratado de reproducir lo mejor posible el texto originario. Adviértase lo siguiente:
a) A veces, ante evidentes errores de sentido (debidos a una mala lectura del manuscrito, a cambios de letras o a líneas que se han saltado), nos hemos referido a expresiones paralelas recurrentes en otras partes o nos uniformamos a la segunda edición (1950), aunque también ella defectuosa y no siempre atendible por ser incompleta.
b) A las frecuentes irregularidades ortográficas y sintácticas (abuso o ausencia de puntuación, de iniciales mayúsculas, etc.) hemos obviado uniformándonos, en los límites de lo posible, a las formas corrientes hoy en día.
c) En la adopción de los caracteres tipográficos (negrita, cursiva, etc., usados de modo irregular y a veces impropiamente) hemos procedido homologando su uso, reservando la negrita a los subtítulos y el cursivo a las expresiones latinas o a las citas particularmente importantes, ya evidenciadas en el original.
2. Las notas presentes en la primera edición han sido reproducidas fielmente y, en caso de necesidad, integradas con nuevos elementos. Las partes añadidas (como la traducción de las expresiones latinas) o las notas introducidas ex novo, están indicadas con un asterisco (*).
3. La numeración de los capítulos, en cifras romanas conforme al original, ha sido conservada incluso donde habría debido ser corregida, como el caso del Capítulo XXVI repetido, cuya iteración ha sido indicada con Capítulo XXVI/bis en lugar del XXVII. Lo hemos hecho para no modificar la numeración de los capítulos sucesivos.
4. La numeración marginal, en negrita (con el eventual uso del símbolo "|", que indica el comienzo de la página), remite a las páginas de la primera edición original. Tal numeración ha sido adoptada en los Índices finales del volumen, y debe ser usada para todas las citas del texto, en cualquier edición, incluidas las traducciones.
5. Al final del texto se ha añadido un Apéndice, constituido por el contenido de un número especial del boletín Unione Cooperatori Buona Stampa (n. 5, 15 de julio 1921), dedicado enteramente a la justificación del apostolado editorial. Podemos considerarla como una lúcida anticipación o, si preferimos, un "ultílogo" a todo el discurso desarrollado en este volumen.
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1 Otorgado en Alba el 12 de noviembre de 1950 por el canónigo P. Gianolio.
2 "Apóstol de Jesucristo" es el título que Pablo se atribuye al principio de sus cartas.
3 Puede ser útil recordar que el servicio televisivo regular comenzó en Italia el 3 de enero de 1954 (aunque ya en 1952 se había asignado a la RAI [Radio Audizioni Italia] la concesión, una vez establecido el estándar de 625 líneas). Habrá que esperar hasta el 4 de noviembre de 1961 para las transmisiones del segundo programa televisivo italiano.
4 En los años 1930-1933 el can. Francisco Chiesa estaba elaborando una síntesis teológica original, que cristalizaría después en los cuatro volúmenes de Lectiones Theologiæ Dogmaticæ recentiori mentalitati et necessitati accomodatæ. Inspirándose en tales Lecciones, el P. Alberione profundizó la comprensión de Jn 14,6 a la luz de tres funciones salvíficas: Cristo Verdad (Maestro/Profeta), Camino (Rey/Pastor), Vida (Sacerdote y Víctima), haciendo de esta clave de lectura el gozne principal para interpretar no sólo su visión eclesiológica, sino también su orientación pastoral y el enfoque de sus fundaciones.
5 Si la praxis paulina no ha estado siempre a la altura de la teoría sobre el apostolado del P. Alberione, esto no ha de atribuirse a defectos del manual sino a dificultades de orden práctico y quizá también a una consolidada mentalidad gutenberguiana (más presente en AS que en AE), que instintivamente identifica el apostolado con la prensa. Por otra parte, la buena prensa debe ser equiparada siempre con la "Escritura" o la "Biblia", el libro-biblioteca por antonomasia, y después con las obras de los Padres, de los santos y de los teólogos.
6 Cf A. DAMINO, Bibliografia di Don Giacomo Alberione, Roma 1994, 36.
7 Más tarde se hablará de "apostolado de la comunicación social" o de "apóstoles de Jesucristo en el mundo de la comunicación", leyendas que podrían comprender también los sectores más modernos, como la informática, telemática, multimedialidad y comunicación interactiva. De un cotejo de AS con AE podemos inferir la urgencia de asumir o "evangelizar" las mismas nuevas tecnologías utilizándolas para el apostolado. Una "puesta al día" o "formación" continua forma parte del modo de pensar del Fundador.
8 Así se expresa A. DAMINO, o.c.
9 Cf A. DAMINO, o.c., 50.
10 Hay una edición posterior en portugués, São Paulo (Brasil) 1967.
11 En Donec formetur (nn. 251-259) encontramos un compendio de AS.
12 Cf L. GIOVANNINI, Don Alberione e i Paolini nella storia della Chiesa e della cultura. Cronologia comparata, Roma 1982, 145.
13 «Para realizar lo prescrito por las Constituciones de la Pía Sociedad de San Pablo, el Fundador quiso que ya en Alba, en los primeros años, desde 1921, hubiese un local para la redacción paulina. Sucesivamente este local fue bautizado como Sala San Paolo, y fue dotado de mayores medios y de mayor personal especializado en la redacción. El papa Pío XII, como condición para la aprobación definitiva de las Constituciones, quiso que el P. Alberione erigiera una Casa apropiada para los escritores paulinos. Esta Casa fue embrionalmente constituida, durante la guerra, en Roma, en la iglesia de Santa Caterina della Rota, después en la Borgata Laurentina o Montagnola, en la Casa parroquial de Jesús Buen Pastor. En un tercer tiempo la Casa de la redacción fue trasladada a los locales de la nueva sede de la Casa General, y en 1948 a Albano Laziale (Roma). Las Hijas de San Pablo, para lograr su aprobación definitiva, que llegó el día 15 de marzo de 1953, debieron adecuar su casa de redacción o Casa de las Escritoras, en Grottaferrata (Roma)» (G. BARBERO, Il Sacerdote Giacomo Alberione: un uomo - un'idea, Roma 1991, 741).
«Algunos dicen que se nace poetas, pero que a escritores consagrados sólo se llega tras un largo aprendizaje, estudio duro y preciosa experiencia hecha con las propias equivocaciones y errores. El P. Alberione no ahorró fatigas y gastos con tal de formar escritores. Para esto es el mismo trabajo manual en la imprenta establecido para los alumnos y que continúa hasta los primeros años de sacerdocio; para esto la famosa y siempre bien recordada Sala de San Pablo, de Alba, verdadero aprendizaje práctico de redacción; para esto la Scuola di Apostolato; para esto, algunos años más adelante, la anhelada Casa de los Escritores» (Ibíd., 456).
14 Cf al respecto el testimonio del P. Barbero: «El P. Santiago Alberione no fue el primero en pensar que se podía usar el cinematógrafo también para predicar el Evangelio y catequizar a los niños y a los adultos. Su mérito consistió en usar para el bien esta nueva invención, que era mirada por los cristianos con desconfianza. El apostolado del cinematógrafo parecía una empresa erizada de dificultades insuperables, no adecuado para llevarlo a cabo por los miembros de una Congregación religiosa. El cinematógrafo era considerado como un arma usada por el enemigo del bien para corromper las costumbres, y se podía al máximo hacer obra de defensa, como habían hecho los católicos americanos organizando la Legión de la Decencia, en 1934, con la finalidad de alejar al público de los filmes indecentes. Aunque el cometido de esta Legión de la Decencia fuera sólo negativo, el papa Pío XI había bendecido y alentado este movimiento en la encíclica Vigilanti cura, del 29 de junio de 1936, dirigida a reflexionar sobre el cinematógrafo, una realidad que puede ser un incentivo tanto para el mal como para el bien. La censura es sólo la parte negativa; es preciso influir sobre los productores para que pongan en circulación películas educativas. El cinematógrafo era considerado todavía como medio de esparcimiento, pero debía ser elevado a medio de instrucción religiosa y de predicación de la Verdad. Esta consideración fue el muelle que hizo saltar al P. Alberione: "Debemos iniciar el apostolado del Cine: vamos a hacer una hora de adoración a la tumba de San Pablo", dijo un día a algunos colaboradores suyos, y se dirigieron a la basílica de San Pablo en Roma. Para iniciar el apostolado cinematográfico fue elegido el joven sacerdote P. Gregorio Fortunato Delpogetto, y con la colaboración de misioneros expertos se proyectó un filme de gran envergadura sobre la vida y la actividad del cardenal Guillermo Massaia, apóstol de Etiopía. El resultado fue el filme Abuna Messías, rodado en Etiopía, dirigido por Goffredo Alessandrini (1905-1978). En la VII Mostra Internazionale Cinematografia de Venecia, la película Abuna Messías recibe como primer premio la ambicionada Coppa Benito Mussolini el 9 de agosto de 1939. La obra misionera de Guillermo Massaia (1809-1889) se prestó perfectamente para dar al filme un vivo interés, si bien el final, de trasfondo político, levantó algunas críticas. La Santa Sede animó al P. Alberione con estas palabras: "No se detenga, Padre; el Señor bendecirá cada vez más. La autoridad eclesiástica aprueba la actuación de la Pía Sociedad de San Pablo también en esto, como en el apostolado de la prensa. Dedique a ello mayor número de personas". La experiencia de la producción de Abuna Messías sirvió para reforzar la organización de la Pía Sociedad de San Pablo en el campo cinematográfico, y tras la pausa impuesta por los años de la guerra de 1940-1945, se reemprendió con mayor vigor el trabajo en 1946. A este primer resultado le siguieron otros. Se pasó de las películas de paso normal a las de paso reducido; de los filmes realizados directamente por la San Paolo Film a otros realizados en colaboración o comprados directamente a sociedades productoras, para la reducción de paso, o para la proyección en determinados países o naciones. Para desempeñar la actividad cinematográfica, especialmente en el campo de las finanzas, se constituyó una sociedad anónima llamada Romana Editrice Film -R.E.F.- (años 1939-1951); a ésta le sigue la Parva Film (año 1947), que en 1952 adopta la razón social Parva-Sampaolo Film, y dura hasta 1955. Surge por fin el ente moral "San Paolo Film", aprobado por el Obispo de Alba (Cúneo), monseñor Carlo Stoppa el 22 de mayo de 1956, y aprobado como ente jurídico por el Presidente de la República de Italia Giovanni Gronchi el 5 de febrero de 1957» (G. BARBERO, Il Sacerdote Giacomo Alberione: un uomo - un'idea, Roma 1991, 527).
15 Cf pp. 67 y 105. - En realidad la guerra es un hecho que el autor tiene muy presente, y no sólo en su condición de Fundador y responsable de cientos de personas en peligro, sino también en calidad de escritor cristiano. Es conocido el incidente provocado por un artículo suyo de Navidad de 1942, publicado en el semanario La Domenica Illustrata, en el que se invocaba la suspensión de las hostilidades al menos en el tiempo natalicio, conforme a la antigua praxis de la "tregua de Dios". El autor fue acusado de derrotismo y amenazado con la cárcel. Véase más adelante (p. 290, nota 3).
16 En 1944, junto con AE, verá la luz algún volumen de Hæc meditare y el vol. IV de Esercizi Spirituali.
17 El Papa la usaba. Pío XII, el 24 de agosto de 1939, en un radiomensaje dijo: «Es con la fuerza de la razón, y no con la de las armas, como se abre camino la justicia. Nada se pierde con la paz. Todo puede perderse con la guerra...».
18 El P. Alberione habla de ella con entusiasmo: «La obra que compete al apostolado católico especialmente en el campo de conquista radiofónica, fue egregiamente comprendida en Italia por el primer apóstol de la radio, el P. Vittorio Facchinetti, ahora obispo de Trípoli. En un primer tiempo lanzó en la revista Frate Francesco su idea acerca de la necesidad de consagrar al apostolado este maravilloso don de Dios» (p. 480).
19 La primera transmisión radiofónica experimental fue hecha el día de Navidad de 1948; a las 8 horas en punto la «Radio San Paolo» (I 1 RSP) empezaba a convocar a los oyentes avisados con anterioridad; a las 8,10, el P. Alberione, muy emocionado, se sentaba ante el micrófono y empezaba a hablar: «"Gloria a Dios en el cielo y paz en la tierra a los hombres de buena voluntad". Esta felicitación de los ángeles es también la mia. En esta esplendorosa jornada del amor de Jesucristo al Padre y a los hombres os felicito con todo el corazón a todos, Hijos e Hijas, sabiendo que lo comprendéis y aceptáis perfectamente, y lo hago después de haber celebrado la Misa esta noche por todos, cercanos y lejanos, con la única preferencia por los que sufren. Sintiendo que soy un siervo inútil e incapaz, le he dicho a Jesús que lo haga todo, sólo y siempre Él... ¡Que Dios sea conocido, servido y amado! Que todos pertenezcan un día a aquel Reino que Jesucristo vino a conquistar en la tierra y que presentará a su Padre. Que sea amado primero por nosotros y que podamos hacerlo conocer y amar, como Él vino del cielo para predicar al Padre: "Esta es la vida eterna: que los hombres conozcan a Dios y a Aquel que fue enviado por Dios: Jesucristo". "¡Paz a los hombres!"... El año que concluye ha aportado un progreso en el apostolado del cine; ha habido mucha voluntad de mejorar... La organización internacional del apostolado por medio del Centro de Roma, del Boletín Bibliográfico y de las nuevas Librerías internacionales da buenos resultados, pese a las dificultades inherentes a la naturaleza misma de la hermosa obra... Gran confianza deriva del saber que en todas partes, cerca y lejos, se repite la ofrenda de oraciones, acciones y sufrimientos según las intenciones de Jesús en la Santa Misa y las intenciones del Primer Maestro, que son sustancialmente la actuación de los dos primeros artículos de las Constituciones. Tengo presentes en este momento a todos los Hijos y a todas las Hijas de Italia y del extranjero, y repito como al final de la Santa Misa: "Benedicat vos omnipotens Deus, Pater et Filius et Spiritus Sanctus"». La transmisión duró seis minutos, y apenas acabada, de una casa cercana telefonearon que la audición había sido perfecta (cf G. BARBERO, Il Sacerdote Giacomo Alberione: un uomo - un'idea, Roma 1991, 743-745).
20 El 22 de junio de 1936 el P. Alberione, que había llegado a Roma unos días antes, celebra la Misa en la capilla de la Exposición de la Prensa Católica en el Vaticano.
21 Cf el capítulo XVIII, de la p. 284 en adelante.
22 Sobre este tema v. G. ALBERIONE, Ut perfectus sit..., I, 368ss; II, 149ss; - cf A. F. DA SILVA, Il cammino degli Esercizi spirituali nel pensiero di Don Alberione, Centro di Spiritualità Polina, Ariccia 1981, 79ss.
23 En cualquier caso es significativo que ya las Constituciones de la Pía Sociedad de San Pablo, publicadas en 1942, en el n. 2 (fin especial del Instituto), impongan a los miembros trabajar «sobre todo mediante el apostolado de la edición, usando los medios más fructuosos y rápidos y más adecuados a las necesidades y condiciones de los tiempos».